Capítulo 2
Seguimos hablando de cosas sin importancia hasta que llegó Caleb, y un rato después nuestros padres. Beatrice y yo, con ayuda de Caleb, preparamos la cena que consistía en alimentos simples y aburridos puesto que vivíamos en abnegación y todo aquí es simple y aburrido.
Después de cenar nuestros padres nos mandaron a dormir mientras ellos se quedaban hablando de "cosas de adultos que no entenderíamos" en la cocina.
Después de un buen rato dando vueltas en mi cama, me dormí.
En mi sueño, estaba en el gran salón donde se celebraba la ceremonia de elección, pero no me encontraba junto al público.
Estaba de pie delante de una multitud que me observaba. Tenía que elegir facción.
Tenía claro lo que quería hacer. Me dirigí hasta donde estaban los cinco cuencos, uno por cada facción.
Cogí el cuchillo y me hice un corte en la mano, para dejar caer mi sangre sobre el cuenco de osadía.
Pero un segundo antes de hacerlo miré al público y encontré a mis padres, que me miraban con odio y asco, algo que nunca habían hecho.
Retiré la mano al instante y las gotas de sangre cayeron al suelo.
- ¡Traidora! ¡Ibas a traicionar a tu familia! - gritó una voz desde el público. - ¡No me estraña que te odien! ¡ Eres una cobarde y una egoísta! ¡Egoísta!
- Es cierto. Es una traidora y además eres una Divergente. - dijo una mujer rubia que estaba sentada cerca de donde me encontraba. La reconocí, era Jeanine Matthews, la líder de erudición. - Y nosotros matamos a los Divergentes.
Entonces, Marcus Eaton, el líder de abnegación, sacaba una pistola de su chaqueta gris y se acercaba a mí hasta ponérmela en la sien.
- Eres egoísta y cobarde. - me dijo. - Eres una traidora si prefieres ir a otra facción en vez de quedarte con tus padres Y además, eres Divergente. Esperaba más por tu parte, Cassandra Prior.
Y entonces, Marcus presionó el gatillo de la pistola y...
Y me desperté sobresaltada del sueño.
Me dirigí hacia la cocina para beber un vaso de agua. Me sequé el sudor de la frente. Me dolía la cabeza y el corazón me palpitaba rápido.
Para mi sorpresa, la cocina no estaba vacía.
En la mesa donde solíamos comer, estaba sentada mi madre. Tenía los ojos rojos, como si hubiera estado llorando. Supuse que eso era lo que había estado haciendo.
- Cassandra... - dijo, sorprendida. - ¿Qué estás haciendo aquí? Es muy tarde.
- Venía a beber un vaso de agua. - expliqué. - ¿Y tú?
Ella no contestó. Me senté en una silla a su lado.
- ¿Estás llorando porque mañana es la ceremonia de elección? - le pregunté.
- En parte. - respondió. - ¿Cuales fueron tus resultados?
- No podemos decirlo, mamá. Esta prohibido.
- Necesito que me lo digas, Cassandra, ¿Cuales fueron tus resultados en la prueba?
- No fueron concluyentes... - susurré.
- Me lo temía. - dijo para sí misma. - Sabes que elijas lo que elijas te seguiré queriendo, ¿verdad?
- Lo sé, mamá. Yo también te seguiré queriendo, eres mi madre.
- Te quiero, Cassie. - me dijo, abrazándome.
En una familia normal, esto sería algo normal. Sin embargo, en mi familia, era algo que no se hacía casi nunca. Las leyes de abnegación prohíben las muestras de afecto.
Pero lo que más me sorprendió era lo de Cassie. Hacían más de cinco años que nadie me llamaba así. Era un apodo que se había inventado Beatrice cuando teníamos cinco años y Cassandra era un nombre demasiado largo y serio para una niña de cinco años, según mi hermana.
Pero cuando cumplimos los diez años, prohibí a todos mis conocidos que me llamaran así, argumentando que era un nombre de niña pequeña y que ya no era una niña pequeña.
Pero como quisiera yo ahora volver a ser una niña pequeña, para no tener que elegir, para no tener que abandonar a mis padres, para vivir sin preocupaciones. Todo era más sencillo cuando era pequeña.
- Cassie. - dijo de nuevo. - Vete ya a dormir, mañana será la ceremonia de elección y tienes que estar descansada.
- Lo sé. - dije solamente, y me fui a mi habitación.
Sin hacer ruido para no despertar a Beatrice, me metí en mi cama y me dormí al instante.
Y esta vez no tuve pesadillas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top