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Dos golpes en su puerta le hicieron cubrirse de pies a cabeza con su cobija, también dio como resultado el que se hiciera bolita.

-Yixing -habló su madre detrás de la puerta -necesito que hagas las compras por mi, voy a llevar a tu padre al centro, olvidó su portafolio en un restaurante, otra vez.

-¿Por qué no van a hacerlas de paso? -dio patadas al aire, enserio no tenía ganas de moverse.

-Porque también perdió las llaves del automóvil, cariño. En fin, dejé el dinero y la lista en la cocina, toma una sombrilla dijeron en televisión que lloverá, no invites a Jongdae, no quiero sacarte de una estación de policía hoy.

-¡Cielo! -gritó su padre, seguramente, desde la habitación de ellos -¡¿Sabes dónde dejé mis zapatos?!

-¡Revisa debajo de la cama, y si no están ahí, busca en la ducha! -gritó ella en respuesta- nos vemos más tarde cariño, te quiero.

Soltó un pequeño gruñido parecido al de un cachorro mientras hacía a un lado la cobija con la que trataba de protegerse de la luz que entraba por la ventana. Era sábado y tenía pensado quedarse encerrado viendo un maratón del último drama que le había recomendado Jongdae.

"Tienes que verlo si o si, él es guapo y es un ángel de la muerte pero también un detective y se enamora de ella, todos se mueren y muchas personas, un chico tiene un perro y ella ve muertos, bueno no tan así y luego..."

Sin ganas de vestirse de tal forma en la que no pareciera un vagabundo, solo cepillo sus dientes, se puso una sudadera con el dibujo de una hamburguesa en el centro para cubrir la camiseta con manchas de pintura de cuando ayudó a su mamá a pintar su habitación.

Fue a la cocina, tomó el dinero y la lista de compras, buscó una sombrilla encontrando solo una con un montón de flores con caritas sonrientes, si no iba a parecer un vagabundo, iba a parecer un loco, algo es algo.

Entró temblando al supermercado, durante el camino había comenzado a llover fuertemente, trató de abrir la sombrilla con florecitas pero ésta se había atorado de alguna forma dando como última opción el ponerse la capucha de su sudadera y correr tratando de no resbalar en un charco y terminar en el hospital.

Iba a sacudirse cual perro pero se detuvo al ver a la señora de la limpieza mirándolo con odio. Dejó su sombrilla en paquetería y agarró un carrito.

Metió una de sus manos en el bolsillo de su sudadera y sacó la lista de compras.

Pasó por varios pasillos hasta quedar con solo tres cosas por tachar de la lista.

—Esta bien, solo falta la crema para las hemorroides de papá, la caja de banditas y la de brownies con nueces...

Avanzó por los pasillos hasta dar con el que tenía grandes refrigeradores, se acercó a la parte en la que estaban los brownies, abrió la puerta y tomó una caja, agradeció a su madre por especificar el tipo de brownies que quería, eso le ahorró el debate por si eran mejor los simples o los que tenían nueces.

Revisó la fecha de caducidad de los brownies, el comer cereal con leche pasada lo llevó a tal punto en el que revisaba la caducidad de todo, incluso del agua embotellada.

Escucho unos pequeños gemidos al otro extremo del pasillo y volteó a ver lo que pasaba. Un pequeño de posiblemente siete años, pelinegro, corte hongo, tiraba fuertemente de la manija de una de las puertas del refrigerador, resultaba algo gracioso el como él niño trataba de abrir la puerta, pasaban unos segundos, paraba, tomaba un descanso y volvía a intentarlo.

Sintiendo ternura por el niño decidió ayudarlo, echó la caja de brownies al carrito y lo empujó hasta donde se encontraba el niño.

Se inclinó un poco —¿Quieres que te ayude? —preguntó lo más amable posible, no quería asustarlo y terminara llorando.

Él pequeño se giró a verlo, tardó unos segundos en asentir con la cabeza. Sin mucho esfuerzo, Yixing abrió la puerta y la sostuvo para el niño quien estiró sus cortos brazos para tomar un bote de helado sabor menta.

—Gracias. —habló el menor en voz baja, sus pequeños ojos lo hacían parecer que estaba a nada de caer dormido, quería apachurrar sus mejillas, basta, muy lindo.

—De nada. —agarró nuevamente el carrito, iba a empujarlo hasta la farmacia pero el sentir una pequeña manita aferrándose a su sudadera lo detuvo, se dio la vuelta para ver al niño  y este ahora tenía los ojos brillosos.

"Ay no... Va a llorar"

—Pe- per- perdí a mi tío —ya estaba chorreando mocos, no tenía mucho tiempo antes de que la bomba explotara.

El corazón se le estrujó al escucharlo. Yixing decidió que la crema para las hemorroides de su papá podía esperar un poco más.

Se inclinó para estar a la altura del niño, puso una pequeña y amable sonrisa.

—Te ayudaré a buscarlo —estiró su mano para que el niño la tomara, pero este pareció no entender y en lugar de aferrarse a su mano lo abrazó fuertemente con ambos brazos por el cuello y escondió su rostro en este.

—Gracias, señor. —habló mientras tallaba sus ojos con sus pequeñas manos.

—No me digas señor, me siento viejo —tomó al niño entre sus brazos y se levantó hasta quedar recto —dime Yixing.

Él pequeño se despegó para poder ver a Yixing —Yixing es un nombre bonito.

—Gracias por el cumplido, ¿Cuál es el tuyo? —acercó el carrito, puso al niño en el pequeño asiento que este llevaba y lo echó a andar.

—Junmin. —contestó un poco más calmado.

—Me recuerda a alguien —su mente rápidamente gritó "¡olvídalo tarado!"

—¿A quién? —la curiosidad brillaba en los perezosos y pequeños ojos.

—Solo alguien —trató de evadir la pregunta.

—¿Es alguien malo y por eso no me quiere decir?

Yixing detuvo el carrito y miró sorprendido al niño.

—¿Por qué crees que es malo?

—Porque no quiere hablar de él.

—Eso no significa que sea malo.

—¿Entonces por qué no me quiere decir quién es?

—Porque no, Junmin.

—Hábleme de él por favor.

—No creo que vayas a conocerlo, Junmin, así que shh~ —hizo una señal de silencio para que le entendiera, pero otra vez no pareció hacerlo.

—Si usted me habla de él podría sentir como si lo conociera, como lo hace mi tío, siempre que él cuida de mi me habla sobre su persona especial, me dice que es muy distraído pero que es muy bonito y divertido, que lo hace sonreír y que su corazón salta muy fuerte cuando lo ve, creo que ya lo conozco pero no lo conozco, ¿Entendió?

—Creo... que si... —Yixing frunció el ceño, ¿Un niño logró confundirlo? Sacudió su cabeza evitando que su cerebro se quemara, empujó nuevamente el carrito —¿donde fue la última vez que viste a tu tío?

—Recuerdo que estaba agarrando cereal, de ese que tiene un elefante en la caja.

—Creo saber cuál cereal es, sabe muy bien.

—Es de chocolate, por eso sabe bueno.

—En eso tienes razón-

—¡Junmin!

Yixing paró su conversación con Junmin junto con el carrito y se giró un poco para poder ver a quién llamaba al pequeño.

Sus ojos casi se le salen y su corazón casi explota al ver a un algo cansado Junmyeon mirando en su dirección.

"Que no sea lo que estoy pensando"

Casi pudo escuchar al universo decirle burlonamente Lo siento cuando Junmin gritó a todo pulmón y muy feliz "¡Tío Junmyeon!"

—¿Yixing?

No era el mejor día para Yixing.



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