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Hola, bienvenidos.

Los personajes de Dragón Ball Z,no me pertenecen, son propiedad de Akira Toriyama.Al igual que los personajes de Resident Evil pertenecen a la empresa Japonesa CapCom.

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Fanfiction: Mikashimota Z

Twitter: Mikachan2016

PD:Perdón si tengo algún error de ortografía.

PD2Perdón por demorar tanto

Capitulo: 54-55 de Dragon Ball Z

MoonWalker:

Advertencia: Esta historia no sigue líneas del tiempo.

XxXxXxXxX

—¿¡Por que no me lo dijiste!?— le reprochó estrujando la botella de agua que aún tenía en su mano, había pasado desapercibido el simple hecho de que su hijo en ese momento podría estar siendo torturado por un alienígena, mucho peor al que enfrentaron hace un par de semanas atrás, la frustración caló hondo en su cuerpo, frunciendo el ceño ante su impotencia, había alzado la voz pese a su cansancio y la imagen inmóvil frente a ella apenas y le sostenía la mirada, alzando sus manos en señal de protección por si ella se lanzaba sobre él, ahora entendía el afán de quererse ir del hospital, el que se ejercitara pese a su estado de salud, el que solicitara seguir con la tarea de buscar una nave y el que tan pronto se vio curado de sus heridas busco irse… ¿Por qué no se lo había dicho?

—Es delicado Milk, no pensaba preocuparte más— apretó sus labios y trago pesado ante los hombros temblorosos de su esposa y el notorio desconcierto en su rostro.

—¿Más? ¿¡No se te ocurrió que me cuestionaría el que hubieras huido de esta manera!?—tiro la botella contra el suelo—¿¡Cuando se te pasó por la mente contarme!? ¿Cuando estuvieras a 5 años luz de la tierra? —un paso al frente y sus dientes se habían asomado en un reflejo de advertencia—¿¡Cuando esos tipos mataran a mi hijo!?

—Gohan es fuerte y Krillin está con él—Negó rápidamente sin retroceder a pesar de sentir el nerviosismo calar en su cuerpo— se que lo cuidara bien, pero ahora es lo de menos…

—¿¡De menos!? ¡Estás loco!— se lanzó sobre él dándole un par de palmadas en su hombro derecho, esta vez si haciéndolo retroceder— ¡Es Gohan! Un niño pequeño…

—Que no depende ahora de Nosotros ¿Entiendes?— la frenó, sujetando su mano que no había dejado de golpearlo— me preocupé igual tan pronto me entere y por eso quería salir rápido del hospital— sujeto su otra mano cuando intento golpearlo con esta— Milk, ahora ellos necesitan de mi apoyo, voy a hacer lo posible para protegerlos y llevarlos de vuelta a casa, poder revivir a los demás como hicieron conmigo— trago pesado y la vio rodar sus ojos y desviar la vista aún enojada hacia su costado, esperando que comprendiera su situación, de los dos siempre fue la más sobreprotectora y lo entendía, Gohan era un chico tan delicado, pero con el acontecimiento del ultimo año todo había terminado de cabeza, y la paz que apenas saborearon cuando se casaron cada vez parecía estar más lejos en la aparición de estos nuevos enemigos—¿Puedes entenderme? Es algo que se me sale de las manos—un par de segundos en silencio y pudo verla soltar un resoplo, pero su ceño aún fruncido.

—Yo…— susurró cuando no pudo contradecir más. Estaba en medio del espacio, encerrada con él, yendo directo a un planeta extraño con la esperanza de que su hijo estuviera a salvo y no fuera demasiado tarde, pero no era algo que pudiera digerir a la primera—Carajo—susurró.

—¿Mmm? ¿Qué dijiste?— jalo sus manos mientras curvaba una ceja, pero ella deshizo el agarre y retrocedió.

—Nada, olvídalo…—llevo sus manos a su cabeza y termino de encajar sus cabellos alborotados.

—Ahora bien… y…. — lo vio dudoso y algo nervioso pero formando una pequeña sonrisa en los labios.

—¿Qué?— está vez fue ella quien curvo su ceja y lo cuestionó con su mirada, mientras él apoyaba una mano en su cadera.

—Milk… ¿Qué estabas haciendo dentro de la nave?— esa pregunta pareció no llegar a su cerebro, frunció un poco más el ceño y exclamando apenas un sonido en duda, como si quisiera que repitiera la pregunta, ¿ Qué diablos debería Decirle?—¿Que qué estabas haciendo dentro de la nave? pensé que estarías en la montaña o yendo al hospital…—trago pesado cuando los engranes volvieron a girar, rebuscó rápidamente con sus ojos alguna ocurrencia que pudiera decirle, boqueando un poco sin poder hablar y hasta frunciendo los hombros mientras se le ocurría algo, algo que no sonara tonto y que claro, él pudiera creer.

—¿A qué viene eso ahora? — le miró fugaz intentando retomar un poco de su mal humor como escusa—¿Pensabas despedirte de mi antes de irte?—dijo con sarcasmo, pretendiendo aún estar ofendida por su repentino actuar, aunque no fuera del todo falso.

—No me estas entendiendo—su ceño se volvió serio y la miró como pocas veces antes había hecho, intentando expresarle con sus ojos el punto de sus dudas— ¿Qué hacías…?

—¿Qué se supone debo entender?— se cruzó de brazos y miro hacia un costado aún sintiendo la mirada de él clavada en su persona.

—El que yo esté en esta nave, viajando a Namekuseín no es grato, lo sabes bien— ella lo miro apenas girando un poco su cabeza, sin dejar de curvar una ceja— me intriga esos sujetos, si, pero son tipos realmente peligrosos que están buscando las esferas del dragón allá…—miro a un costado y movió sus manos intentando darse a entender.

—¿Cuál es tu punto?— sintió un pequeño pinchazo en su ego cuando percibió el hilo de las palabras de su esposo, pero quiso creer que simplemente no la estaba subestimando, que no pensaría que lo estaba siguiendo adrede y que su presencia se le hacía estorbosa.

—Que no deberías estar aquí, deberías estar en casa, segura, lejos del peligro…—Un pitido llegó a los oídos femeninos y el ligero desencaje de su boca no era más que la correcta suposición que había tenido en segundos, ¿Quién se creía?

—Es una pena— ladeó su cabeza y su voz salió sin querer con un tono de burla, vomitando su ego herido y esquivando su duda inicial, no estaba tan segura del peligro al que se estaba sometiendo, pero por él, por Gohan, haría lo que fuera necesario, aunque no fuera de su agrado—pero ya estamos aquí, en el mismo barco si lo quieres decir.

—Nave— le corrigió por inercia.

—Lo que sea, no pienso dar vuelta atrás y dejarte el trabajo sucio—enfatizo en un tono firme.

—Estamos yendo rumbo a un combate realmente peligroso Milk…—enfatizó con una de sus manos.

—¿Y?—se silenciaron por unos segundos, soportando la mirada del otro y como él dudo en hablar, apretando sus labios pero siempre había sido sincero al decir lo que pensaba, aunque lo tacharan de insensible.

—No te ofendas pero…— apretó sus labios un poco más y trago pesado cuando sintió sus ojos sobre si, en advertencia pero debía ser franco aunque a ella no le gustara—no estás preparada para esto.

—¿Perdón?— quiso reírse en su cara, aunque no lo supiera, aunque hubiera estado entrenando después de muerto, ella no había sido la excepción, en definitiva no estaba en un mismo nivel como cuando niños, pero desde lo acontecido en Raccon había tenido que retomar su vieja vida a la fuerza y estaba segura que había mejorado.

—Sabes muy bien que tú nivel de combate bajo mucho desde que nos casamos— gruño levemente haciéndolo tensar.

—Me estás ofendiendo—apretó los dedos de sus manos y está vez realmente quiso golpearlo ¿Cómo se atrevía?

—No me lo tomes a mal, eres la mujer más fuerte que conozco, pero…

—¿Pero qué? Ya suéltalo— riñó casi en un ladrido mientras una de sus venas se ensanchaba en su sien.

—Pero es peligroso que estés expuesta a esto—tomo la tangente y prefirió expresar su preocupación antes de la obviedad de sus palabras— no estás a su nivel— se acerca a su cuerpo y la toma de los brazos cuando intento refutar sus argumentos—creo que lo mejor es volver a la tierra, confío que los chicos podrán soportar un día más mientras volvemos…

—¡Por supuesto que no!—alzo su voz y se deshizo del agarre— No te vas a librar de mi y mucho menos sabiendo que mi hijo está corriendo peligro, estás loco si crees eso.

—Pero Milk, te puede pasar algo y yo no voy a poder cuidarte si son más fuertes que yo.

—Se cuidarme bastante bien sola.

—Milk—Frunció su ceño e intento sujetarla de nuevo.

—Dije que no, sino te gusta, pues, lo lamento mucho— bufó ofendida y paso de largo al chico caminando hacia la parte amplia de la nave, finalizando esa conversación, la conocía bien, cuando se negaba a algo, podría dejarlo hablando solo por horas y no tenía el tiempo para perseguirla por toda la nave intentando convencerla.

—Bueno…— apretó sus puños ponderando sus opciones, podría seguir entrenando, de eso no había duda pero si ella realmente viajaría con él, su entrenamiento tendría que frenarse, mientras ella tendría que someterse a una rutina parecida para por lo menos soportar la gravedad a la que él se sometería si es que no llegaban antes a Namek—siendo así, entonces debes prometerme que estarás al margen de esto.

—Me estás subestimando de nuevo— rodo los ojos y lo miró sobre su hombro derecho.

—Milk, esto es realmente serio, no puedes…

—Me inmiscuí lo suficiente—giro su torso hacia él e intento calmar la tensión en su cuerpo—soy consiente de que debo ir por mi hijo.

—Entiendo, pero es peligroso, debes…

—¡Se lo que tengo que hacer!—alzo su voz y llevo su mano hacia el entrecejo—Pero no puedes pedirme que me mantenga al margen, si son más fuertes que tú, cualquier ayuda puede inclinar la balanza, debes confiar en mi…—acaricia lentamente su frente y cierra sus ojos mientras intentaba disimular la incomodidad que allí nacía— no pienso interrumpirte mientras entrenas, pero no voy a dejarte solo— cargando su mirada sobre ella y aunque sintiera nervios, ante la variación en sus cálculos, acepto esas condiciones mientras aún no estuvieran frente al peligro. Ya podría hacer algo cuando llegaran.

—Vale, prepárate entonces—La sorprendió cuando no quiso insistir y su tono de voz sonó más a una advertencia— tenemos 6 días antes de llegar a Namekuseín, si estás tan segura de ti, tendrás que demostrármelo entrenando conmigo.

—¿Estás hablando enserio?— este solo asintió y empuño ambas manos a sus costados, inclinándose un poco en una posición de combate, se miraron fijamente un par de minutos y ella no pudo aceptarlo, no podría luchar con él y menos en ese momento, se sentía aún incomoda a su cercanía como para entrenar juntos, pocas veces lo hicieron y fue apenas cuando estaban recién casados y siquiera pudo darle un golpe consistente, frunció el ceño y volvió a darle la espalda—De ninguna manera, haremos esto por separado.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Por que…—alzo su mirada y encontró la máquina de gravedad a un par de pasos —por que cada que presiones ese maldito botón vas a intentar matarme —refuto como si un bombillo se hubiera encendido sobre su cabeza y lo miró sobre el hombro de nuevo acercándose a las escaleras que iban hacia la parte inferior de la nave— por ahora prefiero padecer sola.

—Milk…—intento ir tras ella, más lo freno al estirar una mano y dar un primer paso sobre el escalón.

—Tienes dos opciones, o entrenar a mi ritmo o cada quien lo hace al suyo y prefiero que sea así—Sintió la decepción en su mirada pero aún no podía someterse a esa humillación estando él ahí y tenía que admitírselo si quería ganarle en sus argumentos—no puedo llevarte el ritmo, aunque duremos tres años aquí, menos en seis días— apretó sus manos a las barandas y él, dudoso se rascó la cabeza y camino lento al mónitor.

—Sabes que la gravedad se aumentaría igual en toda la nave ¿Verdad?—la miro apenas estirando su mano hacia el botón, a la espera de su respuesta.

—Soy consiente—soltó un suspiro desganada, viendo con poco entusiasmo el cuarto bajo sus pies—pero por desgracia no es algo que aún pueda manejar a mi antojo, así que antes de cambiarla, Avísame, así estaré lista.

—¿Estás segura? Si entrenamos juntos podría ayudarte a estar en forma, de nuevo…—lo escaneo un par de segundos, debía admitir que no podía golpearlo en un entrenamiento real, de lo que él conocía hasta ahora, sus entrenamientos se habían cancelado al inicio de su vida marital, pese a la insistencia y solo un par de veces llegó a darle el gusto, pero aunque él supiera que hace un año había retomado parte del tiempo perdido, aún no podría asemejarse a un nivel congruente, ni hacerle frente a los enemigos que se habían presentado en los últimos meses.

—¿En 6 días?— le dijo en una pequeña mofa—No se podrá hacer mucho, lo sabes bien, lo único que se me ocurre es dividir el tiempo.

—¿Dividirlos?

—Bueno, cuando tú descanses yo estaré aquí arriba y viceversa, abajo no hay mucho espacio.

—Pero…

—No se desperdiciará tiempo—le corto sin mucha importancia, subiendo el escalón que había bajado y acercándose al tablero, si lo ponía a entrenar al momento, él no tendría tiempo de refutar— prendamos está cosa no tan alto ¿Si?—dos pasos le dejaron ver la pantalla que estaba cerca al botón de inicio, sorprendiéndose a ver el dígito cambiado al que recordaba—¿30G? ¿Cuándo le subiste a 30? Estabas en 20—la sorpresa se vio reflejada en su rostro, le miro y el llevo su mano tras su cabeza.

—Ah, le subí como dos horas después de estar entrenando, me acostumbré rápido y…—comenzó a reír de golpe.

—Con razón, realmente estabas intentando matarme.

—No digas eso, lo siento, de verdad pensé que estaba solo.

—Déjalo en veinte—presiono el botón para disminuir los diez dígitos de demás—así me acostumbro primero antes de que se me parta un hueso—encendió la máquina y rápidamente sintió la presión, haciéndola agacharse casi en rozar el suelo con su trasero, pero soportó el peso con sus manos sobre las rodillas.

—¿Te ayudo…?— se acercó dando apenas un paso en un intento de sostenerla, más ella, con ayuda de su orgullo se incorporó sintiendo el ligero desgarre en sus piernas, pero para su sorpresa no se sentía tan prisionera como cuando salieron de la tierra, extraño, trago pesado e intento caminar lo más normal posible pese a esa posición arrastrando sus pies, hacia la escalera de descenso.

—No… prefiero hacerlo sola…— un par de pasos y como si fuera de todos los días, dio un pequeño brinco y se deslizó con ayuda de sus piernas y las manos aferradas a las barras de metal, siendo menos de dos segundos el llegar a la planta inferior llevándola de bruces al suelo con el dolor de amortizar tanto peso y sentir el aire amenazar de nuevo con abandonar sus pulmones—Demonios…— se susurró cuando una pequeña lágrima amenazó con escapar de sus ojos, eso le había dolido, se acercó sus manos al cinturón y lo aflojó lo suficiente para poder empezar con esa tarea y que sus pulmones tuvieran espacio para respirar.

Se acomodo sobre el suelo y por ahora quedó a gatas mientras se terminaba de acoplar al ya conocido peso, aunque fuera poco el tiempo, agradeció no haberse quedado con él en la parte superior, no creía poder soportar su mirada preocupada al verla en semejante situación, le escucho moverse y poco a poco detectar pequeños gritos de guerra, empezó a avanzar apenas unos metros en esa posición antes de incorporarse e intentar caminar/arrastrar sus pies, arruinando lentamente la suela de sus zapatos, se reprendió mentalmente al haber cedido tan rápido y él se había visto casi intacto cuando ya había llevado un tiempo corto en su entrenamiento, serían los peores seis días de su vida sino se esforzaba realmente, estaría atrapada ese tiempo con su esposo en la tarea más ardua que había vivido hasta el momento, sometida a un entrenamiento dictaminado por él, era casi un martirio auto infringido al conocer de antemano la estricta rutina al que él mismo se sometía, sin contar que su pequeño hijo debería estar aterrado en ese extraño planeta, el nivel de enemigo alienígena había subido, ya no se limitaba simplemente a criaturas extrañas en la tierra, sino a seres extraterrestres, maldiciendo su mala suerte llegando a atormentar precisamente sus vidas y ahora tener que estar en medio de semejante viaje. Y no estaba siquiera a su nivel.

Maldecía una y mil veces el no estar a la altura de una situación semejante, pese a su condición no tan recientemente adquirida, debía poder recuperar parte del ritmo de los últimos cuatro años antes de todo, debía que y tenía que hacerlo, sino quería seguir siendo un obstáculo, porque era consiente que en un enfrentamiento limpio hasta el más débil de ellos podría ejercerle un combate complicado, casi sanguinario… chasqueo la lengua e intento erguirse por completo y terminar de dar la vuelta en ese pequeño salón entre el dormitorio y la cocina, bufó un poco más y alzó la mirada, estando como un remedo de luchador de sumo y encontrarse la mirada azabache curiosa sobre si, asomada en la parte final de el conducto de lo que sería su techo, para poder observarla según él, sin que lo detectara, pero su cabello era lo suficientemente largo, cayendo en punta hacia el suelo, para llamar su atención pese a su intento de escondite, apenándola y una gota de sudor resbalar tras su cabeza.

—¿¡Que haces!?—le crispó y sacando su bota de nuevo sin importarle el molesto peso y la lanzó hacia su cabeza, esquivándola junto a una risita nerviosa antes de volver a ascender hacia la cubierta superior, sin decirle nada, solo vigilándola hasta que ella misma se topara con su presencia o hasta asegurarse que ella estaría bien, claro, que sin descuidar del todo su propio entrenamiento .

¿Porqué?

¿Acaso estaría también preocupado por su bienestar? después de todo casi la mata y ahora estaba siendo más atento al tenerla allí con él, o eso intento creer cuando no fue la única vez que lo descubrió observarla en fugaces momentos en la que aún optaba por apoyarse de esa manera o levemente gatear cuando quiso tomar algo de aire.

¡Que vergüenza!

Aún no podía siquiera dar una vuelta a ese lugar sin arrastrar su orgullo por el suelo, pero él seguía igual, observándola en cortos lapsos ¿Por que? ¿Sentir su Ki no era suficiente? No podía ignorar la vergüenza de mostrarse de esa manera, podría creer que él también se preocupaba o temía por ella y su actual condición, pero ¿Qué le costaba disimular un poco? Si era evidente que eso la incomodaba, no podía comprender a ese hombre.

Pero para él era diferente, él solo quería verla bien, y sentir su energía no le era suficiente y más cuando la sentía tan voluble, tenía que limitarse a sus ojos y observarla, admirar como pese a serle tan difícil seguía intentando y el que estuviera llevándola hacia el peligro, lo mantenía en la incertidumbre de que podría pasar, no sería solo Gohan sino también ella, por la que no podría permitirse perder, no estando ellos tan cerca del peligro, aunque no supiera el como había terminado allí, era el primer viaje juntos desde que regresó y a diferencia del pasado, era nuevamente ante una situación peligrosa, así que tenía que poder al menos valerse por si misma, por lo menos así no sentiría tanta tensión al momento de aterrizar y dejarla a la deriva sin su protección.

"Carajo"

Pensaron ambos, más se concentraron en lo suyo, él en completar la cifra de lagartijas que se había impuesto y ella en acostumbrarse a ese peso sin hacer un espectáculo.

Apoyó una mano en la pared y cayó de rodillas al terminar de dar una vuelta a lo ancho de la zona inferior, podría contar con los dedos de sus manos cuántas había alcanzado apenas a dar, se sentía humillada, el había seguido a un ritmo bastante rápido a comparación, aunque lo intentara, aún estaba lejos de seguirle el ritmo, bufó exteriorizando su cansancio y miro de nuevo a la abertura superior, más no vio nada, trago pesado y deslizó sus piernas para poder plantar el pie al suelo e intentar levantarse del piso, no podía seguir cayendo de bruces cuando terminara una simple vuelta, debía poder mejorar su resistencia contra reloj, aunque fuera humanamente imposible, se impulso de nuevo y logrando estabilizar su peso en las piernas apenas y se irguió unos centímetros y volvió a sentir su mirada sobre ella mas no quiso corresponderle o reñirle por estar de mirón, sería mejor ignorarlo si quería mantener su dignidad a flote, se impulso un poco más apenas quedando acuclillada de nuevo, sin saber si el rubor que cubría sus mejillas era de la vergüenza o del esfuerzo, llevo las manos contra la pared y fue incorporándose lentamente mientras el sudor volvía a resbalar por su frente.

—Vas bien…— le dijo pese a verla bufar de cansancio, mientras movía sus manos con un par de pesas y sus piernas enroscadas en la escalera quedando de cabeza, se había acostumbrado mas rápido de lo que había creído pero sentía que se había frenado su avance al no ver una mejora rápida desde que habían comenzado, a pesar de no ser consiente de la condición de su esposa aún se sentía preocupado por ella, después de todo aunque su carácter fuera de temer seguía siendo una mujer frágil ante sus ojos.

—¡Shh!— atino a silenciarle mientras aún resistía el peso que había adquirido en tan poco tiempo y que a diferencia a cuando habían despegado ahora podía moverse sin sentirse morir en el intento, tendría que checarse con el viejo para descartar fisuras óseas, pero sería lo de menos si quería estar lista para el combate.

"Sino consigo mejorar en estos seis días, estaré perdida antes de llegar a ese planeta"

Con ese pensamiento reafirmó su agarre y con el seño más que fruncido logró estar en una posición más manejable, para poder dar su primer paso aunque necesitaba aún ayuda de sus manos contra la pared y sus pies aún magullar la suela contra el piso.

Ese par de horas fue suficiente para entender que todo lo que había vivido el último año, apenas era un calentamiento, al nivel de exigencia que un par, por no decir unos mil doscientos kilos ejercía sobre su modesto cuerpo, ¿Cómo podría resistirlo? Alguien como Goku estaba totalmente fuera de una percepción lógica, para él, las métricas eran juego de niños, sin poder evitarlo, sus niveles de lucha o resistencia era un abismo de disparidad, siquiera podría decir que estaba en buena forma, al reflejarse en él, aunque fuera cruel y severa con ella misma, no había punto de comparación, y apenas iban veinte grados, estaba tan por debajo que si hubiera estado en esa batalla con esos Saiyajin, habría sido peor que una carga, hasta su pequeño podría protegerla más a ella, que ella a él.

Que indignación…

Podía escucharlo moverse de nuevo a la planta superior y moverse a sus anchas tomando seguramente un par de pesas más grandes de las que había estado usando, mientras ella todavía seguía aprendiendo a caminar, humillante, tendría que decirlo en voz alta, más a un seguía semi arrastrando sus piernas, No estaba bien, No mejoraba al ritmo que quisiera y eso le jodia a sus palabras, con toda la razón se lo dijo, no estaba aún a su nivel, lo comprendía pero no quería aceptarlo tan pronto, volviendo sus ojos a dónde momentos antes él había estado, agradeció no verlo, se sentiría peor si él descubría sus emociones al borde del colapso, ¿Por qué tenía que serle tan difícil? Si se jacto en su momento de ser la mujer más fuerte de la tierra, solo por estar casada con el hombre más fuerte que conocía. Se reprendió por su conformidad, maldecía no haber continuado con su entrenamiento, maldecía dar por sentado que ser una ama de casa era más que suficiente, maldecía a ver abandonado sus gustos por una ideología tonta que había construido en su tonto diario preadolescente, más cuando se negó a recibir su ayuda, por qué él lo hizo, quiso ayudarla en su arte marcial y se negó, terca como siempre, se negó ante una oportunidad en un millón, ¡Tonta!, cualquier otro habría estado hasta agradecido de semejante oportunidad, porque si bien ahora no era conocido, en su momento el era el más alto representante de su arte y simplemente lo dejo de lado.

Jódete

Era la palabra que bien se merecía, estaría segura que en cualquier momento gritaría ante su infortunio en busca de desahogo, sus piernas no respondían y el dolor en su cadera ya se le hacía asfixiante, podría llamarle en cualquier momento a Goku para que le ayudara y rompería en llanto, al ser un fracaso y todo por no poder seguirle el ritmo, por tardar tanto en acostumbrarse a una mísera gravedad inhumana que jodia sus huesos pero no los suyos, ¿Podría ser peor de patética? Odiaba ese revoltijo de emociones que estaban taladrando su cabeza, odiaba haber terminado allí por culpa de ese viejo idiota, odiaba no haberle tomado la palabra y volver a la tierra, odiaba todo, a ella, a él, a esa nave, a la lucha interminable con su cabeza sin tener éxito en refutar sus ideas, lo odiaba, lo odiaba, lo odiaba.

—¡Maldita sea!— chasqueo entre dientes y aún le faltaba ochenta grados más, ¿Cómo podría soportarlo? Si con veinte estaba tirando la toalla—Sino sigues, para que carajos insististe en ir…— se volvió a reprender como si un alter ego hubiera tomado posición de si, riñéndola al poco avance que veía a sus ojos, sin darse cuenta que esa subida de adrenalina había hecho que sus pies lentamente dejarán marcas en el suelo y que sus manos apenas se apoyaran, cuando había tomado con la misma molestia más velocidad y el recorrido en esa cabina aumentar mientras sus pensamientos le martirizaban, distrayendo la mente de su cuerpo y así dejar de limitarse por el dolor que este sentía, creando esa barrera que aislaba sus pensamientos de sus emociones dejando su cuerpo en estado automático, riñéndose despacio, mientras seguía avanzando en ese pequeño cuarto y con la mente más dentro de sus lamentaciones, se fue terminando de incorporar y los pasos tomar ritmo, aligerando el peso extra que extrañamente al desconectarse de los sentidos se acomodaba mejor de lo que podría llegar a imaginarse, anulando uno a uno los dolores que se había pronunciado a lo largo de su corto viaje, ignorando que el sudor en su frente empezar a disiparse, al no ser realmente consiente del sobreesfuerzo que estaba haciendo, enseñándole a los músculos desgarrados como acostumbrarse con mayor agilidad a la presión que los había sometido a la fuerza— tanto que entrenaste con ese viejo decrépito para nada, tanto esfuerzo echado a la basura…— quitó una gota molesta de sudor que se había resbalado de entre sus cejas amenazando con caer en uno de sus ojos y limpiarla sobre la tela de su pantalón, mientras daba un paso mucho más largo cuando el dolor en su cadera se desvaneció, y sus dedos apenas pellizcaron la piel a través de la tela, se frenó, su garganta seca y la respiración aún quitarle el aliento y el corazón bombear contra su pecho, parpadeo confundida cuando intentó dar un paso y el cosquilleo en sus músculos volver a hacerse presente en su cerebro—¿Que?— se dijo incrédula, sacudiendo la cabeza y mirando al suelo por inercia, no recordaba haberse incorporado y los pasos para su sorpresa eran más sencillos ahora, curvo una ceja y aunque el dolor aparecía de nuevo no dudo en empezar a caminar otra vez, en pasos cortos y lentos intentando conectar de nuevo con sus extremidades, había salido de sus quejas de golpe y ya no sentía tanto peso sobre ella ¿Qué carajos había pasado? Buscó a su alrededor y de nuevo aquel reloj pegado al muro marco la hora, ese viejo, había pensado en todo, hasta el como medir el tiempo en esa basta inmensidad y cada hora a semejante velocidad en dígitos terrestres, temerosa de caer de nuevo al suelo, siguió avanzando lentamente y se fue despegando del muro, caminando casi a sus anchas, con tambaleos y temblores de sus piernas cansadas, pero seguía haciéndolo y ante su propia incredulidad verse un escalón más arriba en su pirámide de imposibles, si es que no podía sentirse ligeramente afortunada en ello, debía esforzarse más, apenas y estaban empezando pero sentía un regocijo al conseguir estar de pie, no se lo podía creer, bufó burlona ante su bipolaridad y por primera vez en ese par de horas intentar hacer ligeros estiramientos.

—Oye, Milk—los ojos azabaches se clavaron en ella y está vez, solo desvió su rostro escasos milímetros antes de volver a verlo asomado de cabeza, encorvando una ceja ante su interrupción y este solo le analizó lo suficiente antes de volver a ascender a la planta superior—le subiré a 30G…— le informo sin darle tiempo a reprochar y sentir esos seiscientos kilos más sobre ella, haciéndola retomar su postura de sumo pero sin apoyarse en la pared.

—Maldición…— chisto para si y el calor volver a subir en su cuerpo—¡A-Avísame mucho antes… de que lo cambies!…— riño lo más fuerte que pudo, sin mucho animo al tener que nuevamente acostumbrarse a ese peso adicional sobre su cuerpo.

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No había sido fácil, Krillin había logrado irse con Dende hacia donde ese tal patriarca, sin embargo era un viaje realmente extenso y con la velocidad que iba aquel pequeño no le era suficiente, y dejar a un niño a cargo del bienestar de su compañera lo inquietaba demasiado, la ilusión de que su mejor amigo llegará, era una pequeña luz de esperanza pero temía fallar en ese lapso de seis días, serían una eternidad sobrevivir por si solos con tantos enemigos rodeándolos.

"Maldición, espero llegues pronto Goku"

Chasqueo su lengua y se acercó al pequeño niño, sujetándolo entre sus brazos y acelerando su vuelo, no podía simplemente esperar, tendrían que ir lo más rápido posible y ganar tiempo, si aquellos sujetos conseguían las esferas del dragón, no habría oportunidad para ellos.

—¿Cuánto nos falta?— cuestionó al pequeño sin desviar la mirada del horizonte.

—No mucho. Solo ve más a la izquierda…—Acelero su vuelo un poco más, agradeciendo que fueran contadas las personas que lograban percibir el Ki en ese lugar.

Mientras tanto Gohan ya estaba algo cansado de esperar, Krillin se había ido hace un rato y la peliazul no era la mejor dialogando con alguien de su edad, sin embargo, apenas pronunciaba una palabra era para mostrar su inconformidad con todo, estaba temerosa, preocupada y sin mucho más que hacer que maldecir su mala suerte, las quejas en su voz apenas y sacaban de sus pensamientos al pequeño, de todas maneras, no había mucho que ambos pudieran hacer, sino era esperar.

—Estoy harta de estar aquí, no debería porque pasarnos eso—trazo las letras en el crucigrama con brusquedad alcanzando a rasgar un poco del papel. El pequeño la miró un poco incómodo pero trato de amenizar un poco el mal humor de la ojiazul.

—Tranquilízate Bulma, mi papá llegará pronto, solo debemos esperar a que todo salga bien— decía también para si mismo, mentiría sino dijese que estaba asustado, el plan original había cambiado, no quería pensar que habían fracasado en su tarea, debían de poder traer al Sr. Piccoro de vuelta y a los demás, se lo había prometido cuando se enteró de esas otras esferas y al llegar y ver qué realmente existían había sido un ligero bálsamo, ojalá pudiera tomarlas y cumplir con su deseo, pero con tantos enemigos, solo podía sentir el miedo cruzar por su estómago y rogar porque todo saliera bien.

—Es verdad pero es tan desesperante esto, hace un rato hablé con el Maestro, no sé si debería llamar a mi papá y saber si Goku ya esta en la nave…— llevo el lápiz con el que había estado llenando el crucigrama a su boca, apenas dándose unos leves golpecitos, al menos así podría calcular un tiempo exacto de llegada y aprovechar para irse de allí lo antes posible, no quería seguir estando ahí, quería volver a casa y meterse en su cuarto y no salir por lo menos por un mes y olvidarse de esa molesta tarea que la habían obligado a cumplir.

—¿Podrías comunicarte con mi papá?—pregunto mientras movía uno de sus pies contra una pequeña piedra incrustada en el suelo intentando zafarla, si podía hablar con el podría sentirse menos tenso, sabría que él le diría lo que quería escuchar e iría por el, confiaba que así sería. Aunque también extrañaba escuchar a su madre y decirle que apenas había estudiado un poco de lo que le había dicho en su trayecto a Namek, aunque lo regañara, se sentiría menos tenso aunque fuera por unos segundos.

—No, el comunicador está fijo a la Corporación Capsule y a KameHouse, es lo máximo que permite está distancia a líneas directas—Una ligera mueca se vio en los labios del infante, sintiendo pena al ver a alguien tan pequeño lejos de su familia—Estamos muy lejos—no había tardado mucho en activar aquel aparato, esperando que la señal desde esa cueva no tuviera tanta interferencia y lograra saber algo más de la tierra, se agachó hacia el y movió una pequeña palanca a la espera de escuchar alguna voz conocida, aguardando un par de minutos y con extraños zumbidos que de aquel aparato captando un pitido algo bajo al otro lado de la bocina.

—¿Diga?— escucharon entrecortado pero lo suficientemente audible a través de la bocina.

—¡Papá! Soy yo ¡Bulma!—se agachó por inercia intentando escuchar su voz lo más audible al estar en altavoz, su voz algo senil llegaba a tranquilizarla pese a todo.

—Oh, Hija, es un alivio saber de ti, Goku hace un rato se fue para allá, puedes empezar con el conteo antes que arribe en Namekuseín— una sonrisa emocionada escapó de su garganta y miro fugaz al infante.

—Oh, papá, es un alivio escucharte decir eso ¿Verdad Gohan?—el pequeño asintió y se acercó de un salto al aparato y se agacho para poder escucharlo un poco mejor.

—Ajústalo a unas seis horas, o talvez cinco desde que despegó, va con refuerzos así que no se preocupen, llegará listo para todo, está entrenando en un modelo de alta gravedad que diseñé.

—¿Refuerzos?— comento el chiquillo pero la emoción de la mayor siquiera le dejo cuestionar mucho más cuando sujeto la bocina y la llevo a su oreja, dejándolo a la espera de las palabras del viejo.

—Dile que no se vaya a equivocar de planeta, lo necesitamos aquí lo antes posible—Riño fuerte pero el viejo solo rio.

—Claro que no, deje el rumbo fijo así que por más obstáculos que haya el llegará en ese plazo hasta allá…— se escuchó entrecortado nuevamente y la voz del hombre se perdió entre sus últimas palabras.

—Esta bien, está bien, colgaré. Hay interferencia, avísame cualquier cosa, estaré atenta— la chica ya estaba más aliviada y no le importo cortar la comunicación, cuando el ruido zonal y el zumbido lastimo sus oídos — solo nos queda esperar Gohan. Ojalá Krillin también llegue pronto— le sonrió al pequeño y revolvió los ligeros cabellos azabaches.

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En medio de todo había terminado optando por quitarse la parte superior del Qipao, había sido demasiado molesto y caluroso la tela con la que se había cubierto en la mañana, pese a que había tomado el traje más ligero, se había desecho de el y lo había dejado amontonado a un costado de la pared, sintiendo la liberación en sus extremidades, para poder hacer fácilmente algunos estiramientos sin que la tela extra le estorbara, su camiseta esqueleto le daba la ventilación suficiente para no ahogarse cuando su rutina la obligaba a doblar su cuerpo o a tomar un ritmo ligero de movimientos, aunque el sostén le tallara y se moviera de mas lastimando un poco su busto, siguió haciéndolo para no perder el ritmo que había logrado controlar después de tanto, estaba segura que caería dormida profundo en un par de horas más, movió su cuerpo hacia atrás intentando un ligero trote que lograra aumentar la velocidad de sus piernas.

—¿¡Eres tu Kaio-sama!?— freno en seco, mirando a su espalda en dirección a la escalera, se encamino lo más rápido que pudo allí cuando la voz del moreno atravesó la nave, había hablado realmente fuerte y no había escuchado ninguna señal de conexión interna—¿No me digas que no lo sabías? ¡Algo terrible está ocurriendo en Namekuseín!—enarco una ceja sin comprender de que hablaba, no escuchaba a nadie además de él, y no quería pensar que se había golpeado sin que se diera cuenta, empezando a alucinar, se relamió los labios y con duda decidió ascender a paso lento mientras aún lo escuchaba dialogar con alguien fuera de su realidad—Kaio-Sama, es algo realmente grave…—se asomo con cuidado y aunque no tardo tanto en subir, si sentía aún recelo de estar dentro de la planta baja y como le parecía tener mejor oxígeno en la planta alta.

—Oye…— dijo por inercia pero este siquiera la había volteado a mirar, optando por terminar de salir y quedar sentada en el borde de aquel agujero.

—¿Visitas? ¿Qué tengo que ver con eso?— de nuevo hablo fuerte, muchísimo más, casi gritando, sin despegar la vista del techo como si hubiera a alguien allí… sintió un ligero escalofrío, ¿Podría ser que su acercamiento al otro mundo lo dejo con alguna conexión con los muertos?

—¿Goku?— le llamo un poco más alto y curvo su cabeza cuando lo escucho decir nuevamente Kaio-Sama, ¿Porqué sentía que ese nombre se le hacía conocido?

—¿Cuatro personas? ¿¡No me digas que ellos llegaron hasta allá Kaio-sama!?—afilo sus ojos y se acuclillo en el suelo, acercándose realmente lento, no tan segura de su estado actual ¿Y si la atacaba? No podría hacerle frente por más que quisiera, lo escucho reír y casi dar un brinco ante la emoción de su voz haciéndola retroceder—¡Yamcha!— su cara se desencajó y quiso volver tras sus pasos.

"¡Está hablando con un muerto!"

Sintió el escalofrió recorrer su espalda, ¿Cómo era posible eso? Y fue cuando aquella conversación que tuvo con su padre le llegó a su cabeza, Goku había dicho cuando falleció que quería que lo revivieran dentro de un año, entonces, ¿Sería de esa manera en la que se comunicó con ellos? Era escalofriantemente asombroso.

—Voy rumbo a Namekuseín… aunque— su cuerpo se giró hacia ella sobresaltándola y por auto reflejo rodearse con sus propios brazos, mirándose un par de segundos dudosos, ella retrocedió un paso y él se movió hacia ella a la vez, haciéndole una pequeña señal para que se acercara, estirando su mano, pero negó rápido y este inclinando su cabeza confundido, acercándose un poco más a ella— no pude acompañarlos antes, quedé gravemente herido y Bulma, Krillin y Gohan fueron hasta allá para conseguir las esferas del dragón y poder revivirlos— dijo sin más mientras ella retrocedía otro paso, pero logro darle alcance y sujeto su muñeca y para su conmoción, escucho como en un eco la voz de Yamcha se ampliaba en su cabeza.

—¡Igh!— se sobresaltó, con su mano libre sujeto la mano que la mantenía prisionera, intentando buscar la fuente de aquella escalofriante voz y como con solo tocarlo, ahora era receptora en esa conversación, negó asustada e intento alejarse ante semejante experiencia, que quizás en otro momento le abría causado más diversión que miedo, pero él le negó y siguió hablando con su compañero fallecido en su anterior batalla, ¿Cómo podía estar tan tranquilo?

—Sino me vuelvo más fuerte entre cinco días, todo estará perdido…

—¿Qué pasa Goku? ¿Ocurre algo malo?— otro escalofrío paso por su cuerpo y el chico aunque serio no pudo evitar burlarse de su expresión y del tono azulado sobre el rostro de su esposa, después podría explicarle esa conexión telepática que había adquirido con su más reciente maestro.

—Ese Saiyajin, Vegeta también está allá y quiere las esferas del Dragón.

—¿¡Que dijiste!?— hasta la sorpresa parecía genuina salir de un fallecido Yamcha, ¿Qué no se suponía que al morir perdíamos todos nuestros recuerdos? Aunque claro, algunos llegaban a quedar como antepasados protectores pero era muchas creencias de diferentes religiones que comenzaban a llegar a su cabeza en cuestión de segundos.

—¿¡Fueron atacados por ese sujeto!?— una nueva voz resonó en su cabeza, esta vez siendo una desconocida para ella pero correspondió la mirada del chico y su ceño también se frunció, cuando las palabras calaron más que la impresión de los hechos, podría después maravillarse de aquella técnica.

—No, Todavía no se ha dado cuenta que ellos están allí, pero hay algo más extraño, también están unos sujetos muy poderosos allá y también las están buscando, pero su forma de vestir, es igual a la de Vegeta pero no son Saiyajines, y uno de ellos tiene el Ki mucho más fuerte que el de Vegeta.

—¿¡Que cosa!?— escucho en unísono pero siguió manteniéndose al margen, no quería hacer preguntas en medio de esa conversación, pero sintió en ese ligero apretón la inquietud del moreno, sintiendo mucho más preocupación que antes, su tono de voz, realmente mostraba el desconcierto que le tenía a ese individuo y siendo el culpable del estado en el que estuvo su esposo, realmente sintió el peso de ir a un lugar tan peligroso.

—Mas fuerte que él, puede que ese sujeto sea Freezer…

—Aun no lo sé Kaio-sama, pero tan pronto lo sepa se los diré—alivianó el agarre en su muñeca, pero ella no se alejo aun teniendo la suya sobre la de él.

—No, déjame investigarlo por ti— dijo la voz que ella supuso era ese tal Kaio, se soltó del moreno llamando su atención, alzando sus manos a pesar de la mirada confundida del chico y le susurro casi sin soltar su voz, lo más bajo posible.

—¿Pueden escucharme a mi?— señaló por inercia sus oídos y luego al techo para que él pudiera entenderle mejor, él negó e intento sujetarla de nuevo, necesitaba que ella estuviera al tanto de la información si estaban viajando juntos.

—Si tomas mi mano si podrían…—Susurro igual que ella, más está movió su cabeza rápidamente en negativa.

—Ni de riesgos, prefiero que no lo sepan, seguro pensaran que es una estupidez que este aquí y no pienso debatir que debo o no con ellos— volvió a susurrar y este torció ligeramente sus labios, quizás hasta lo cuestionarían a él por no llevarla de vuelta tan pronto la descubrió a bordo, asintió pero volvió a estirar su mano.

—Bien, pero mientras Kaio-sama confirma que está pasando allá, prefiero que estemos al tanto, si son tan peligrosos como le dijo Bulma al maestro, prefiero que te mantengas al margen por tu seguridad cuando lleguemos allá…

—No pienso discutir eso ahora…—afirmo antes de sujetar su mano con brusquedad y el grito al otro lado le generó una pequeña migraña como si hubiera estado al lado de su oído.

—¡Si es Freezer!

—¿Que pasa? ¿Lo conoces Kaio-sama?—su rostro volvió hacia el techo de la habitación y hablo fuerte a aquel hombre azul con el que compartió por casi seis meses.

—Goku, está vez tu oponente no es el indicado, es el peor de todos, está fuera de tu alcance—Temeroso del enemigo no quiso siquiera buscar alguna otra alternativa, había escuchado y visto desde su posición de lo que era capaz de hacer aquel ser maligno, autoproclamado emperador del universo, y aún que los amigos de su discípulo hubieran llegado, no servirían de nada en semejante batalla si llegaban a confrontarse— no quiero que te expongas ¿Entendiste?— el temor el la voz del Kaio, pinchó el pecho de la morena, apretando sin querer la mano del azabaches sin mirarlo, llevando los ojos al suelo descubriendo las marcas que ya habían empezado a arruinar la cubierta que había diseñado el viejo Brief.

—¿Qué? ¿Por qué dices eso?

—Escúchame atentamente Goku, no te acerques a él, es una orden, tan pronto llegues a Namek, buscarás a los demás y huiras de ahí, no lo digo por salvar tu vida, sino por el bien de la tierra, de Namekuseín y de los demás planetas, si lo atacas sin más, lo harás enojar y ocurriría algo desastroso—soltó el aire que había retenido, ante el temor que la energía de ese sujeto le provocaba—No hay otra opción que dejarlo en paz.

—¿Tan fuerte es ese tipo?—sintió la emoción crecer en su vientre y sentir el cosquilleo ansioso de un nuevo enfrentamiento—Me dan ganas de conocerlo…— susurró

—¡No te le acerques por nada del mundo! ¿¡Entendiste!?—un golpe en el estómago y el dedo índice de Milk señalarlo en advertencia sobre su nariz, cuando perdió su voz antes de que el viejo Kaio lo reprendiera en otro grito y escuchará su gemido de dolor.

—Pero…—dijo a ambos pero negaron ante sus ideas, sin embargo podría variar la ecuación si ese tal Freezer encontraba a los demás antes que ellos llegaran.

—Goku—Otra voz apareció de la nada y los vellos de la morena se crisparon mucho más que con la simple voz fantasmal de Yamcha— ve pronto a Namekuseín y revíveme, juntos acabaremos con ese gusano…

—¡Piccoro!— exclamó ella, dando un brinco lejos del moreno tallando sus oídos cuando esa voz retumbó en su cabeza, era su voz infernal.

—Esta bien. Cuídense— fue la Frase final que uso el moreno al cortar la comunicación, cuando los balbuceos de ella apenas y le dejaban escuchar la conexión con el otro mundo, sin contar que no sabría que decirles si llegaron a escucharla.

—¡Esto es una broma! ¿Porque estabas hablando con él también?—exclamo aún descompuesta mientras intentaba calmar el escalofrió de su cuerpo.

—Están todos con Kaio-sama, dónde entrene todo el tiempo que estuve muerto, allí podrán aumentar su poder y darnos alcance, con ellos allá, abran más oportunidades de ganar.

—¿Quiénes?—curvo su ceja izquierda— ¿No escuchaste A ese tal Kaio? Ese tal Freezer no está a tu nivel— escupió Aquellas palabras viendo la molestia en el rostro del moreno, pero hasta el mismo lo dijo para ella y si era real, estaba yendo a una muerte segura— podrías volver a morir si haces algo imprudente.

—No me pidas que desista, Si tan poderoso es, en cualquier momento podría atacar la tierra y no pienso permitir eso.

—Estas delirando— apretó el puente de su nariz intentando calmar su futura jaqueca— tu prioridad en este momento es ir por Gohan y volver a casa, nada mas.

—Lo siento Milk, pero si está a mi alcance haré lo posible por derrotarlo a él y a Vegeta…

—¡No lo sabes!—reprendió cuando lo vio más que seguro en sus palabras— No sabes si está o no, ese hombre lo dijo, es más de lo que tú, yo, y los demás podamos manejar—El negó y sintió que en su mirada había algo de enojo hacia ella, pero simplemente no quiso debatirlo, su posición se había mostrado clara, aunque no le gustara.

—Siento que hayas terminado aquí conmigo— apretó sus puños sintiendo la evidente reticencia de ella ante la nueva información—pero no voy a retroceder tampoco, aunque este entrenamiento sea duro para ti, tengo que hacerlo, el renunciar sería como postergar la destrucción de lo más importante para mí— se giro hacia las pesas que había dejado sobre el suelo ante el llamado del Kaio desde el otro mundo—Me sentiría más tranquilo con que estuvieras en la tierra, Con Gohan, pero ya estás aquí ¿No?—las levantó con algo de esfuerzo y retomo el movimiento que había pausado, sin mirarla sintiendo sus ojos ahora sobre él, estaba enojada, pero, él también lo estaba y no quería perder más tiempo.

"Has lo que quieras"

Sintió que la energía que había resguardado en su cuerpo se escapó al ver esos ojos oscuros lastimados ante sus palabras, negó pese a que no la mirara y se encamino de nuevo a la planta baja, sería mejor continuar con su entrenamiento por separado, no creía que él le hablara pronto y tampoco pretendía hacerlo también. Bajo con cuidado y miro con deseo la esponjosa cama no muy lejos de ella, pero chasqueo la lengua y sacándose los zapatos decidió que aumentaría su entrenamiento con algo más avanzado que los sencillos estiramientos y debía aprovechar la creciente molestia en su cuerpo, pero primero iría por un poco de agua a la cocina, encaminándose lento y apenas abrió la nevera y sujetó una botella de agua.

—¿Creí haberles dicho que debían llevarse bien?— se sobresalto casi golpeándose la cabeza con la parte superior del refrigerador, pero se giró hacia él y sin destapar la botella, cerró la nevera con uno de sus pies e intento acribillarlo con la mirada.

—Viejo…— vio la pantalla sobresalir de una de las paredes de la cocina.

—Me sorprende lo bien que te has adaptado, pensé que tú cuerpo estaría con los huesos rotos, con casi un día de viaje pareces como sino te hubiera pasado nada—ella rodó los ojos y con su antebrazo alejo una ligera molestia que había aparecido en su frente y refresco su garganta con su propia saliva, mientras abría la botella de agua, pero algo en su cabeza hizo clic y fue realmente consiente que su nivel en ese momento era totalmente diferente al que había tenido cuando quedó atrapada en la nave, se acercó cautelosa y busco a través de la pantalla a ese par de colegas de Goku, que se habían acercado al viejo para saludarlos pero que no estaba al tanto del trato entre ellos.

—¿Dónde están?

—Te refieres a Puar y a Oolong?—Asiente mientras alza sus hombros y los flexiona hacia atrás haciendo crujir los huesos de su espalda— están durmiendo aún, pronto amanecerá en la tierra— su mirada gacha empezó a calcular un poco más el tiempo y sino estaba errada llegarían al anochecer en ese planeta, claro, Si existía la noche al igual que en la tierra.

—Aun no entiendo…—le dio un sorbo a la botella y quiso comprender porque la metió en ese embrollo.

—Quiero ver qué tanto resiste tu cuerpo—Se acercó más a la pantalla, como si le susurrara un secreto al oído apenas dejando visible el tupido bigote— en el año que estuviste conmigo, en la montaña, estábamos…

—No lo diga de esa manera—le freno claro y alzó su mano para que se callara— suena asqueroso— lo vio enseñar los dientes tras el bigote y alejarse un poco del mónitor.

—Di lo que quieras, pero los resultados hablan por si solos, tus indicadores son increíbles— finalizo acentuando cada sílaba de la última palabra y golpeteando un esfero en el escritorio.

—¿Me ha monitoreado? — miro la botella y dudó si podría tener algo extraño o si habían más cámaras ocultas en la nave.

—El dije— se recostó en su asiento y estiro sus piernas con un notorio bostezo— lo llevas contigo y eso me permite validar tu signos vitales, pensé que no sobrevivirías, por eso le dije a ese muchacho que estabas ahí, me preocupe mucho— la joven no pudo evitar rodar los ojos. ¿Preocuparse? ¿Por ella? Si cada dos por tres parecía joderla con sus tontas ideas.

—No me haga reír, lo que menos le importa es mi bienestar.

—No, claro que no— se movió a un lado y en la pantalla trasera se vio la silueta de un cuerpo y las constantes vitales bien remarcadas, indicando temperatura, funciones motoras y un par más que si quiera se molestó en detallar — tu cuerpo ya se acostumbro a la gravedad que Goku ejecutó en un principio, fue un cambio brusco para ti, pero lograste resistirlo muy bien, eso me alegra mucho.

—Casi muero, ¿Es realmente consiente de eso? escuché mis huesos crujir, mis músculos doler, creí tener las costilla rotas…— se miro curiosa pero el viejo rio al otro costado de la pantalla

—Casi, fue una fisura pero ya lo sano tu cuerpo, tu sistema de auto regeneración es increíble, a medida que te movías y tus músculos se desgarraban las células del virus cuidaban que el daño no fuera grave, supongo que por eso casi no resististe el impacto inicial, mientras intentaban mantenerte viva curaban tu cuerpo, pero no dejabas de moverte y eso llevo a qué lo poco que se regeneraba se estropeaba de nuevo y el proceso fuera más lento, mientras se amoldaba al esfuerzo constante y a la necesidad de mejorar tu capacidad, espero que no vuelvas con unos músculos del tamaño de mi casa.

—¡Cállese!— sintió el dolor de cabeza está vez haciéndose real y no lo que pensó que le generaría escuchar a Piccoro en medio de su cerebro—eso significa que entre más expuesta a esta mierda…

—Mas fuerte te volverás, aunque insisto, me preocupa que te pongas muy musculosa, tendré que validar tu fisiología cuando vuelvas, para Goku está bien, estéticamente el hombre debe verse masculino, pero una mujer, pensarían que eres un hombre, no puedo dejar que tengas una masculinización pronunciada, mis datos no son del todo fiables, puede que pase, como que no.

—Que imbécil, eso es lo de menos— bufó exasperada y tomo un trago largo de la botella que aún seguía en sus manos.

—No, no, no, no, no menosprecies tu aspecto, si te ven frágil puede darte ventajas en tus misiones, ya te tengo un par listas cuando regreses.

—¿Se da cuenta que estoy atrapada en esta nave por su culpa? Y ¿Que mi esposo no está muy feliz de que esté aquí?

—No digas eso—le resto importancia sacudiendo una de sus manos— es más, deberías aprovechar que estás con Goku, tiene muchas técnicas que te podrían servir en el futuro.

—Viejo estúpido— tomo otro trago de agua—¿Sabe que debería hacer? Debería dar la vuelta a la nave, volver a la tierra, darle una paliza y volver a mi casa, eso debería hacer..

—¿Ah sí? ¿Y por que? ¿Qué pasa con tu hijo? ¿Lo dejaras abandonado a su suerte?—se mordió la mejilla, había olvidado ese pequeño detalle y era el más importante, chasqueo la lengua y termino el liquido de la botella—¿Qué pasa…?

—… Parece que ir a ese planeta es realmente un suicidio— le miro sería y noto como el gesto burlón del viejo desaparecía— y no es porque simplemente haya más personas buscando esas esferas, dudo que la presencia de Goku cambie en algo lo que está pasando allá y me carcome que mi presentimiento sea cierto… espero que no— tragaron pesado pero no dijeron nada más en unos cuantos segundos.

—¿Qué piensan hacer? ¿Tienen algún plan?

—Por ahora no, pero me imagino que él se irá tan pronto aterricemos— se recargo sobre la encimera y se cruzó de brazos—no creo que me lleve con él, así que estaré por mi cuenta, ¿Las cápsulas dentro del dije funcionarán allá?— lo vio reclinarse en el asiento y asentir a su pregunta, miro veloz las teclas en su escritorio y giro el esfero en sus dedos.

—Siendo así, lo mejor sería la cautela, pero desconozco si esos sujetos se asemejen a las técnicas de Goku.

—Creo que si, ¿Su hija no dijo nada sobre algún arma especial o algo?

—No, solo que era muy fuertes y que ellos no podrían hacerle frente…— apoyo los codos sobre la mesa y apretó sus labios— si es así, su táctica será el atacar frente a frente, como hasta ahora lo han enfrentado estos muchachos, así que lo mejor sería aplicarse a la guía de Goku, ese muchacho es muy bestia si quiere entrenar a 100 veces la gravedad de la tierra— una gota de sudor bajo por la cabeza de la morena— pero es la mejor táctica de sobrevivencia que veo fiable y si funciona, podrás aplicarla cuando vuelvas a la tierra.

—Puede que si, pero es muy corto el tiempo y no creo poder sacarle provecho como usted quisiera— bufó cansada e intento darle algo de calor a sus fríos brazos—¿Podrá soportar mi cuerpo ese peso?

—Si, según la simulación que hice, a ese mismo ritmo que van, de diez en diez tu cuerpo podrá soportarlo sin ningún problema, pero no lo lleves a su límite de golpe, podrían matarse—Los dedos del viejo rápidamente empezaron a teclear, solo llegando el sonido de cada ligero golpe, más no pudo ver que estaba digitando— vayan con calma, apresurarse no sería bueno para nadie, pero si sigues por ese camino resistirás perfectamente, entre más sobre esfuerces tu cuerpo mayor será la cantidad de tus células regenerativas, podrías hasta crear brazos adicionales como lo hace Ten Shin Han o Piccoro, sería increíble…

—No quiero ser un monstruo. Contrólese viejo, Deje de divagar.

—Esta bien. Está bien. Pero ya tu cuerpo está preparado. El golpe inicial ya no es un problema y estás como si nada en 30G, quien sabe, puede que estés al mismo nivel de Goku cuando lleguen a Namekuseín.

—Ni en sueños. Aunque yo resista la gravedad a 100G, el nivel que tiene Goku es muy superior al mío— se miro una mano y la apretó con algo de impotencia— a la única persona que creo alcanzar es a Krillin y eso seria mucho.

—No te desanimes, cuando llegues allá no creo que seas peso muerto.

—Ya lo veremos, solo quiero ir por Gohan y volver a casa, aunque Goku tenga otros planes—susurro lo último arrojando la botella dentro del lavado.

—¿Goku no piensa volver?

—No lo se—frunció sus hombros— pero no quiero que muera por un capricho, y se que se estará exponiendo, siempre lo hace y no creo poder soportarlo, menos sino le soy de ayuda.

—Que negativa que eres, tendría que llevarte a sesiones de autoayuda cuando vuelvas.

—Anciano…

—Veo que siquiera tu mal carácter esta apaciguado con tanto sobreesfuerzo, por ahora debería ser más manejable con el cansancio, pero cuando llegues podrás realmente ponerte a prueba… vas bien, niña, vas bien— Se reclinó y sujeto la caja de cigarrillos y encendió uno—no dañes tu ropa— ella curvo una de sus cejas y entrevió su rostro en el humo que salía de su nariz — solo deje ropa de la talla de Goku, tuya no hay— su boca se abrió en un ligero Oh, cuando capto ese detalle y no pudo evitar hacer una mueca y desviar los ojos hacia aquel pequeño closet al otro costado de la habitación.

—Grandioso—bufo con sarcasmo, y más cuando el viejo simplemente cortó la comunicación, se miro una vez mas y no tuvo de otra que terminar de quitar el pantalón licrado y recoger las demás prendas que había dejado regadas cerca a las paredes, camino hacia el closet y tomo la camiseta azul de uno de los trajes, el cinturón que aseguraba el pantalón a su cintura y un juego de ropa interior masculina, agradecía que eran estilo pantaloneta y no se ajustaban demasiado a su cuerpo, rebuscó un poco más en los cajones y saco un par de vendas, terminando de desvestirse y dejar de su propia ropa solo las bragas y ponerse las nuevas prendas, como su nuevo traje de entrenamiento, no podría permitir que su ropa se estropeará antes de llegar, así que vendo su pecho y la planta de sus pies al descartar también su calzado para los siguientes días, al no tener algo más a la mano, tendría que conformarse con eso, dejo dentro de uno de los cajones su ropa y se tentó con recostarse un rato o si seguir entrenando un poco más.

—¡Milk! —Se tensó cuando lo escucho No muy lejos, más este parecía solo haberse asomado desde la planta superior hacia la hendidura de la escalera—¡Voy a subir la gravedad a 50!

—¿¡Que!?

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Aquella pequeña cabaña escondida en lo alto de la montaña alivio al hombrecillo, después de horas de viaje al fin podría descansar aunque fuera un par de minutos, aterrizo con cuidado, observando cómo aquella puerta que impedía su entrada se alzaba como una compuerta y un sujeto idéntico al mismísimo Piccoro salía de allí.

—El patriarca los está esperando, por favor, pasen—un asentimiento y el hombrecillo con aquel pequeño ingresaron al lugar, subiendo a la parte superior de la vivienda por una abertura aérea, levitando con cuidado hasta encontrar a un enorme Namek, bastante viejo, sentado a escasos metros de ellos.

—Lamento las condiciones en las que estamos pasando y me disculpo por los inconvenientes.

—¿Usted es el patriarca?—cuestiono el calvo de traje naranja.

—Así es, agradezco que hayas intentado salvar la vida de mis hijos, pero estoy tan viejo que no podría defenderlos aunque quisiera—Este asintió suave y apretó dudoso sus labios.

—No se preocupe señor, pero, necesito que me permita usar la esfera del dragón, tenemos que revivir a mis amigos y detener a estos sujetos…—su voz sonó dudosa y aunque haya querido expresarse más seguro, pero la incertidumbre de no saber si sería atrapado y le arrebataran aquella esfera.

—¿Tienes conocimiento de las esferas?—apenas y el gigantesco hombre sentado en medio de la sala se movió.

—Así es, en la tierra, de dónde vengo, también habían...

—¿Cómo es posible?—el joven guerrero apretó la tela de su traje en una de sus manos e intento acercarse.

—Un Namekuseín que escapó de aquí, llegó a la tierra y las creó, el se convirtió en nuestro Kami-Sama.

—Ya veo—guardo silencio por un par de segundos y tomando aire de manera ruidosa, aclaró su garganta—pequeño, ¿Podrías acercarte?

—¿Yo?— se señaló Krillin, recibiendo un asentimiento lento por parte del gran hombre.

—Quiero conocer tu pasado —el joven se fue acercando lentamente y la voz del enorme ser verde se hizo más suave pese a su tamaño— comprender mejor tus intenciones —alzo su mano cuando este estuvo a su izquierda, muy cerca a su asiento —y saber realmente si eres de fiar está esfera del Dragón— posicionándose sobre la cabeza antes de sentir en su tacto el ligero temblor de Krillin, rebuscando en sus memoria si las palabras del chico eran reales, encontrando la figura de aquel que se convirtió en Kami-Sama y el como la historia de las esferas del dragón salía a relucir— ya veo, realmente es algo necesario para ustedes, sin embargo encuentro un gran poder oculto en ti…— el chiquillo siquiera alcanzó a responder, cuando la energía de aquel ser cruzo por todo su cuerpo, sintiendo una oleada cálida recorrer sus extremidades e irse combinando con la suya hasta que no quedo rastro alguno y solo su creciente poder.

—N-No puede ser, esto, esto es asombroso… ¿Está es mi propia energía?—busco pese a su posición la confirmación en el rostro del enorme hombre.

—El patriarca puede activar los poderes dormidos de cualquier ser vivo, no importa que sea, si existe, abrirá esa puerta—aclaro aquel hombre parecido a Piccoro y le sonrió suavemente.

—Es grandioso…—Estiro sus manos cuando el patriarca rebuscó sobre su asiento la enorme esfera y se la extendió, la sujeto dudoso y no supo si preguntarle sobre su técnica hasta pocos segundos después—¿Realmente puede despertar el poder de cualquier ser vivo? ¿Cómo el de un niño por ejemplo?

—Si tiene un poder dormido si, no importa que, puedo activarlo.

—¡Es grandioso! iré por Gohan, esto nos servirá de mucho— corrió hacia la abertura del suelo donde antes había ingresado—Puede hacerlo con mi amigo, ¿Verdad?— el enorme hombre le asintió y este sonrió un poco mas— espérame aquí Dende, iré por Gohan, procuraré no tardar—salió de un brinco y la velocidad con la que emprendió vuelo fue sorprendente, realmente el patriarca había liberado su energía oculta y el poder que ahora expulsaba de su cuerpo lo llenaba de más esperanzas, podría subir su índice de sobrevivencia y aguantar esos largos seis días—Aguarda, Gohan—se dijo casi en un grito mientras aceleraba el vuelo hacia donde se estaban ocultando, y con la nueva velocidad recién adquirida, no tardaría tanto en llegar con ellos, tomar a Gohan y volar de vuelta con el patriarca y así podrían ejecutar otro plan para robar las esferas faltantes.

Aunque no contó que por su arrebato había sido descuidado y detectado por alguien no muy afín a él y para su desventaja, este, ya había dejado de utilizar aquellos molestos rastreadores en un anterior encuentro.

—Ese Terrícola…— lo siguió de cerca y aprovechando que este aún no se había percatado de si, pero no le tomo mucho arrinconarlo y estar a escasos metros de darle alcance, la presencia maligna de Vegeta se hizo presente estando muy cerca de su destino y no quedándole más que acelerar lo que le quedaba y escapar de su alcance con Bulma y el pequeño niño a su cuidado. Dio un brinco desde el cielo y cayó aterrizando a pasos de la pelíazul.

—¡Ay!— cayó de bruces la mujer y este no tuvo tiempo de sujetarla ante su reacción—¡Eres un idiota Krillin! ¡Que susto me diste!

—No hay tiempo Bulma, tenemos que irnos, ¿Qué hacías aquí afuera? y ¿Gohan dónde está?

—Fue por una esfera del dragón…

—¿Qué?— miro rápidamente al cielo y maldijo su suerte.

—Es que, vimos con el radar que había una no muy lejos, en una aldea que atacó Vegeta y fue a buscarla…

—¡No puede ser…!— no tendría de otra, esperaba que Gohan pudiera percibir su cambio de posición, mientras huían de ahí y supiera como ocultarse, corrió hacia la mujer y la sujeto de uno de sus brazos apenas levantándole del suelo—¡Vámonos!

—¿K-Krillin?—se freno cuando Vegeta aterrizo a solo metros de ellos y sonrió ampliamente al ver esa esfera en poder del ex monje.

—Es un lugar extraño para vernos, terrícola—amplio su sonrisa y dio un paso más.

—V-Vegeta…

—Nunca me imaginé que ustedes tuvieran la suficiente tecnología para llegar hasta aquí—su cuerpo en alerta temblaba en temor al verlo cerca y la pobre mujer intentaba ocultarse tras su espalda— verte con esta preciada esfera del dragón… me da a entender que ambos tenemos el mismo objetivo— el moreno alzó el rostro hacia el cielo y sonrió mas ampliamente, fue consiente de aquella otra energía que se había encaminado hacia ellos y estaría satisfecho de poder deshacerse de ese sirviente infeliz, que le había jodido hace un par de horas— escúchame bien, tengo algo que hacer antes de que me entregues esa preciada esfera…—su voz dejo de sonar ligeramente tranquila y el tono amenazador se hizo presente—que no se te ocurra huir con ella, porque sino, no solo te mataré a ti, sino también a esa mujer— se giro noventa grados y la figura del hombre de tez verdosa que Krillin había visto antes con Gohan se hizo presente, Zarbon había alcanzado a Vegeta después de horas de búsqueda cuando estuvo apunto de matarlo y Freezer había ordenado curarlo al ser él único que sabía del paradero de una de las esferas que había tomado por su cuenta, pero que en un descuido en la sala de recuperación había aprovechado para destruirlas casi todas y robar las demás que Freezer había ocultado.

Sino lo capturaba, el sería el eliminado por Freezer.

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Aunque en esa ocasión no tardo tanto en acostumbrarse a ese nivel de gravedad, no podía moverse como escuchaba que Goku lo hacía y siquiera se había disculpado cuando le subió veinte grados más al peso que cargaba encima, era un inconsciente, estaba demasiado pesada como para dar volteretas o patadas aéreas así que aún seguía en lo básico, pequeños estiramientos y leves intentos de lagartijas que con apenas un par, le arrancaban el aliento, no creía poder resistir algo más así, juraba que el viejo le había mentido, porque realmente le dolía todo su cuerpo y sin nada de descanso podría desfallecer en cualquier momento, si veinte veces el peso de la tierra la había hecho vivir un martirio, ahora a cincuenta veces estaba en el verdadero infierno, había perdido la cuenta de cuántas veces se fue de bruces y como se había magullado y seguramente formado más de un moretón en su cuerpo, los raspones en sus manos y más ahora a sus expuestas rodillas, le hacían más difícil la tarea, sentía hambre, sed y mucho, pero mucho sueño y Goku no parecía medirse, aún seguía enfocado en su entrenamiento y ya llevaban un poco más de un día de haber salido de la tierra o eso cálculo con poco más del giro completo del reloj sobre la pared. Realmente era una bestia cuando entrenaba.

—No puedo más…— alego suave y se encamino a gatas cuando aquella lagartija la venció y la dejo sobre el suelo, con brazos y piernas realmente temblorosas y la necesidad de querer cerrar los ojos después de un merecido baño— esto es demasiado —pese a no estar fuera de forma, seguirle el paso a su esposo era un suplicio y más cuando era mucho más resistente que ella, demasiado debía admitir, y aunque hasta el momento había parecido tener algo de misericordia al no subir la gravedad de golpe, temía que en cualquier momento lo hiciera de nuevo.

Su estómago gruño casi en semejanza al del moreno y sintió ardor subir por su esófago, cuando la auto ingesta amenazó con deshacer la cubierta de su estómago sino recibía algo pronto a digerir, de nuevo llevo hasta la cocina y alcanzó a ver entre las bastas botellas de agua algo de fruta en bandejas amplias pero un poco apiladas que al momento era lo menos preparado y sencillo de comer, un poco y ya podría pensar en algo más elaborado, estiro la mano y saco un par de bananos y unas manzanas algo pequeñas pero que se veían realmente apetitosas, destapó una botella de agua y aunque adolorida no le importo mancharse las manos o la boca al pelar la fruta con sus dientes y comerlas con rapidez, el frío que emanaba de la nevera brindaba un refrescante alivio a su acalorado cuerpo y agradecía estar cerca donde apoyarse, aunque no logro divisar mucho antes de que en un parpadeo perdiera el conocimiento de sus acciones y quedará dormida en esa posición.

Un llamado recalcitrante empezó a molestarla, cuando creía haber estado en lo más profundo de su sueño reparador, sacándola de la oscura inconciencia en la que había caído, no supo cuando tiempo ni en que momento pasó, pero lo único que quería era seguir descansando, aunque el rigor en su cuello empezará a fastidiarle y los pequeños mohines en desacuerdo activarán sus sentidos aún adormecidos, arrastró su mano derecha y la apoyo en el suelo, para cambiar la posición en la que había quedado, estiro un poco su espalda y el crujido de su columna la hizo exclamar en alivio un gemido y bostezara la vez, mientras aún sentía refrescar su cuerpo con la nevera abierta a su lado, masajeo su cuello y giro al constante ruido de una de las paredes mientras parpadeaba con pesadez. El viejo Brief estaba allí, mirándola, con una cobija en los hombros y una taza de café en las manos.

—Tienes el sueño pesado—bostezo cansado y bebió un poco de café, mientras su gato se subía tras su espalda.

—… No es cierto— volvió a bostezar y se cruzó de piernas sintiendo un pequeño escalofrío por su espalda—¿Qué quiere?

—Nada, solo me comunicaba para saber cómo estaban, pero te vi dormir—tomo otro sorbo y exclamó aliviado por el calor que ese líquido le brindaba— pero ya descansaste mucho, el pobre Goku al momento no ha frenado y ya van para casi dos días…

—¿¡Dos días!?

—Si, quedaste realmente inconsciente, vi que bajo mucho tu nivel de insulina—Se movió un poco y señalo nuevamente aquel monitor— no debes aguantar hambre, un bajón de azúcar y puedes quedar ahí.

—Que pesimista…— comento suave y estiró un poco más su cuerpo, sintiendo aún el peso y dolor en sus músculos, pero nada que no hubiera vivido antes ¿Se abría acoplado mejor al haber quedado inconsciente?

—Mírate…— alzo los ojos y el viejo volvió a tomar un sorbo de café—están a 50G y te sigues viendo como si nada.

—¿El no ha bajado la Gravedad?

—No, sigue aún con el entrenamiento pero lo veo ya sin ánimos—el hombre saco de la mesa un bocado de pan y queso y se lo llevó a la boca— Hay varios bentos en la nevera, caliéntalos y coman, solo fruta y agua no les hará bien— la mujer se miro un poco y se giro rebuscando en la nevera al correr un par de botellas, las cajas de comida pre cocida con una marca extraña resaltada en un ligero azul y blanco— pueden cocinar algo también, pero no creo que sea bueno desperdiciar esa comida.

—Bien hecho, viejo…— saco varias cajas y las puso sobre el mesón y otros cerca al horno microondas, agradeciendo su tamaño para calentar varias tandas en pocos minutos—¿Debería llamarlo? ¿Alguna novedad?

—Al momento no, todo va sobre ruedas, así que en poco más de cuatro días ya deberían estar llegando a Namek.

—¿No se han comunicado?

—Al momento no. Pero puedo llamarlos— la chica asintió y se encamino hacia la escalera metálica y fue subiendo bastante rápido mientras la comida se iba calentando, cuando se asomo vio al moreno a unos pasos de ella, cerca a la silla del piloto haciendo lagartijas con solo uno de sus brazos, lo escucho contar por lo bajo pero le pareció extraño tanta tención en su cuerpo, termino de subir en silencio y al acercarse a la maquina la vio activa aún en 50G, frunció el seño y miro a la escalera, sus manos siquiera se habían tallado y el dolor que sentía en su cuerpo fue por el aun cansancio acumulado y por dormir en ese lugar, pero no por el peso, ahora se sentía realmente ligera, sacudió su cabeza y apagó la máquina pulsando un botón, escuchando un leve zumbido en sus oídos y la caída de bruces del moreno al cambio de peso. Aclaró su garganta pero no sé alejo de la máquina.

—Ya, ya es suficiente…— le dijo ocultando sus brazos tras su espalda y verlo incorporarse lentamente, con la mancha del sudor marcar su espalda y las piernas temblorosas—¿Goku?—se acercó un paso largo y sintió casi como si fuera saltado en un trampolín al estar tan ligera, pero no dijo nada más y menos cuando lo escucho balbucear algo inentendible—¿Hmm?

—… ¿P-por qué la apagaste?...— se giró a verla con el ceño fruncido, agotado y con el sudor bajando por todo su rostro, parpadeo un poco y lento se quitó un poco del líquido sobre sus ojos y aún con el ceño fruncido la escaneo al verla con algo de su ropa puesta, se veía graciosa, le quedaba grande pese a haberla ajustado a su talla y no es que le cubriera del todo, podría ver parte de su clavícula expuesta y las rodillas algo magulladas—¿Qué haces así?

—No tengo ropa de cambio y tú tienes mucha—Se cruzó de brazos y dejó caer el peso en una de sus piernas— además, no has comido nada desde que empezaste, ni dormido tampoco—Escucho el gruñido de su estómago y su respiración aún intentar regularse—ya te lo había dicho, íbamos a cambiar de lugares cuando descansaras—Apenas levanto uno de sus dedos y se señaló a ambos— pero estás haciéndome trampa— lo escucho reírse y apoyar los brazos sobre las piernas, no dijo nada, solo sonrió y eso le inquietó, aún estaba molesta y no se le ocurrió otra cosa para hablar con él, trago pesado y acortó la distancia un poco más y se acuclillo frente a él, espero que la mirara, más no lo hacía y no pudo evitar rodar los ojos—oye…— le sujeto por uno de los brazos, jalando hacia arriba y levantándolo como si pesará solo un par de libras, frunció el ceño y lo reviso pese a que estaba completamente sudado pero no veía más que músculos bajo la tela, escaneando un poco más y al igual de confundido pero por su reacción la cuestionó con sus ojos esperando algún comentario, más ella clavo sus manos bajo sus costillas y lo levantó un par de centímetros del suelo sin mucho esfuerzo, haciéndole un poco de cosquillas.

—¿Qué haces?—cuestiono igual de confundido.

—¿P-Perdiste peso?— palpo un poco más pero todo parecía normal, solo con su rostro levemente ruborizado y húmedo por el ejercicio.

—No, aunque la comida del hospital no sabia muy bien—rascó tras su cabeza.

—Pero estás muy liviano…

—Creo que el entrenamiento te a hecho bien—sonrió más amplio y ella se miro una de sus manos aún sin creerlo—¿Ya comiste?—negó suave y se alejo secando las manos en la ropa.

—Vamos, te das un baño y descansas un poco— se giro sobre sus talones y empezó a caminar rápido hacia la planta baja.

—Esta bien, muero de hambre—le dijo caminando tras ella, saltando al vacío cuando se aseguró que no podría lastimarla y ver cómo en la pequeña mesa ella ya estaba colocando un par de bentos y un juego de cubiertos—¿Y está comida?

—El viejo la empacó en la nevera, realmente pensó que irías solo y no quiso ponerte en la molesta tarea de cocinar—Señalo los platos mientras ponía otro par a calentar— ya puedes comer— saco un poco más de agua y las dejo también sobre la mesa—No se si quieras los energizantes.

—No, así está bien, Aunque pensé que habías cocinado—Sujeto una de las bandejas y la destapo revolviendo un poco la comida antes de darle el primer bocado.

—La verdad, estaba muy cansada para eso.

—¿Y ahora?

—Dormí un poco, pero tú has estado de largo desde que salimos de la tierra, debes recuperar energía para continuar—escucho el pitido a sus espaldas y saco el otro juego de bandejas y las llevo a la mesa.

—¿Y esa ropa?—volvió sobre sus pasos y recogió el desorden que ella había dejado, los arrojo a la basura y tomo más bentos a calentar.

—Ya te lo dije, no tengo ropa aquí— se miro un poco y luego a él, intentando comprender su comentario cuando a pesar de estar comiendo no quitaba la ligera sonrisa de su boca—¿Te estás burlando de mi? ¿Me veo rara?

—Mis calzoncillos te quedan bien— le sonrió de nuevo mientras engullía una bola de arroz.

—Era lo más pequeño que tenías, no podría ponerme el pantalón, me vería peor— se levantó un poco la camisa mirando como a pesar de ser una prenda pequeña para el, a ella le quedaba como una pantaloneta holgada— no puedo llegar allá sin que ponerme—El asintió y destapó otro bento.

—¿Dormirás conmigo?— busco su mirada y ella no supo que responderle, destapó otro más y el pitido del microondas volvió a sonar, dudosa se giro sobre sus pies y saco el resto de comida que había calentado.

—… No, voy a entrenar arriba mientras tú duermes un poco—no le miró y apartando los que puso a calentar, dejo uno sobre el mesón y los demás los llevo a la mesa.

—¿Por qué no entrenamos juntos?—un poco de salsa manchó su mentón y ella retrocedió para comer del bento que había apartado.

—Tu ritmo es diferente al mío, no podría seguirte por más que quisiera, ya lo habíamos hablado.

—Podría ayudarte, seria bueno que aprendieras un par de cosas…

—¿Cómo por ejemplo?—llevo un bocado grande a sus labios y mientras masticaba rebuscó un poco de papel para que él se limpiara.

—Sentir el Ki— lo miro en silencio y él sujetó la improvisada servilleta y se limpio un poco, mientras arrasaba uno a uno los bentos que ella le había alcanzado por el momento—estaremos en un lugar peligroso y no quiero que te preocupes, así que podrías por lo menos aprender eso, para que tengamos algo de, ¿Comunicación?—era un buen punto, no sabría que pasaría con él sin estar cerca o que alguien más se lo informara, y depender de algún aparato que seguramente perdería no era un opción fiable, quizás en eso el viejo también tenía razón.

—¿C-Crees que puedas enseñarme en los días que nos quedan?—Dudosa tomo otro bocado de su bandeja y no espero ver la emoción en el rostro del moreno.

—Claro que si, eres muy hábil y te has adaptado bien a esta máquina—de nuevo el pitido del microondas y saco el restante de comida, para que él quedara satisfecho.

—No tuve de otra, era eso o morir en el intento…—le sonrió de vuelta y sintió que la anterior molestia había quedado de lado y que ante su entusiasmo podrían hacer más amenos esos días.

—No digas eso, no me lo hubiera perdonado— sujeto un bento más y las que ya había apilado al otro costado de la mesa ella las retiró para dejarlo nuevamente libre.

—Entonces, termina de comer, te das un baño y duermes, te dejare la bañera lista— volvió sobre sus pasos y termino rápidamente su plato. Bien podría aprovechar las pesas en la misma gravedad una vez estuviera durmiendo.

—¿No vas a comer más?

—Ya terminé, puedo dejar calentando unos más si quieres.

—No es eso, come conmigo— le señaló un par de cuencos y engullo las sobras que aún quedaban en la mano, dudosa y miro el suelo y luego las aún bandejas que había sacado del microondas, las llevo a la mesa y las posicionó en el espacio vacío, tomo uno y lo destapó, golpeándole el vapor de la comida su rostro y sintió a su estómago reclamar por un poco más de alimento, fuera sido mas cómodo otro asiento, pero no le importo tomar un bocado estando de pie frente a él, maravillándose del sabor de la carne guisada con arroz y maíz tierno, que aliviaba el malestar en su estómago.

—Está delicioso.

—¿Verdad que si?

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Zarbon era una bestia en el combate y aunque ya había tenido un encuentro con Vegeta no esperó que mejorará tanto en tan poco tiempo, obligándolo a transformarse y que esa apariencia bella de tez verdosa y suave desapareciera, aumentando más de tamaño y poder.

—Vegeta, serás el único que me haya visto de esta manera por segunda vez—se elevaron por los cielos, empezando la batalla, dónde evidentemente, aquel Saiyajin llevaba la delantera, pese a que hace poco no tenía el nivel para pelear con ese tipo de aquella manera, los golpes le eran más certeros y la velocidad había aumentado muchísimo, llevándolo lejos entre los escombros de las pequeñas colinas.

—Es nuestra oportunidad…—susurro el calvo, sujetando la mano de la pelíazul y la arrastró un par de metros, solo hasta que un par de esferas de energía les frenará el paso, por poco lastimando a la chica.

—¿¡Que te dije maldito enano!?— riño Vegeta por lo alto.

—Maldición, no nos a perdido de vista—Jalo un poco más a la mujer y retrocedieron hasta la base de la pequeña cueva.

—¡No me subestimes!— bramo el otro hombre, volviéndose a lanzar hacia el Saiyan cuando se vio ignorado en su combate, sin tener mucho éxito en atinarle algún golpe.

—¡No puede ser!—apretó sus manos en los hombros del calvo—Krillin, pensé que ese hombre hermosos sería un héroe que nos salvaría, pero es peor.

—Deja de ser tan superficial, no es momento para eso— sin embargo el pequeño podría apreciarlo muchísimo mejor que su amiga, en esa pelea ya tenía un vencedor dictado y no sería para nada aquel extraño asesino de Namekuseín's, rogaba porque Gohan no llegara en medio de ese combate, no podría exponerlo también a una muerte segura por cualquiera de esos dos, esperaba al menos tener una posibilidad de sobrevivir y más si había encontrado esa otra esfera.

Alzó los ojos y está vez no pudo ver mucho más que el polvo que se levantaba ante la golpiza que aquel sujeto estaba recibiendo por parte de Vegeta, era un ser temible pese a todo.

—No puedes vencerme Zarbon, anunciaste tu propia muerte al salvarme la vida—se mofo al desconcertado soldado que ya había perdido parte de su armadura y su piel había quedado maltrecha por el pequeño hombre.

—¡Maldición! ¿¡Cómo es posible!?— escupió sangre cuando el dolor en su vientre aumento ante la arremetida de su atacante, haciéndolo retroceder.

—¿Qué no lo entiendes? Los Saiyajines cada vez que nos recuperamos de nuestras heridas mortales, incrementamos nuestro nivel de pelea— lo escucho reír pero Vegeta siquiera se inmutó y más cuando procuro pelear lo suficientemente cerca para que Krillin y Bulma no pudieran escapar de él, esos terrícolas eran realmente escurridizos.

—No me hagas reír, aunque incrementaras tu nivel de pelea no podrás ganarme, menos después de despertar mi verdadero poder al transformarme—Aunque lo dijera, había sido mas para él, para auto convencerse y no porque la mofa del Saiyan estuviera describiendo lo evidente.

—Los Saiyajin somos una familia de guerreros, no me provoques— se lanzaron de nuevo al ataque, sin darse ningún tipo de tregua y sin que Zarbon lo esperara, la mano derecha de Vegeta se clavó en su bajo vientre, atravesando la armadura y parte de su carne, deslizándose un liquido azulino por sus guantes blancos hasta llegar al suelo, en un pequeño goteo de sangre que se iba incrementando mientras esté incrustaba mas su brazo— estás muerto…

—No, Vegeta, yo… yo estaba siguiendo las órdenes del gran Freezer, déjame vivir…— apoyo sus manos en la cabeza del pelinegro, ejerciendo presión para que este le soltara. Sin embargo este encajo más su brazo en la herida.

—Después de haber llegado tan lejos, se te ocurre decir esta clase de estupideces—sonrió para si y fue estirando sus dedos en la herida, sin que el pelilargo dejara de parlotear e intentara huir de él.

—E-Es más, si, si nos unimos, podríamos derrotarlo, sería fácil si…—el brillo que emergió de sus entrañas y la esfera de energía pronto atravesó su cuerpo, lanzándolo a los cielos, para caer sobre el lago que rodeaba parte del escondite que había usado Bulma y los demás.

—Gracias, pero no sería lo mismo si derrotó a Freezer con este sirviente débil e incapaz…— le dijo en una frase final al haber terminado vencedor, sacudiendo su mano quitando el exceso de sangre y enfocando su mirada en Krillin, que se había mantenido en guardia y anotando los cambios que el mismo notó en ese pequeño combate, siquiera con Goku había sido tan bueno — tu tampoco servirías aunque hayas incrementado tu nivel de pelea—Empezó a acercarse y regodeándose ante la tensión que sentían hacia su presencia —no es lo suficiente para enfrentarse a mi, enano— Quedó solo a un par de pasos y flexiono sus dedos, listos para atacar— así que, dime, ¿Qué harás? ¿Me la darás por las buenas?— el chico retrocedió un poco más e intento ocultar con su cuerpo aquella preciada esfera.

—Si te la doy, ¿Nos dejaras ir…?— dudoso no encontró más medios para salir ilesos de ese lugar, llevándose algo de sorpresa en la mirada de Vegeta antes sus palabras y un sonido de incredulidad por la ojiazul.

—K-Krillin.

—¿Qué los deje vivir? —Ladeo su cabeza—No ganaría nada estar jugando con basura, y es la última esfera que me hace falta…—Bulma busco refugio tras el hombrecito, Este, con la esperanza de que Gohan aún no estuviera cerca, tendría que jugar esa última opción con Vegeta, si tenían suerte, podrían ganar un poco más de tiempo.

—Entonces, promételo y te la daré…

—Me haces perder mi tiempo, estoy siendo generoso al hablar contigo o ¿Quieres que los mate?— dudoso no supo que más hacer, se aferró a la esfera y desviando los ojos ante la mirada suplicante de la ojiazul, no le quedo más que ceder, y esperar que no los atacara, aunque sus piernas aún estuvieran congeladas por el temor que podía sentir ante él—Rápido, decide de una vez antes de que cambie de opinión.

El bajito chasqueo la lengua y con dos pasos más, arrojo la enorme esfera a los brazos de aquel Saiyan, sintiendo la impotencia de aún así, no poder hacerle frente aunque haya aumentado su poder.

—K-Krillin…— le llamo la joven y este retrocedió de nuevo, sin quitarle la mirada al pelinegro.

—Que afortunados, ahora con todas las esferas en mi poder, podré encargarme de gobernar el universo— rio fuerte y despegó alejándose veloz de ellos, dándole un respiro a la científica y que está sintiera el fresco invadirla y deslizándose al suelo aún con la gracia de vivir.

—Solo nos queda esperar a Gohan…

—Vegeta se llevó la última esfera, estamos perdidos, Krillin.

—Cálmate, si Gohan llega con la otra esfera, tendremos una oportunidad más y podré llevarlo con el patriarca—Susurro sin despegar la vista del rumbo que había tomado Vegeta.

—¿Qué estas diciendo?

—Si lo llevo con él—Apretó los dedos de sus manos— hay la posibilidad que lo vuelva igual de fuerte que Vegeta— era un niño ágil y al ser un Saiyajin, podría tomar la misma ventaja de la que se mofaba Vegeta— solo espero que llegue sano y salvo.

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Quedo rendida a unos cuantos metros del suelo, cuando los abdominales que había estado haciendo por idea del anciano, que aprovechó estar una vez mas solos sin Goku o sus amigos cerca, le indico que ese péndulo, colgado en medio de la sala, sujeto por una extraña cadena y con un lazo tipo grillete para sujetar ya sea las muñecas o los tobillos y aprovechar el peso para aumentar su masa muscular, pero cuando encendió la máquina, apenas logro subirse allí y más cuando intento hacer esos abdominales a 50G, era asfixiante tener tanto peso sobre sus delicados tobillos, podría jurar que eso le dejaría una fea marca.

—Vamos, apenas vas diez— alentó el viejo mientras cortaba un trozo de carne y la engullía sin dejar de mirarla a través de la pantalla.

—Calles-e— exclamó mientras intentaba hacer uno más sin que sus pulmones le estallaran, porque en ese momento era lo que más le dolía al estar en esa posición.

—Tienes que esforzarte, Goku acapara la mayor parte del Gimnasio, debes aprovechar que aún no se ha levantado— tomo un poco de algún tipo de puré y lo engullo igual mientras Milk intentaba llegar a sus pies, en un inicio para completar los abdominales, pero luego como su objetivo para escapar de esa tortura, prefería haberlos hecho sobre el suelo.

—No se porque… le h-hago caso…— refunfuño entre dientes y logró rosar la argolla antes que el peso le ganara y volviera a bajar, sentía mucho más ardor en su abdomen cuando quería resistir la posición curvada mientras alargaba sus brazos, pero tendría que ser mucho más rápida si quería caer adecuadamente sobre el suelo y no lastimarse más, volvió a subir pero el calambre a medio camino la hizo bajar y sobar el costado izquierdo de su abdomen y sentir el músculo tensarse por si solo, sacándole un quejido que acalló con su otra mano, esperando no haber despertado al moreno— me duele…—El viejo exhaló cansado tomo otro poco de puré, notó que tardaría más en bajar de allí si no le daba otro motivo.

—Ya pasaron un par de horas, creo que voy a despertarlo—la pantalla del viejo se oculto entre el techo y ella se desesperó, no quería imaginarse la sonrisa enternecida de Goku viéndola suspendida de cabeza, sin escapatoria, esperando que fuera a ayudarla cuando no pudo con un par de simples abdominales.

"No, que vergüenza"

Nuevamente tomo un poco de impulso y con esa idea en la cabeza se estiro hacia sus pies ya engarrotados por el tiempo que llevaba ahí, soportó el dolor de su abdomen, y contó los segundos, no quería imaginarse con que escándalo despertaría a su esposo, aguantó la respiración y estiró sus manos, quedando nuevamente en la misma posición, suspendida a medio encorvar por el peso, inflando sus mejillas en un intento de soportar la presión, moviendo sus dedos en un intento ingenuo que estos se alargasen y lograran sujetarse de la argolla, el sudor resbaló por su cara y un par de venas hincharse por el esfuerzo, sus oídos taparse cuando la presión aumento pero sin darse por vencida en su intento de escape, un ligero tirón en su espalda baja y un hueso de su columna romper aquel molesto tirón que no la dejaba subir más y pudo al fin sujetarse de una de sus piernas, jalando el resto de su cuerpo y al fin poder soltar el aire que había estado aguantando, exhalando fuerte mientras llegaba a sus oídos un lejano cuchicheo que imaginó era del viejo y Goku, relamió sus labios sintiendo el sabor salado de su sudor pero le resto importancia cuando logro darle alcance al grillete y asegurándose de no dejar caer del todo su peso, soltó sus piernas que sin duda cayeron con brusquedad y uno de sus dedos sintió el tirón cuando no distribuyo el peso correctamente lastimándose un poco, sin embargo el alivió de sentir la sangre volver a recorrer sus piernas hasta los talones y calentaban la piel fría que se había entumido hace ya un rato.

—Carajo…— miro el suelo y aún colgada de aquel péndulo, no vio dónde más caer para hacer el impacto más ligero, soltándose en una cuenta de tres, cayendo de cuclillas al suelo en un ruido sordo que aún adormilado Goku, que ya subía por la escalera logró despabilar.

—¿Milk?— asomo su cabeza, la vio a unos metros ya de pie y sujetando una de sus manos, buscando el dedo desencajado para tirar de el, haciéndolo tronar—¿Te lastimaste?— ascendió los pocos escalones, se acercó rápido a ella, tomando su mano y examinándola mientras esta se había mordido su labio inferior para no maldecir, ese tirón le había dolido más que cuando se desencajo el dedo, alejo su otra mano y apretó todos sus dedos haciéndolos tronar de nuevo—espera, se está hinchando—Volvió a tomar su mano—Tendrás que ponerte hielo para que no te moleste— busco su mirada y ella aún con la cabeza gacha asintió, suspiro, quitándose el sudor del rostro y acomodando sus húmedos cabellos se alejo de él. Al menos no la había visto de cabeza.

—¿Dormiste bien…?—llevo su mano al vientre aún adolorido y camino hacia la escalera, cojeando un poco mientras sus piernas volvían a acostumbrarse a su peso.

—¿Quieres que te lleve a la cama?— la morena giró a verlo y negó rápido.

—Estoy bien, solo fue la mano— la levantó para mostrarla de nuevo y trago pesado ante su garganta seca, no volvería a hacerle caso al viejo en un entrenamiento así, él asintió también y miro la cadena que aún apenas y se movía.

—¿Estabas colgada de ahí?

—Si, no fue una buena idea— bajo un par de escalones sin apoyarse demasiado con esa mano.

—Oye…

—¿Hm?— subió el rostro y lo vio cerca, apenas inclinarse hacia ella, aprovechando que apenas había bajado unos centímetros, rosando sus labios en un pequeño beso, dejándola congelada en esa posición.

—B-Buenos días…— le dijo apenado y se alejo rápido empezando con sus estiramientos, Siquiera pudo responderle, boqueo aún sorprendida y bajó rápido con las mejillas a reventar, no supo si maldecir, odiaba cuando hacia eso de improvisto, pero era realmente lindo, corrió hacia el baño para tomar una ducha y vio su reflejo desaliñado en el espejo y sintió la vergüenza volver.

—¡Que horror!— rápidamente se quitó la ropa sin reparar en dejarla en algún canasto o ir por otro cambio, las vendas terminaron en el lavamanos y lo demás sobre el suelo y se sumergió en la bañera repleta de agua y jabón.

Que vergüenza, que vergüenza que vergüenza"

Se repetía una y otra vez entre el agua, aguantando la respiración, después de su encuentro en el hospital, el viaje en la nave había opacado todo margen de discusión y el entrenar por separado omitía cualquier conversación sobre ellos, creando un poco más de espacio entre ambos, sin embargo; esas muestras de afecto que tenían antes de todo, y que intentara retomarlas la enternecían, incluso bajo el agua sus mejillas ardían, no podía negar que eso le resultaba encantador, le gustaba que fuera así de sorpresivo, aunque no fuera muy a menudo.

"Pero es tan vergonzoso"

Se recriminó aún bajo el agua y no quiso salir, hasta que sus pulmones le exigieran aire nuevo, sabía que en sus inicios esos acercamientos se les hacía raro e incómodo, sobretodo para él, pero con el tiempo pudieron llegar a un punto neutro, dónde no les molestará y que se les hiciera natural, ¿ Habría sido su culpa? ¿El que se sintieran extraños el uno con el otro? Desde que ocurrió su accidente en Raccon había tomado ciertos cambios y había afectado indirectamente su relación con él, pero debía tener la madurez suficiente para confrontarlo de buena manera. Si, tendría que hacerlo.

Salió exhalando fuerte el aire que ya no le servía y quitando la espuma que había quedado sobre su cabeza, sujeto la esponja aún húmeda del baño anterior y sus mejillas volvieron a tomar color.

—No puede ser, parezco recién casada…— se recriminó su comportamiento y sumergiendo la esponja en el agua empezó a lavar su cuerpo sin prestar mucho interés si el jabón, el champú o la esponja que usaba ya había sido utilizada por Goku, era lo de menos, termino rápido, enjuagando su cuerpo y saliendo de la bañera con la toalla extendida verticalmente sobre su pecho, mientras buscaba otra para su cabello.

—Oye muchacha, estaba revisando la ruta del viaje y…— la pantalla que había salido del baño se posicionó a un costado de ella, mostrando de nuevo al viejo junto al par de colegas de su esposo, que no evitaron la sorpresa al verla de esa manera.

—Oh, Que vista— comento el hombre cerdo antes de que la chica con el mismo jabón que había utilizado lo usará de proyectil contra el mónitor, atravesando la pantalla e irrumpiendo la comunicación con una ligera explosión.

—Malditos…

—¿¡Que fue eso!?— escucho el grito de la superficie y un par de chispas salieron de la pantalla destruida.

—¡No fue nada!— aviso de vuelta, asegurando la tela sobre su cuerpo, se encamino al closet, sacando una nueva muda de ropa mientras dejaba lavando las otras para después ponérselas, una vez lista y aún con la toalla en su cabeza se encamino a la cocina, su cuerpo aún dolía pero, podía hacer cosas básicas sin mucho esfuerzo, abrió la nevera y vio aún las botellas de agua intactas como las había dejado antes, solo hacían falta las que ella se había llevado cuando lo dejo bañándose, Goku no solía llevar para él, durante el entrenamiento, con razón terminaba tan sediento, tomo un par y se encamino hacia la superficie, le llevaría unas y aprovecharía para que la guiara en lo que habían acordado, sin embargo; con un paso su cuerpo se frenó y empezó a temblar involuntariamente y su reacción ante el inminente Golpe la hiciera soltar las botellas, intentando gritar pero el aire simplemente aplasto sus pulmones.

"¿Qué demonios?"

—¡Goku! Esto es una locura, No debes cambiar la gravedad de golpe ¡Podría matarlos!— reprendió el viejo no muy alto cuando logro retomar la comunicación con ellos.

—P-Pero, profesor— se quejo el moreno cuando ella terminó de bruces sobre el suelo—Solo estaba entrenando con 50G, no lo cambié, ¿La máquina se habrá descompuesto?—Su voz llego cansada a sus oídos y aún tirada en el suelo no lograba respirar.

—¡Eso jamás! Mis inventos no sufrirían ese tipo de daños…— en un segundo sintió aquel monstruoso peso desaparecer y el grito de dolor proferir de su garganta aunque sonara más como un quejido—No puede ser, la máquina se cambió de golpe a 100G— ¿Cómo podría pasar eso? Agradeció el cambio en su cuerpo e intento reincorporarse, siendo menos de diez segundos en reaccionar antes de volver a quedar su cara contra el suelo, está vez, con un peso menor pero por el cambio brusco anterior la había dejado más que debilitada, pero no manejable.

"¡No puede ser!"

Se arrastró a medida que la toalla se desenredaba de sus cabellos y el frío de la fibra le refrescaba un poco la piel al tomar más temperatura, alcanzó a llegar al filo de la escalera donde una de las botellas de agua había terminado rodando al caer.

—¡Ah!— grito el moreno cuando el tirón en sus músculos le hizo crujir los huesos y ella volver a caer de bruces sin poder respirar, igual o peor a cuando había empezado ese viaje.

"¡Que martirio!"

—Goku, la gravedad de la nave presenta estos cambios ya que ingresaron a un campo magnético, debes apagar la máquina antes de que se lastimen seriamente.

—Profesor, pero ¿Como…?

—No creo que resistan ese peso de golpe, la nave saldrá de esa nebulosa hasta dentro de una hora pero podrían morir si esperan a que pase…— la nave empezó a temblar ante la fuerza con la que el exterior atacaba a cuanto objeto tuviera cerca, agitando la cama, la mesa e incluso la nevera, sacándola de su lugar—Goku debes apagarla.

—¡Ah!— grito de nuevo el chico y pudo escuchar los golpes de impacto en la planta superior.

—Go…— dijo cuando la gravedad volvió a bajar y sus extremidades volvieron a tener movilidad, sería un completo infierno sino apagaban esa cosa, no quería imaginarse llegar a ese planeta y darle a Gohan la vista de un par de padres sin vida por semejante descuido.

—¡Ah! — volvió a escucharlo y no tuvo de otra más que moverse pese al dolor que le resultaba, ese si era un dolor extremo, e incluso sus ojos ya se habían aguado con el tan solo respirar.

"Vamos, muévete"

Se arrastró lo suficiente para llegar al escalón y tirar de su cuerpo, cuando de nuevo la agitación de la nave bajo la gravedad a un punto más manejable.

—¡Goku!— reclamo en su voz ante el dolor y aprovecho para incorporarse lo suficiente antes de sentir el peso nuevamente sobre ella y arrebatarle la respiración quedando apoyada sobre la primera baranda y sus piernas temblar incontrolablemente.

—¡Milk! Por Dios ¿¡Estas bien!?— le llamo desde la superficie pero no pudo obtener respuesta cuando aún no tenía la manera de apagar dicha máquina— ¡Respóndeme!— le llamo de nuevo y tampoco pudo contestarle, maldecía que aún no pudiera moverse realmente y en su posición los huesos solo crujían ante sus oídos.

—¡Oye! ¡Goku te necesita!— escucho frente suyo, levantando la mirada y divisando otro mónitor donde esta vez el hombre cerdo le llamaba mientras el viejo tecleaba en el computador tras ellos—Levántate, rápido— chasqueo la lengua y con desagrado por el reclamo de Oolong jalo un poco más sintiendo a cada segundo el desgarre de sus músculos hasta lograr apoyar su espalda contra la escalera buscando el aire que había perdido.

—Milk, Goku está inmóvil en el péndulo, no puede moverse, la gravedad es demasiado alta, debes intentar apagarlo tu—Hablo el pequeño gato azul cuando empujó al cerdo a un lado.

"¿Qué estaba en dónde?"

—… ¿Cómo?— si apenas podía permanecer sentada sin que el peso la dejara inconsciente, el entrenar con 50G había hecho lo suyo, pero era un golpe muy fuerte ir hasta 100G y todo por no tener prevista esa situación, era el doble de lo que ya había logrado soportar y él, ¿Cómo había terminado colgado igual? —no puedo… moverme…—rebatió bajo, ante la mirada de Oolong, que al parecer no estaba muy contento con que siquiera llegase a moverse.

—Si no lo apagas, van a morir aplastados por esa gravedad, aún es muy pronto— un nuevo grito vino de la superficie y la energía que les había estado iluminando se cortó, un golpe más, y supuso que se había vuelto a lastimar, esperando que no sufriera alguna fractura, si estaba colgado de esa cadena, sería el doble de complicado de lo que ella estaba padeciendo en ese momento, realmente podría morir, sus gritos de dolor empezaban a aumentar mientras la máquina se agitaba y el cambio de gravedad tiraba de ellos, retumbando en sus oídos y los gritos en un aullido de dolor que hasta el momento solo había escuchado de él una vez, en ese enfrentamiento mortal contra Piccoro, haciéndola lamentarse y querer tapar sus oídos, era escabroso, de solo imaginarse ese dolor y el pánico de sentir su cuerpo quebrarse… ¿ Y si hubiera estado solo? No, no.

Como si no fuera suficiente el dolor que había experimentado cuando luchó contra esos Saiyajin, ¿Porqué volvía a padecerlo? Repitiendo ese dolor a escasos días de haberse curado, era injusto, debía hacer algo, no podría seguir escuchándolo suplicar en cada grito.

—Rápido mujer, muévete — de nuevo ese insufrible cerdo, una vena se formó en su sien y era evidente que no era alguien que le cayera bien, y por ahora, el sentimiento era mutuo, al igual que a muchos, pero en esa ocasión el maldito tenía razón, y si Goku estaba atrapado, debía poder al menos frenar ese desastre, los minutos estaban en contra suya y no podía permitirse esperar a que su cuerpo se acostumbrara como al principio.

Iba a doler

Y mucho, pero no estaba para escoger, tendría que anteponer su propio bienestar si quería ayudarlo, como seguramente estaría haciendo él, alzó sus manos sintiendo el dolor del peso en sus extremidades, se aferró a la baranda superior y aún de espaldas se fue arrastrando hacia arriba, hinchando sus venas y el esfuerzo que ejercía perlar su rostro y fruncir su ceño hasta el punto de enseñar las encías, arrastrando también sus pies y que estos lograran darle soporte.

—¡Rápido!— se soltó de su agarre cuando sintió la carne abrirse, cayendo de nuevo al suelo y sus brazos a sus costados pero sus piernas más cerca a la escalera, al menos solo le quedaría subir pero no si seguía perdiendo el ritmo de sus respirar, miro sus dedos y vio como lentamente un par de franjas rojizas se formaban bajo su piel— no puedo creerlo, habiendo dos personas ahí y ninguno es capas de hacerlo, que debiluchos…— lo mataría, tan pronto volviera a la tierra lo mataría, se aseguraría de ser el primer nombre en su lista de enemigos, enemigos muy amigos de su esposo, pero que le sería grato desaparecer de la fas de la tierra.

"Maldito cerdo"

Era realmente un grano en el culo, más que ese estúpido de Yajirobe, una leve luz externa iluminó momentáneamente parte de la nave, escuchando lentamente el ruido de la cadena comenzar a moverse consecutivamente, sin algún ruido adicional o queja por parte del moreno.

"Muévete, muévete, muévete"

Podría estar inconsciente o realmente lastimado, se giró sobre si, levantó las manos de nuevo y se obligo a ponerse de pie, sintiendo el metal magullar sus huesos y el dolor de sus músculos al apoyarse sobre el suelo, no tendría mucho tiempo antes de que su cuerpo fallara, así que debía ser rápida, tomo una bocarada de aire y emprendió la misma odisea del principio, subir esos jodidos escalones, Con el verdadero crujir de sus huesos y el olor a sangre emanar de su carne.

—Maldición…— exclamó impulsándose cada que la gravedad parecía variar, pero fueron tan escasos esos momentos que no tuvo de otra que obligarse a no caer, lastimando demasiado sus músculos que se magullaban contra el acero y sus huesos lentamente comenzar a fisurarse—¡Tsk!—sus jadeos apenas y le permitían estar consiente, así podía robar un poco más de aire pero entre cada escalón más difícil se le hacía permanecer consiente, y el ligero rastro metálico no sabía si venía de la agitación de la máquina o de las marcas que había dejado en cada peldaño, lentamente las ampollas que se habían formado en cuestión de minutos se fueron reventando en su ascenso, escociendo sobretodo en sus manos y en las plantas de sus pies, alcanzando apenas a llegar a la mitad de la escalera cuando sintió que había perdido una de sus uñas al resbalar un escalón—¡Carajo!— chillo de nuevo ante el dolor y el freno involuntario, miro hacia arriba esperando que el entumecimiento de sus manos disminuyera y que la sangre viajará por sus venas, sintiendo el recorrido doloroso que hasta esa simple acción ejercía en su interior— Goku…—trago pesado y no dejo de aferrarse a los escalones de manos y piernas cada que subía uno, entre las sacudidas de la máquina y el ligero crujir de sus huesos, rogando por no tener una fractura visible hasta que pudiera llegar a la máquina, teniendo como referente el constante ruido incesante de la cadena al moverse, sin recibir alguna palabra o grito de su parte esperaba estuviera bien, al menos no lo había escuchado gritar por el bombeo de su corazón en sus oídos.

Siguió ascendiendo ignorando el dolor en su cuerpo, con el sudor ya quemando sus ojos y la desesperación amenazar por escapar en algún grito, respiro rápido y siguió subiendo, apenas alcanzando parte de la escalera inicial y sentir que no le faltaba mucho para escapar de ese encierro.

—¡Kaio-ken!— el bramido la exaltó y la nave se sacudió de nuevo, resbalándose hacia atrás y con suerte alcanzando a sujetarse por su brazo izquierdo, escuchando el sonido del hueso salir de su órbita y el desgarre muscular amenazar con dejarla caer al vacío cuando quedó suspendida.

—¡Ah!— exclamó entre dientes y unas lágrimas escaparon de sus ojos, junto a un ruido sordo en la parte superior, estiró sus piernas y se apoyo de nuevo para volver a aferrarse los escalones y que su brazo dolido cayera a su costado, inerte ante el dolor, mientras la sangre goteaba por sus dedos, tendría que enyesarse si no quería perder la movilidad del brazo, sino es que no tenía astilladas las costillas también—Carajo… —sollozo y espero que esa señal del moreno no fuera sido en vano, sus piernas volvieron a temblar y sintió las rodillas amenazar con salir de su carne por tanto peso—No…— se obligo a subir lo que le restaba, apoyando su mentón al no tener su otro brazo libre, sintiendo como en los últimos escalones sus rodillas habían perdido parte de la batalla, desviándose de su coyuntura y hacerla bramar de nuevo, cayendo sobre su espalda pero al estar enroscadas en el metal estás se volvieron a encajar y no se soltaron al estar momentáneamente entumidas—Ah…— exhaló desesperada y las lágrimas gotearon al vacío, no había caído del todo pero estaba de cabeza de nuevo, busco refrescar su garganta y con su brazo sano utilizo un último impulso y se sujeto de la baranda entre sus piernas y se fue jalando hasta aferrar el metal superior entre su mandíbula y cuello, tomo una bocarada de aire y no sintió sus piernas hasta que las movió, quedándole poco por subir y ya ignorando el desgarre de la piel con los dedos de su mano derecha, que perdieron un par de uñas más, logro asomarse y apoyar la parte superior de su torso en el suelo exhalando el aire y buscar rápidamente la figura masculina.

Lo primero que encontró fue otro mónitor sobresalir del techo, donde esos mismos tres espectadores los observaban en silenció, luego lo encontró un poco lejos tirado no muy cómodo al costado de la máquina ¿Cuántos huesos se abría roto? Podría jurar ver hasta uno de ellos sobresalir de su ropa, estaba peor de lo que se habría podido imaginar

—Go...—le dolió sus costillas y se empujó un poco más con los dedos de sus pies, sacando el torso sobre su estomago y así tener un mejor agarre y tirar una de sus piernas apenas rosando la adolorida rodilla sobre el filo de la escalera, se apoyo con su codo derecho y media cadera quedó reposada sobre el frío suelo, que en vez de reflejarse alivio sintió más dolor del que había sentido en la parte inferior, la apabullante gravedad se sentó sobre ella, seguramente la gravedad no era totalmente equitativa en todas las áreas de la nave—ku….— le llamo como pudo, pero no vio alguna reacción de su parte, parecía estar inconsciente—No…—busco a su alrededor y vio lo que parecía ser un trozo del suelo a medio levantar de entre la baldosa, seguramente despegado por su arduo entrenamiento, se estiro hacia el y lo jalo consigo mientras intentaba sentarse contra la baranda exterior que le sirvió de respaldar.

Resiste"

Pensó para ambos y enfoco sus ojos en él, viendo como lentamente su pecho se hinchaba al intentar respirar, estaba vivo y eso le aliviaba.

—Go…ku…— le llamo de nuevo y este alcanzó a medio mover su cabeza y dirigir la mirada a ella.

—E-Estas bien, que alivio…— se giro sobre si y exclamó un leve chillido de dolor—Lo siento, no logré apagarla...— rio a pesar de sus lesiones e intento arrastrarse hacia la m áquina ¿Cómo podría hacerlo? Estaba peor que ella, Miro de nuevo el monitor y el viejo señaló con el esfero su reloj, confirmándole el poco tiempo que tenían, asintió lento entre resoplidos al no poder respirar, apretó el trozo de suelo y busco desde su posición dónde más o menos quedaba el botón de apagado, trago pesado y volvió sus ojos a los espectadores.

—La nave…

—Aun están en el campo magnético, deben apagarla ya—Riño el viejo, con el ceño fruncido y un par de gotas de sudor resbalar por su mejilla.

—El peso… el peso varió… al principio—Trago pesado— ¿Ya, ya no lo hace?— resopló de nuevo y apretó el pequeño trozo de suelo en su mano.

—En el momento…—curvo una ceja mientras el otro par de invitados lo miraban curioso, se giro sobre su cadera y enfoco sus ojos en la pantalla a escasos centímetros—…no, ya no…—espero unos segundos y pudo percibir el cambio en su pantalla como la ligera sacudida en la nave y el número descender solo un par de grados—A-Ahora, vario Ahora— grito mirándola de vuelta y ella no espero a saber a qué número descendió, solo sintió que su cuerpo se hizo ligeramente más liviano y siquiera lo pensó dos veces, alzo su mano tan rápido como podía y lanzando un grito de guerra arrojo tan alto como el brazo le permitiera el trozo de suelo.

—¡Ah!— rogaba por qué su puntería fuera igual de buena con ese peso, desviando su dedo previamente lastimado y cayendo de bruces cuando ese impulso la llevo hacia el frente, aquella piedra reboto contra el metal abollándolo por el peso y partiéndose en dos, deslizándose un trozo de el hacia los botones del marco inferior y que en esos lentos segundos el ruido que se había disipado al encender la máquina, volviera a resonar en la habitación mientras disminuía la tensión sobre ellos y el pitido final lo apagar en un último zarandeo.

—Por Dios….— exclamó cerrando los ojos al no sentir perder sus pulmones al respirar y que su cuerpo se negara a moverse por el cansancio.

—¡Esa es mi muchacha!— exclamo el viejo dando saltitos en su asiento y abrazando por el cuello a los otros dos sacándoles el aire, riendo a carcajadas, más ella solo abrió los ojos e intento levantarse del suelo.

—Goku…— volvió a llamarlo, pero este ya se había arrastrado hacia ella al sentirse menos adolorido, pero no fue mucho lo que logro moverse, solo hasta estar seguro de ver su rostro y confirmar que respiraba—Hola…— le dijo tontamente, mientras se incorporaba con su brazo bueno y este reía ante la situación.

—H-Hola…—giro su cuerpo para quedar de lado derecho y verla un poco mejor—Eso, eso estuvo cerca—Jadeo cansado pero no entendió como estaba tan tranquilo si tenía todos los huesos rotos.

—T-Te dije, que no era una buena idea…—Le señaló ligeramente al techo donde había estado colgado antes, sacándole una débil carcajada—¿Q-Que vamos a hacer? Estás muy herido…

—No te preocupes—Desvió los ojos hasta la silla de navegación y señaló con su barbilla— las semillas…

—¿Semillas?— miro dudosa hasta allí y volvió a verlo—¿Trajiste de esas semillas?— el asintió en respuesta e intento moverse de nuevo—No, estás muy mal, quédate ahí…—Trago pesado y volviendo sobre el suelo arrastró un poco más fácil sus extremidades, en un leve gateo sin que apoyará del todo sus rodillas, dependiendo del soporte de su cadera y de un brazo bueno, encontrando un pequeño saco de piel atado con un pequeño nudo y oculto bajo la camisa que se había quitado al comenzar a entrenar—¿Cuántas trajiste?

—L-Las suficientes…—Asintió suave y tomando el saco lo colgó entre sus dientes, arrastrándose de vuelta Y quedar a su lado— Realmente está cosa funciona ¿No?— le cuestionó a pesar de haber visto una vez la efectividad de esa semilla mientras desató el nudo aún con ayuda de sus dientes.

—Claro, estaremos perfectamente en un santiamén— Abrió su boca y espero a que ella sacara una de las semillas, de un aspecto parecido a un fríjol de color blanco verdoso, la llevo hasta los labios ajenos y la dejo caer, se deslizó lentamente a su lado cuando su cuerpo no pudo resistir más, escuchándole masticar y luego tragar como si fuera una nuez o un trozo grande de maní, pero enseguida el sonido menos gratificante que había percibido la hizo mirarlo, viendo su ceño ligeramente fruncido y como sus huesos volvían a estar en su lugar y las heridas que se había hecho simplemente desaparecer—¡Estoy curado!— pego un brinco riendo ante su mejoría, haciéndola bufar con una pequeña sonrisa y sentir como la inconciencia la arrastraba—¿Milk?— este la miró preocupado cuando no recibió respuesta, la sujetó lento entre sus brazos apoyando su cabeza en una de sus piernas, no había percibido su agotamiento hasta que estuvo curado—Diablos…— hablo burlón y sujeto la bolsa de piel con las semillas que ella había tenido entre sus manos—abre, debes comerla… Milk…—le llamo suave y presiono la semilla entre sus labios, abriendo lentamente la mandíbula y aún semi consiente intentar masticarla, ¿Podría funcionar en ella? Tendría muy mala suerte si eso no pasaba—Vamos, cómela…—le riñó ligeramente, con una voz nerviosa y sus ojos completamente cerrados ante el cansancio, le hubiera gustado ver su expresión, apenas logró partirla un poco, sintiendo el sabor amargo y la textura crujiente y algo aceitosa no muy grata resbalar por su garganta, sabía horrible, pero no estaba para quejarse, una vez ingerida, lentamente fue testigo del calor acumularse en varias zonas de su cuerpo, sus huesos tronar, acomodándose siendo un poco doloroso pero las heridas se cerraron y hasta las uñas perdidas volvieron a crecer, desvaneciendo cualquier malestar o atisbo de cansancio que hubiera sentido desde que se subió a esa nave—¿Y bien?—la zarandeo un poco cuando pese a verla recuperada esta no se movió.

— S-Sabe horrible…— exclamó al abrir sus ojos y sonreírle aliviada.

—Si, sabe feo…—Rieron un poco mientras la ayudo a sentarse, está comenzó a palparse los brazos, las costillas y las piernas confirmando que las heridas se habían desvanecido, siendo más eficiente que cualquier hospital, se sentía completamente plena, asombrada ante semejante reacción en su cuerpo, le miró de vuelta y confirmo al igual que ella que no tuviera alguna herida, ganándose una sonrisa divertida mientras el acomodaba un poco su desordenado cabello.

—Ejem…— El carraspeo del viejo los hizo buscar su imagen en el mónitor y este con sus ojos cerrados y una mano empuñada sobre su boca, el gato cubriendo sus ojos con un tenue rubor y el cerdo con el ceño fruncido mirando hacia otro lado—Veo que ya están bien, esas semillas realmente son buenas— la chica termino de acomodar sus cabellos sueltos y se reincorporo con ayuda del moreno, se cruzó de brazos mirando aún a la pantalla.

—¿Abra alguna otra tormenta aparte de esta?—le miró expectante y los demás giraron a verla, el viejo echo una mirada rápida a la pantalla tras él y negó a su pregunta.

—Por ahora están bien. Pero esperen a salir del campo magnético antes de encender la gravedad.

—Menos mal apagó la máquina, sino Goku abría muerto por su culpa— ese comentario del cerdo quizás no espero que ella lo escuchará, ni mucho menos cuando este pensó que el viejo había cortado la comunicación, sin darse cuenta de los hombros temblorosos y el aura asesina que empezaba a emanar de la joven.

—Tan pronto vuelva a la tierra—su mirada ensombrecida se encontró con la del hombre cerdo— te haré filete— frunciendo un poco más sus ojos que habían tomado un ligero matiz rojo, Goku se rasco su cabeza algo apenado sin darle mucha importancia, mientras el pequeño Oolong retrocedió asustado y ocultándose tras el viejo que no tardó en desconectar la llamada.

—No te enojes, Oolong suele ser algo imprudente—Acaricio suavemente sus hombros intentando calmar la tensión que aun estos tenían, ella suspiro intentando relajarse y no le incómodo esa pequeña atención aunque realmente le hubiera molestado ese comentario.

"¿Imprudente? No, no lo creía"

Ese cerdo parecía ser menos que imprudente, casi como si lo hiciera adrede para hacerla enojar.

—Además, tener la gravedad de la tierra a 100G fue bueno, ya habiéndola experimentado, será más fácil acoplarnos a ella ¿No crees?—el ligero masaje desapareció y su rostro se disparó al suyo, mirándolo incrédula, ¡Habían estado apunto de morir!

—Apenas salimos vivos de eso, ni se te ocurra…— sus palabras no fueron oponente ante la emoción en su mirada, sus ojos estaban ansiosos y la sonrisa en su boca esperaba gustosa ese nuevo reto que se había impuesto.

—No podemos desaprovechar esta oportunidad, tenemos suficiente semillas por si algo llega a pasar….— camino hacia la máquina, quitando la baldosa que había arrojado y viendo el dígito en pausa apagado resaltar en un ligero tintineo.

—Recuerda que no vas solo, yo sigo aquí— se acercó a él y lo alejo deliberadamente de la máquina, señalando su rostro con su dedo índice y la otra mano cubriendo el panel de control—No puedes someternos a eso ahora.

—Pero lo has soportado mejor que yo—Rasco nuevamente su cabeza y miro tras su espalda antes de volver a ella— ha sido un alivio tenerte conmigo, fuera sido horrible soportarlo solo —No lo aguantó y tuvo que cerrar sus ojos para no dejarse convencer con esos ojos azabache.

—Por favor— sonó sarcástica y desvío su rostro con un ligero rubor—estas exagerando—Miro hacia la escalera que llevaba a la planta baja y recordó el peso que sintió al estar en la superficie, si de verdad la división de las plantas no le había hecho soportar el peso real, aún estaba en una evidente desventaja, sin contar que él a pesar de ese pequeño Inconveniente habia sido mas resistente al soportar cada golpe mientras se sacudía la nave— la gravedad no es equitativa, Por lo menos no en toda la nave.

—¿Qué? ¿Por qué dices eso?—lo miro de nuevo y ella señaló el hueco sobre el suelo.

—Al subir hasta acá no me había fijado la diferencia del peso, hasta creo haberme lastimado más cuando lancé el pedaso de baldosa—apretó los dedos de su mano derecha y recordó el dolor que sufrió en esa fracción de segundo— Sentí mucho más peso aquí que cuando subía la escalera, he pasado mucho tiempo en la planta baja—afirmo con su cabeza y lo miró de nuevo— así que no ha sido un entrenamiento cien porciento real para mi, no con el peso que has entrenado tu…

—Entonces… eso significa que ¿Entrenaras conmigo?—ella dudo un poco pero termino asintiendo ya que ese había sido su plan inicial junto a llevarle algo de beber—¡Genial! prometo no ser brusco, te enseñare unos nuevos movimientos que aprendí con Kaio-Sama y el Kame hame…

—Hey, Hey, Despacio, una cosa a la vez— le sonrió y miro dudosa si volver a bajar o alejarlo del panel de gravedad, aun no había pasado la hora y no quería lastimarse pronto, aclaro su garganta y lo jalo con ella un par de pasos—Que tal si primero me enseñas eso del Ki…

—¡Claro! es lo más fácil— la arrastró hacia el asiento de la nave y la sentó a un costado de su camisa y dejo las semillas en su bolsillo, por si algo nuevo llegaba a pasar, mientras se sentaba sobre el suelo—Mira, solo debes concentrar tu energía y sentirla fluir por todo el cuerpo—Levanto sus manos y le mostró como una pequeña esfera azulina se formaba entre sus dedos—Así deberías visualizarlo, debes percibir la tuya antes de percibir la mía.

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Gohan había alcanzado a llegar sano y salvo, sin embargo le había costado un leve encuentro con Vegeta, para su buena suerte cuando fue en busca de la esfera no pudo resistir el impulso de ira e impotencia, al ver todos los habitantes desperdigados por el lugar en una batalla injusta contra ese pelinegro, Vegeta no había reparado en cuántas víctimas agregara a su lista solo por encontrar esas esferas y él, al no estar a su nivel su dolor se tuvo que reflejar en esa señal de respeto, sepultando a cada uno de ellos y rendir su respeto a su memoria en un sencillo sepelio, cuando ya hubo terminado con su tarea, se dispuso a buscar la esfera que el moreno mayor había ocultado no muy lejos, llegando hasta la orilla del lago donde la esfera de cuatro estrellas le esperaba, sonrió pese a perder un poco de oxigeno al estar sumergido, Salió rápido y aunque el día no cambiará mucho se imaginaba que había tardado más de lo esperado y Bulma podría estar un poco más que molesta sino daba señales de aparecer pronto, así que intento ir lo más rápido posible emocionado por ser ya dos esferas con la que seguramente Krillin traería y aguardar la llegada de su padre.

Frunció el seño y se freno en su vuelo cuando detectó la energía maligna ir directamente a su ubicación, trago pesado y no tuvo de otra que ocultarse junto con la esfera cuando la fuente de esa energía se hizo visible ante sus ojos, Vegeta se había frenado a él también detectar una energía sobresaliente en el ambiente, y sin peros amenazó con destruir todo a su paso sino encontraba la fuente de ese poder, no le quedo de otra ante el inminente ataque que el hombre había formado en una de sus manos y en un grito se hizo presente al Saiyan, pero claro, ocultando la esfera que llevaba consigo.

Trago pesado cuando esté empezó a acercarse y más cuando vio la esfera del dragón que el hombre traía bajo su brazo, pero lo que más le alertó fue saber de quién la había obtenido, y pensó lo peor, la muerte de Bulma y Krillin se sumarían a las memorias de quienes intentaron ayudarlo, terminando solo en ese planeta… y no, no quiso imaginarse si ellos también habían sido asesinados como el resto de los Nameks. Con burla este se mofo de su buen ánimo, indicandole que les había perdonado la vida al creerse reunir el total de las esferas, se acercó a el con un rostro tranquilo y el pequeño solo temblaba mientras ocultaba el radar en sus manos y le sostenía la mirada, escuchándolo mofarse de él y su padre mientras se despedía bruscamente arrebatándole el aire y dejándolo tendido sobre el suelo, riendo a carcajadas y en un salto alejarse en dirección a la aldea en la que había estado no hace mucho.

Debes extrañar mucho a tu madre… regresa a tu planeta, pronto iré y me encargaré de ti y de Kakarotto"

Fueron sus ultimas palabras que quedaron grabadas en su cabeza cuando el dolor no le dejo pensar por un par de segundos, trago pesado y burlándose ligeramente de su suerte, tomo la esfera que el hombre había ignorado y despegó rápido, llegando en cuestión de minutos a la pequeña isla donde una asustada Bulma y un preocupado Krillin lo esperaban.

—Debemos irnos de aquí antes de que se de cuenta que no está la esfera que escondió— indico el mayor calvo y tomando a Bulma en brazos se alejaron veloz de el lugar, llevando consigo sus cosas y ocultándose en una pequeña grieta que formaba dos colinas, perfecto para mantenerse en bajo perfil hasta que Goku llegara a ese planeta.

—Este lugar es muy pequeño Krillin, no puedo poner una casa aquí…

—Bulma, no podemos hacer más—Asomado en la grieta superior apenas giro a ver a la pelíazul que bufaba sentada en una pequeña roca y se cruzaba de brazos— Vegeta tan pronto se entere que no está la esfera, sabrá que Gohan la tomó, se encontraron en el camino—Bajo a su lado en un pequeño salto—así que debemos ocultarnos mientras logramos quitarle las demás.

—Pero no puedo estar aquí, En medio de la nada, sin una casa o un baño donde una dama pueda refugiarse…—el par de chicos no pudieron evitar rodar los ojos.

—No te preocupes, esperaremos un poco si encontramos un mejor lugar, por ahora Gohan vendrá conmigo con el patriarca—tomo el hombro del pequeño y este le miro extrañado.

—Pero Krillin…

—¿Se van a ir ya?—La mujer se levantó rápido y con las manos en su cadera miro ceñuda al calvo.

—Eh, No, No, lo mejor es aguardar un rato a que no nos encuentre Vegeta por ahora—Levanto sus manos para protegerse de cualquier golpe y retrocedió junto con Gohan un par de pasos.

—Hmmm, Esta bien—Soltaron un suspiro y sintieron una gota de sudor resbalar por su mejilla.

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El Tercer día había pasado y aunque se habían enfocado un rato en que pudiera percibir la energía, Goku había insistido que debían soportar el total de la gravedad en ese momento y con tan solo la mitad del tiempo a su favor, no le quedo de otra que aceptar a regañadientes, terminando en menos de un segundo sobre el suelo y el hombre apenas en cuclillas intentando moverse.

Podría jurar haber contado los minutos pero a diferencia de este, ya había empezado a moverse mucho más rápido y ya podía sostenerse en sus piernas sin algún tipo de ayuda, más ella aún seguía sobre el suelo, intentando respirar y que su cuerpo se acoplará del todo al peso adicional que cargaba encima, haciéndose cada vez más amiga de la baldosa que ahora se encajaba en la expuesta piel, agradecía estar completamente curada antes de empezar o estaría perdida ante el dolor.

—¡Ah!— escucho un grito de guerra, cuando él simuló atacar a su oponente a unos metros antes de que su pierna cayera y se resbalara por el peso, más eso no lo detuvo de continuar—¡Ah!— dio un grito más y ella aún así lo observó, desde su ubicación en ese momento boca arriba, se quedó admirando los movimientos lentos que el hombre ejercía y como los músculos parecían marcarse mas por el esfuerzo, era admirable, no solo porque estuviera ya casi acostumbrado a ese peso sino por la magistral vista que le proporcionaba a los ojos femeninos ante el dominio de su técnica y el festín de músculos resaltar con algo de sudor.

Se veía realmente atractivo

Apretó sus ojos y bufó ante el camino de sus pensamientos, arrastrando brazos y piernas para al fin quedar de rodillas y no sobre exponer sus costillas, no quería romperse nada por no esforzarse, relamió sus labios e intento moverse, dando un par de pasos con sus rodillas y sentir la piel apenas magullarse y las palmas de sus manos buscar donde no hubieran pequeños trozos de baldosa sobresaliendo para no lastimarse.

—¡Ah!— siguió avanzando lento y sus brazos temblorosos aún dudaban si apoyar un poco de peso en las piernas e intentar levantarse del suelo—¡Ah!— escucho de nuevo exclamar de los labios masculinos y sintió una ligera molestia nacer de su estomago—¡Ah!—la vena en su cien se había ensanchado sin saber si era por el esfuerzo o por qué cada grito del chico la estaba poniendo de nervios, ¿ No podría ser más silencioso? Refunfuño entre dientes y logró estirar sus brazos y apoyar su hombro en la pared a su costado e ir levantándose del suelo jalando su cuerpo hasta que sus pies estuvieron más cerca para apoyarse—Estas recargando todo el trabajo en los brazos— le dijo a su lado haciéndola resbalar una de sus piernas y caer sobre el otro pie siendo aplastado por su trasero.

—Ay…— exclamó adolorida e intento moverse de aquella molesta posición, lo vio estirar una mano y jalarla con él, quitando un poco del peso sobre ella, pero que al estar completamente erguida tuvo que abrir sus piernas para buscar el apoyo correcto y no terminar completamente recargada en él —Esto… es… horrible—Alego ignorando cuando el moreno deslizó sus manos hacia sus codos y empezó a jalarla para que empezara con unos pequeños pasos.

—Vas bien, solo que no te he visto darle más trabajo a tus piernas, solo a tus brazos y eso es más difícil—siguió retrocediendo llevándola consigo por toda la circunferencia de la planta superior mientras aún le temblaba las piernas y se hacía más doloroso seguirle el paso—¿Quieres que Apague la máquina?—La miró preocupado cuando los hilos de sudor ya habían recorrido parte de su mandíbula cayendo al suelo o resbalando por su cuello.

—…No— le dijo después de soltar el aire por la boca y aferrarse a sus brazos, similar a como él la sujetaba— solo ayúdame… un poco…—apretó sus labios y dio un par de pasos más, tragando pesado y empezando a sentir el peso magullante en su cadera, antes de detenerse para relajar las piernas y que el calor de la sangre fluyera sin tanta agitación.

—¿Segura? Podemos descansar un poco si…— volvió a jalarla con él, solo un poco encaminándose hacia el panel de control, sin que ella le refutara, cerrando los ojos y dejándose guiar mientras intentaba ignorar el dolor quemante.

—No, ya dije… que no…— avanzo un poco más, cerrando parte del espacio entre ambos, clavando sus dedos en la piel masculina y sin aún abrir sus ojos intentar darse la resistencia que sus piernas temblorosas estaban por rogarle, si pudiera acostumbrarse a su misma capacidad, sería más sencillo ese entrenamiento —Diablos, aún no logro… acostumbrarme…—Agacho la cabeza y siguió caminando sin llegar a rosarle los pies, empezando a sentir que el agarre que él ejecutaba, se estaba extendiendo hacia sus hombros y parte de su torso cuando afianzo sus brazos a los suyos, como si intentara restarle algo de peso a sus piernas.

—Vas a mejorar, ya lo verás…—por un segundo sintió como el ligero cambio de quitar no más de dos kilos se restaban de sus pisadas sus brazos pegados a su tronco fueran el ancla que ejecutaba ese cambio, haciéndola mirarlo y buscar en su cara una respuesta.

—No lo hagas…— trago pesado y una de sus rodillas se doblo peligrosamente hacia el frente, casi tirándola al suelo, pero logró incorporarse con su ayuda y sentir como otro par de kilos desaparecían—¿Porque lo haces?

—¿Qué? Casi te caes…—La acercó más y ella no pudo evitar fruncir sus labios y apoyar cansada su frente en su descubierto pecho, era demasiado tierno cuando intentaba ayudarla.

—No me refiero… a eso…—escasos tres pasos los separaron del panel de control y su respirar agitado había empezado a alivianarse, sentir la dureza de su piel le daba ese apoyo moral que necesitaba su cuerpo y el calor que emanaba de él relajaba lo suficiente a los músculos tensos, era perfecto para las noches de insomnio, pero no cuando el tiempo de viaje se iba acortando más.

—Milk, no…—Le susurro angustiado, su Ki había disminuido y los tambaleos eran más notables al estar cerca ¿Cómo pudo soportar tanto tiempo sola? Pese a estarla vigilando se confío de su resistencia y siguió a su propio ritmo, debía darle un respiro, no podía someterla a tanto como el quisiera, sería un problema si sus enemigos en Namek lo sobrepasaban pero, no podía seguir con eso si la veía sufrir—No estás bien…—En cualquier momento sentía que podría desmayarse y con ese peso podría lastimarse con severidad, afianzo su agarre deslizando su mano izquierda hacia su cintura y la derecha se estiraba al panel—Debes descansar…

—Si lo apagas, te golpeare—el tono de su voz le hizo frenar y voltear a verla aunque está aún escondiera la cabeza en su pecho.

—Pero—la sintió deslizar sus manos engarrotadas por sus brazos hacia sus hombros y su rostro levantarse aún fruncido.

—No estoy… jugando.

—No estás lista para este peso…—se sintió culpable de verla agotada y volvió a estirar la mano hacia el par de botones sin fijarse en lo cercano que estaba las manos de ella—¡Ay!— chillo ante el tirón en su oreja izquierda y volvió sobre la morena, sin percatarse del pequeño quejido y con ello las piernas femeninas apenas subirse a las suyas, clavando los talones en sus tobillos y con ello dar otro brinquito, para sujetarse de su cuello y los pies que se habían levantado empujar el respaldo de sus rodillas, llevándolo al suelo quedando semi arrodillado y con la mano libre ahora apoyada contra el suelo, lejos del botón.

—¡Te dije que no…!— respiro pesado mientras intentaba no rasguñarlo cuando su propio peso la arrastraba, sino fuera por el agarre del moreno ya habría terminado sobre el suelo —No me hagas… enojar…—Trago pesado y busco alejar un poco sus piernas para tener más apoyo en el suelo.

—Te estás lastimando.

—¿Y?— desenredo una y apoyo la punta de sus dedos en el suelo—Dijiste que tenías… que tenías las suficientes… semillas por si algo… pasaba—ajusto su agarre tras su cuello y se levanto un poco con ella.

—No me gusta verte así—Miro dudoso su rostro aún sudado y con el rojo que había ganado por el esfuerzo, no pensaba detenerla del todo pero si darle más brechas de descanso para que pudiera acostumbrarse mejor—Estas tan débil…— la acercó más y apoyo su frente con la de ella, sintiendo su respiración agitada y el agarre en su cuello debilitarse, por su parte, Milk había desencajado su otra pierna, quedando arrodillada sobre sus piernas aún acuclilladas, apenas tocando el suelo, había sentido molestia cuando quiso frenarla en continuar, sabía que se estaba quejando demasiado pero, era realmente difícil para ella y solo en esos momentos dónde su enojo parecía tomar el control era capaz de hacer mucho mas… pero no podría contra ese tono suave que muy pocas veces llegaba a usar contra ella, podría rendirse si el tan solo lo supiera—Por favor…

—Goku…— mordió su labio interno cuando se quedaron así, quizás fueron solo segundos pero su cercanía llegaba a afectarle demasiado y teniendo en cuenta que no les quedaba tiempo, tendría que seguirle el ritmo y eso lo sabía muy bien, aunque no lo quisiera aceptar tenía una sola manera de lograrlo y tendría que usarlo para eso, lamentaba dañar ese momento pero no podría desaprovecharlo—¿Quieres ayudarme?— le susurro rosando sus narices cuando sintió un ligero deseo de besarlo, este le miro de vuelta y aunque desvío sus ojos unos segundos a sus labios volvió a mirarla y asintió lentamente, mientras la acercaba más y su respiración comenzaba a agitarse—¿Sabes porque… subí hasta aquí… la primera vez?— el chico dudo un ligero segundo mientras intentaba comprender su pregunta, antes de negar y esperar el roce que sus labios pudieran tener—Subí… por dos… razones—Tragaron pesado y él ladeó ligeramente su cabeza—La primera… porque quería, apagar… esa cosa…—Se acercaron un poco más y al ella relamerse los labios sintió el sabor salado de su sudor— la segunda, porque estaba… enojada contigo…—cerro la brecha con sus brazos e inclinando su rostro al lado contrario, se permitió rozar sus labios apenas entreabiertos y percibir la mirada adormecida del chico sobre ella, mientras sus brazos volvían a deslizarse a sus costados—Y fue muy efectivo, si quería… llegar a golpearte…— apoyo las manos sobre sus hombros, empujándolo hacia abajo haciéndolo sentarse y ella estirar el cuello y mirarlo desde su posición, con el remordimiento de no haber podido siquiera robarle un poco de aire en su acercamiento, levantándose impotente deshaciendo el agarre de sus brazos a su cintura— Tienes, que hacerme… enojar— le pidió cuando sus piernas empezaron a temblar.

—¿Qué?—El ligero adormecimiento que había tenido por su cercanía se desvaneció y parpadeo confundido a su rostro, impotente y con una ceja ladeada ante sus palabras.

—Que me hagas… enojar— una gota de sudor resbaló por su cien y se levantó volviendo a tomarla por la cintura pero ella lo alejo al sujetarse de sus antebrazos, ¿Por qué querría hacer eso?

—No estés jugando, ¿Por qué haría eso?—la jalo un poco intentando recuperar un poco de su afecto pero chasqueo la lengua cuando volvió a evitarlo, e intento pisarle sin mucho éxito.

—Siempre… lo haces, ¿Recuerdas? —alzo su pie de nuevo y este retrocedió con ella, no porque pudiera lastimarlo sino porque intentaba comprender el hilo de sus palabras y eso empezaba a molestarla, ¿Acaso estaba hablando en chino?—Solo tienes que… hacerlo, como siempre.

—No es verdad—Trago pesado y la miró nervioso, desde que se casaron era una mujer de temperamento templado, fuerte y audaz, eso le gustaba, pero muchas de sus discusiones siquiera entendía el porque le reclamaba, y algunas de ellas terminaba haciéndola llorar, por eso tenía que pedirle perdón y hacer lo que ella quería, pero nunca porque el fuera realmente consiente que había hecho para hacerla enojar, ¿Cómo podría hacerlo intencionalmente ahora?—¿Por qué quieres estar enojada conmigo?

—Así… pienso menos…—alargo un poco más su pie sin éxito y sintió el calor subir por su vientre, siquiera eso podía hacer, ¿Por qué le era tan difícil entenderla? Estaba siendo demasiado clara, ¿ Por qué no entendía?—Si me enojo… podré moverme… con mayor facilidad—retrocedió de nuevo sin notar cuando fue que deslizó sus manos de sus brazos, al ver las pisadas femeninas aún más cerca de sus pies y aunque sus zapatos estuvieran reforzados con las pesas, no quería que se lastimara por intentar lastimarlo.

—Basta, te vas a hacer daño, Milk—sujeto apenas sus dedos y dio una zancada más larga para tomar distancia y verla por primera vez caminar sin estar apoyada a algo.

—¿Qué te importa? Solo hazlo—Levantó sus manos y un pequeño golpe se deslizó hacia su cuerpo frenándolo con facilidad.

—¿Por qué me atacas?—Freno otro golpe que iba hacia su cabeza.

—No lo hago, te estoy diciendo que me hagas enojar—Vio su pierna alzarse más intentando golpear su vientre, dando un salto hacia atrás mientras ella jadeaba por el cansancio, pero no por ello se detuvo, estaba sorprendido ante su feroz avance.

—Milk…

—¿¡Por qué te cierras a hacerme un favor!?—se lanzó hacia el, cruzando a su lado en un intento vano de empujarle, pero la esquivó mientras él detectaba ese tono molesto en su voz, ya se estaba enojando y no pudo evitar burlarse—¿De que te ríes?—gruño entre dientes cuando perdió el equilibrio momentáneamente apoyando una de sus rodillas contra el suelo, mientras recuperaba un poco de aire—¿Te parece gracioso? ¿¡Es porqué no puedo alcanzarte!?— se levanto aún tambaleante y alzó sus puños impotente cuánto esté solo la miraba con lo que interpretó era pesar, aunque él la mirase con diversión.

—Milk, espera…—Esquivo otro golpe y ella estrelló su mano a un costado de la pared, sintiendo el dolor en sus nudillos y como estos tomaban un ligero color rosa—Te estás lastimando—Preocupado intento validar el estado de su mano ante la abolladura que dejó en el acero.

—Ya te dije… ¡Que eso no importa!—Volvió a acercarse y uno a uno de sus golpes los fue frenando con sus manos, al ser lentos podía bloquearlos sin problema, pero eran relativamente fuertes y sino tenía cuidado, podría lastimarse severamente si sus golpes se desviaban al lugar equivocado—No importa si me lastimo o no, solo hazme enojar—retuvo sus brazos al sujetarla de las muñecas y verla temblar al detenerse— hasta ese maldito cerdo lo logró sin mucho esfuerzo, ¿Por qué no lo haces tú?

—¿Cerdo? ¿Te refieres a Oolong?— la soltó cuando su rodilla estuvo peligrosamente cerca a su entrepierna y su ceño dejo de verse debilitado a pasar a estar fruncido con los dientes apretados.

—Ese maldito, cuando lo vea, tendrán que invitarte a su funeral— se lanzó de vuelta pero está vez logro moverse más rápido y sus piernas sentir el desgarre de sus músculos.

—Vamos, el solo estaba jugando…—la vio acercarse más rápido y sus golpes aunque pesados empezar a ser más recurrentes y las simples llaves parecían ya no ser suficientes para retenerla—Sino fueras estado aquí abría sido mas difícil apagar la maquina.

—¡Pero lo abrías hecho sin mi! no soy indispensable.

—Milk…—no comprendía, no entendía cuál era el rumbo de sus palabras ahora ¿Porque había sacado esa conversación a relucir? ¿No estaba enojada con Oolong? ¿No quería estar enojada con él? no quería creer que seriamente las mujeres eran un misterio pese a los años que convivió con ella y Bulma.

—Eso ya lo tengo claro—Trago pesado y sintió sus piernas ligeramente más livianas y sus brazos que habían soportado todo el peso de sus anteriores golpes, empezaron a doler mientras más rápido se movía— pero no tenía porque restregármelo en la cara— alzó su pierna llevando el peso de su cuerpo hacia abajo para tener un mayor impulso y rozar por primera vez su cabeza—¿Quién se cree?

—Cálmate, el suele decir las cosas sin pensar, tu me has ayudado mucho—Desvió otro golpe y tuvo que levantar una de sus piernas para que el impacto no diera en sus costillas y sintió temor ante el aura enrojecida que emanaba de ella, ya estaba realmente enojada.

—¡No me mientas! ¡Todo este tiempo he sido peso muerto!—Se recriminó volviendo a incrustar otro golpe en la pared de la nave y que sus brazos se encogieran a los costados de su torso, mientras las piernas parecían ser más efectivas en sus ataques a larga distancia.

—Claro que no, podemos retomar tus entrenamientos, te aseguro que en un par de meses estarás igual o mejor que yo….—Se agachó, cuando su pierna derecha cruzó por sobre sus cabellos en otro intento de golpearlo.

—Se suponía que ya no abría más enemigos y no tendría que volver a entrenar—Clavo otro golpe muy cerca a su cabeza pero en un salto se alejo de ella y se posicionó en defensa a la espera de otro ataque, mientras la azabache temblaba y sus ojos se achicaban ante el enojo que sentía recorrer todo su cuerpo, su mente había trabajado demasiado rápido escupiendo sus recriminaciones e ignorando el evidente palpitar en sus extremidades, las venas resaltadas y el sudor que había vuelto a humedecer sus cabellos—se suponía que todo sería tranquilo… pero tan siquiera en el torneo te seguí el ritmo, como cuando éramos niños…— sintió sus ojos escocer y no supo si fue por qué algo de sudor resbaló hacia sus ojos o por qué sus emociones habían subido demasiado… y eso él lo pudo ver.

"No, No, No, va a llorar"

Miro hacia sus costados en busca de como frenarlo, su aura había empezado a descender y no quería que perdiera ese avance, pero si se acercaba corría el riesgo de que lo golpeara de verdad o que se rompiera en llanto, sin saber cómo calmarla, tendría que hacerlo aunque no quisiera, tendría que hacerla enojar y no tuvo de otra que seguir sus palabras, lastimar su ego.

—N-No quisiste que entrenáramos juntos, C-Cuando nos casamos—Su voz hizo que lo voltear a mirar y las manos empuñadas del joven se relajaron acercándose un poco, tentando a su suerte en espera de alguna reacción, esperando que fuera más que suficiente esa provocación—Te volviste débil, A-Acéptalo…— pudo verlo, el enojo volvió a subir y temió realmente por su vida, trago pesado y la vio tronar los huesos de sus manos.

—Me arrepiento de haber dependido tanto de ti…— sintió algo romperse en su interior, no quería que pensara eso, él encantado de protegerla siempre, de ser quien cuidara de lo que más amaba en el mundo, pero sus ojos ahora destilaban algo mas que ira… ¿Decepción?

—S-Siempre has sido fuerte…—Le corto cuando intento componer lo que había dicho y se acercó a su cuerpo y con el temor de ser golpeado volvió a sujetarla pero por el hueco de su cintura—Eres la mujer más fuerte que….

—No ayuda que lo digas, sino lo sientes—Sus manos se posaron sobre las suyas y lo miró sin levantar mucho su rostro.

—Pero, es verdad, yo, lo siento, no pensé que…—Apretó sus labios y cerro sus ojos— perdóname, se que podrás con todo…

—¿De verdad?—Volvió a verla asintiendo rápidamente y ella infló sus mejillas— Entonces, porque estás levantándome— su cabeza hizo clic y bajo la mirada al suelo, donde sus pies descansaban viendo los dedos femeninos apenas rosar el suelo, de verdad, la había alzado.

—Bueno, es que…—rio nervioso bajándola con cuidado y la escucho bufar.

—¡No me sirve sino me tomas enserio! por eso quería hacerlo sola…— lo vio preocuparse de nuevo y ella, al fin pudo calmarse, podía sentir la adrenalina aun recorrer su cuerpo pero no podía seguir buscando escusas para soportar el peso, y someter a Goku a sus ideas, era demasiado, demasiado para su ingenua cabeza, pero aún podía tomar algo a su favor.

—Pero Milk, ya viste lo que pasó hace un momento, lo hiciste realmente bien, no comprendo del todo tu idea pero, es mejor si lo hacemos juntos…

—Entonces tómame enserio— su pierna volvió a levantarse sorprendiéndole e intentando alejarse de ella, pero solo fue un señuelo que uso al estar aún sujetos por sus manos, jalándolo de vuelta y juntando sus frentes en un golpe seco.

—¡Ay! ¡Eso me dolió!—le soltó cuando esté llevo sus manos a su cabeza y masajeo la zona apenas enrojecida.

—No mientas— volvió a lanzarse a él, está vez apoyando sus propios píes en sus piernas y alzarse sobre él, con ayuda de sus brazos se apoyo en sus hombros y al girar las piernas sobre si, golpear su espalda en aquel impulso haciéndolo trastabillar—¿Y Bien?— este volteo a verla y ante un segundo en desconcierto le sonrió ansioso y listo para corresponderle, era mejor que cualquier escusa.

—Te lo buscaste…— amenazó cuando alcanzó a frenar un golpe de ella y la miró con su ceño serio pero con una sonrisa ladina, está vez fue ella quien se alejó y aunque tambaleó un poco logro posicionarse en una postura sencilla de combate, sus piernas separadas y sus manos listas a golpearlo pero protegiendo su tórax y rostro.

—Vamos a ver…— espero el golpe que él lanzó, en definitiva bastante suave incluso para ella, eso le molestó, pero aprovechó para desviarlo a un lado y lanzar un gancho derecho, que el bloqueo con facilidad con su otro brazo y sujeto la mano que había desviado su golpe, intentando alejarse pero él se reusó, ejerciendo presión obligándola a copiarle un par de segundos sin mucho éxito, su resistencia era mil veces superior a la suya, así que no podía creerle ganar ante resistencia, pero podía existir una brecha ante la velocidad, refresco su garganta y optando por una de sus pierna la encajo sobre su cintura para que no se alejara demasiado de ella.

—¿¡Qué estás haciendo!?—se había enfrascado en la lucha de miradas que no notó ese movimiento de parte de Milk, debilitando el agarre y ella se deslizara hacia atrás, doblando su espalda con la velocidad que su cuerpo en ese momento le permitiera y levantará la otra pierna para golpear su quijada ante su aturdimiento—¡Auch!— el pequeño bote le había sacado el aire pero logro componerse y se posicionó nuevamente a la defensiva.

—Q-Querías que ejercitara… más las piernas, ahí tienes— un leve calambre subió por su pierna izquierda, teniendo que levantarla un poco para que no le molestará de más pero no por ello desistió de su posición.

—Tramposa…— se lanzó de nuevo y está vez intento generar un barrido a sus piernas, sintiendo como se apoyaba en su espalda y se alejaba de él en un pequeño salto, cayendo a sus espaldas siendo ella quien jalara una de sus piernas, haciéndolo perder el equilibrio y caer de pecho.

—¡G-Gane!— le dijo entrecortada, con la respiración acelerada y su cuerpo rendido ante el cansancio, y aunque le hubiera gustado seguir, sus piernas habían optado por caer sobre el suelo, obligándola a recuperar el aliento y darse por vencedora en esa ocasión, sentada sobre su trasero y con la pierna de él aún entre sus brazos.

—¿Estás bien?— se giro un poco y la miró dudoso, ella asintió pero con una mano señaló su cuello por el agotamiento—T-Te traeré un poco de agua— volvió a asentirle y le soltó, de un brinco se encamino hacia la planta inferior y ella dejo ir sus brazos hacia atrás, descolgando su cabeza y esperando que algo del oxígeno que circulaba le refrescara el cuerpo.

—Esto es un martirio…— bufó exasperada pero sonriente, no quería dejarse ir sobre el suelo, aguantaría el tiempo necesario y mejoraría, no tendría más escusas antes de volver a comenzar.

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El reloj ya marcaba los últimos minutos del cuarto día terrestre, ella por su parte estaba sentada en la silla del pilotaje tomando un poco de agua, limpiando el sudor en su frente con una pequeña toalla, mientras el moreno estaba golpeando a un enemigo imaginario y lanzaba esferas de energía sobre su cabeza para poder pararlas con su cuerpo, evidenciando la resistencia que había estado ganando en las últimas horas, el suelo era una marca evidente de esa situación. Había levantado grandes trozos de la baldosa y su energía se elevaba haciendo temblar la nave, pero prefirió simplemente no comentarlo, no podía reñirlo por algo así, sería tonto estando en medio de la nada, al mirarlo a través del cristal que daba hacía el exterior y oculta en el asiento, le daba la sensación de libertad para él poder estar cómodo sin que sintiera su mirada sobre si, había sido un martirio el último día, después de tomar ese leve descanso, no habían parado, uno tras otro intento de seguirle el paso, cayendo al suelo y refunfuñando ante la impotencia, agradeció que en ese momento no se lo pusiera tan fácil, aunque sintiera el crujir de sus huesos y sus músculos amenazar con desgarrarse, la parte divertida era cuando lograba darle alcance y podía atinarle uno que otro golpe, pero no cuando él se lo tomaba enserio y llegaba a lastimarla realmente, pero siempre tenía un truco bajo la manga, esas condenadas semillas, que pese a su sabor la habían curado en más de una ocasión cuando algún hueso se desviaba de más o si sus músculos se negaban a responder, aunque para no malgastar no recibía más que la mitad para poder tener la otra de repuesto.

Acomodo su cabello en un moño alto y fresco, apartándolo del sudor en su cuello y de nuevo desvió la mirada al temporizador del mando, le restaba solo dos días y estaría ya en suelo extraterrestre, sin saber cómo definirlo realmente, provocándole una sensación inquietante en su estómago y su garganta volver a secarse, estaba ansiosa y el reconocer las pocas horas que les quedaban para arribar… esperaba que todo saliera bien.

Un resplandor pasó por sobre su cabeza y al levantar el rostro un rastro del sonido zumbo en sus oídos, hasta volver a ver la estela azulina que recorría la periferia de la nave al no encontrar un objetivo fijo con que estrellarse, estaba pasando cada vez más cerca de ella y no quería estar de riesgo en medio de su rumbo, no creía sobrevivir a un impacto de ese tipo, se reclinó un poco más y vio como del lado contrario pasaban unas cuantas más, obligándola a mirar el reflejo del cristal y verlo girar en medio del aire sin que aquellas esferas le rosaran el cuerpo, aunque su figura se borrara en segundos con el reflejo de la luz y la velocidad que había adquirido, era impresionante. Cerró los ojos cuando no le siguió el ritmo, encandelillándose ante la exposición lumínica, frotándose los párpados para eliminar esa sensación de sus córneas. Lo escucho al final, con el impacto retumbando en la nave y los zumbidos que había intentado ignorar, se disipaban en cuestión de segundos. Un par de pasos y la palma del chico reposo sobre el respaldar del asiento.

—¿Qué te pasa?— ella aún con las manos en el rostro, parpadeo un par de veces para poder girar a verlo, encontrando las pequeñas heridas y el traje desecho con apenas ligeros parches de tela cubriendo su cuerpo.

—Mírate nada mas, es el tercer traje que destrozas— se rio de su pequeño regaño, estirando la botella de agua y la toalla que había tenido ahí para él.

—Ahora tengo mayor resistencia, este entrenamiento ha sido muy fructífero— un trago de agua y empezó a secar el sudor de su cuello mientras aún gotas de sudor resbalaban por su mejilla—aunque sea pequeña es muy resistente.

—Asegúrate de dejar la suficiente nave para volver—Bufo un poco y se levantó con pereza— de regreso…—estiro sus brazos, lista para empezar nuevamente con su entrenamiento, más una mueca de dolor llegó a ella cuando él alejó rápido la toalla de uno de sus brazos, exponiendo la fea quemadura que había intentado calcinar su piel—Te saldrá una ampolla, ten más cuidado.

—No es nada, aún no estoy en mi límite…—Le resto importancia terminando de beber el contenido de la botella y tendiéndoselo a la morena.

—¿Aún no?—rio con sorna— No has descansado y hace rato que escucho tu estómago gruñir—Lo dijo aunque fuera mentira, pero era algo de lo que conocía realmente bien y era el recordarle la ingesta de alimentos y su cuerpo reaccionaba por si solo, exponiéndose en seguida la ligera vergüenza que eso le provocaba.

—Bueno, creo que si tengo algo de hambre…— acaricio su vientre y la miró de nuevo— pero quiero entrenar un poco más— afirmó con un ligero movimiento de brazos mientras ella se estiraba con cuidado.

—Te estás excediendo— susurró y levanto un poco sus piernas para alejar el leve entumecimiento.

—No seas aguafiestas ¡Pelea conmigo!— se posicionó rápido tirando la toalla en el asiento y sus manos listas para atacar.

—¿Otra vez?—Lo reprendió con la mirada— No, otro golpe tuyo y quedare sin estómago—fue su turno de llevar la mano al vientre y alejar esa sensación que le dejaba sus ataques, sin aire y con el cuerpo adormecido con evidente demora para responder.

—Esta vez seré más cuidadoso— sonrió para ella y los huesos de sus manos tronaron, lo miro unos segundos más y realmente aceptó, debía admitir que era divertido entrenar con él, era bueno para enseñar aunque sus métodos fueran algo bruscos, pero no podía negarse cuando sus ojos se volvían suplicantes, aunque terminara pecho a tierra por intentar golpearlo de una misma manera. Debía ser creativa si quería darle aunque fuera un golpe.

—Vale, pero sin trucos— refutó sin más, dejándolo algo confundido mientras se ponían en posición de ataque.

—¿De que hablas? Yo siempre peleó igual.

—Si, claro…— alistó sus brazos en defensa y busco rápidamente en su postura alguna abertura que le permitiera derribarlo, aunque fuera lo más pequeña posible, pero la larga experiencia lo hacía realmente un maestro en su arte, el viejo Brief se había mantenido al margen así que había sentido mayor privacidad a la hora de entrenar y ser ligeramente más íntimos aunque fuera para vencer al otro. Le vio acercarse un poco deslizando uno de sus pies hacia ella y pudo ver el ligero patrón en su movimiento, atacaría a la zona superior y cuando se lanzó hacia ella descubrió la pequeña ventaja que le brindaba la diferencia de estatura, aprovechando aunque fuera esa vez, golpeando uno de sus puntos vitales en el centro de su pecho, aunque eso significara estar a merced de sus brazos, pero era algo de lo que no había pensado antes, no era un combate demasiado justo, comenzando por la diferencia de fuerza que había entre ambos y al ser más rápido no podía suponerle una complejidad, pero bien podía aprovechar su descuido y si no le descubría seria un truco muy a favor, aunque fuera lo primero que le había dicho no hacer. Pero también era una artista marcial y el estudio de los flujos de energía había sido parte de su entrenamiento, aunque no fuera uno de sus fuertes.

"Bien, vamos a intentarlo"

Se animó internamente y logro deslizarse entre sus piernas, golpeando la cara interna de una de sus rodillas, apenas haciéndolo doblarse ligeramente pero el se volteo en un bote hacia ella con la intención de golpearla con una de sus piernas, se alejo con un giro a la izquierda y logro posicionarse de nuevo antes de bloquear otro de sus ataques con sus brazos, haciéndola retroceder.

—Eso me dolió…— le reprendió sacudiendo sus manos pero él solo se rio emocionado, atacándola nuevamente, con una pequeña a ráfaga de puños, obligándola a bloquear cada uno de ellos pero para su ventaja dejándole acceso a sus coyunturas, alcanzando a presionar ligeramente los puntos de flujo sin que fuera demasiado notorio para él, trago pesado cuando uno de los golpes impacto sobre uno de sus hombros y la estrelló con brusquedad en la pared a sus espaldas, soltó el aire y se posicionó nuevamente en defensa esperando a que él se acercara, se deslizo ligeramente a su izquierda y espero la patada baja que lanzó para hacerla caer, teniendo que dar un pequeño brinco, flexionando sus piernas para no estar a su alcance y está vez intentar golpearlo en la cabeza con una de sus piernas, sintiendo los brazos rápidos cubrirse de su ataque, haciéndola retroceder, si quiera llevaba una cuarta parte de sus puntos bloqueados y él se veía como si nada, apretó sus manos y volvió a posicionarse en defensa mientras el se volvía a lanzar hacia ella con puñetazos fuertes y patadas firmes que con algo de suerte lograba esquivar, pero entusiasmándolo a aumentar su velocidad y la táctica en sus ataques, frenándose en su intento de atacarlo cuando lo veía muy cerca y la encrucijada a solo pasos, optando por escapar por sobre sus hombros o bajos sus piernas, deslizándose en el suelo ya no tan lizo por el entrenamiento que el mismos se había sometido, haciéndosele más difícil cumplir con su tarea.

—¡Estas solo esquivando…!— le reprendió con voz algo molesta y se lanzó nuevamente a ella, como si fuera el gato intentando casar al ratón y ella de nuevo logro deslizarse entre el espacio que dejaba su brazo izquierdo con su pierna, rosando sus costillas con el ligero calambre que ese tacto le provocaba—¿O lo que quieres es jugar?— se giro hacia ella lanzando su mano derecha hacia su cuerpo, estando cerca en rosar la tela de su propia camiseta, más ella logro alejarse y sujetar su brazo entre los suyos, alzando su pierna hacia él y lanzando patadas que a corta distancia le eran más directos negando la idea de que lo que quería era jugar, sacándole un poco de aire—estas, haciendo trampa…— riño y sujeto su pierna con su otra mano cuando ella se reusó a dejarlo libre, subiéndola un poco más hacia su cabeza obligándola a cambiar su centro de apoyo y que sus ataques se vieran neutralizados—No puedes sujetarme así, imposibilitas mi movilidad—Subió un poco más su pierna y las manos de la chica se soltaron ligeramente de su agarre, pero ella solo se centro en mirarlo, un par de puntos más y podría derribarlo.

—Claro que no, Se llama táctica— le sostuvo la mirada un par de segundos y cuando soltó su brazo vio el intento de él querer hacer lo mismo, más la posición era ideal y solo requirió de un impulso con su otra pierna, llegando a su cuello en un brinco y enroscando sus tobillos fue suficiente para que él perdiera la estabilidad, y que la llave que intentaba ejercer le fuera suficiente para llevarlo con ella al suelo, bajando sus manos al piso que servía de soporte y levantar el cuerpo masculino con ella, más el moreno a escasos centímetros logro zafarse y dar un salto con la punta de sus dedos lejos de ella y que el golpe terminara sobre el pecho femenino—¡Ay! —Chillo mientras se sentaba con cuidado y lo miraba con un ligero mohín—¿Vez? No es fácil derribarte.

—Eso estuvo cerca— susurró para si, se preparó nuevamente y enfoco sus ojos en ella, no espero que intentara someterlo de esa manera, siempre había sido mas directa ante los ataques, no solía recurrir a las llaves y eso se le hizo emocionante— Intenta usar más las piernas, eres rápida pero tus brazos son cortos, para que sea un buen golpe, debes utilizar las extremidades que te dé más rango de impacto— le indico con suavidad y espero a que ella le atacara, no tardando mucho cuando las puntas de sus dedos rosaron sus brazos, aumentando rápidamente los ataques volviendo a ser el quien llevará el ritmo y ella volviera a esquivar.

—Eres demasiado rápido para mí…— bloqueo uno más, cubriendo su estómago y quedando un pequeño segundo suspendida en el aire, le miro una vez mas y no tuvo de otra que intentar golpearlo realmente enserio, aunque fuera solo para poder presionar los puntos faltantes.

—Hazme caso…— indico en otro golpe que la lanzó un par de metros atrás, pero que logro frenar con sus manos, apenas rozando con el muro a sus espaldas cuando se incorporó, tomo un poco de apoyo al separar las piernas y corrió hacia él, saltando sobre su cuerpo, perdiéndose de vista solo unos segundos, cayendo al suelo con un ligero bote y aprovechando la posición para zanjar los pasos del chico y rozar sus piernas cuando esquivo su golpe, se levantó rasguñando su pecho y que en un giro su pierna derecha se alzará hacia su cabeza, teniendo que inclinar gran parte de su peso para que el impulso fuera mayor pero freno el golpe, más no le dio tregua y volvió su pierna antes de que la sostuviera, y pegando los brazos a sus costillas para evitar cualquier golpe en algún lugar sensible volvió a disparar otra, obligándolo a ejercer más presión en sus brazos para frenar sus patadas, haciéndolo retroceder, con golpes veloces y empujones en cada ataque que apenas lograban llevarle el ritmo al moreno—si, así estás haciéndolo muy bien…— una patada más y se agachó lo suficiente para esquivarla, lanzándose para tomarla del tronco y envestirla contra el suelo, más sorpresa fue verla dar un pequeño salto y con ayuda de sus brazos apoyarse sobre su espalda para alejarse de él. A cuatro patas se giró hacia ella y la vio elegante posicionándose en defensa pese a la ropa y llamándole en un último ataque—¡Allá voy!— grito rápido, lanzándose como un león hacia ella, viéndola girar de nuevo sobre si hasta quedar a sus espaldas al no poder frenará a tiempo el ataque, se giró apenas para lanzar un golpe que no espero que amortizara al cruzar sobre su hombro, a escasos centímetros de su cabeza, quedando mas pegados por el lateral de su torso y la pierna izquierda femenina se levantase y lo golpeara bajo el mentón, aprovechando su desconcierto para enrollarse en él, sintiendo sus manos rápidas golpear su pecho, frenándose sus piernas en un intento por alejarla, ella se deslizo con ayuda de su cuerpo hacia su espalda, esquivando sobre sus hombros cuando su propia fisionomía cubría los posibles puntos de agarre para someterla, sintió el hormigueo subir por su espalda y los golpes veloces sobre esta misma y sus piernas le hicieron perder el equilibrio y caer de bruces con sus manos tendidas en un vano intento de amortizar el golpe junto al peso de la morena, sentaba sobre su espalda baja, sujetando una de sus piernas con todas sus fuerzas, mientras el tirón le imposibilitaba el siquiera moverse—¡Ayyyy!

—¡G-Gane!— exclamó fatigada y aún sin soltar la pierna del moreno, presionando con sus piernas el agarre que ejercía al estar sentada sobre su espalda, con una sonrisa amplia en los labios y la adrenalina aún recorriéndole las venas.

—¿C-Cómo hiciste eso?— exclamo adolorido con sus brazos y piernas semi entumidas, pero sin saber de dónde nacía realmente ese molesto hormigueo, parecía venir de todas partes de su cuerpo.

—Este, si fue… un truco…— hablo agitada y mirando sobre su hombro solo vio el destartalado cabello y su cuerpo empezar a temblar, sonrió un poco y fue soltando su pierna con cuidado, recostándose de la misma manera sobre su espalda unos segundos antes de deslizarse a un lado y presionar los puntos sobre el largo de su columna y otro sobre su cuello.

—¡Ay!—Chisto cuando su cuerpo dejo la rigidez y cayó completamente sobre el suelo.

—¿Estas bien? No te lastime ¿Verdad?—le meció un poco y este apenas ayudándose con sus antebrazos se intentó levantar.

—Fue increíble ¿Cómo lo hiciste?— se fue incorporando lentamente mientras la miraba con ojos curiosos y sus extremidades temblorosas aún se resentían al movimiento.

—No eres alguien que pueda vencer con mi propia fuerza—Se acomodo los cabellos y soltó un suspiro de alivio— te has limitado para no lastimarme y si quería ganarte realmente, debía poder inmovilizarte rápido.

—Pero, si apenas me golpeaste...

—Ese es el punto—trago pesado intentando regular su respiración y que su garganta se refrescará con un poco de saliva— para ti fue solo bloqueo de golpes, para mí fue ir activando los puntos de presión de tu cuerpo. Tu anatomía es igual a cualquier ser vivo, claro, con más resistencia y músculos pero es igual, solo tenía que presionar los lugares indicados y después podría ir a derribarte— le explico con un dedo señalando las zonas que había tocado en medio de su combate que al enfocarse habían tomado un ligero color carmín— fue difícil, casi no tienes puntos ciegos—se cruzo de piernas y se permitió descansar un par de segundos más.

—Pero, en un solo combate me derribaste.

—Bueno, no lo había pensado antes, bajas mucho la guardia conmigo…—aunque eso no significara que le dejara la tarea fácil, era realmente una mole ante el combate.

—Eso si es trampa.

—Lo usé a mi favor, aunque concuerdo contigo— se levanto con cuidado y se encamino a la máquina, apagando la gravedad que había estado presionando sus cuerpos y exhalando un gemido de satisfacción al estar más ligeros—Ahora yo muero de hambre, espero aun queden bentos para calentar— se giro a verlo y este asintió, lo ayudo a levantarse y aunque esté dudara en caminar, se apoyo en ella, y se dejó guiar por el agujero hacia la planta inferior, cayendo en un ligero salto que sin inconveniente ella logró amortizar y lo llevo hasta el asiento de la pequeña mesa.

—Un día más y estaremos llegando a Namekuseín…— la chica se acercó a la nevera y fue sacando las bandejas que quedaban para recalentar, aunque no fueran suficientes para los dos.

—El viejo no se a comunicado en estos dos días, ¿Crees que le haya a visado a papá que estoy contigo?— colocó las bandejas dentro del microondas y saco algo de carne y verduras pre cocidas y las puso a cocinar con un poco de agua y sazonador.

—Creo que si, aunque no debe estar nada contento Ox satán, es un viaje largo.

—Espero que todo salga bien…— un ligero silencio incómodo y ella aprovecho para picar algo de fruta que aun quedaba en la nevera—papá lo entenderá, aunque estará igual de ansioso que nosotros…— llevo una mano a su dorsal derecho y lo masajeo con cuidado sintiendo la ligera plenitud que este le provocaba, llamando la atención del moreno.

—…¿Nos bañamos juntos?—Su ligero masaje se detuvo y lo miró sorprendida— mientras calienta la comida…

—¿Como?—no pudo evitar cuestionarle y él solo se encogió de hombros.

—Bueno, sería un baño rápido para que podamos relajarnos— dudosa miro la compuerta del baño y el moreno si quiera le importo las bandejas que ya estaban girando en el microondas.

—¿No crees que es mejor por separado?—Trago pesado y volvió su vista a la olla sobre la estufa, sintiéndose algo retraída.

—¿Te molesta? —Volvió a mirarlo sobre su hombro y este le sonrió ligeramente decepcionado— Pensé que no sería malo, ya lo hacíamos antes y…

—¡Es que…!—lo detuvo y apretó la encimera entre sus manos— me da pena…—susurro por lo bajo mientras agachaba la mirada y él apenas la observaba con sus brazos cruzados sobre la mesa. Sonrió para si divertido y con un tono un poco más suave logró tranquilizarla aunque no del todo.

—Sera rápido, no es que vayamos a hacer otra cosa…— sus mejillas se encendieron y se levantó de su asiento acercándose a ella—solo para relajarnos…— llevo sus manos a los hombros de la chica y le masajeo ligeramente la piel expuesta, ella apretó su mandíbula y soltando un suspiro escapó de su agarre y se alejo en largas zancadas hacia el baño —¿Milk?

—D-Date prisa o te bañas solo— comento algo abochornada pero no era como si le desagradara del todo la idea, sin cerrar la puerta empezó a llenar la tina de agua y fue soltando las vendas de sus pies.

—¡Voy…!— no tardo mucho en seguirle el paso y aunque ella tomara su tiempo en desvestirse, él ya había terminado con los trozos de tela en medio del baño y cerrando el flujo de agua y sumergiéndose, relajando los músculos tensos en su cuerpo—¡Ah! Está deliciosa…— sonrió ampliamente y busco la mirada azabache, que con una toalla ahora rodeando su cuerpo se iba acercando hacia él, sumergiéndose lentamente mientras el agua apenas y se desbordaba al ser lo suficientemente grande para caber los dos.

—Si, Está excelente…

—Si, bastante relajante…— comento suave, mirándola un par de segundos pero ella solo miraba el borde de la tina mientras sus mejillas tomaban algo más de color, Goku disfruto de mirarla y tomando un poco de agua en sus manos la llevó a sus hombros, indeciso si acercarse un poco a ella, no quería incomodarla pero eran tan escasos los momentos en que realmente llegaban a compartir su cercanía, sin que ella sintiera vergüenza por su hijo o que él estuviera entrenando.

—¿Q-Quieres que lave tu cabello?— susurró sin mirarlo, trayéndolo de nuevo a la realidad, empezando ella a humedecer sus propios hombros sin deshacerse aún de la toalla, Goku lo penso un par de segundos pero no le desagrado la idea, asintió, dándose la vuelta con algo de torpeza pero fue suficiente para que ella se acercara y se sintiera menos cohibida, con ayuda de la regadera de mano fue remojando su cabello para poder generarle algo de espuma con el champú—¿Hace cuánto no te peinas?— susurró mientras intentaba no tirar de su cabello cuando quiso profundizar con su lavado.

—No lo se, siempre se seca así— hablo bajo y cerro los ojos para evitar que le cayera algo de espuma y disfrutando del calor del agua.

—Tienes nudos…— siguió masajeando hasta generar la suficiente espuma para asegurarse de que no quedara ni un solo mechón sucio— te peinaré cuando termines de bañarte…

—Ajam…— dejó caer su cabeza hacia tras, recostándose un poco sobre el pecho femenino, sintiendo sus músculos relajarse un poco mas y sentir sus ojos adormilados—¿Me enjabonas?— había tomado la esponja con el jabón y se lo enseñó a ella, tomándolo algo dudosa y con ayuda de la espuma que sobraba de su cabello, humedecio la esponja y comenzó a tallar con detalle sus hombros y pecho, hasta llegar a sus brazos, sin darse cuenta como el peso la iba haciendo retroceder hasta terminar recostada en la pared de la tina y él sobre su pecho, haciendo hueco entre sus piernas para acercarse mas, viéndole adormilado.

—Goku, no te duermas…— intento empujarlo y este se recostó un poco más, rebuscando algo de su atención, haciéndola tensarse— Goku.

—¿Podemos quedarnos así? Estás calientica…— se giro exaltándola y quedó sobre ella, dándole acceso a su espalda soltando un suspiro, ella no pudo evitar bufar, sonrió un poco y tomando algo más de jabón, empezó a pasarlo por los músculos de su espalda, deleitándose con la suavidad de su piel y los leves suspiros que él exclamaba cuando rosaba sus uñas en su espalda.

—Sabes—Susurro un poco más confiada y masajeo sus hombros mientras él enroscaba los brazos sobre su cintura— no me has contado mucho de tu experiencia… en el más allá…—él se tensó y levanto el rostro para mirarla, desconcertado ante su pregunta—¿Qué?

—¿De verdad quieres saber?

—Claro, no todos tienen la oportunidad de volver después de muertos…—quito un poco de espuma de su frente y aún con la esponja libre siguió masajeando su piel, aunque la mirada inquisidora siguiera sobre ella—¿No quieres contarme?— él negó rápido y se alejo lo suficiente, mirando la sombra que se perdía entre el agua y el jabón.

—Fue… interesante, el camino de la serpiente es muy extenso…— miro hacia el techo y recordó los primeros instantes cuando Kami-sama lo llevo hasta allí, se sentía emocionado por algo así, aunque la impresión de fallecer de esa manera lo hubiera dejado desconcertado, cerro los ojos y sintió como las manos pequeñas volvían hacia el acariciando su cabello y el agua enjuagando el champú.

—No abras los ojos…

—Milk, demore más de medio año en poder llegar hasta Kaio-sama, y habían tantas cosas raras en el camino…— abrió los ojos, topándose de primera mano la figura de ella que no había dejado de enjuagar su cabello pero que lo miraba aún con esa sombra de curiosidad que sabía descifrar en sus ojos.

—¿Cómo por ejemplo?

—Hmmm—Lo pensó un par de segundos y la más extraña de todas había sido esa mujer en medio del camino—Había una extraña, una mujer, dijo que era la princesa serpiente…— la chica se detuvo y lo miró curiosa—quiso atenderme, ya sabes, con comida y baño, al principio pensé que era Kaio-sama pero no—Torció ligeramente los labios y recordó lo extraño que empezó a comportarse cuando quiso irse—¿Recuerdas ese cuento de la bruja y los niños?

—Aja, Hansel y Gretel…—bajo la ducha hacia sus hombros y empezó a resbalar el jabón de su piel.

—Creo que fue algo así, me dio comida y hospedaje, pero al final quería comerme.

—¿Cómo que comerte? ¿Tenías hambre estando muerto?

—Como estaba con mi cuerpo para entrenar, si, tenía mucha hambre y cuando me caí al infierno había una fruta extraña, no sabia muy rico pero no me querían dejarla comer.

—¿Cómo que al infierno?— el horror se asomo en su rostro y no pudo evitar frenar sus movimientos mientras él se veía tan tranquilo antes sus palabras.

—Es curioso, no es como en ese libro que me dijiste.

—¿Ah no? ¿No es como en la Biblia?—el negó y sacando las manos del agua empezó a hacer pequeños círculos en el aire mientras intentaba formar algún diseño imaginario.

—Es más como un parque, no se, raro, aunque escuché que había niveles y no sé si son iguales, pero había edificios y sillas, y muchas nubecitas, lo que me dijeron los ogros es que eran las almas.

—¿Ogros?

—Son los que trabajan allá…

—¿No serian demonios?

—Pues eran amables, se parecían a una persona normal pero con pequeños cuernos y de piel azul o roja…—Ella apretó los ojos y negó rápido cuando no supo comprender sus palabras e imagino a un Piccoro no tan amenazador.

—¿Y como llegaste con Kaio-sama?

—Cuando logre salir de allá, tuve que comenzar desde el principio y por eso me tomo un poco más de tiempo, aunque bueno, el camino tenía muchas secciones extrañas pero me ayudaba con el entrenamiento.

—¿Y cuando llegaste…?—enfatizo en su pregunta, volviendo a enjuagar la piel del moreno.

—Fue un poco más complicado, al final del camino hay que dar un saltó enorme para llegar a un pequeño… planeta, ¿Sabes? Ese Kaio-sama me puso a entrenar apenas llegué—Su rostro se frunció un poco ante el hambre que sintió en ese momento y la amenaza de no darle nada sino pasaba sus pruebas.

—Lo de la gravedad, lo sacaste de allá ¿Cierto?

—Si, ese planeta al ser tan pequeño su masa de atracción era más Concentrada, o eso me dijo, tuve que entrenar con una gravedad 10 veces superior a la de la tierra, me costó un poco acostumbrarme pero fue fácil cuando ya lo manejas.

—¿Qué pruebas te puso?

—Kaio-Sama tiene dos ayudantes, aunque parecen más otra cosa—Sonrió ampliamente recordando la figura del mono que había salido de la nada y pensó una vez mas que aquel ser era Kaio-sama—un mono, Bubbles y es muy rápido, me costó poder atraparlo y Gregory ese si que era veloz, tenía que golpearlo en la cabeza con un mazo, pero era muy pequeño como para golpearlo con toda mi fuerza.

—¿Pequeño?

—Si, parecía una luciérnaga pero tendría el tamaño tal vez de medio brazo.

—¿Y ya con ello pudiste entrenar de verdad?— el chico dudo un poco pero negó cuando la prueba final del Kaio del norte llegó a su cabeza.

—Bueno, tuve que hacerlo reír antes que nada, contarle chistes, aunque no se porque se reía con eso…

—¿Un chiste? Tu no sabes de eso— se rio de él, imaginándose la encrucijada que debió suponerle hacer reír a otra persona—¿Cuál le dijiste? ¿Era gracioso?

—Pues, no, la verdad no, pero a él le daba risa.

—¿Te acuerdas de uno?

—Hmmm, pues— se encogió un poco y rasco su cabeza sintiendo las mejillas enrojecer— le dije…— sintió algo de vergüenza y jugó con sus dedos— una estrella, estrellada…

—¿Una que?— enarco una ceja y este siquiera le miro y no pudo evitar el impulso de burlarse ante lo ridículo que había sonado—¿Qué clase de chiste es ese?—cubrió su boca para no dejar tan a la vista la sonrisa burlona hacia el moreno.

—No se, a él le pareció gracioso.

—Que horror…— se burlo por lo bajo—no eres muy bueno con eso.

—Menos mal, aunque convencerlo fue más rápido que al maestro Roshi—frunció el ceño cuando llegó a su memoria la historia de cómo había empezado él a entrenar con ese viejo y no pudo evitar molestarse, al menos tenía el consuelo que ese tal Kaio no parecía ser igual de mañoso al viejo Kame-Sen'nin

—¿Y que te enseñó?— se cruzo de brazos aún con la regadera en sus manos.

—Bueno, nos concentramos mayormente fue en el Kaio-ken, es para elevar mi nivel de combate, aunque no puedo usarlo tanto como quisiera, y también me enseñó la Genkidama.

—¿Son complicadas?

—Ambas requieren de mucha energía— junto sus manos formando una pequeña esfera de luz entre sus palmas— el Kaio-ken es el duplicar tu poder, si tu energía es de este nivel, puede llegar a tenerlo hasta incluso de esta manera— la esfera disminuía o incrementaba su tamaño para hacer más gráfica la explicación del moreno, un pequeño ruido al está estar concentrada llegó a sus oídos, iluminando de más sus rostros y levitando sobre su mano— sin embargo, no es una técnica que se pueda usar permanentemente, somete al cuerpo a unos niveles muy altos de tensión y estrés, así que cada vez que la usé, termine muy cansado, el cuerpo me dolía si me excedía en usarlo.

—¿Puedes lastimarte de gravedad?

—Si, Kaio-sama me dijo que está técnica solo se debía usar en situaciones específicas, para aumentar mi poder, velocidad y fuerza.

—Se podría decir que es someterte a un poder que aún no tienes—llevo su mano libre al mentón — por eso es contraproducente y solo deberías usarla en momentos apremiantes…

—¿Apremiantes?

—Donde sea tu última opción, si es tan volátil, podría matarte ¿No?

—Si, así es— desintegró la esfera de energía—Cuando luche con Vegeta pude usarla duplicada un poco, pero, realmente me dejó exhausto.

—¿Y la otra técnica?— sujeto la esponja e intento enjabonar su propio cuerpo, pero él se la quitó, señaló el agua dando giros, indicándole que se diera vuelta—No es necesario…

—Quiero hacerlo…—ella asintió y se giro aún más torpe al tan estrecho espacio, más no espero que el jalara la toalla desde su espalda y la dejara sobre el filo de la tina.

—¡Goku!—llevo las manos sobre sus pechos.

—No podré enjabonarte bien si no te quitaba la toalla— lo escucho hacer espuma es sus manos con el jabón y luego empezar a masajear su espalda.

—Goku…

—¿Está mejor?— ella asintió y se dejó hacer aunque tuviera las mejillas coloradas

—Y… la Genkidama ¿Cómo es?

—Bueno, es parecida a la esfera de energía, solo que reúne la energía de cualquier ser vivo, incluyendo las plantas, el agua o el sol.

—¿El agua?

—Es una fuente de energía, Así que si es posible, aunque si me advirtió que es el último recurso para una batalla, ya que podría destruir cualquier cosa a su paso sino se usa de manera correcta.

—Suena aterrador…—inclino su cabeza hacia la izquierda y le dejo más acceso a su cuello, sintiendo los dedos masculinos deshacer los nudos que se había formado en sus músculos.

—No aparentan serlo tanto, no me malinterpretes, son buenas técnicas, solo son muy exigentes— asintió ligeramente y su cuerpo busco el calor que ahora el agua no parecía brindarle, acercándose está vez a él.

—¿Crees que las uses cuando lleguemos a Namekuseín?— soltó en un suspiro y bajo el agua busco apoyo sobre sus propias piernas para no terminar recostada sobre el pecho masculino.

—No lo se, espero que no, pero si son tipos tan poderosos como me dijo el Maestro, creo que si—la ayudo a acomodarse sobre su pecho y aunque en esa perspectiva pudiera tener un poco más de acceso a ella, solo se enfoco en tallar las zonas tensas que ella misma le había tallado anteriormente—Estoy ansioso por llegar.— los ojos azabaches volvieron a abrirse y miraron el agua frente a ella, tensándose nuevamente alertando al moreno.

—Debes prometerme que te cuidarás Goku.

—Milk…—acaricio sus brazos y ella tembló cuando sintió su aliento tibio sobre su nuca.

—Quiero volver contigo y Gohan a casa…

—Hare lo posible—Sonrió apesadumbrada al saber que con esa frase había evadido su solicitud —Pero sería bueno que aprendieras alguna…

—¿De tus técnicas?—Le cortó —Lo dudo— busco alejarse, aunque en tan corto espacio no es que pudiera hacerlo bien sin exponer su desnudez y fue algo que él tomo a favor, volviendo a enroscar sus brazos en su cintura.

—¿Por qué no? Has podido soportar el entrenamiento conmigo.

—Se requiere de saber manejar la energía, el Ki como le dices tu, yo no sé hacer eso— sus manos buscaron la de él para alejarlo, pero se aferró más a ella, podría enojarse e incluso tirarle el Jabón el la cabeza, pero no pensaba seguir con ese juego de tira y afloja teniéndola tan cerca.

—Eres una luchadora, sabes cómo percibir energías.

—A la vista, Goku, no como tú qué las percibes a kilómetros— señalo sus ojos y a un punto vacío en la habitación enfatizando sus palabras.

—Puedo enseñarte.

—¿Crees tener el tiempo?—Bufó.

—Bueno, nos queda hoy y mañana…—negó incrédula y estiró la mano hacia la toalla húmeda que goteaba al borde de la bañera.

—Déjalo, no voy a hacerlo— un tirón y ella volvió a estar entre las piernas masculinas, recostada sobre su pecho y sus manos sujetas por las de él, acunando un poco de agua entre sus palmas.

—Solo debes concentrarte, mucho, para primero sentir tu energía, una vez lo manejes podrás sentir la de los demás, hasta canalizarla hacia tus extremidades y expulsarla.

—Eso suena complicado…— giro su rostro hacia él y lo vio acurrucarse más sobre ella.

—Solo al principio, una vez que lo hagas por primera vez, Las demás serán fáciles.

—¿Y si yo no tengo…?

—¿Ki? Claro que no, Todo ser vivo la tiene, Incluso reconozco la tuya a miles de kilómetros.

—¿Enserio?— asiente y apoyó su mejilla en su sien, tomando el aroma del jabón de su cuerpo y aún algo de sudor.

—Eres fuerte— se apretó más a ella y sonrió muy cerca a su oído— y delicada.

—¿Cómo puede ser eso así?— susurro ante su cercanía y sus manos ahora apenas acariciaban las masculinas bajo el agua.

—Tu presencia, me he acoplado de nuevo en estos últimos días, al cerrar los ojos la siento tan delicada, sutil, pero cuando entrenamos o te enojas, aumenta y se ve algo áspera y fuerte, es una mescla curiosa.

—¿Y la tuya la puedes percibir igual?

—Hmm, no es delicada como la tuya, pero si es más grande, aunque cuando aprendes a manejarlo, puedes ocultarlo y así, no llamas la atención.

—Si no lo llego a aprender ¿Crees que cualquiera podría notarla como tú lo haces?— intento verlo desde su posición y este le sonrió suave, acercándose un poco más.

—No creo, solo yo te conozco cuando no estás a la defensiva— curvo sus labios y acaricio parte de su espalda, cuando ella apenas se giro para verlo mejor.

—Tendrás que explicarme eso…

—Solo concéntrate en tu energía…— un dedo índice se poso sobre su boca, haciéndolo callar, mientras ella se giraba por completo quedando frente a él, anonadada en sus palabras y sintiendo su corazón acelerarse, eso era cierto, si quiera su padre la conocía de esa manera, había cambiado mucho en esos últimos años y agradecía que fuera Goku quien se lo recordara.

—Por ahora no.— llevo sus manos a sus mejillas y jalo su rostro hacia ella rosando sus labios y robándole un beso apenas profundo—Debemos terminar de bañarnos, el agua ya se está enfriando.

—¿Y después…?

—Después iremos a la cama…

—Vale.

.

.

.

El reloj sonó cerca y aunque el cansancio los obligara a acunarse entre ellos, buscando el calor del otro en un arrullo cálido a sus cuerpos exhaustos, ella no pudo simplemente ignorar el ruido de aquel aparato, su siesta había terminado, lo sujetó de la cabecera de la cama y lo apagó aún con los ojos cerrados, contó internamente hasta tres y se apoyo en su brazo izquierdo para poder levantarse, sintiendo el tirón por su cintura, mirando por reflejo el brazo enrollado en su anatomía, se estiró con algo de pereza y con cuidado saco el brazo de su cuerpo y puso su almohada para que esté la apretara en remplazo, lo arropó un poco más y entre ronquidos el moreno balbuceo inentendible, se levantó con pereza y acomodo las ropas que usaría ese día, agradeciendo su lógica de aprovechar el agua enjabonada de la bañera y lavar la ropa que había usado, dejándola secar sobre un par de ganchos que tomo del closet y los acomodo con cuidado sobre una cuerda que improviso en el baño, no tardo mucho en alistarse, acomodando su cabello y lavando sus dientes, caminando lentamente hacia la pequeña cocina y por esa ocasión tener que cocinar para el tiempo que les quedaba y dejarlo refrigerado en la nevera para no perder mucho tiempo, buscó algo rápido que preparar a sabiendas que tan pronto sintiera el aroma de la comida él se levantaría, con rapidez fue preparando unos guisados de mariscos, fideos, algo de huevos y arroz, junto a unas tostadas con un poco de café con leche para que pudieran ingerirlo sin tanto pretexto, a ella le gustaba, pero él no parecía ser un seguidor acérrimo de dicha bebida amarga, aprovechó el par de cuencos vacíos, les lavó y empacó los almuerzos, dejándolos enfriar mientras terminaba de cocinar lo que aún le quedaba pendiente, giro a su espalda y él aún no se asomaba, si pudiera simplemente saberlo sin tener que moverse…

—Sentir el Ki…— se escuchaba tan extraño en su voz, su padre le había explicado lo básico pero nunca creyó que algo así sirviera hasta años después.

"Es como sentir el flujo de la sangré bombeada por las venas al corazón , o como la sensación helada del viento en la piel"

Fue la manera más sencilla que el enorme hombre le llegó a indicar, miro la sartén frente suyo y revolviendo el sofrito fue cerrando los ojos, intentando identificar esa sensación que el dijo, podía escucharlo, al estar bajo tanto peso la hacía más perceptiva a eso pero aún no sabía definir como debería verse o sentirse, soltó un suspiro y un ligero aroma a tostado llegó entre su ensoñamiento.

—Se te van a quemar…— se sobresaltó, soltó la cuchara de palo y dio un paso al lado, mirando a la fuente de esa voz a sus espaldas, que ya había tomado su lugar y revolvió rápido el sofrito y arrojo el restante de huevo a la sartén—¿Te estabas durmiendo? Podrías haber descansado un poco más— sus ojos preocupados fueron a los suyos y la espuma del café se regó, manchando parte de la estufa.

—¡Demonios!— volvió a la estufa y apagando el pistón, tomo con un par de trapos la olla y limpio parte del líquido espumoso que ya había quedado pegado al metal, y él solo se alejo con la sartén aún por el mango aprovechando el calor que aún tenía y revolvía el interior antes de volver a apoyarlo sobre la estufa cuando ella le dio espacio—Me asustaste.

—Si aún tienes sueño yo puedo terminar de…

—No es eso— tomo el mango de la sartén y lo alejo con un ligero empujón de cadera y siguió con la tarea, mientras este apoyaba una mano en el mesón a su costado y enarcaba una de sus cejas.

—¿Entonces?

—Me distraje— alzo sus hombros y rebuscó un par de platos antes de servir las porciones y llevarlas a la mesa—Estaba concentrada en otra cosa.

—¿En qué?— la siguió sentándose frente a la variedad de platos, aún así, esperando a que ella continuara antes de tomar bocado.

—En lo que me dijiste en el baño, En buscar mi energía—Trajo la taza de café y lo dejo a su lado derecho— no sentí nada, perdí la noción del tiempo y casi hago un desastre—volvió sobre sus pasos, tapó la comida ya fría y la metio en la nevera.

—¿En verdad lo estabas intentando?—Hablo con la boca llena de arroz mientras tomaba un poco de pan y lo engullía por completo.

—Bueno, me dijiste que debía aprenderlo…— se acercó a la mesa y tomo un poco de huevo con la tostada— y no quiero llevarme sorpresas allá— dio un bocado y sorbió de su propio café, señalando con su mentón el del moreno para que esté tomara un trago al igual que ella.

—Entiendo, me alivia que lo estés intentando— dejo la bebida de lado y retomo con la engullida de cada plato sobre la mesa—cuando terminemos de entrenar te voy a guiar para que lo aprendas más rápido…

—No debes desaprovechar el tiempo conmigo, yo intentaré hacerlo mientras tú sigues entrenando— siguió con su segunda tostada mientras tomaba un poco de su porción de arroz.

—Pero Milk….—El puchero se vio tierno con sus labios aún con rastro de comida, rio un poco y negó con suavidad.

—Estaré arriba contigo, así podrás darme una mano cuando me desespere, ¿Te parece?—El dudo un poco pero asintió, terminando con su porción de alimento e intentando robar una de las tostadas que le quedaban a ella—Te falta el café…— le señaló la taza a su lado y este río nervioso, ella aún con un poco de arroz podría bastarse, así que no le costó mucho negociar la toma del café por el restante del pan, al final quedó lleno, y colocándose uno de los Gi nuevos subieron con cuidado a la planta superior y encendieron la gravedad nuevamente al máximo, sintiendo el peso de nuevo sobre ellos, aunque para él no fue un problema y empezó rápidamente a estirar su cuerpo, mientras ella aún le costaba un poco soportarlo al principio pero no sé enfocaría en trabajar su cuerpo, por lo que le quedaba se dedicaría a lo demás, aguardando unos minutos antes de caminar hacia la silla del piloto y sentarse sobre ella, intentando meditar como lo había hecho anteriormente, regulando su respiración y buscando la dichosa energía que él le mencionaba.

Aunque tan pronto empezó a profundizarse, los gritos de batalla la desconcentraban y no podía sentarse como lo había planeado anteriormente, y más cuando empezó a sentir las ráfagas de viento que las esferas que cruzaban sobre ella o frente a la ventana de navegación, iluminando la oscuridad que le brindaban sus ojos cerrados y el vago intento de profundizar en ella, distrayendo la trayectoria de sus pensamientos, obligándola a tapar sus oídos con sus dedos cuando ya no podía concentrarse y el enojo había revosado su copa.

—¡Haz silencio!— grito asomándose por el costado derecho del asiento, con el ceño fruncido y una vena resaltando por su frente, pero para su sorpresa este ya había retomado ese ritmo frenético de días anteriores, destrozando el suelo, abollando las paredes y desgarrando la tela nueva de su traje, bloqueando sus propios ataques e ignorando su presencia, una gota de sudor resbaló por su mejilla y volvió sobre el asiento derrotada, recostándose aburrida y miro sus manos, apretó sus dedos un par de veces y busco en el reflejo de la ventana la luz que salía de cada uno de los ataques del moreno y como parecía verse tan natural en su persona, como si fuera parte de existir, a diferencia del resto de seres vivientes, volvió a sus dedos y dudo poder llegar a hacer algo de semejantes características, aunque…—Es cierto…—la figura de un par de personas que al igual que ella, siendo humanos habían logrado sentir la energía y tener sus propias técnicas y no eran alienígenas igual que Goku, ellos había sobrepasado a cada ser común y era la verdad golpeando su rostro—Si Krillin y Yamcha pudieron…— no podía ser ella la excepción a la regla, no podría confirmar si Ten Shin Han ingresaba al grupo, ese tercer ojo le hacía desconfiar, pero también podía hacerlo, así que no era algo de solo extraterrestres, y eso que no había incluido al viejo Muten Roshi, lo había visto hacer algo parecido con sus propios ojos, así que podía hacerlo. Con esa idea mucho más fresca en su mente se acurrucó más en el asiento y busco llevarlo un poco más a su entendimiento—Es cuestión de lógica…— rebuscó en sus recuerdos los repasos de sus propios libros de estudio y de los que había conseguido para el mismo Gohan—los seres humanos también generamos energía— en una menor cantidad pero lo hacían, una de las reacciones más obvias era la energía estática, solo con frotar dos generadores podría conseguirla, prueba de ello lo hizo con sus propias manos, moviendo sus palmas una contra otra a una velocidad considerable y cuando sintió leves cosquilleos las separo en una distancia muy corta sintiendo el magnetismo entre ellas y el ligero brillo que se permitió vislumbrar, torció sus labios y tomando un poco más de aire se cruzó de piernas y se hizo casi un ovillo en el asiento y se enfoco en sus dedos, buscando la forma más fácil de generarlo sin tener que hacer algo semejante, cerró sus ojos e intento recordar ese cosquilleo, moviendo sus dedos y captando una pequeña descarga en medio de la oscuridad de su mente, se imagino que en si, su persona era todo un circuito y la energía que viajaba constantemente requería de un conector, para encender el foco en sus manos, dejándose guiar en su plano imaginario y como re direccionar esa energía de manera rápida y concisa a un solo punto, sus cejas temblaron y el hormigueo en sus piernas le indico el tiempo que ya había pasado en la misma posición sin aún dar con el conductor adecuado.

—Busca la energía, No te la imagines…— de un brinco cayó del asiento y las cosquillas en las plantas de sus pies generarle un calambre subiendo por sus piernas.

—¿¡Que haces!?— se levantó sobando el golpe de su cabeza, mientras daba pequeños golpes con las plantas de sus pies al suelo, para que la molesta sensación se alejara de su cuerpo y que los dedos de sus pies volvieran a reaccionar—¡No te aparezcas de la nada!— le miro ceñuda y este solo se encogió de hombros, limpiando el sudor de su frente y bebiendo un poco de agua.

—No te precipites, tardaras mucho más en poder concentrar energía, así que enfócate en lo básico— tomo una bocarada rápida de aire y le tendió su mano para ayudarla a levantarse—percibe tu energía primero, después podrás intentar expulsarla— le tendió media botella vacía y se alejo de nuevo al centro de la nave.

—¿Y como se supone que haga eso si no logro encontrarla?—se cruzó de brazos y rodó los ojos exasperada.

—Bueno, intenta sentir la mía entonces—sonrió emocionado y ella le miro curiosa— si logras descubrirla antes que me acerque, no te podré sorprender y siempre sabrás dónde estoy— se burlo de nuevo y continúo con su rutina.

"Saber dónde estarías"

Bufó antes de volver a sentarse en aquella silla y recostándose de nuevo sin poder disimular la sonrisa en sus labios.

—Engreído…— no era una idea que le desagradara, pero no creía que fuera lo conveniente, con tantos enemigos nuevos, no sabría cómo manejarlo si algo llegará a pasarle y no pudiera hacer nada. Además, como encontraría la suya, sino encontraba la de ella misma.

"¡Vamos! Solo inténtalo"

Se dijo así misma, cerró los ojos e intentando alejarse del ruido que este hacía, ignoró el ruido ambiente e incluso el mismo ruido de su propio cuerpo, siquiera sentir el como era respirar, eso podía hacerlo sin problema, pero ¿Intentar descubrir su energía? sin ese magnetismo que la hacía quererlo cerca cada que lo veía, sonrió ligeramente y retomando ese cuarto oscuro en su mente, recordando sus movimientos y las perfectas Katas que le había visto ejecutar en tan poco tiempo, ¿Podría replicarlas con la misma eficacia? ¿Podrían continuar con esa rutina cuando estuvieran de vuelta? no creía que le importará enseñarlas también y aprender mas de él, verlo golpear el aire y girar con magistral perfección en cada ataque imaginario, alzando sus brazos y bloqueando los ataques e interceptando cada ataque y volteándolo a su favor, era magnifico de admirar, recreando en su cabeza los movimientos que el chico podría estar haciendo, y a pesar de ignorar el ruido, este le había ayudado a imaginar sus posiciones simulando sus propios ataques en la copia de aquella forma que había irrumpido en su inconsciente, que iba tomando algo de color a cada que se enfocaba más en él, dándole mayor movilidad y como tomaba un color vivo, cómo el amarillo oscuro, rosando tenuemente el color naranja, igual al color de su vestimenta, formando su figura cuando decidió que está sería la suya en seguir el ritmo de sus movimientos, sin abrir sus ojos y buscar su imagen a través del reflejo. Sumergiéndose un poco más y sentir el ligero cosquilleo viajar por su espalda y brazos, detallando el movimiento de su cuerpo, incluso viéndolo limpiar el sudor de su frente y acariciar las zonas en las que se lastimaba cuando se había excedido en alguna kata, pudo apreciar sus piernas moverse rápido y ágil en el aire, cuando lanzaba las patadas y los giros apenas apoyándose en el suelo y más cuando en su mente, una estela de energía trazaba el rumbo de cada acción, formando con extraño detalle el reflejo del espacio a su espalda, levantando sombras inertes del suelo, como si no fuera simplemente parte de su imaginación, frunció el ceño y en una señal de lucidez percibió la voz de él a lo lejos en un grito de guerra que pareció reflejarse en su ensoñamiento a cada que su energía se incrementaba.

"Acaso, ¿No me lo estoy imaginando?"

Busco escapar de esa encrucijada, más no era como si pudiera despertar de golpe, se había profundizado demasiado y se le hacía más complicado retomar la conciencia sin que esa imagen desapareciera de su mente, sin sentir como su cabello se había levantado lo suficiente y levitaba como si en agua estuviera, expulsando algo de calidez y que una energía magnética pasará por sobre su cuerpo, mientras aún seguía en estado de trance, una esfera de luz se formó sobre la figura imaginaria de él en su mente y fue lanzada a un costado, no mucho después la oscuridad de sus párpados se tiño de rojo e iluminó su rostro, la figura nítida de él verse como si estuviera viéndolo tras un espejo, abrió su boca ante el desconcierto y sus ojos se empezaron a mover ante su ritmo, alterando su respiración y que su cabeza empezara a seguir el movimiento de sus ojos, escuchando con clara nitidez sus gritos y las esferas de energía incrementar e intentar golpear su cuerpo, que desaparecía aun con sus ojos cerrados, dejando una leve estela de su figura al moverse a otra sección de la habitación, seguido por sus ojos, aunque le costara seguirle el ritmo, después de un rato, logro prever leves acciones donde había estado y así seguir con sus movimientos deslizando las piernas hacia el suelo, hasta sentir la dureza del piso e intentar en pequeños toques marcar sus movimientos como si fuera clave morse, y encontrar levemente patrones de movimiento que en las pocas ocasiones en las que lo había visto luchar confirmaba su estilo de combate, directo y algo sorpresivo.

—Izquierda…— susurró y sus manos se alzaron y con lentitud intento imitar su ataque, para poder determinar que kata estaba usando—abajo…— levanto una de sus piernas y sintió la tensión de sus músculos y la corriente amoldarse con ella dejando un ligero trazo rojizo con suaves líneas mucho más claras hacia el violeta—Derecha—movió su cuerpo y los dedos de sus manos se doblaron casi como si fueran garras, lo vio deslizarse un poco más y en un brincó alto verlo casi sobre ella, alzando sus brazos por inercia y sujetando aquella silueta naranja —¿Hmm?— ¿Arriba? sintió su piel entre sus dedos, logro parpadear cuando la imagen se desvaneció y alzo su rostro, abriendo los ojos en sorpresa, captando la mirada asombrada que había intentado tocarla cuando percibió la alteración en su Ki. Lo había detenido antes de siquiera decirle algo.

—Lo hiciste…— le dijo en un tono bajo mientras intentaba salir de su estupor, cuando esta misma le miraba asombrada y con la respiración alterada, nunca espero que lo aprendiera tan rápido ni que esto la alterará de tal manera, podía sentirlo ante el apretón fuerte en su muñeca —De verdad, lo hiciste— hablo más fuerte cuando su cara anonadada pareció darse cuenta de lo que había hecho y sus labios curvarse ante lo que había logrado hacer—¡Bien hecho!

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Y, hasta aquí, Espero que allá sido de su agrado, la imagen no está del todo correcta, pero la dibuje cuando tenia la beta del capítulo así que, pido una disculpa por ello, nos leerlos en los comentarios, no olviden seguirme en mis redes, gracias. Bye.

Mika-Chan

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