10

Hola, bienvenidos Chicas/os.


Una nueva actualización, después de tanto tiempo así que espero les guste este capítulo.

Los personajes de Dragón Ball Z,no me pertenecen, son propiedad de Akira Toriyama.Al igual que los personajes de Resident Evilpertenecen a la empresa Japonesa CapCom.

Facebook:FanFiction Mikashimota Z

FanFiction:Mikashimota Z

Twitter: Mikachan2016

PD:Perdón si tengo algún error de ortografía.

PD2: Perdón por demorar tanto

Capitulo: 46-51 de Dragon Ball Z

MoonWalker: Hollywood Tonight

Advertencia: Esta historia no sigue líneas del tiempoContenido sexual. Leer sobre su propia responsabilidad.

XxXxXxXxX

La soledad de las calles a esas horas de la noche ayudaban con el recorrido de las ambulancias e incluso algunas patrullas de policía que ante el anuncio del hospital lo único que les quedaba era buscar en los alrededores, rondando por el sector sin obtener resultados. No lograban dar con aquella infiltrada a pesar de cubrir cuanta salida tuviera el edificio, habitación por habitación, piso por piso y aún así parecía como si se la hubiera tragado las paredes, en algún momento se llegó a pensar que la ascensión al momento de perseguirla pudo avería aplastado pero de nuevo, fracasaron en eso, ni un rastro de sangre había, por eso optaron por ver las cámaras de seguridad y la soledad se mostraba ante sus ojos, las cámaras simplemente parecían no haber captado nada, cada imagen parecía estar en su lugar y no comprendían como había pasado, los testigos dieron su versión tan pronto fueron retomando consciencia e incluso a la persona que culparon la encontraron internada en cuidados intensivos con cámaras y personas a su favor, era como si un fantasma los hubiera atacado, no existía, no aparecía, simplemente se había esfumado… Ya eran dos seguidos, dos extraños sucesos sin ningún tipo de explicación, pero lo poco o mucho que podían rescatar era que alguna conexión existía. Tendrían que reforzar su seguridad entonces...

Las patrullas siguieron rondando a la espera de cualquier información, siguiendo el proceso, vigilando cámaras, recorriendo cada callejón e incluso interrogando a cuánta persona vieran por el lugar, les tomo casi toda la madrugada en esa tarea, sin resultados positivos y sin saber que respuesta/solución darle al directo del centro medico, tendrían que dejarlo en silencio o simplemente esperar cual cabeza rodaría por ese error... Las luces de los pasillos seguían encendidas intentando mantener la calma y resguardar a sus pacientes, pero el flujo de enfermeras empezó a descender hacia las zonas con mayor movimiento, dejando las recepciones con máximo dos personas, casi perfecto para descansar adecuadamente, eso creería la mayoría...

...Estaba acorralada...

Su pareja, interna en aquel cuarto del piso 13 se hallaba en casi absoluto silencio, a excepción de los leves gimoteos que soltaba ella, se vio presa entre la dura cama y el corpulento cuerpo del moreno sobre si, con roses cortos y besos ligeros.

—Te necesito... —le había dicho cuando pretendió alejarlo, su voz se había alterado y la vibración sobre su piel la tenso, maldijo internamente, mirando al techo sintiendo ese calor interno crecer y como la necesidad que se había guardado por meses parecía resurgir.

"…No…"

—Goku... —sus manos se aferraron a su bata hospitalaria, obligándose, determinándose a si misma a mantener el control de sus emociones sin dejar de recibir esas leves caricias que parecían arrastrarla a sus necesidades más primitivas, suspirando cuando parecía remarcar el recorrido de sus labios sobre su mandíbula, acelerando el ritmo de sus latidos y más cuando parecía querer profundizar entre su cuello —Espera... —trago pesado y la torpe pero genuina realidad en la que estaba le recordó que hace menos de una hora había estado escabulléndose entre los pasillos y sótanos de ese hospital, no podía ponerse en bandeja de plata, no cuando su esposo parecía no dejar vía libre a la privacidad…

Busco su rostro entre la oscuridad, apenas iluminado por la escasa luz del exterior, admirando su tez levemente sombreada y la sensación de sus jadeos sobre sus mentón, el cruce de miradas logro aplacar parte del sentimiento que abrumaba sus sentidos, casi podían experimentar esa sensación quemarles por la falta de intimidad que de alguna manera ella obligaba a estar en medio ¿Por qué no podía simplemente dejarse llevar? La deseaba y ella a él, en un tiempo quizás habían relevado esa sensación por estar cuidando a su pequeño o por entrenar, incluso él ahora no se encontraba en condiciones, no las que en algún momento tuvo y si bien ella era un mar de tormentos en los que se situaba en la peor o la mejor situación, nunca en intervalos, pero aún así, persistía esa necesidad de poseerse ¿Qué tanto podía soportarlo?¿Qué tan dispuesta estaría de estar lejos de él por más tiempo? La miro profundo y cálido, jadeando levemente y esperando trasmitir con su mirada la necesidad de estar pegado a ella, esperaba que así fuera y no quería alguna respuesta y más si es negativa por eso se lanzó sobre sus labios al no obtener ninguna palabra, denotando sus labios, como un dulce néctar que solo le incitaba a más, tierno pero firme, sintiendo su sorpresa al perderse durante el beso tan profundizó que le trasmitió un leve cosquilleo además del roce de pestañas en sus mejillas.

—… Goku... —hablo entre beso, anonadada y a la vez con un pequeño matiz de gusto al verlo tan decidido a llevarla justo a él, a ese desliz del que no participaba mucho pero cuando sus cuerpos necesitaba, no había como frenarlo, intento casi reírse de lo chicle que podría ser la situación ¿Quién no tendría una fantasía como esa? Dos personas que se agradasen rompiendo las reglas de un hospital, suspiro burlona y por esa vez se permitió dejarse hacer, liberarse de la presión y disfrutar de ese tacto masculino, deslizando su mano derecha hacia su pecho, un ruido y el movimiento de las sábanas los hizo frenarse de golpe y escuchar como entre balbuceos uno de los pacientes apenas y se levantaba para tomar la bacinica bajo su cama a un par de metros de ello, se miraron de nuevo y el rubor cubrió fuertemente sus mejillas, Dios, en cualquier momento podrían descubrirlos—No creo que...

—… ¿Te incomoda? —le soltó ronco, sobre sus labios intentando no hablar muy alto para que ese inoportuno paciente volviera pobre las sábanas, optando por distraer sus ansiosas manos sobre la mejilla de la joven ¿Y si se iban a otro lugar? Incluso podrían disfrutarlo mejor, pero con los antecedentes, no creía que ella lo aceptar y tal vez terminaría huyendo de él nuevamente, relamió sus labios y empezó a delinear su contorno hacia su mandíbula y bajar suave por su cuello hacia el primer broche de su traje—¿Sigues molesta conmigo? — acorto los centímetros que los separaban, dejando sus frentes juntas y casi aplastando el menudo cuerpo bajo el suyo sintiéndose más cómodo al no tener todo su peso sobre sus antebrazos lastimados.

La morena no supo que contestar, su calor la invadía y la necesidad de tenerlo mas cerca aumentaba con cada roce en su piel ¿Cuándo fue la ultima vez que lo tuvo así de cerca? Deseoso y expectante a sus acciones... aún así él pensaba que está enojada, había usado su carácter para escapar de las preguntas e incluso verse quizás como una sospechosa pero a costa de que su esposo pensará lo peor de ella, no quería que pensara eso, no quería que tuvieras como referencia su humor, su rostro fruncido y el regalo en la punta de la lengua, no le gusta, pero tampoco quería verse frágil, no desde que por poco queda estampada sobre el suelo, aún podía sentir la vergüenza de verlo preocupado por su situación, había peleado por años para mantener la imagen de una mujer fuerte he intendente, que su esposo se sintiera orgulloso de su poder, que supiera que era más que una mujer dedicada a su familia, lo había hecho, pero no, no quería repetirlo, no quería decepcionaron ni que volverá a ver el miedo en sus ojos, apretó sus ojos y solto un leve jadeo alejando esa molestia de su pecho. ¿Podría complicarse aún más?

—… No es eso... No, no pienses que yo…— mordió sus labios y ante ese roce sobre su rostro, la profunda mirada empezaba a confundirla y a crear un mescla extraña de ansiedad, deseo, miedo y excitación ¿Porqué ahora? Sus ojos se cerraron, sin esperar nada más que su calor y todo el afecto que pudiera ofrecerle —no entiendo…—al abrirlos sus pestañas sintieron un cosquilleo al chocar con las ajenas y así admirar mas de cerca sus expresiones y el calor que su cuerpo emanaba a pesar de la ropa —No es común que quieras...

"¿¡Que estupidez estoy diciendo!?"

Aunque el ámbito sexual no fuera muy común después de tener a su hijo, llegaban a entenderse de vez en cuando para entregarse, sin embargo siempre fueron penosos en ese ámbito, el estar lejos de su cuarto no era lo indicado para tener relación, siempre se llevaban acabo en la intimidad de su alcoba.

—Llevo meses lejos y el tenerte cerca lo complica...— ¿Qué? se sorprendió ante tanta franqueza y su boca no pudo evitar abrirse ante su declaración, el rubor dubio en su mejillas—… Aun mas cuando no quieres estar junto a mi... —le soltó suave como si nada, franqueza, cruda, fría y dura, la incomodo enseguida a pesar de sentir sus palabras roncas como un invitación a sus labios, trago pesado sin tener mucho con que evitarlo, solo desvío la mirada para que el remordimiento no le diera tan directo ¿Podía ser más bochornoso? —Milk, Tengo la oportunidad de tenerte aquí, no quisiera perderla, no sé si mañana me seguirás evitando o si ese Saiyajin vuelva y destruye todo lo que tengo…

¿Acaso la estaba chantajeando?

—No digas eso—frunció el ceño y volvió a verlo —¿Me estás manipulando?…—enarco una de sus cejas queriendo alejar esos pensamientos de su cabeza, aunque de alguna manera tenía la razón, no era el momento adecuado.

—Sabes que no es eso, solo quiero estar contigo—soltó un leve suspiro y volvió sobre sus labios apenas rosándolos con pequeños besos que iban desapareció las marcas en su frente y que de alguna manera la arrastraban a su voluntad, sin resistirse demasiado y conservando aquella sensación con mayor ahínco en sus recuerdos—solo déjame… — los brazos femeninos se habían deslizado hacia su espalda, abrazándolo como le hubiera gustado hacer desde el minuto cero al reencontrarse, sus piernas deslizándose entre las suyas y la sensación de rubor contagiarse en el rostro del moreno ante la rapidez con la que había actuado y como lo besaba en respuesta ¿Lo había sorprendió? No le tomo mucho conversarla y más estando presa bajo él, sonrió internamente y correspondió con la misma avidez. Había sido difícil no dejarse llevar, por la incomodidad, por la extrañeza de su situación y el malestar que de algún modo calo en su interior, él había hallado el modo de provocarle esas sensaciónes y aunque no quisiera aceptarlo, pasaba lo mismo en él, después de tanto tiempo intentando comprenderse, de no propasar algunos limites, los había llevado a crear un lenguaje que solo en la intimidad podía entender, lo suficiente para ser uno. Ese descontrol que fascinantemente le molestaba y agradaba con tan solo tocarla lo hacia perder la cabeza en más de una ocasión...

"Me da miedo perder, todo, incluyéndote…"

Se apretó mas a él suprimiendo ese sentimiento, cuando se había enterado de su muerte se sintió perderse y sin su pequeño hijo cerca, tuvo que convencerse para no desfallecer y ahora, con la posible amenaza de que ese monstruo Saiyajin volvería ¡Enloquecería si fracasaban! con su esposo postrado en una camilla y su pequeño lejos, se sentía como en un inicio, Expectante, atemorizada, acorralada, pérdida… y su nueva vida no parecía querer facilitarle mucho las cosas ¿Cuándo volvería a la normalidad?

Solo se tenían en ese momento

—Milk... —correspondió su abrazado en medio del beso, tanto como esa pequeña camilla se lo permitiera, acaricio su espalda y el leve aroma extraño que esta portaba estaba desvaneciéndose mientras más se calentará, dejando libre el aroma frutal que tanto le encantaba de ella, era como estar de vuelta en casa, Apretó su cuerpo sintiendo su calidez y la suavidad de sus labios reclamar con ahínco los suyos, besándose como tanto le había costado aprender, saboreando su toque y al fin sintiendo esa reciprocidad que había esperado desde que volvió a la vida.

La amaba

Sus manos empezaron a deslizarse por el cuerpo ajeno, sintiendo la figura oculta por la tela y el calor que irradiaba, tensándose los músculos ante el aumento de besos y caricias, en ese molesto cubículo alejados de las miradas curiosas, procurando hacer el menor ruido posible, solo siendo ellos y la necesidad por el otro. ¿Qué podría salir mal?

Cuando el aire pareció desaparecer de sus pulmones, reclamándoles por una bocarada de oxigeno, dejaron los labios del otro libres, jadeando el aliento mutuo y con ojos adormilados por sus sensaciones volvieron a mirarse en silencio ¿Podrían ser más cómplices? se incorporaron lo suficiente como si volvieran a esos primero días de convivencia, descubriendo de nuevo el cuerpo del otro, quitando lentamente esas prendas estorbosas. Las manos femeninas se aferraron a los hombros masculinos, buscando el nudo de esa molesta bata tras su nuca, deshaciéndola con lentitud, mientras él desprendía ese paño naranja de su cuello y viajaba suave a ese par de botones que le impedían encontrar algo mas de piel, la volvió a besar, sintiendo sus delgados dedos palpar su hombros, dejando caer esa molesta prenda y aunque los vendajes siguieran presentes, se le hacia menos molesto que esa insípida bata hospitalaria, volvió a reclamar espacio sobre ella al tener parte de su dorso casi al aire, resbalando sus besos fervientes sobre su quijada hasta su cuello blanco y cremoso, escuchándola exhalar un leve jadeo que reprimió al morder su labio inferior. Le gusta tenerlo cerca.

Disfruto de acariciar sus omoplatos sin rosar la zonas lastimadas que aun permanecían en supervisión, ladeo su rostro dándole mayor acceso a su carne, relamiendo sus labios y buscando en que concentrar su mente para no llamar la atención de los demás pacientes ¡Demonios! no sabría que haría si los encontraban en semejante situación, moriría de vergüenza... La succión la hizo volver hacia él, aferrándose aun mas a su cuerpo, acallando cualquier sonido en su oído, haciendo ese acto aún más íntimo, pero escucho como este parecía acentuar su tarea y abrir mas la parte superior de su traje como si su aliento fuera el detonante, resbalo la prenda por sus hombros dejando libre su camiseta esqueleto y el tenue vendaje sobre su pecho, saco sus brazos de entre la ropa, ayudándoles a tener mayor acceso, enredo sus dedos de vuelta en su cabello, revolviéndolo un poco mas de lo que ya estaban naturalmente, jadeo en su oído de nuevo y las manos levemente impedidas se deslizaron entre su camiseta, sacándola de esa prisión de tela y llevándola a alzar sus brazos para librarse de ella, en ese proceso ni cuenta se dio cuando sus cabellos habían quedado libres, siendo un solo puñado negro sobre la blanca almohada, ya no estaba pensando, el moreno como pudo se apodera del hueco entre sus piernas obligándola a recibirlo rodeándole un poco con ellas, la molesta colcha se resbalo hacia el borde de la cama, dándoles mayor acceso retomando el mar de besos que sus cuerpos necesitaban.

Lo sintió cálido sobre si, moviendo su cuerpo hacia él para poder recibir su peso, entre beso y leves succiones sobre su cuello que descendía hacia su pecho tomándose el tiempo de saborear cada tramo de su ser, jadeo cuando sintió su mano vendada subir por el espacio libre que dejaba su ropa, deslizando sus falanges entre el vendaje soltándolo lentamente hasta llegar a uno de sus montes y poder amasar la carne que se ocultaba entre sus ropas, lo busco y acaricio, sintiendo la tela aflojarse sobre su pecho y darle mayor acceso al moreno, acelerando su respiración al erguirse su pezón entre los dedos masculinos.

—Goku... —susurro después de tanto rato, necesitando un poco mas de él y apreto sus manos sobre su cuello mucho mas musculoso que la última vez que estuvo de esa forma con el moreno, jalo un poco de su cabello atrayendo su atención sobre su rostro, mesclando sus alientos erizando su piel y en segundos su rostro masculino descendió sobre ella hasta apresar uno de sus senos en su boca, saboreándolo y haciéndola curvar para profundizar—Ahh... —soltó tan suave como pudo, ahogando su aliento, exigiendo mas tacto al levantar sus piernas y apretar las caderas de él con las suyas, ¡Mierda! sus entrepiernas estaban más cerca, arrancándole un gruñido que ahogo al morder su pezón. Pudo sentir su excitación.

Volvió a llamarlo pero esta vez su pantalón claro empezó a ser retirando de sus piernas, deslizándolo lentamente, tramo por tramo hasta sentir el calor de las piernas ajenas proporcionaban, abrió los ojos jadeante y ayudo a sacar lo que quedaba al mover cada uno de sus piernas, estando casi en su totalidad expuesta al moreno sobre la camilla, él sujeto ese trozo de tela en una de sus manos, dejándolo caer cuando volvió sobre ella, a gatas, apoyando su peso en uno de sus antebrazos, uniendo ambas caderas esta vez conscientemente, ahogando el jadeo de la morena entre sus labios y repitiendo el roce lento y tortuoso para ambos, se sentía tan bien.. continuaron con esa entrega al empezar a moverse con mayor ímpetu hacia el otro, comieron de vuelta y el calor ascendió más, los movimientos sugerentes los excitaba más teniendo que ejercer mas fuerza en esa posición.

Estaban perdiendo la razón

Se sintió endurecer mucho más, soltando otro jadeo sobre su cuello, apretando los ojos para no dejarse llevar tan rápido, tomando aire para volver a los besos cándidos y necesitados, así poder controlarse y acallar sus gemidos, volviendo a frotarse con ella.

El tiempo decidió no serles muy cómplices e irse mucho mas rápido de lo que esperaban, viéndose un poco más claros con la tenue luz exterior y aunque el ritmo de sus roces fuera más que delicioso ya se encontraban listo para el siguiente paso, más acceso y un poco más de intimidad para ellos, sonrojados, jadeantes y un tanto sudorosos, entregándose como les gustaba, lento y fuerte, llevándose al límite del placer que pusieran ofrecerse. La ropas interior femenina restaba y no tardó en desaparecer de un tirón, sacándole un gemido un poco más fuerte por la sorpresa y la prenda descansar destrozada sobre el colchón, que atrevido, sin embargo su mente no estaba razonando y en un acto levemente mas atrevido, ella deslizo sus manos sobre la espalda del hombre, llevándolas sobre su trasero y adentrar sus dedos bajo la tela, no podría romperla pero arreglaría ese detalle que los separaba, bajándola lentamente sin separar la mirada del otro y sintiendo sus perdones erguirse más ante la demora, relamiendo sus labios le regaló una pequeña sonrisa y aparición sus labios de vuelta terminando de bajar la prenda lo suficiente para dejarlo libre ante ella, sintió su calor, su dureza la rozo y el jadeo murió en sus labios, Era tan cálido… lo sintió descender unos centímetros para poder acomodarse, abrió sus piernas y dejó que las de ella descansarán sobre sus muslos mientras sus manos buscaran el apoyo correcto.

—… No... No vayas a hacer... ruido... —susurro sobre sus labios antes de volverlos a apresar entre los suyos, descendiendo una mano para guiar su miembro erecto hacia la feminidad de la morena, recorriendo sus pliegues para encontrar ese pequeño ducto de placer mientras sus gemidos morían en su boca.

Un poco más…

—… P-Por favor... —alego mordiendo el labio inferior del chico, cuando se vio alcanzada en sus deseos y solo pensaba en aquella sensación, haciéndosele mas difícil poder cavilar y no ordenarle invadirla de inmediato, le mordió un poco mas y devoro su boca, abrazándolo por el cuello, juntando mas sus cuerpo y así sentirlo cerca, estaba llegando a su límite… lo sintió invadirla lentamente, tensándola en su agarre teniendo que cruzar sus piernas sobre la cadera del chico exigiendo mas contacto, estaba por desfallecer —Goku... —volvió a llamarlo, suplicante, recibiendo una mirada excitada y deseosa, hundiéndose en ella mientras mordía su propio labio escuchando ese gemido entrecortado que escapó de ella y que le excito aún más.

—Shh…— apenas fue un silbido, la prisión de su interior le enloquecía y su rostro fruncido ante el placer le inflaba el ego, jadeando un poco más antes de retomar su labios y allí decir a moverse—...Milk... —soltó apretando los ojos y empuñando parte de sus cabellos sobre la almohada, respiro agitado mientras la besaba en ir marcando el ritmo de sus movimientos, llevándolos lentos en el momento, disfrutando de los temblores femeninos y como parecía desfallecer en su intromisión. Era hermosa.

—Hmm —gimió contra su voluntad cuando lo sentía moverse en su interior, apenas acariciando su nuca y besándolo en respuesta, se sentía de nuevo una novata, perdiéndose ante él y temiendo hacer algo de su desagrado, lo hacia tan bien… parecía un conocedor nato de cómo moverse, de cómo llevarla a la cima con solo tocarla, aprovechando su debilidad y haciéndolo lo que quisiera con ella.

Apretó su mandíbula cuando lo apretó en su interior, estaba demasiado estrecha, por como se corría en su interior, aclaro su garganta al pasar algo de saliva y su cadera volvió a moverse esta vez alterándola a ella bajo su cuerpo, sus dedos volvieron a recórrela guardando de nuevo la silueta en su memoria, encontrando estimulante verla aún con parte de su ropa puesta y como aquellos puntos claves estaban expuesto a él, sonrojada y deseosa de sus movimientos, se venía exquisita… La velocidad de sus penetraciones empezaron a tomar más ritmo, mas marcado, mas necesitado, con mayor complicidad, moviendo sus caderas a su antojo y disfrutando de la succión que su vagina ejercía en él

—Ah…— soltó llevando una mano a sus labios cuando la imagen tras el cuerpo masculino le recordaba en que lugar está, la cortina y el techo blanco se le hacían insoportables, le encantaría mandar todo al demonio, pero no era el momento aun, todavía no y menos cuando apenas habían comenzado con aquella danza exótica—...Ah... — volvió a jadear teniendo que ladear su rostro para no dejarse llevar ante la imagen del chico, dándole acceso libre a su cuello y sintiéndose desfallecer cuando succionó su piel y dejó huella de sus besos a lo largo de su cuello ¡Maldita sea! mordió uno de sus dedos, llevando su otra mano a los cabellos del chico ejerciendo más presión en sus besos, estaba desfalleciendo, sus penetraciones subían de nivel y esta vez todo su cuerpo parecía moverse a compás de el del chico, meciéndose juntos, profundizando su toque mientras alguna deidad cubrió los ruidos que seguro hacia la camilla en alguna otra situación, jadeo de nuevo y al buscar la mirada oscura sintió como su cadera era apresada por una de sus manos, enterrándose con mas fuerza en ella profundizando sus penetraciones y que sus senos a pesar de las pocas vendas no dejara de moverse al compas de él, la estaba enloqueciendo, jadeo de nuevo y mordió mas fuerte su mano cuando la unión entre ambos empezaba a oírse entre el silencio de la sala y que sus jadeos subieran un grado en su voz —…No... —gimió entregada, curvándose otra vez y deslizando una de sus piernas para enredarla con una de las del chico para ayudarle en aquel choque, haciendo mas corta su conexión y que el ruido volviera a disminuir pero dándole vía libre a ese punto sensible que la hacia enloquecer en segundos —¡Hgm!

La cayo cuando estuvo apunto de regalar uno de sus gemidos a aquellos desconocidos que gracias a los sedantes parecían no inmutarse por el tenue ruido que estaban creando a pesar de sus fuertes movimientos, agradecía haberse quitado la intravenosa tan pronto llego al cuarto, de no haberlo hecho no podría estar gozando del cuerpo de su esposa y de sentirla suya una vez mas. Profundizo un poco mas y sintió el sudor cubrir sus cuerpos, viéndola brillar jadeante y frágil ante el, relamió sus labios bajando su pecho, aplastando esos senos turgentes y así sentirla con mayor notoriedad, su calor, la fiebre que ambos parecían tener y el choque que no disminuía. Era suya, después de tanto volvía a pertenecerle.

Podía sentirlo, entre cada beso, cada caricia, cada gemido, como sus cuerpos lentamente alcanzaba la cima, guiados por esa fuerza ardiente en su interior, quemándoles y llevándolos al placer absoluto, obligándolo a acelerar y a ella fundir sus labios con los suyos.

—¡Hmm! —soltó al sentirla apretarlo y succionar su miembro mientras su humedad se desbordaba y el temblor de su cuerpo lo llevaba al límite, derramándose en su interior al sentirla suya y saber que la había llevado al cielo, sus dientes apresaron su labio inferior para no gemir igual que ella y así poder sentir esos temblores salir de él y sentirse satisfecho, quedando ambos cansados sobre la camilla, exhalando violentamente, buscando el aliento en el otro para calmar el golpeteo acelerado de sus corazones. Estaban exhaustos.

Pocos segundos tardo al chico para alzar sus ojos ónix y buscar los de ella, encontrando su rostro relajado y perlado en sudor, el fleco pegado sobre su frente junto a un muy notorio rubor sobre sus mejillas, la sintió jadear poco después y al igual que él abrir sus ojos en busca de sus ojos, sorprendiéndola por haberle ganado, se veía hermosa, le robo una sonrisa divertida y apenada, haciéndolo sonreír igual y volver a besarse está vez mucho más suave al percatarse de lo sensibles que ahora estaban, ardían y seguramente estaban inflamados, acomodo un par de cabellos de su mejilla y no pudo evitar disculparse, quizás se había excedido con eso.

—Lo siento... —susurro recorriendo sus labios aún disfrutando de su calor —No tuvimos de otra... —la joven asintió divertida acomodándose mejor, dándole espacio sobre la cama saliendo lentamente de su interior arrancándole un suave jadeo pero que en ese momento no importo, volviendo su masculinidad dentro de su ropa interior, acunando a la chica entre sus brazos y con un leve tirón volver a cubrir sus cuerpos, esta vez cayendo en un relajante sueño las pocas horas que aun le permitiera disfrutar de su cercanía antes de verla desaparecer de esa habitación.

.

.

.

La luz se fue infiltrando tenue desde el exterior, irrumpiendo su sueño cándido, obligándola a buscar la oscuridad para dormir un poco mas, aún se sentía agotada… giro suavemente sobre si, topando con otra figura que no le permitió terminar de moverse, frunció el ceño y aun adormilada fue despejando su mente para poder abrir sus ojos negros, observo somnolienta su alrededor y busco la fuente de aquel calor que mantenía gran parte de la cama a su merced, quedándose en blanco cuando capto la cara completamente relajada del moreno apenas a unos milímetros, soltando uno que otro ruidito de entre los labios.

Oh Mierda

Se levanto rápido, dejando caer la colcha que los cubría y exponiendo su tordo semidesnudo al ambiente, sintiendo su piel erizarse cuando el frio afecto sus pezones ¡Demonios! obligándola a cubrirse tanto como la prenda y la vergüenza le permitiera, golpeando su rostro en calor enrojeciendo a tal punto de sentir sus oídos zumbar, debía escapar antes de la descubrieran ¿¡Que diablos había hecho!?

Tan pronto puso los pies sobre el suelo rebusco sus prendas, tomando el par de un tirón y corriendo hacia el cuarto de baño compartido, rogando por qué nadie lo hubiera notado y ruborizándose aun mas cuando noto su reflejo a un par de pasos, hallando marcas a lo largo de su cuello y pecho, rojizas y algunas púrpuras, hasta podría jurar ver algunas marcas de dientes, cubrió su rostro a pesar de estar sola ahí sintiendo las prendas resbalar gracias a la gravedad, recordándole los sucesos de hace unas horas, lo habían hecho en el hospital, era una desvergonzada, lo hizo en medio de la sala de recuperación ¿En que diablos estaba pensado? Trago pesado y volviéndose a observar sintió el nerviosismo erizar su piel y por alguna extraña razón revivir una de las caricias sobre uno de sus hombros.

Basta"

Sacudió su cabeza y a regañadientes arreglo sus prendas, ocultando sus acciones tras la tela, dejando en un ovillo el vendaje que estorbaba dentro de un bolsillo, suspiro inquieta cuando recordó el porque no podría llevar ropa interior bajos sus pantalones, sus bragas están completamente rotas e inservibles, bufo, las hizo un nudo y la tiro en la basura, se coloco los pantalón, arreglando la parte larga de su traje para ayudarla a cubrir su vergüenza, se sentía tan apenada, siempre el dejarse llevar le causaba alguna incomodidad y aunque lo disfruto no podía aplaudirse sus acciones, su esposo aún seguía convaleciente, coloco en ultimo sus botas y viéndose aplaudirse en el espejo, un poco mas decente, arreglo sus cabello en un no tan apretado moño y salió de allí, caminando un poco mas tranquila hacia el cubículo encontrando al moreno tal cual lo había dejado hace pocos minutos, se veía tan Inocente, que parecería no fuera capaz de hacer algo semejante a lo de anoche… arreglo la sabana y dejo su bata doblada en la cabecera de la camilla, cómo si fuera alguna forma de despedirse y que si las enfermeras venían no lo regalaran por algo así, al menos no estaba completamente desnudo, enrojeció mas y aclara su garganta mientras tomaba sus cosas y caminaba hacia la salida. Tan pronto estuvo fuera vio pasar a un par de enfermeras caminar en su dirección, pasándola en segundos y al girar a verlas ingresaron a la sala de recuperación, tuvo suerte de haber despertado rápido, no sabría que habría hecho si los encontraban juntos, no querría dar explicaciones, no después del ajetreo de anoche, ya tenía sufriente, camino a paso calmo por los pasillos observando alguna irregularidad pero estaba exactamente igual que el día anterior, parecía ser un día tranquilo… siguió hasta llegar a la salida del hospital agradeciendo no haberse topado con nadie ni escuchar suposiciones del personal de lo que parecía no haber ocurrido en la noche, eso le tranquilizaba, estaba segura que en un rato llegaría su padre y podría confiar el cuidado del moreno mientras terminaba su trabajo, ahora necesitaba pensar.

Acciono la capsula de su auto y lanzo sobre el asiento trasero todas las bolsas, emprendiendo camino por la calle, el sol brillaba fuerte a pesar de la hora y el tránsito parecía ser algo tranquilo no veía nada raro en la avenida y el dije sobre su pecho le relajaba, una cosa menos de la que preocuparse, quizás podría ir y dejar lo que había encontrado al viejo profesor y deshacerse de la culpa que de alguna manera sentía por aquel hombre, no había tenido la mejor vida y a pesar de que ello sus restos simplemente se mesclarían con los de alguien más, suspiro ¿Debería hacer algo? O simplemente dejarlo pasar como gajes del oficio… No, no tenía tiempo para auto recriminarse, incluso podría culpar al viejo pero era demasiado temprano para amargarse el día, ya había tenido bastante los últimos meses, Era suficiente.

—Puede esperar — se dijo así misma, cambio la dirección en la que conducía y por inercia suspiro en su asiento, le daría el tiempo suficiente de llegar a la montaña, descansar un poco, arreglarse correctamente y ahí si ir a ver al viejo Brief, Que esperara un poco más no sería un problema, por lo pronto solo pretendía enfocar su atención en lo largo de la calle, no quería terminar estrellada en medio de la ciudad.

Poco mas de dos horas ya se veía a solo metros de su acogedora casa, sonriendo de por si al sentirse extrañamente a salvo, eso le gusta de vivir en la montañas, nadie molestaba ni había tantos ojos a su alrededor, Era perfecto, al llegar no le importar llevar las llaves consigo, dejando estacionado frente a la puerta sería suficiente, tomo sus bolsas y se encaminó a la entrada principal abriendo la puerta con una mano y cerrándola al pasar con uno de sus pies, dejando los paquetes sobre la mesa del comedor y dejándose caer sobre el mullido sillón de la sala, le agradaba ese momento de paz y relajación por ella podría pasar el resto del día en ese lugar, mirando el techo y escuchando los grillos cantar fuera de su casa, suspiro y al mirar al techo sintió el acojo que su hogar le daba, giro su rostro hacia la ventana y el sol de la mañana acariciaba las plantas de jardín que tenía fuera, sonrió para sí y estirándose para despejar su cansancio volvió a levantarse, se merecía un buen baño, ya tendría tiempo de dormir un poco, se puso de pie y de dos en dos subió los escalones hacia la planta secundaria, ingreso a su cuarto, alistando rápidamente un cambio de ropa y llevándolo consigo al baño, así apenas saliera de vestiría y podría correr hacia su mullido colchón, abrió las llaves de la tina y arrojando un par de sobres de hojas aromáticas y algo de jabón, dejo que esta se llenara mientras se desnudaba sin prisa, para sumergirse entre el agua caliente luego de cerrar el conducto del agua, ingreso lento sintiendo el calor rosar su piel, dándole un tenue tono rosa por su temperatura que aunque algunos les parecería demasiado, para ella era perfecto, se relajo allí y con ayuda del estropajo fue tallando su cuerpo durando media hora, dejándose llevar por el calor sintiendo el aroma de los pétalos inundar el baño y adormitarla entre la tira, era tan relajante…

Cuando se dio cuenta estaba recostada en el borde de la tina, con el agua un poco mas fría y la piel de sus dedos arrugada, volvió a suspirar dándose un último enjuague y saliendo de la tina, escuchando el agua irse por el debate mientras ella secaba su cuerpo

"Se sintió bien…

Su Qipao no era diferente al que llevaba, era fucsia y de talle un poco menos largo, solo hasta encima de la rodilla, su pantalón no era tan ancho como los demás, sino algo más licrado pero bastante cómodo que le llegaba hasta media pantorrilla, perfecto para calzar sus botas y que estás se vieran más estilizadas en sus piernas, su pañoleta la dejo sobre el tocador y su cabello aún mareado lo dejo libre sobre su espalda, esa vez prefirió no venderse el pecho y colocarse una ropa interior más cómoda, se recostó sobre la cama y con el calor entrando por la ventana se permitió cerrar los ojos, abrazando una de las almohadas en intentando dormir un poco.

Podía sentir el calor recorrer sus brazos y la calidad bajo su cuerpo parecía como si estuviera descansando sobre algodón, sus ojos no pudieron estar cerrados por mucho tiempo y su cabello se deslizó hacia el frente cuando hizo ancla para incorporarse de aquella suavidad, adormila observó el cuarto donde estaba y aunque no le reconoció bien pudo sentir una corriente mecer sus cabellos humedeciendo parte de su piel, haciéndola suspirar y ladear su rostro, se sentía muy bien, un par de manos cubrieron las suyas y las muñequeras azules le dieron un indicio de su acompañante, dejándose caer hacia atrás, sintiendo su pecho acunarla y así poder descansar un poco más, un beso sobre su sien y el abrazo se hizo un poco más fuerte, sintió su piel sobre su mejilla y como su sudor resbalaba empapando su pómulo, sonrió divertida y levantó una mano para tomar su mejilla, humedeciendo sus dedos al instante, haciéndola fruncir el ceño y abrir los ojos de nuevo, mirando su mano extrañada en intentando girar a verlo.

—Te encontré…— el sudor se tornó rojo y el tono de voz le erizo la piel al reconocer su rostro al lograr verlo

—Kleen…

El sobresalto por poco la bota de la cama, despejando el cansancio de su cuerpo, buscando a su alrededor cualquier indicio de que eso no había sido un sueño, más la colcha bajo ella apenas había sido removida y la almohada que había abrazado con ímpetus aún seguía entre una de sus manos, suspiro pesado y dejó caer si rostro contra las almohada, no podía desconectar la realidad de sus sueños, se sintió atormentada y aunque le hubiera encantado volver a dormir ya no se sentía con ganas, Kleen había aparecido en medio de lo que pudor ser un hermoso sueño, para atormentarla, como si quiera comunicarle algo, a pesar de no ser muy creyente de los espíritus siempre creyó que los sueños llegaban a ser algo más que simple imaginación, miro el reloj sobre la mesa de noche y bufo, apenas había tres horas, no le era sufriente pero su hambriento estómago le daba otro motivo para no dormí más, resopló y se alejó de la cama, calzándose y peinándose rápidamente antes de bajar, llevó consigo la pañoleta y la acomodo mientras bajaba las escaleras hacia la cocina, preparo un poco de arroz con algo de jamón y unos huevos fritos junto a una buena taza de café caliente con tostadas, al menos así podría arreglárselas por lo que quedaba de día, al terminar volvió a ver el reloj esta vez de la cocina y aunque desganada la mañana ya se había ido, debía ahora sí terminar su trabajo, dejo los platos en el fregadero y salió de la casa, entendió el vehículo y emprendió marcha de nuevo a la ciudad.

Seguramente a esa hora su esposo ya estaría, peleando con las enfermeras por pillarlo en alguna extraña sesión de ejercicio o por la nada grata comida que le llevaban, debía aceptarlo, era horrible la comida hospitalaria, aunque también podría estar riéndose junto a su padre, quien sabe, muchas veces el Rey de la montaña llegaba a ser muy divertido, de camino podría llevarle algo de comer, así podría tener una escusa para ingresar al hospital además de verlo, sonrió para si de nuevos descubriendo como el tener más acercamiento con su esposo podía relajarla al punto de sonreír casi por todo, Sonaría ridículo si lo dijera en voz alta, pero debía aceptarlo, su presencia le hacía bien a su horrible temperamento.

Quizás serían las 2 PM cuando llego a la ciudad, el sol era igual de brilloso que en la mañana y el clima parecía no querer cambiar en lo que quedaba de la tarde, ojalá su pequeño también estuviera cerca, así podrían disfrutar del día, se preguntaba cómo estaría y si la búsqueda de las esferas estaba yendo de maravilla.

—Debería preguntarle al viejo…— no se le haría extraño si Bulma se comunicaba con él, era su padre y de no serlo sería el maestro, ya había pasado mucho tiempo y noticias de su pequeño no tenía, tenía que aprovechar y preguntarle. Bajo del auto al estacionarse frente al complejo, guardo la cápsula del vehículo en su ropa y emprendió camino por medio de los jardines y pasillos que este tuviera, prefería ir a lo seguro en vez de estarlo buscando por toda la empresa, llego hasta el laboratorio del Dr. Brief, golpeo un par de veces, esperando que esta vez si estuviera esperándola y no golpeando cuanta maquina tuviera enfrente, espero unos segundos y para le sorprendió no recibir respuesta, volvió a golpear un poco más fuerte y asomo su rostro por si llegaba a captar a su secretaria cerca, pero no había nadie, no quedándole más que esperar, casi pasando quince minutos y no el viejo ni alguien del personal parecían dar señal de vida ¿Tendría que haberte ingresado como cualquier persona a esperar una cita? Se suponía que debían de ser discretos… bufo empezando a exasperar, habían tenido un lindo día… su zapato empezó a moverse sobre el suelo, cruzándose de brazos y dejándose caer contra la pared al lado de la puerta ¿Qué no le tenia algo de respeto? Sabía que iría, no a una hora exacta, pero lo sabía ¿Por qué no la esperaba? ¿Qué le costaba estar en un solo lugar? O al menos darle menos tiempo libre a su inexistente secretaria…—Maldito viejo…— tendría que ir a buscar a alguien.

—Disculpe... —levanto su rostro algo sobresaltada pero sin quitar su ceño de mal humor, Incomodando sin querer a la pobre joven que vestía un traje levemente holgado de paño gris, zapatos de tacón y un peinado de moño bajo, carraspeo y retomando el aire apreto unos documentos—Esto, el Señor Brief no se encuentra en este momento en su oficina…

¿ Enserio?

—Lo estoy buscando...— quiso bufar, más solo acarició su entrecejo mientras quitaba la mueca de sus labios—es urgente.

—Si, me dijo que si llegaba alguien a preguntarlo lo llevara hacia donde se encuentra —rio incomoda haciéndole curvar una de las cejas a la morena ¿Sería alguna pasante? —Él... él esta en uno de los jardines, por favor, acompáñeme... —no dijo mas y girando sobre sus zapatos emprendió casi huida, Quizás no le había caído muy bien… frunció los hombros y camino tras ella sin problema grabándose en la mente otro de los lugares a los que el viejo le gustaba estar.

Al llegar la chica solo se hizo a un lado dejándola frente a una enorme maquina que a primera vista no supo que era, pero al analizar un poco más parecía algún tipo de nave, la rodeo apena unos pasos para verla mejor y volvió el rostro a la chica ¿Se suponía que debía esperar que exactamente? El viejo no se veía en ningún lugar, más la chica solo le sonrió un poco incomoda, quizás hasta ella no sabía en donde estaba el viejo. Y decidió llevarla ahí para deshacerse de ella, estuvo a punto de abrir la boca cuando en cuestión de segundos un leve ruido de apertura salió de la nada y una parte de la enorme estructura se abria dándole acceso al viejo Brief con su pequeño gato a cuestas.

—Ahh…— palmeó su espalda, soltando un suspiro tenue de cansancio, su miradas se toparon y el leve ceño fruncido de ella pareció no importarle—¡Milk! Que bueno que viniste, sigue, sigue… — con una sonrisa en el rostro movió su brazo izquierdo hacia el interior dándole rápidamente la espalda a la morena desapareciendo de su vista, ambas mujeres se miraron extrañaras y aún así no les quedó de otra, la joven mujer se retiró lentamente del lugar mientras que Milk subía aquella rampla, apoyándose con una mano al estar en la entrada y no perder el equilibrio, una baranda no le vendría nada mal, admiro el inmenso interior que tenia en frente y la apariencia bastante sutil para una máquina de ese estilo ¿Era algún tipo de corte? ¿Cómo hacia para tener tanto espacio en su interior? si a primera vista parecía no ser tan grande —¡Es maravillosa no lo crees! —la chica simplemente asintió por inercia y camino en su interior, admirando hasta el más mínimo detalle que a simple vista pudiese tener, parecia tener una sala de entrenamiento y un mando de vuelo, además de algún tipo de computadora a lo lejos y unas barandas que parecían llevar a otro piso, sin contar del enorme ventanal que este tenía.

—¿Para qué es esto? —pregunto al estar mucho mas cerca y admirar vista a través del ventanal ¿Acaso pensaba enviarla en algún tipo de viaje? Porque en definitiva no iría, no hasta estar satisfecha con los avances de Goku en el hospital.

—Ah, supongo que no lo sabias, pero se estuvo buscando una nave espacial que llegara hasta el planeta Namekusei...—acaricio su bigote con un leve tono burlón en su voz.

—Eso ya lo se—señalo hacia atrás con su pulgar, recordando el rostro algo asustado de la peliazul al subir a la alfombra de Mr. PoPo— se supone que no funciono y tuvieron que ir en la de Kami-sama por qué Bulma destruyó la que estaba disponible ¿No?

—No exactamente, la búsqueda no se freno, aun habían naves espaciales que se podían utilizar, la de Raditz o en la que llego Goku a la tierra...— la simple mención de ese nada grato detalle le hizo fruncir el ceño, recordar que su esposo no era un ser humano era una astilla en su pecho.

—Hmp, que gracioso y ¿Qué hay con eso?—se cruzó de brazos y dejó caer parte de su peso en una de sus piernas.

—No te enojes, además, hoy en día hay tantas especies que es imposible no comprenderlo con mayor facilidad—palmeo su hombro como algún tipo de gesto amistoso ganándose una mirada poco amistosa—esta bien, te lo diré— un par de pasos atrás llegó hasta una estructura mucho más pequeña con una pantalla en medio, lo que ella creyó era una computadora— tan pronto Bulma, Krillin y tu hijo se fueron, Goku me pidió por medio del Maestro Roshi seguir con el proceso de búsqueda, poco después logré encontrar una nave, reconstruyéndola y amplificándola para mayor comodidad… y este es el resultado ¿No piensas que es magnifico?— río fuerte para si mismo, espantando al pequeño minuto, que salto de su hombro hacia la salida de la nave.

—No creo que tenga que alagar cada que haga un experimento—siguió el camino del gatito al sentir cierta ternura por su tamaño, sería lindo tener una mascota, quizás le gustaría a Gohan.

—Seria bueno...

—Ni lo piense. —se acercó a él aún asombrada por la máquina— Me imagino que Goku querrá alcanzar a Gohan y Krillin en ese planeta...

—Y a Bulma...—no pudo evitar rodar sus ojos, apoyo una mano sobre la máquina, tocando el monitor mientras aún pensaba que en viejo entendía perfectamente su nada grata relación con su hija y más cuando en aquellas situaciones siempre parecía estar un paso lejos. Volvería a quedarse sola…

—Si, También a Bulma — bufo, apenas había logrado tener acercamiento con su esposo y ahora parecía perderlo, sabía que de alguna manera el volvería a alejarse, los peligros siempre corrían tras él, sin alguna conexión aparente pero así era y le dolía admitirlo ahora, sacudió su cabe y suspiro molesta —entonces ¿Para cuando estaría lista…?

—Solo me hace falta unos detalles

—...Bien... — Asintió ante la evidencia, no le quedaba mucho si es que quería despedirse, su padre la regañaría de nuevo si se negaba, el avance de su esposo era demasiado prometedor y eso solo lo retenía un par de días, si es que no comía una de esas semillas antes, llevo sus manos hacia el dije un par de segundos sacando de entre su bolsillo la muestra que había conseguido la noche anterior, ya habían hablado suficiente —espero que con esto sea mas que suficiente—las entrego y giró sobre su eje hacia la salida.

—Ah, veo que conseguiste recuperar el dije, me alegra ver eso —guardo la muestra en su bata con una sonrisa amplia, como si la muerte de ese hombre le fuera insignificante —le sacaré provecho a la muestra.

—Solo la encontré, de no haberle tomaron una muestra a Kleen en el hospital siquiera le habría traído una, supongo que era para identificarlo o algo.

—Ah claro, pero con esto podemos seguir trabajando— camino tras ella hasta que ambos se detuvieron poco pasos antes de la salida.

—Imagino que el registro de las cámaras del hospital estará solucionado... ¿Cierto?— le miro sobre el hombro, como una última cosa por aclarar, aún sentía nervios por lo ocurrido en el hospital.

—¿Cómo crees que estas hoy aquí? De haber encontrado algo ya te abrían atrapado...— bufo burlón acariciando de nuevo su bigote, ella por su parte apenas curvo una de sus cejas y se giró hacia el hombre ¿Cómo podía tomarlo con tanta burla?

—No es divertido, bien le pudieron pedir ayuda ¿No que remodeló el hospital?— su voz Carrasposa la extraño mas al reírse.

—¡Eso hicieron esta mañana! pero al igual que ellos no encontré nada en las cámaras —levanto sus manos simulando un par de Comillas— me sorprendió mucho, se ve que eres hábil.

—Claro…

—¡Querido! —ambos voltearon hacia la salida de la nave cuando el tono agudo de esa voz femenina irrumpió muy cerca de ellos, se notaba de donde había sacado sus genes la peliazul —¡Goku vino a verte! —la expresión de angustia de la morena se evidencio en su rostro y rápidamente sujeto el cuello de la bata del hombrecillo.

—¿¡Como que Goku!? —lo levanto sin darse cuenta juntando sus narices y apretando sus dientes —¡Se supone que esta convaleciente en el hospital! —hablo acentuando cada palabra a pesar de su bajo tono de voz ¿Ahora que iba a hacer? ¿Qué explicación le daría? No tenía una escusa real para estar ahí, al menos no para él.

—N-No lo se, déjame averiguar, puede que se haya confundido —lo soltó liberando sus dedos con su ceño fruncido soltando un bufido —puedes ocultarte allá— señaló el espacio entre el suelo donde apenas sobresalía un par de barandas— así nos aseguramos que no te vea—chasqueo la lengua pero no tenía de otra, no se le ocurrió cualquier otra cosa así que tan pronto escucho los pasos acercarse corrió hacia aquel agujero y de un salto llegó a la plata baja aferrándose de los escalones que la separaban de la superficie, captando una cama y algún tipo de cocina y baño a pesar de estar a oscuras.

"Ese Maldito viejo, piensa en todo"

Camino hacia la cama dejándose caer sobre ella, agradeciendo que el sonido de eco no fuera un delator, esperando que su saludable esposo se retirará pronto.

—…Goku, eres tu ¿Te aliviaste tan pronto? — lo escucho decir con una sorpresa realmente ficticia, Realmente era pésimo mintiendo. Más este no le interesaba alargar mucho la conversación, pero debía aceptar que le incomoda que el chico llegará en esos precisos momentos y el que la morena estuviera cerca los ponía a ambos nervios, ella lograba intimidarlo, provocándole un poco de sudor que secaba con un pañuelo que tenia a la mano.

—¡Así es! gracias a las semillas del ermitaño del maestro Karin, Yajirobe llegó en el tiempo justo, ya estaba cansado de estar inmóvil en ese lugar —le era imposible no reconocer ese tono de voz, entonces en verdad si estaba ahí, pero lo que en verdad le empezaba a molestar era el verdadero motivo de su afán, quería irse, era evidente ¿Por qué otro motivo irá allí? Después de tanto tiempo lejos, quería partir de nuevo, con razón esas visitas tan frecuentes del maestro, todo lo tenían planeado, era solo cuestión de tiempo y aunque comprendía él porque su parte egoísta parecía no tolerar que actuarán a sus espaldas.

Embustero

—Que imbéciles... —susurro para si misma mientras cruzaba una de sus piernas y apoyaba su antebrazo para descansar su rostro—aun tenia que esperar para poder salir.

—¿Esta nave es mía verdad? ¿Ya esta terminada?

—...Esto, aun no, aun tengo algunas cositas que arreglar... —el hombre dudoso apenas bloqueaba el camino que el joven recorría al interior de la nave, si le daba una buena escusa sería tiempo suficiente para que la chica se escabullera y retomará su Roll de Ogro o al menos así la había denominado su hija ante su temperamento.

—¿Puede enseñarme como se maneja? —la voz del chico se escucho mas cerca de donde la morena se ocultaba pero su mano rápidamente señaló los aparatos a su alrededor.

—¡Ah! ¡Perfecto!—la mujer de cabello rubio se había asomado por la plataforma de ascensos, aplaudiendo sonriente mientras golpeteaba la plataforma con sus tacones— ¡Te quedaras entonces! ¡Les traeré algo de beber! —el tono agudo de la mujer se fue alejando mientras iba hacia la cocina, incomodando al morena al hablar tan alto y sin contar que desde que llegó se estuvo colgando de su brazo derecho, llegándole a pedir una que otra cita, era una mujer demasiado libera, muy diferente a su esposa.

—Bueno…—volvió la vista hacia el hombre mayor rascando su nuca— ¿Cómo hizo para que esa nave tan pequeña se agrandara tanto? ¡Se ve increíble! —alago el joven, provocándole una risilla al viejo que pareció simplemente olvidar la presencia de la morena al recibir ese pequeño alago, una gran máquina necesitaba grandes elogios.

—No fue nada en especial, por cierto, la hice como la pediste —un par de palmadas al panel de control— era resistente y muy avanzada para lo que estaba acostumbrado a hacer pero logré adaptarlo muy bien—consiguió hacer un muy buen trabajo.

—¡Estupendo! Con este espacio podre entrenar a la perfección.

—Aun así debes tener cuidado, costo mucho trabajo encontrar tu nave, estaba rota en mil pedazos, pero por suerte la parte mas importante estaba en perfectas condiciones y pude reconstruirla por completo —al fondo un poco inquieta, Milk se levanto con cuidado de la cama y se acerco a las escaleras que los separaban, habían pasado varios minutos y el revoloteo en la parte superior la ponía nerviosa ¿Cuánto tendría que esperar? Creía que lo distraería el tiempo suficiente para poder irse, no que pasearían sobre ella , dudosa mordió uno de sus labios y escalo lento hacia la parte superior, apenas asomando parte de su cabeza para ver donde estaban. El leve sobresalto del viejo y la mirada dos grados mayor hacia ella le hizo retroceder dos escalones, quizás lo había asustado, pero ¿Que más podía hacer? estaba baranda ahí mismo.

—Escóndete…— movió apenas su labios, sacudiendo una mano para volver a tapar el acceso de visión del chico

—Profesor, no se preocupe, agradezco mucho que haya hecho esto por mi... entonces ¿Cuando puedo partir?

—Eh…No te precipites muchacho—aclaro su garganta retomando un poco el aliento— la tecnología de los Saiyajin es realmente magnifica y aunque le di mis toques no debes propasarte, apenas es un prototipo.

—Comprendo, entonces ¿Dónde esta el equipo de gravedad artificial del que me dijo? —descendió un poco más cuando ambos caminaron hacia su dirección, mirando hacia la superficie sintiendo momentáneamente ese lado claustrofóbico que no sabía que tenia, Quería salir ya de ahí.

—Es este aparato —golpe el equipo que le había mostrado a la joven — este equipo puede genera 100G cuando mucho, pero ¿No crees que es demasiado para ti? Podrías llegar a pesar hasta seis toneladas o mas, podrías matarte—el bufido del chico sonó más fuerte de lo que imagino y solo negó con una mano, restándole tanta importancia que parecía un juego de niños ¿Acaso no temía morir en medio de su viaje? Iría solo así que no tenía nadie que lo ayudará en algún momento difícil, solo a él, sería casi un suicidio, Aunque…

—No pasara nada, cuando estaba en el planeta de Kaoi-Sama la gravedad de allá era mayor, así que ya estoy un poco acostumbrado...

—Siendo así, podrás entrenar a la perfección entonces—el hombre igual, resto importancia, si el quería exponerse a tal peligro, no lo detendría, conocía por su hija lo habilidoso que podría ser estando muy cerca del peligro ¿Qué tan diferentes serían esos dos? Si bien uno era amigo de su hija la otra era su valiosa trabajadora, ponerla a sobrellevar una carga similar a la que el moreno se sometía podría darle muy buenos frutos.

Era magnifico

—Señor Brief, dígame una cosa ¿Acaso esta nave aun no puede volar? —el hombre salió de sus pensamientos y con una mira rápida al espacio inferior volvió a mirar al chico esta vez con una sonrisa más que amplía. Debía ser rápido.

—¡Por supuesto que puede! —una leve sensación de malestar cubrió a la morena, haciéndola temblar bajando otro par de peldaños cuando creyó que caería de bruces ¿Qué había sido eso?—¡Hasta el fin del universo!

—Viejo idiota... —una de sus manos se poso sobre la parte final de la escalera sin dejar de mirar hacia arriba, sintiendo una gota de sudor bajar por su mejilla, tenía una mala sensación en el pecho—debería no darle ánimos…

—¿¡Entonces!? — el Moreno estaba ansioso por despegar, por lo poco o mucho que le haya contado el maestro debía darse prisa, ansiaba retomar su entrenamiento y pelear como tanto le gustaba con seres que estaba lejos de su imaginación, superarse así mismo y salvaguarda la vida en la tierra, si lo lograba sus amigos y familia podrían vivir cómodamente, ya tendría tiempo de disculparse con su esposa por marcharse sin despedirse, está vez había prioridad.

Los pasos del Brief se alejaron del moreno, dándole un corto silencio, llegando hasta la entrada de la parte inferior, captando ese par de ojos ónix que le observaban, giro su rostro hacia el chico y al igual que ella pareció estar ansioso a su respuesta.

Sería difícil…

—El baño, la recamara y la cocina se encuentran bajando estas escaleras...

—¡Oiga! —le llamo en susurro la morena mientras movía una de sus manos en señal de protesta, pero este se volteo hacia el chico ignorándola ¿¡Que diablos pretendía!?

—¿Eso es todo profesor?—el hombre guardo silencio aun, cerrando sus ojos un momento organizando sus pensamiento y considerando que al moreno quizás no le gustará la música sería ridículo poner bocinas para el sonido— profesor, sabe que recibimos una llamada urgente de Bulma, debo irme ya.

—Esta bien, entonces toda la configuración de la nave es automática—soltó un suspiro y caminando hacia la cabina señalándole al moreno los botones que debería usar, tan rápido como podía— solo debes oprimir este botón hasta que haga click, todo lo demás ya lo hice yo—camino hacia la salida dejando impresionado al moreno quien intentaba recordar lo que le había dicho para no darle marcha atrás a su viaje—podrás llegar a Namekusei en tan solo 6 días, fue lo máximo que pude hacer para recortar el tiempo de viaje...

—De acuerdo, de acuerdo—La morena simplemente no pudo esperar en ese lugar, no cuando parecía estarle dando indicaciones de vuelo al momento, no quería ir a ese planeta, no de golpe, apenas está asimilando su nuevo empleo y exponerse a viajar de la nada a un lugar sin explotar por el ser humano la aterraba.

"No, No, No, No, No"

Sus manos y pies subieron tan rápido como le fue posible esa escalera, escuchando a escasos centímetros la compuerta cerrarse y de la nada la enorme maquina empezara a temblar y exhalara un ruido de presión sobre sus oídos.

—¿¡Pero que!? —apoyo sus brazos sobre la superficie, horrorizada, encontró los pies del moreno envueltos en sus botas azules a un par de metros frente al enorme ventanal, pero en este solo se venia como se suspendía sobre algunos edificios —Ay no... —levanto una pierna cuando el temblor aumento y el sonido del despegue la hizo gritar—¡Espera!— el zumbido la silencio y la presión al despegar la devolvieron, perdiendo la estabilidad y cayendo al vacío —¡Ah! — fue lo máximo que pudo decir cuando sintió su cuerpo aplastarse por la velocidad que tomaba la nave y la gravedad oprimirle los pulmones, jodido anciano parecía haber cambiado de opinión.

.

.

.

A bastante años luz desde la tierra la nave Namekiana estaba destruida, oculta entre las montañas gracias a dos soldados que descubrieron sus presencias en ese lugar pocos minutos después de llegar, apesar de haber logrado escapar de los inconvenientes, entre naves invasoras, usurpadores de identidad y fenómenos espaciales, había corrido con tanta suerte, Bulma era más que perfecta para dirigirlos por medio de ese infinito espacio, ayudándolos en tanto como le fuera posible, siendo prácticamente la capitán de la nave, excepto cuando la emoción del momento se desvaneció, sus mentes horrorizadas observaron las mismas naves Saiyajin ingresar a ese planeta, eran exactas a las de Raditz, Vegeta y Nappa, aterrizando no muy lejos de su ubicación, sin contar las energías hostiles que sintieron acrecentar al corres de los minutos, ahora podían asegurar que no eran los únicos en Namekusein. Estaban jodidos…

El miedo los invadió y su única salía para enfrentar tantos adversarios sería tener al hombre de traje naranja junto a ellos, era evidente que ninguno de ellos dos era un oponente digno para esas energía, era débiles en comparación y con tanto con Bulma ahora a la merced de ese planeta no podían permitirse perder al cerebro de la operación, debía volver a la tierra a pesar de que tardará dos meses en ir y volver ¿Acaso podrían soportar tanto tiempo? Era casi definitivo que no y que su misión fallaría poco antes de comenzar si eran sinceros, la peliazul apenas había logrado comunicarse con el viejo maestro Roshi cuando fueron descubiertos por los soldados y su único vehículo de escape quedo inservible ante su ataque, su buena racha había terminado. A pesar de todos pronósticos Gohan y Krillin los detuvieron con siguió, ganando algo de confianza al haberlos derrotado con tanta facilidad, quedaron anonadados, mirándose al sentir las energías de ese par desaparecer dentro del lago en donde habían caído.

—¿Ahora que vamos a hacer?— el nudo en su voz estaba por estallar en llanto, temor, angustia y revisación salía de sus labios, Bulma sabía que en ese momento no era nada más que una carga, en cualquier momento podrían encontrarlo y asesinarlo, impidiéndoles revivir a Yamcha y a los demás, no podría si quiera despedirse antes de ser probablemente asesinada, estaban perdidos.

—Déjalo Bulma, podemos hacer tiempo mientras que Goku se recupera, no tenemos de otra y lo sabes— el chico jalo el brazo de la desmoronado chica, ayudándola a levantarse— vámonos de aquí, encontremos un lugar seguro— ocultaron la nave lo mejor que pudieron, tomaron sus cosas y borraron sus rastros, si encontraban la nave, que al menos pensaran que no era de su propiedad. Lograron ocultarse dentro de una cueva, bastante profunda en caso de que llegaran a percibirlos, les daría tiempo de escape y la peliazul estaría segura, llevando consigo nada más que el rastreado salieron del escondites empezando su búsqueda, confirmaron con horror que no eran los únicos en esa tarea al ver más de tres estrellas reunidas en un mismo lugar, era posible que ese Saiyajin llegará con refuerzos, aunque también estaba la posibilidad que fueran grupos apartados que escucharon la historia de las esferas, de ser así estaban aún en peores problemas, su ventaja era contar con el radar del dragón y el manejo de su energía, podrían estar casi de seguro de eso, los soldados que vieron antes portaban también esos rastreadores en su rostro para medir la energía.

Avanzaron con el mayor siguió posible, sorprendiéndose al no percibir visualmente algún habitante nativo, los plantios y casas que captaban estaban vacías, las energías parecían desaparecer con forme avanzaba y no sabían si era por qué se ocultaban o si… estaban muriendo, un nudo se les formó en el estómago hasta que llegaron sobre una montaña, visibilizando una pequeña aldea con un número considerable de Namek, estarían sorprendidos de su parecido con Piccoro de no ser por verlos morir en manos de lo que parecían ser soldados de Vegeta, o algo por lo parecido al llevar la misma armadura.

—...Sus Kis son realmente inmensos —susurro Krillin al contar la cantidad de personas, la mayoría eran habitantes del planeta pero ese pequeño grupo de tres lo estaba preocupando, no solo por qué su Ki fuera enorme, sino por portar las enormes esferas del dragón bajo sus pies, el primer tipo tenía un tono de piel rosada, con una fisionomía bastante robusta y unos montículos sobre su piel como si fuera alguna tipo de cuernitos o chichones, el otro tenía un toque más humano pero con una estatura considerable a lo normal además de tener una piel verdosa y una larga cabellera de verde oscuro, pero el que mas les incomodaba era ese pequeño ser dentro de lo que parecía ser una pequeña cabina flotante, su piel era entre tonos lila, morado, rosa y blancos con un extraño casco a su parecer adornado con un par de cuernos y una larga y violácea cola, casi como una lagartija. A pesar de su aspecto y que incluso podría pasar como el más débil por su aspecto su nivel de energía era incomparable al de los otros dos y por ellos tenían más prevención hacia ese ser, Podría ser incluso peor que Vegeta.

Escucharon que el sujeto rosáceo se identificaba con Dodoria y el otro como Zarbon, les fuera preferido no estar en ese momento en medio de lo que parecía ser una masacre, cayendo uno a uno los Namekianos que se negaban a colaborar con ellos, por más que intentarán oponerse a los deseos del pequeño sujeto al que denominaron Gran Freezer, no eran quien para enfrentarlos, salían de sus habilidades y parecían estar matando moscas, pequeños niños no fueron la excepción y antes su impotencia los fueron asesinado uno a uno, sus ojos se apretaban para salvaguardados del horror y el enojo crecía en su interior, de no ser por Krillin ya los habían encontrado, tuvo que reñir al pequeño por aumentar su energía, lo entendía, quizás hace mucho el habría hecho lo mismo, sin embargo se sentía responsable de viajar con un niño de cinco años que a pesar de su corta edad llegaba a ser sorprendente en medio de la pelea, pero aún tenía mucho que aprender.

—Cálmate por lo que mas quieras Gohan —susurro esa vez con algo más de fuerza, frunciendo el ceño y apretando suavemente el hombro del hombrecito—Nos van a descubrir…— sus dientes se exponían entre su boca y sus uñas se enterraban en sus pequeñas palmas, no lograban calmarse, estaba tan enojado en impotente, no podía ser más que un débil espectador ante la brutalidad de esas personas, querían sentirlo arrepentirse de sus actos y suplicar clemencia a sus víctimas aunque hace como más de un año fuer un concepto que no se le cruzaría por su cabeza, ahora comprendía que era imposible no desearlo, la maldad rompía las barreras del universo, quería ser coherente, y poner en balance sus prioridades, incluso el amigo de su padre se lo recalco con ahínco más no podía enfriar su sangre, era superior a él, Era tan solo un niño.

Casi como una luz divina, mas integrantes de ese planeta llegaron al rescate, siendo apenas un pobre anciano junto a dos pequeños, más no lees duro la felicidad al verlos caer también, con algo más de trabajo pero al final habían perdido, la estrella que guarda el anciano los había llevado hasta ahí, negándose a entregarla a la criatura vil en medio de esos dos hombres los estaba llevando a la extinción, no tuvo de otra, por salvar al par de pequeños tuvo que acceder poco después, saco de entre una de las casa la enorme esfera y camino con ella hasta el par de pequeños que le esperaban. Si seguían encontrándonos con esos rastreadores pronto los matarían a todos, su mente se iluminó y mientras llegaba hasta ellos supo lo que tenía que hacer, a sabiendas que eso le provocaría su muerte.

"No tengo de otra…"

Deslizó la enorme esfera hacia ellos, aprovechando el agacharse para atacar desde esa posición los rastreadores que el par de hombres portaban sobre sus ojos.

—¡Maldito!—grito Dodoria enfurecido, más por el ataque que por la verdadera intención del anciano, lanzando un rayo de energía hacia él que logró arrastrarlo llevándose consigo a uno de los pequeños muriendo al ser perforados por esa energía.

—¡Ah! —el grito de indignación del pequeño Saiyajin llegó hasta los oídos del trío de asesinos, quien se sorprendieron al no detectar al chiquillo, más este se movió con tanta rapidez que Dodoria lo logro concebir el dolor en mejillas y como ese golpe lo estrellaba contra una de las casas destruyendo parte de ella ¿Qué mierda había sido eso?¿Cómo es que lo habían hecho?

Si figura apenas y cubría la del niño Namek y sus puños cerrados a los costados de su cuerpo se alistaban para pelear, ya no podía pensar, una tela opaca había cubierto su ojos y siquiera supo cómo es que había llegado tan rápido allí, solo le interesa golpear a ese par de sujetos—Cerdos... ¡Asesinos! —una sonrisa levemente asomada torcía el gesto de Freezer, estaba más que intrigado con ese pequeño ¿Terrícola?

—Maldita sea... —chisto Krillin, expuesto sin ninguna posibilidad de escapar sin ser detectados y todo por su pequeño amigo —Gohan…— chasqueo su lengua y salió del escondite atacando justamente al confundido Dodoria que salía de escombro entre iracundo y aún aturdido por el golpe.

—¿Pero que?—volvió a incrustarse en lo que quedaba de la construcción, destruyéndola por completo. Fue cuestión de segundos, Krillin ya tenían al chiquillo entre brazos y jalando de la ropa a Gohan.

—¡Vámonos! —le ordeno al menor sacando de su histeria y arrastrándolo con el hasta que reaccionó por si mismo, escapando de allí tan rápido como sus energías se lo permitiera y esperando no ser capturados por ese desliz —¡Que tonto! ¡Nos pueden matar!—el mayor había aprendido con el tiempo a ser muy tolerante y no dejarse llevar por sus emociones aunque en algunas ocasiones le costará, tuvo que aprender a la fuerza en cada aventura en la que fue participe, pero debía aceptar que el hijo de su amigo podía ser igual de cabeza hueca a el en algunas participe—¿¡Qué te pasa Gohan!?

—L-Lo siento Krillin, pero no podía permitir que...—su ceño fruncido lo hizo callarse y apretar sus labios en impotencia, está avergonzado pero no pudo frenarse. Era su instinto…

—…Jmp…Ya lo se…— suspiro resignado, recibiendo de nuevo sobre su espalda la mirada del pequeño, no podía simplemente reñirlo, no era la ocasión ni tenía el derecho, ese era el riesgo de viajar con un pequeño—Pero comprende Gohan que hay muchas cosas que no podemos hacer, ya sea por nuestro bien o el ajeno— apretó mas al pequeño Namek en su pecho, la sensación de la batalla con Vegeta no había desaparecido del todo y ahora en esa nueva situación no sabia cual de las dos era más peligros, debía aceptar que estaba igual o peor de conmocionado, un temblor cubrió su cuerpo y apenas miro sobre su hombro cuando el impulso de energía lo hizo visible ante sus ojos ¡Maldita sea!—tenemos una prioridad y por tu desliz ese tipo nos esta siguiendo —subió la velocidad a la que iban y su mirada se enfoca frente a ellos, el Ki de Dodoria los acechaba cada vez más cerca—demonos prisa…

Su aparición repentina habia alertado a esos sujetos y el hecho de no percibir su energía antes subía un grado de intensidad a su búsqueda, si bien había recibido un par de golpes nada significativos se le ordenó ir tras ese par de extraños, la competencia no les servía de nada, ya era mucho esfuerzo perdido buscar y atacar cada aldea Namekiana que se negaran a rendir pleitesía al Gran Freezer, para él, el gran Dodoria, era una ofensa haber perdido lo que había logrado mantener por tanto tiempo, su honor, su postura de servicio y ego por culpa de un par de terrícolas, no estaba acostumbrado a ser humillado con tan ridícula facilidad. Había salido tras ellos tan pronto escapó de los escombros a orden de su superior, maldecía no tener su rastreador para localizarlos, pero la estela que dejaron en medio de su huida le ayudo a seguir una dirección y así esperar encontramos si es que no quería recibir una reprimenda por su descuido, como más de quince minutos de vuelo logro divisarlos como apenas dos puntos sobre el cielo verdoso, si que eran rápidos…

—¡No escaparan de mi!— grito ya casi sobre ellos, sujetando la pierna de Krillin frenándolo sin embargo recibió de nuevo otro golpe en el rostro resbalándosele la extremidad, aprovechando el pelinegro para lanzarle varias esferas de energía atrasándolo para retomar su ventaja—¡Demonios!—se impulso hacia ellos, estirando sus manos hacia el frente lanzando pequeñas esferas rosas de sus palmas, dividiéndose en el camino haciéndosele mas difícil volar a los fugitivos, teniendo suerte cada que esquivaba una, gritando cuando se veían casi impactar sobre su cuerpo, eran demasiado rápidos para su tamaño—¡No! ¡Son míos!—lo esquivaron de nuevo, a pesar de tenerlos a la mano no podía apresarlos como quería y no espero que el hombre de naranja soltara al pequeño Namek que se aferró a su cuerpo para girar hacia él posicionando amabas manos sobre los costados de sus ojos, lanzando una luz directo sobre sí cegándolo momentáneamente—¡Mis ojos!— el escozor de sus ojos llegó hasta la parte trasera de su cabeza, frenándolo en un intento vano de cubrirse y rogar por que ese efecto no fuera permanente—¡Hijos de puta!—froto sus ojos, jadeando ante el dolor e intentando enfocar su mirada, sus ojos solo captaban la luz externa que acentuaba más el dolor y la molestia de mirar, solo luces divisaba y con pesar sabía que había perdidos su rastro—¡Malnacidos! ¡Los mataré! ¡Los destruiré!—los maldijo tanto con su garganta le fuera posible, alzando su voz como si quisiera que retumbar sobre la extensión de tierra y lagunas bajo sus pies.

El Taiyoken era una técnica muy eficaz en ciertas ocasiones.

Unos minutos después su vista empezó a volver parcialmente, el sol no le molestaba tanto y el escozor había bajado lo siguiente para mantener su ojos semi abiertos, gruño derrotado, chasqueo su lengua incrédulo ¿Cómo había terminado vencido por un dúo de enanos? Había perdido maravilloso tiempo y el regresar sin resultados le podría costar la cabeza ¡Joder! Avanzó varios metros tan rápido como pudo, calculando la velocidad en la que esas personas podrían ir y el tiempo que perdió, así podría abarcar una zona de posible escondite buscando de por sí su figura en los rincones que sobrevolaba, sus manos se cerrando ascendiendo un par de metros mas— Malditos infelices— alzó sus manos exponiendo ambas manos formando una esfera enorme color blanco con rayos rosas—¡Deben morir!—bajo sus manos llevando consigo aquel ataque, lanzándolo hacia el suelo desintegrando una porción de tierra bastante considerable, pulverizando el lugar tan pronto hizo contacto.

El estallido se escuchó a kilómetros de distancia y la enorme nube de tierra y polvo cubrió la superficie dando a la distancia el punto exacto del ataque, el panorama se vio nublado pese a su vista mejorada y la altura a la que estaba, poco a poco el polvo se ascenso y el inmenso cráter bajo sus pies le hizo sonreír, Ningún ser podría sobrevivir a un impacto como ese, el agujero lentamente empezó a llenarse de agua de los riachuelos cercanos, confiaba que tantos años de experiencia le ayudarán aunque fuese haber lastimado al par de pillos y de ser así, ya tendría tiempo después para arrancarles la cabeza, se giró en dirección hacia la aldea Namek y despegó velozmente, no le daría más importancia a ese asustó, sin percatarse que aquel trio se burlaba del hombre al estar un par de metros del límite del ataque, aunque no por eso estaban tranquilos, por poco y no lo lograba. Habían corrido suerte de ocultarse entre un par de cuevas que los protegieron de la honda de ataque.

—…Eso estuvo cerca…

—Si...—exhalo el pequeño Son aliviado de que su error no fuera llegado a mayores, tomándose su tiempo para estar seguros que aquel soldado se había retirado y no esperaba una reacción ante su ataque y así retomar camino hacia la peliazul por si tenía noticias nuevas

.

.

.

Apenas logro estabilizarse después de salir de la órbita del planeta, el oxígeno había llegado a su cuerpo poco después, desconcertándola al volver parcialmente sobre sí, pudo haber muerto ante esa fuerte presión, con suerte había logrado incorporarse, miro hacia la parte superior de la nave esperando encontrar a su querido esposo, quería matarlo, de había ido sin despedirse, arrastrándola a ese viaje sin saberlo ¿Qué sería de ellos? Siquiera le importo saber si había comida en la nave y para ella esa era una de sus prioridades si querían sobrevivir en el camino ¿Qué diría cuando la viera? El no se imagina tener una tripulante adicional ni por poco que ella estuviera rondando cerca ¿Se asustaría? ¿Se preocuparía? ¿Se congelados? No seria la primera vez que pasara, pero también estaba la posibilidad que se enojara, nunca lo había hecho, pero después de tener a Gohan, en la situación en la que se veía lo llegó a asustar demasiado a pesar de que era normal el desgano y de alguna manera la sobreprotegió y era raro estar en situaciones de peligro, Nadie podría creerlo, sin embargo en ese momento ya no había marcha atrás ¡Estaría encerrada por seis días! ¡Con él! ¡Hacia un planeta desconocido!

El temblor subió por su columna y la ansiedad le hizo sudar las manos, después de Aquel encuentro esperaba retomar su relación de apoco, ir lento en su convivencia, hablar un poco más e incluso conocer todo lo que vivió en ese año lejos de casa, poder volver a lo que fueron antes, a pesar de su secreto.

"¡Maldito viejo"

Exhalo cansada, la obligó a vivir esa situación, a merced de su esposo y lo que él al mando decidiera que era mejor, tenía más experiencia en esas cosas, no había que dudarlo y eso la frustraba e incómoda mas ¡No sabía qué hacer! Tenía miedo de cometer alguna estupidez, no solo era ella y Goku, Gohan también estaría ahí y lo que menos quería era estorbar, Poco le importaría Inventar él porque había terminado en ese lugar. Escuchó un par de pasos en la planta superior y aunque dudosa se fue colocando de pie dilataba cuanto más podía el tener que verlo, debía que, tenía que enfrentarlo, podía hacerlo.

—Creo que sería bueno empezar con una gravedad veinte veces mayor a la de la tierra…— ¿¡Cómo!? Intento articular alguna palabra y aunque sujeto uno de los escalones, sus brazos pesaron como si un camión cayera sobre sus hombros ¡No! Volvió a caer sobre el suelo, sintiendo el aire escapaba de sus pulmones y sus músculos casi desgarrarse por la presión ejercida hacia el núcleo de la nave.

"!Mierda!"

¿¡Acaso quería matarla!? ¿Se habría dado cuenta de su presencia? Veinte veces la gravedad de la tierra era demasiado para un simple ser humano ¿Estaba loco? No entendía como podía soportar esa clase de entrenamientos, abrió la boca en busca de aire cuando la comisión inicial paso y batallo por no perder la conciencia por la falta de aire y el evidente dolor, Eso no se quedaría así, tan pronto volviera a estabilizarse o esa maldita máquina se apagará, lo golpearía, le estrellaría la cabeza contra la cabina, lo castraría por ser un indolente ¿Es que acaso no se daba cuenta que ella estaba ahí? Se suponía que percibir el Ki era una de sus habilidades ¿Cómo era posible que no la detectara? Sería posible que por su Problema…

"No, No, No"

Se negaba a creer algo así, prefería creerlo un distraído a que su nueva condición la volviera inmune a la percepción de energía, espero recostada en el suelo hasta que la precisión la desmayarse o se acostumbra a ella, una de las dos debía ocurrir y prefería no tener que perder su conciencia al riesgo de dejas de responderle sus funciones básicas, sería peor que la encontrarán allí muerta, trago pesado intentando calmar las sensaciones de su cuerpo y regular su respiración que por ese cambio de gravedad se hacía más difícil, exhaló aire aliviando la opresión en sus pulmones dejando pasar unos cuantos segundos antes de volver a inspirar y así ir acostumbrándose, tenuemente tensaba sus músculos para irlos ejercitando conforme su respiración parecía alivianarse.

Era un trabajo muy duro


Dolía, cada músculo e incluso hueso de su cuerpo dolía, su piel se calentaba a pesar de hacer mínimos movimientos y rogar por que ese cúmulo de peso adicional apenas fuera un mal recuerdo, por segundo entreabrió sus labios y las palpitaciones en sus sienes se relajaron antes de provocarle una migraña.

"Joder"

Exhaló de nuevo, detecto los pasos lentos y pesados en la planta superior que al pasar los minutos tomaban algo de rapidez ¿Cómo podía soportarlo? No era algo que hiciera todos los días, o quizás no antes de morir, sabía del peso extra en su camisetas o sus botas pero hacerlo con toda su más corporal era otro nivel, el mismo se había superado, debía reconocer eso, su dedicación era realmente admirable, si forma de preservar el avance en su cuerpo y el poder para manejarlo a su favor le sorprendía demasiado, quizás nunca debió dejar de lado su entrenamiento, la forma en la que llegó a entrenar antes de casarse podría incluso asemejarse pero después de ello, el deseo de una familia fue superior, dejando ese gusto por el arte marcial de lado, no todo, pero si su gran mayoría, además de su notoria obsesión por el futuro de su pequeño y no creí que eso fuera a cambiar a pesar de todo, incluso le gustaría ser participe pero no sé veía siendo una madre demasiado comprensiva, no en ese momento, Que estafa… podría ayudar en tanto el incluso ser fiel parte de los gustos de su familia, pero no quería quebrar el límite que había sembrando ni tampoco verse como alguien fácil de lidiar, podría sonar tosco en incluso ridículo para otros, debía aceptar que ese leve límite que mantenía le daba un aire de misterio o incluso arrogancia que le gustaba, su carácter lo ameritaba de por sí y por ello se mantenía en medio de esa cuerda floja en la que no quería estar en ninguno de los extremos, a pesar que debía de ser necesario en algunas ocasiones.

—Uhg…— inhaló de nuevo, mucho más fuerte y abriendo sus ojos se sintió casi en otro lugar, otro espacio en medio de esa sala, los golpes pesados ya no irrumpían en sus oídos y sus músculo habían dejado de tensarse ¿Acaso se había desmayado? O su concentración llegó a tal punto que su parte consciente se desconectó de la realidad. Molestaba, esa posición ya le molestaba y aunque sabía que podía dolerle no creía poder soportar más esa misma posición así que se movimiento a su costado izquierdo y la presión volvió sobre si, obligándola a fruncir el ceño y terminar de mover su cuerpo a pesar del evidente dolor que le causaba moverse, hasta podría jurar que sintió sus moverse con ella, era horrorosos—¡Ngh!—exhalo cuando se vio casi bocabajo, empezando a respirar por la boca y con el sudor ya perlando en si frente, era demasiado peso para ella y el calor que parecía encerrarse en ese cubículo la estaba desesperando, era como el infierno, aguanto la respiración y se obligó a moverse un poco más, debía poder acostumbrarse rápidamente o moriría antes de gritarle al Moreno —será… ¡Eterno!…— su voz incluso se había hecho más pesada y no hablar que apenas esas palabras le había quitado todo el aire de sus pulmones.

"¡Vamos! ¡Vamos!"

No sabía si el moreno tenía pensado apagar la maquina y hasta que se diera cuenta de su presencia ya fuese por que bajara a descansar o al baño podría ser en par de horas más adelante y con ello debió poder acoplarse al igual que él, tendría que seguir intentándolo, hasta que pudiera advertir de su presencia, bufo al dejar caer el peso de su cadera un poco más sintiendo unas gotas de sudor resbalar por su cabeza hacia su frente, hasta eso le pesaba. Se obligó a aguantar un poco más en esa posición, igual que al inicio intentando relajar su posición, acostumbrarse al nuevo ángulo y logra soporta tanto peso le fuera posible, dejando pasar el rato y que su cerebro bloqueará cualquier tirón o dolor que esa posición llegará a causarle, debía poder trabajar con ello para hacerlo más soportable y con si fuera poco su brazo izquierdo no tardó en entumecerse y generar punzada en su hombro al queda debajo de su cuerpo

"Mierda"

Deslizó suavemente la extremidad sintiendo como lo que quedaba de suspensión caía y la gravedad arrastraba su rostro contra el suelo causando una no muy grata la fricción en su nariz.

—¡Hmg!—la reacción natural al dolor le ardió en los ojos, enojándola y frustrándola más de lo que ya estaba, olvidó el acostumbra su cuerpo a la posición, olvidó respirar con tranquilidad, olvidó que sus músculos podrías rasgarse, solo quería salir de ahí, su cuerpo tembló cuando jalo cada una de sus extremidades hacia ella, juntando sus piernas para anclar su cadera y así poder acomodar su brazos

"No voy a morir aquí"

Pesaba demasiado a pesar de todo pero no podía rendirse, había dado un gran salto en un posible protocolo para estar en ese tipo de gravedad y no le importaba, el sudor bajo con mayor rapidez, mojando su ropa y formando leves charquitos en el suelo, esperaba que no subiera la grade nuevo, la mataría de verdad y para ello debía de ir a detenerlo, el culpable de que su nariz doliera y de que sus músculos tuvieran calambres.

—Go-ku…— exasperada logro levantarse, cayendo el peso en sus extremidades y exponiendo delgadas venas que parecían querer explotar por la presión, levantó su rostro a pesar del tensor de su cuello y decidió avanzar, prefería ese dolor a perder la piel de las mejillas—¡Mier-da!...

Tramo a tramo fue deslizando su cuerpo, sintiendo los tirones y los evidentes temblores que amenazaban con tirar si cuerpo contra el suelo, sino fuera por qué estaba tan cerca de la escalera seguramente estaría llorando del desespero, los minutos avanzaban y rogaba a Kami-sama por qué su querido esposo no la condenada a morir aplastada, estiró su brazo y a escasos milímetros logro rosar el primer peldaño de la escalera, bufo un poco, pero, para lo que estaba antes eso era una maravilla, un par de minutos mas y logró arrastrar casi todo su cuerpo hacia el metal ayudándose al aferrar sus dedos a esa barra de metal e ir jalando para hacer la tarea algo más fácil a sus piernas, las necesitaba más en la escalera, jadeo, jade muy fuerte y su boca ya se encontraba seca, necesitaría agua pronto, además debía lograr ponerse de pie y esperar que ese cambio de posición no le partiera algún hueso.

La piel de sus manos había enrojecido y el músculo en sus brazos marcarse más, sus dientes se apretaron y el leve jadeo que dio la llevo a estar de rodillas sobre el suelo sin dejar caer el trasero sobre estas, contó hasta tres y subiendo las manos dos peldaños más cerro sus ojos y jalo su cuerpo quedando esta vez de pie y sintiendo como el hueso de su talón parecía abrirse, le dolería arreglar eso, una gota de sudor cayó sobre hombro, su flequillo se había pegado a su frente y sus piernas amenazaban con ceder, no podía enderezarse por completo, sus huesos no lo resistirían, estaba semi agachada, como si fuera a sentarse en el vacío junto a la escalera, si ya se había acoplado un poco sus brazos y dorso, sus piernas apenas estaban empezando, tenía que poder soportar esa posición por lo menos una hora antes de empezar a escalar.

"Maldita sea…"

.

.

.

Si bien habían logrado escapar de Dodoria, el susto que se llevaron después los dejo exhaustos al escapar con mayor prisa, la presencia de Vegeta a sus espaldas los había llevado al filo de su energía, estaban seguros que morirían pero ¿Como es que había llegado has ahí? preciso en ese momento, la única explicación viable que se daban es que ahora podía también sentir la energía de otros seres y el encuentro con Dodoria la había guiado además de que el registras una energía cercano lo mantenía cerca a ellos y no había forma de evitarlo, el pequeño Namek no sabía controlaba muy bien su Ki, estuvo a metros, a escasos pasos de encontrarlos de no ser por una enorme criatura parecida a una ballena que apareció de la nada, justo en uno de los enormes lagos al lado de su escondite, por suerte Vegeta asumió que la fuente de energía que sentía era de ese animal y por ello decidió ir tras aquel regordete hombre rosa, otro golpe de suerte que desaparecía de sus bolsillo, cuando lo sintieron lejos huyeron aún más rápido hasta la cueva en la que Bulma se había ocultado, sin mirar atrás y rogando por no toparse con nadie más en el camino, su aliento se escapó cuando se vieron seguros y el leve sudor en sus frentes demoró su cansancio pero como era de esperar la nula comunicación con su compañera no la hizo estar de muy buen animo recibiéndolos un tanto enojada, reclamando su descuido con ella y el que llegaran si siquiera una de las esferas, estaban en peligro más de lo que imaginaban, la única forma de amainar su genio fue conocer al pequeño niño verde que le hizo embozar una sonrisa y denominar al pequeño como un Mini-Piccoro y así decirles que había logrado una comunicación con su padre y las buenas noticias que había recibido de su parte.

—¡Goku llegará en tan solo seis días! Logro curarse con las semillas del ermitaño, así que su llegaba será antes de lo que esperábamos—no esperarían dos mes ni muchos menos estarían condenados a morir ahí, deberían poder aguantar hasta su llegada y ahí sí poder ejecutar un plan de escape, seguramente en la nave en la que llegaría.

—Q-Que alivio…— la sonrisa relajada del hombre de Gi naranja se hizo contagiosa incluso para el pequeño Gohan, sintiendo ese alivio de saber que pronto tendrían aquellos refuerzos que jamás esperaron recibir o al menos no tan pronto — ahora sí tengo esperanzas.

—Por ahora tenemos que mantenernos ocultos y si encontramos las esferas del dragón restantes aremos tiempos suficiente hasta que Goku llegue.

—Si, esperaremos a mi papá.

—Vengan, les daré algo de comer para que retomen energía…— el gesto de desagrado cruzó el rostro de Krillin, si bien había pasado muchos años desde que no convivía con la peliazul, los años que pasaron juntos tuvo como consiguiente la nada grata sorpresa de su pésimo dote culinario, recibiendo instintivamente unos escalofríos por el seguro dolor de estómago que tendría.

—B-Bueno, Bulma, verás…—repentinamente la sensación de energías que sobresalían del planeta desaparecían una tras otra a un velocidad descomunal, frenando su habla y haciéndole fruncir el ceño— N-No puede —salió de la cueva seguido de los dos pequeños y la Ojiceleste, buscaba la ubicación exacta de esas desapariciones y reconociendo ciertos rasgos de energía, esos malditos…

—¿…Krillin…?— cuestionó el pelinegro, cuando de igual forma al concentrarse un poco percibió esa disminución de seres vivos sobre la planicie— Oh no… ¡Están matando a los Namekuseins!

—¿¡Que!?—un par de pasos en reversa hizo chocar a la chica con la pared de la entrada y apoyarse allí sintiendo sus piernas temblar, quizás los seis días sería demasiado y contando que ella no sabía ocultar su energía podrían encontrarlos rápidamente, estarían muertos para entonces.

—¡Debe ser ese maldito de Vegeta y sus camaradas!— apretó los dedos de sus manos y una gota de sudor se formó sobre su sien y bajo por su mejilla— debió decirles como usar el Ki, de otra forma jama los habrían encontrado…

—Si es así… ¿Puede que ya haya encontrado las esferas faltantes?—las manos de la mujer terminaron sobre su pecho, apretando la tela de su traje.

—Puede ser Bulma, no sabemos si está con ese sujeto, Freezer o si va por su cuenta con algún camarada, no podemos correr el riesgo de fiarnos ahora…—su mandíbula se tenso, impotente, no podría ayudarlos por más que quisiera.

—Si encontramos una de las esferas y la ocultamos no podrán reunirla y nos daría tiempo Krillin…—el radar en las manos de Gohan señalaban como aún habían dos esferas dispersas del resto, eso indicaba que aún podían confiar que con algo más de astucia lograrían detenerlos.

—Si hacemos eso terminarán asesinando a todos los aldeanos hasta encontrarla— Krillin agachó la mirada y apoyo un mano sobre el hombro de Gohan, regalándole un pequeño apretón en consuelo, sabía que la importancia de esa raza radicaba en su maestro

—… dígame ¿Quiénes son ustedes?— la voz del chiquillo Namek corto el molesto silencio que se interpuso en medio— ¿Para que necesitan las esferas? ¿Por qué llegaron aquí?— giraron a verlo y encontrar sus manos pegadas a su pequeño ser estando preso del miedo a pesar de que ellos le habían salvado de morir a manos de ese soldado de color rosa.

—Nosotros… nosotros somos humanos, del planeta tierra…—comento Gohan después de un leve silencio, entre miradas de los dos mayores sin saber cómo responder adecuadamente.

—Nosotros vinimos aquí para poder revivir a unos amigos, que fueron asesinados por ese mismo monstruo que está matando seguramente a los demás aldeanos— afirmó Bulma al dar un par de pasos hacia él y poner una manos sobre su cabeza para así tomar el hilo de la conversación—Sabemos de la existencia de las esferas por qué un Namekusei escapó de su planeta y llego a la tierra convirtiéndose en nuestro Kami-sama al separar toda la maldad de su cuerpo convirtiéndose en un Dios—le sonrió queriéndome trasmitir un poco de confianza en su voz.

—Niño, hace unos meses ese Saiyajin llegó junto a otro a nuestro planeta, mató a nuestro Kami-sama y sin él las esferas de la tierra desaparecieron, por eso llegamos aquí, si lo revivimos, las esferas de allá volverán a existir y así podremos revivir a quienes murieron por esa invasión…—tragaron pesado, dejando que el pequeño comprendiera sus palabras y que a pesar de no conocerse le brindará aunque fuese algo de información que pudiera ayudarlos.

—Conque esa es la razón, si ellos llegaron a la tierra buscando las esferas y con ese Namekusei muerto, con razón buscaron este planeta…—sus brazos se tensaron aún más y con leves lágrimas en su pequeño rostro miro suplicante el hombre calvo— si es verdad que nos están matando a todos por las esferas no tenemos mucho tiempo, déjenme llevarlos con el patriarca, el podrá ayudarnos además que el resguarda una de las esferas del dragón—una pequeños sonrisa de empatía escapó del hombre.

—Puede ser nuestra última oportunidad…— susurro el pelinegro y miro al pequeño resignado, no tenían que otra cosa hacer, si Vegeta o ese tal Freezer se convertían en inmortales destruirían todo lo que quedara en el universo.

—Esta bien, pero tú Gohan te quedas aquí, no tiene caso que vayamos todos, protege a Bulma si llega a pasar algo ¿De acuerdo?— una rápida mirada fue suficiente para recibir un asentimiento de su parte y salir de la cueva, despegando con el pequeño Namek como guía. Un esfuerzo más.

.

.

.

El tiempo había corrido tortuosamente lento y el sudor había ampliado la capa oscura sobre su ropa, el cabello había escapado de su acostumbrado peinado y su brazos amenazaban con ceder al ayudarse a ponerse de pie y estar erguida por primera vez desde que había sido secuestrada por su esposo, Ya podía imaginar su cara al verla, pero para eso primero necesitaba llegar hasta arriba, ¿Cuántos golpes podría darle con ese aumento de gravedad? Aunque fuera uno, con fuerza podría arrojarlo al suelo a pesar de que eso amenazara con romper sus huesos, así puso el primer pie tembloroso sobre el tuvo y ejerció presión en sus manos para poder impulsarse para empezar a escalar ¿Le dolería? primer peldaño y no pudo evitar exhalar cuando se vio sin aire ¿Se zafaría la mano? estaba muy cansada y después se sentir todo ese malestar el racionamiento llego tarde cuando de verdad entendió que debería subir por esa escalera, equilibrio con tanto peso encima de verdad podría matarla está vez, suspiro pesado, sintió el tubo metálico marcarse en la planta de sus pies como si su calzado no fuera lo suficientemente grueso, sus brazos cedieron apenas unos milímetros asustándola al sentir que podría caer de bruces otra vez. No, No, No, No, no pensaba vivir de nuevo ese suplicio.

Un impulso asesino se formó en su vientre entre frustrada, agotada y realmente ofuscada por está allí, con su distraído esposo y el malévolo científico que la condenó a ese sufrimiento, estaba harta, debía desquitarse pronto o explotaría ¿Le rompería la cabeza? alzo su pierna izquierda hacia el peldaño siguiente sin alejar sus manos de el par de barras a las que aún seguía aferrada ¿Podría noquearlo? Bufó cuando un calambre paso por el largo de sus brazos alejándolos uno a uno para subir otro peldaño ¿La esquivaría? Otro cruzó su vientre al ejercer presión y subir otra pierna, Era como si le gritaran que no era capaz de llegar hasta la cima, rechinando sus dientes y siguió avanzando ¿La dejaría padecer ante su falta de agilidad? Alguna parte de su mente la alentaba creando escenarios que ampliaban ese enojo en su interior dándole la capacidad de seguir con esa odisea y prevalecer en su esfuerzo a pesar del dolor y cansancio, casi estaba llegando a su límite.

—Vamos…— se dio un poco de ánimos ignorando como el ruido superior había sigo remplazado por un molesto pitido que se hacía más fuerte a medida que llegaba, Podía ver la luz al final del túnel.

—Goku ¿Cómo has estado?—el chico había estado golpeando el cronómetro que llevaba consigo desde que había empezado el entrenamiento, debía ejercitar cada parte de su cuerpo y por ello llevaba cronometrado su tiempo y la gravedad aumentada 20 veces había sido un excelente comienzo, ahora sus músculos parecían soportar mejor la intensidad de ese entrenamiento y eso le emocionaba, pero en medio de uno de sus ejercicio había empezado a escuchar el pitido, que lo desconcentro totalmente, frenándolo en medio de sus abdominales y forzándolo a buscar el origen del ruido, Tenia solo seis días ¡No debían interrumpirlo! la exposición de una pantalla que salía del techo le sorprendió apenas atinando a curvar una de sus cejas, vio después de unos segundos de estática la cara del padre de su amiga en medio de la pantalla junto a Oolon y Puar jugando tras él, haciéndole muecas divirtiéndolo levemente.

—Estoy bien… ¿Qué sucede profesor?— dejo el pequeño cronómetro sobre el suelo y se irguió frente a la pantalla ¿Por qué interrumpirlo ahora? Aún no terminaba su entrenamiento ni era hora de comer o dormir, aún se sentía con mucha energía.

—Goku, he detectado un daño en la parte externa de la nave, quizás algún meteorito la golpeó, recuerda que estás viajando a varios años luz y cualquier objeto podría dañar la nave antes tanta velocidad…— mostró otra pantalla tras él, donde señalaba el punto exacto del daño— pero lo que más me preocupa es que ese hoyo puede cambiar el rumbo de la nave y perderlos en el espacio, no sería bueno para ustedes dos…

—¿Perdernos? ¿Dos?— su ceño se frunció, no era muy listo con las palabras, pero había aprendido mucho en los años que vivió con Bulma y su esposa, ellas le enseñaron incluso a leer y escribir, aunque no fuera para nada divertido, pero en palabras de Milk, Gohan no merecía tener un padre analfabeta, o algo así, ese día se había enojado mucho con él, solo por decir que el estudio no servía para pelear…— ¿Acaso hay alguien más aquí?—por inercia busco en su periferia y no logró captar más que las pareces blancas de la nave y el timón de mando—no veo a nadie…

—Ah si… Milk está ahí— un bufido y la mano del moreno se agitó hacia el viejo mientras soltaba una amplia carcajada, no era posible, su esposa allí ya lo habría hecho volver a la tierra de ser eso cierto.

—Nah, profesor, estoy solo aquí ¿Ve?— exterior sus brazos y se movió una par de pasos a su derecha dejando acceso a el espacio que tapaba su cuerpo ampliando la sonrisa de su rostro—No diga esas cosas, Milk podría matarme si es así—el mayor afilo su mirada a través de la pantalla, frunció los labios alzando una mano para acariciar su bigote.

—Se que ahí está, ve hacia la escalera que baja a la recámara…

—¿Qué?

—Si, ve hasta allá…—el moreno parpadeo confundió, miro hacia ese hueco en el suelo y con pasos dudosos apenas y se movió medio metros ¿Acaso le estaba jugando una broma? De ser así le había provocado un nudo en el estómago que lo hizo sudar frío, pensando más de dos veces si ir en verdad hasta allá—Mírala, está atrás…— la piel se le erizo, girando por inercia tras de si encontrando un pequeño manojo de pelo asomarse de la plata baja mientras una mano se aferraba al barandal superior y la otra descansaba sobre el suelo, haciendo presión pasar asomar parte del rostro sudado y enrojecido.

—¡Milk!— no supo si correr o quedarse ahí, los pasos que daba apenas y movían antes de volver a retroceder, estaría muerto antes de llegar a Namekusein—N-No puede ser…—chasqueo la lengua y corrió hacia la chica, sin importa que lo asesinara con la mirada o que lo gritara hasta dejarlo sordo ¡Mierda! Ambos temblaban y ninguno supo que decir cuando casi se vieron frente al otro — ¿Pero que…?

—¡A-Apaga esa M-Maldita cosa!— grito como pudo, al subirla la coleta por su cuerpo ¿Qué no pensaba ayudarla? La veía ahí padecer y si quiera le cedió una mano para terminarla de subir.

Goku corrió hacia la máquina de gravedad, apagándola con un golpe a pesar del temblor sobre sus hombros ante el terror que le provocaba la mirada clavada en su espalda, hasta ahora es que se daba cuenta del Ki de su esposa, se había camuflado ante el suyo, estaba muerto, intento decir algo cuando volvió la visitar hacia ella pero había desaparecido, había escapado de su vista y solo supo donde estaba cuando escucho un grito ahogado y golpe seco.

—Se... Cayó…—la mirada preocupada del moreno se sitio al hombre en la pantalla y este algo divertido solo lo alentó a acercarse, Dudaba que le pasara algo peor, le sorprendía ver ese temor en el rostro de aquel hombre, parecían no ser nada falsos los comentarios de su hija hacia cierta pelinegra, llegaba a asustar…

—¿Milk?—trago pesado y a paso lento se fue acercando hacia la escalera, Apenas asomándose en busca de la figura femenil, mas la oscuridad era lo mucho que llegaba a percibir y parte de la escalera descender y desvanecer hacia el fondo, carraspeo aclarando su garganta y bloqueo aún dudoso si de hablarle—¿E-Estas bien?— no obtuvo respuesta, se asomó un poco más y volvió a preguntar agudizando la mirada captando el movimiento de una sombra al fondo—¿M-Milk?

—¿Porque no te diste cuenta de ella?— un simple movimiento de hombros y la mirada confusa no logro darle explicación, a kilómetros sentía pesar y quizás, solo quizás enviarlos juntos sin saberlo había sido una decisión algo apresurada— Al menos tendrán compañía…— una bota púrpura salió disparada desde la planta inferior impactando en la oreja izquierda del moreno.

—¡Ay!...— llevo su mano a la zona mientras retrocedía y se sentaba solo el suelo volviendo la vista hacia la escalera captando de nuevo la figura que se hacía visible frente a él, su cabello estaba alborotado, su ropa húmeda, el rostro enrojecido y su respiración acelerada por el esfuerzo—M-Milk…— la escucho bufar, retrocediendo un poco más dándole espacio para salir perezosamente y dejarse caer sobre el suelo, estaba muerta del cansancio—¿M-Milk?...— su pequeña mano apenas se levantó para hacerlo callar y reposar sobre su rostro sintiendo el aire volver a sus pulmones y el dolor en sus músculos desvanecerá de apoco, alejando los tirones de su tendones y retomando la fuerza que había perdido, lo había dado todo en subir hasta allí y gritarle, ya no tenía fuerza para nada más, solo quería descansar, Ya tendría tiempo de golpearlo, el silencio se apoderó de la nave, incluso los visitantes de profesor guardaron silencio en la espera de una batalla campal televisada, en vivo y en directo, un poco más de cinco minutos hizo que la chica logrará incorporarse a pesar de sentir sus párpados ganarle y amenazarla con dormirse en aquel lugar, su mano izquierda acomodo sus cabellos esta vez correspondiendo a la mirada del moreno, aún sentía las gotas de sudor bajar por su rostro,—Milk…

—No… digas nada…— trago pesado y sus cejas lentamente empezaron a marcar sus ojos, le sirvió ese leve descanso— entre más lo pienso… más quiero golpearte— amenazó con uno de sus dedos y él solo interpuso sus manos intentando soltar una risilla culpable pero no le resultó cuando estiró más su mano hacia él, silenciándolo—¿¡Cómo es posible que no te dieras… cuenta!?— alegó fuerte y el solo pudo esconder su cabeza entre sus hombros— ¡Se supone que sabes… sentir las energías de los de más! ¿¡Qué tan distraído… puedes ser!?—apretó los labios ahogándose sus reclamaciones para evitar la molestia en sus pulmones, aún le costaba respirar, acarició un costado y bufo exasperada.

—Yo, es que…

—¡Shh!— intento quitarse su otra bota pero este rápidamente tomo la otra para intentar taparse del golpe, la reacción de ella le preocupaba, había recibido menos de lo que espera y eso solo lo preocupaba más, se iba a desquitar realmente feo…—¡Por poco muero ahí abajo! —rechino sus dientes y aunque el tono de sus palabras fuera firme no podía permitirse gritar aún, debía de confirmarse en el momento— ¿¡Cómo se te ocurre… subirle a la gravedad de golpe!?—intentaba reunir saliva en su boca para refrescar su garganta, sin aire y con la boca seca no tendría mucho para decir.

—E-Estaba entrenando Milk, tengo que hacerlo y yo no sabía…— la morena arranco la bota de sus manos y se la puso a regañadientes silenciándolo, acomodo su cabello como pudo y soltó el botón que ajustaba su traje en el cuello. Aún no tenía las energías suficiente para golpearlo.

—¿Qué se supone que vamos a hacer ahora?— hablo más suave masajeando sus sienes y estirando su espalda para liberar la tensión, suspirando cuando el crujido llegó a sus oídos.

—Esa es una muy buena pregunta…—una sonrisa socarrona desapareció tan pronto la morena miro la pantalla a unos metros, tenía la sentencia de recibir un buen golpe tan pronto volviera a la tierra, si es que se podía ante la difícil situación narrada por su hija hace poco— pero antes de eso, arreglen la nave y ahí pondremos lo demás sobre ruedas.

—¿Arreglar la nave?— la chica se sobresalto un poco y se puso de pie lentamente sintiendo el cosquilleo en sus músculos casi haciéndola caer—¿¡Qué tiene!?—el moreno se levantó junto a ella, ayudándola a sostenerse al sujetar su brazo.

—Hay una parte de la nave que se dañó y alguno de ustedes dos tendrá que salir a repararlo…— un leve silencio y ambos morenos se miraron, al tiempo que la chica tiraba de su extremidad y negaba rápidamente.

—¡Ni loca! ¿No podemos regresar y usted la repara?—que mejor escusa para volver y reprender a ambos hombres, así se libraba de aquel viaje y después arremetía con el viejo, de seguir así no creí poder trabajarle mucho tiempo.

—No se puede, no les daría tiempo de volver y la nave se destruiría antes de tocar la atmosfera—la negativa fue inmediata y la manos del viejo negaban enérgicamente—y en caso de lograr volver tu viaje muchacho se retrasaría más.

—No, no puedo hacer eso, tengo que llegar a Namekusein.

—Bueno, siendo así sal tu y la reparas…

—P-pero— la mirada del moreno se tornó suplicante y sus manos se juntaron sobre su pecho más ella si quiera le dejo decir una palabra

—Imagina que aún estás aquí solo, como hace cinco minutos y repararla, quiero volver a casa—se alejó de el apenas unos pasos mientras quitaba el sudor de su gente con su pañoleta.

—Pero tu eres mejor arreglando cosas…— camino tras ella cuando la vio huir hacia el asiento del piloto de la nave ¿Qué haría él en medio del espacio?

—Y tu eres experto en ponerte en situación de vida o muerte, esto solo será un abre bocas—se dejó caer en el asiento cuando sus piernas parecieron fallar y sus brazos rogaban por un descanso.

—No te preocupes muchacho, tengo todo lo que necesitas, en la caja de herramientas está lo suficientemente para arreglar hasta diez daños— un leve zumbido y del techo salió un estante, portando un traje espacial amarillo, negro y blanco y una gran variedad de repuestos colocados en fila, volvió a mirarla y ella solo quito la mirada llevándola hacia el ventanal, no tuvo de otra, aunque intentará hablarle ella simplemente lo silenciaba y negaba, el tiempo corría y ella no daba el brazo a torcer, tuvo que ponerse en traje y alistarse a salir al perder esa discusión.

—Ten cuidado donde pones el pegamento o soldadura— le comento desde su posición, escuchándolo salir y ahí sí, quitar el seguro del asiento para poder girarlo 90 mirando de nuevo al monitor y levantó el dedo medio hacia la cámara sorprendiendo al para de visitas y haciendo bufar al hombre mayor, al menos el sabía del porque de su gesto.

—Que madura…

—Que Gracioso…— se levantó aún temblorosa y aprovechando la gravedad normal, bajo por una botella de agua, quitándose la pañoleta de su cuello y dejándola sobre el mesón de la cocina, volvió a subir aún con el desazón de sentirse presa ahí y con pasos mucho más lentos se sentó de nuevo en la silla de pilotaje tomando un gran trago refrescando su garganta, miro el monitos de nuevo, habían un par de condenadas y mandos pero se negaba a entablar alguna conversación con el Viejo, aún costado del timón un par de botones que este tenía estaban brillando en rojo, curvo una ceja y lo oprimió, de inmediato se desplegó una proyección en el ventanal principal y su ubicación se reflejó en un punto blanco movible junto a una amplia línea verde que señalaba la ruta marcada—¡Oh Mierda!—la línea roja por donde el punto blanco se marcaba señalaba la desviación al punto original haciéndola casi escupir un poco de agua y más porque en medio de la pantalla señalaba la colisión con una estrella HZ a pocos minutos de su posición.—¡Anciano!— chisto mientras intentaba mover el curso de la nave y el mensaje de bloqueo salía de la diminuta pantalla que del timón— ¡Anciano! ¡No puedo controlar la nave!— la pantalla se movió de ubicación enfocándola a ella.

—¿Y para qué quieres manejarla? No sabes llegar a Namekusein o ¿Es quieres volver a la tierra?— se burló.

—¡No! ¡Lo que no quiero es morir! ¡La nave se va a estrellar!— le gritó ejerciendo más fuerza intento mover el timón.

—¿Enserio? Déjame ver…—un par de tecleos fue suficiente para que los vellos de su bigote se erizaban—¡Es cierto! ¡Van a morir!

—¡Cállese! ¡Haga algo! —empezando a oprimir los botones que tenía y observo con horror la imagen tintineante en el monitor.

—¡Espera!—el viejo desde su ubicación ingreso comando de reubicación a la nave pero para su sorpresa no parecía responderles, otras de sus pantallas mostraban que el rumbo seguía igual y que no podía hacer más que cederle el control a la morena, el cambio directo podría salvarles la vida, debió hacerlo desde el momento cero, perdió tiempo valioso por interesarte en la reacción de ambos morenos—Espera…—chasqueo la lengua e ingreso un par de claves en su ordenador, desactivando el curso automático de la nave, dándole el acceso manual a la morena rogando porque logrará cambiar el rumbo, si es que no se habían acercado demasiado a la estrella—¡Muévete ahora!—las manos de la joven se aferraron Al timón de la nave, tirando hacia el lado contrario agradeciendo que este se pareciera al control de un Jet, miro de nuevo la imagen en el vidrio y aunque la nave se logró mover el tirón de la nave parecía ser más fuerte, ingreso nuevas coordenadas guiándose por las iniciales esperando que así logrará mover más los motores aunque esperaba no ser un movimiento demasiado brusco, el moreno aún seguía afuera.

Un punto de luz se dejó ver en medio de la pantalla, cruzando la oscuridad del espacio y el tirón de la nave aumento más ¡Joder! Ahí supo que no era un programa más, que aquel punto brillante era su estrella a colacionar, habían sobrepasado el límite de eventos, estaban destinados a morir sino lograban alejarse, la cantidad de masa era cincuenta vez mayor al de la tierra y por ello su nave no podía darle batalla

—¡Maldita sea! Dígale a Goku ¡Nos estrellaremos sino hacemos algo!—a cada segundo la luz acrecentaba y le deslumbraba los ojos, el molesto calor que emanaba subir de grado al absorberlos cada segundos, no imaginaba que pasaría si el moreno estuviera aquí solo a manos del viejo científico, era un peligro.

Sus manos aún seguían aferradas al timón y podría jurar que al estar al límite de donde podrían sobrevivir el calor ya lastimaba sus mejillas un grito lejano llegó por medio de los parlantes y el movimiento brusco de la nave al frenar desencajo algunas pesas haciendo temblar el suelo de la nave congelándolos sólo unas milésimas de segundos antes de alejarse tan rápido como se habían acercado, dejando una pequeña estela azulada en el manto negro del exterior ¿Cómo es que había logrado eso? ¿Sería acaso una de sus técnicas? Debía de ser realmente poderosa como para alejar una nave de ese tamaño de la succión gravitacional de aquella estrella, se sentía realmente impresionada y aunque siguiera expectante con las manos aferradas al timón hasta que el punto dorado desapareció del cristal y las máquinas respondieran con un pequeño letrero de color verde en la pequeña pantalla.

—…Dios…—soltó el aire que había guardado y a pesar del adormecimiento de sus músculos logro guiarlos con los caminos marcados cambiando la coordenada posicional por la original, retomando el rumbo que habían perdido, ahora sí que estaba exhausta, mental como física, demasiada emoción por ese día, pocos minutos pasaron y la leve pausa por poco la arrullaba de no ser por los pasos dentro de la cabina sin contar del molesto pitido de aquel estante. Aclaró su garganta enfocándose aún más en el curso de la nave.

—¡Por poco y no la libramos!— comento burlón el pelinegro terminando de quitarse el traje espacial y dejándolo de donde lo había tomado— casi me quemo…— se acercó a ella y la miro tras el respaldo de la silla, observando sus leves movimiento y como al parecer no quería hablar de la situación o alimentos comentarlo—¿Qué estás haciendo?— la chica termino de teclear antes de sentir como el control volvía a retomarlo el Dr. Brief, soltó un suspiro y aunque seguía cansada se giró a verlo con el ceño fruncido. Ya le parecía ser un gesto normal.

—Eh…—Se relamió los labios dejándose caer contra el respaldar de la silla, le miro un poco mas intentando averiguar cómo en aquellas situaciones podía ingeniárselas tan bien, era muy recursivo ahora que lo analizaba— estuvo… bien, no pensé que pudieras hacer eso…

—Ah, eso, bueno, no se, no se me ocurrió hacer otra cosa —Sonrió de nuevo pero el monitor volvió a interrumpirlos, el Kame Hame Ha era de sus técnicas más utilizadas y el poder ejercerla en medio del espacio para salvar sus vidas lo hacía apreciarla mucho más, le agradecía al Maestro Roshi habérsela enseñado.

—Que bueno que retomaron el curso, por poco no la cuentan, deben estar atentos a todo su trayecto, si por alguna razón yo lo pierdo—estaba nervioso, no solo por haberse distraído sino por sentir el peso que cargaba en sus manos al guiarlos hacia aquel planeta, no llevaban mucho de haberte salió de la tierra y ya habían tenido que pasar por eso ¿Su hija lo habría pasado peor? No le había contando mucho de lo que vivió afuera pero ya lo suponía, era un trabajo exhaustivo y eso le provocaba sudar a pesar de no ejercer fuerza física, tuvo que conseguir un paño para limpiar el sudor de su mejilla y pedir a su secretaria algo refrescante para beber— ¿Ya soltarse el mando Milk?

—Si, ya redirigir el rumbo, pero revíselo, no sé si este correcto…—no quería ser la culpable que perder el rumbo de nuevo, el viaje por los espacios aún era demasiado nuevo para ellos y prefería dejarlo a los cerebritos.

—Oh, está bien, por lo pronto, quiero que se lleven bien, estar en ese planeta no será fácil, los llamaré luego—Milk desvío la mirada y bufo ignorándolo, como si ellos apenas se conocieran… totalmente ridículo su comentario ¡Eran esposo! podían soportarlo, era cómo reiniciar su relación después de casarse, es más, sería aún más fácil con el enfoque del moreno a entrenar. Aunque… ¿Qué quería decir con que no sería fácil? ¿El planeta era tan inhóspito que la simple vida humana correría peligro? ¿Era eso?

—E-Espere— sus palabras llegaron tarde cuando quiso cuestionarlo, tenso la mandíbula y miro de vuelta al moreno con el viejo Brief desconectó la llamada—¿A que se estaba refiriendo?— se levanto del asiento y encaró al moreno y supo ahí que algo no estaba bien, su rostro se había vuelto serio y su ceño se frunció—¿Esta pasando algo que yo no sepa…?—se mantuvo en silencio, sus puños se apretaron y su rostro intento bloquear la mirada de la joven, se supo que nía que ella no debía de preocuparse, que estaría molesta, pero a salvo en la tierra, esperando noticias, no estuviera en medio de un viaje peligros a Namekusein.

—Milk, creo que debí decírtelo antes…— respondió su mirada y espero que su reacción llegará a ser casi igual de tranquila a la de hace unos minutos atrás, pero el tener en la ecuación a su hijo no le garantizaba nada— son los muchachos… están en peligro.

XxXxXxXxX

Y, hasta aquí, Espero que el lemon (vendí mi alma) allá sido de su agrado, no se porque pero no los veo muy… fogosos, quizás por qué Goku llega a ser muy, inocente y ella, bueno, algo cerrada en ese tema, creo, no sé que piensen ustedes.

Además de que entra uno de los cambios más representativos en este Fic, el que Milk no sea la madre preocupada y escandalosa esperando a ver qué pasará en Namek, odie verla tan desespera y no me malinterpreten, lo entiendo, solo que creí que en esa parte ella en verdad viajaría al planeta no que estaría teniendo traba detrás de otra traba, (ojo que esta palabra en mi país significa otra cosa xD)

Creo que es el lugar donde debe quebrarse esa falta de participación, donde se le vea más lo que fue que lo que ahora representa, pienso que no es una mala idea y claro, que su carácter de kk se desarrolle aún más. Espero desenvolverme bien en este punto, siendo que la saga de Freezer es una de las más largas, así que espero abarcar el tema completamente pero enfocándome en ella, yo, espero que les guste realmente y como comenté en mis redes, tengo problemas con el método de escritura porqué tanto Tablet como computadora ahora valen chicharrón, se dañaron y sin empleo, bueno, no hay como producir más rápido, mi celular tampoco es que colabore, pero seguiré intentando traerles mis escritos.

Espero leerlos en los comentarios, no olviden seguirme en mis redes, gracias. Bye.

Mika-Chan

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top