Déjà vu

Estoy súper aburrida, paseando en el columpio de mi casa. Balanceándome de adelante hacia atrás casi por inercia.

Mi rubia prima viene corriendo alegremente. A ella no la recuerdo desde mis trece años atrás, pero de los trece en adelante, se ha convertido en mi hermana. Perdí la memoria debido a un accidente, obviamente no lo recuerdo pero mis padres han estado ahí desde siempre. Dicen que me caí de las escaleras o algo así.
Hace tres años Cecilia vive con nosotros, sus padres la mandaron para que mi madre le de una terapia intensa, pero con ella no hay solución.

-Jack dice que hoy viene su primo -dice entusiasmada.

A Jack conocí hace tres años cuando volví de estudiar la Universidad en Italia. Sus tíos se hicieron amigos de mis padres en el tiempo que estuve fuera del país, por eso lo conozco. Es un chico muy agradable, y bastante divertido. Pero se lleva mal con Cecilia, bueno tienen sus momentos. Ambos son tal para cual.

-¿Y es guapo? -pregunto en son de broma.

-No lo sé, espero que sí -sonríe pícara-. También espero que sea bueno y no como el zoquete de Jack.

-Ay Cecilia Cecila, tiene la misma enfermedad mental que tú -la molesto.

-Eso no es cierto.

-Sí, por eso tus padres te enviaron aquí.

-Ellos exageran.

-Comiste comida de perro.

-No fue exactamente así, lo hice por "Nuez". -Su mascota que adora-. No quería comer, supuse que su alimento estaba feo, así que lo probé y estaba rico, más rico que nuestra comida, así que decidí comer esa sabrosa comida.

-Eres una asquerosa, comiste comida de perro por una semana. -Hago una mueca de asco.

-Exageras igual que mis padres, no sé porqué insisten que estoy loca.

-Serían los locos ellos si pensaran que no lo estás.

En realidad ella lo hace para llamar su atención. Parece una niña por actuar de esa manera, pero no encuentra algo más divertido que fastidiar a sus padres. Ellos han vivido siempre ocupados en sus quéhaceres y jamás le han prestado suficiente atención.

-Malvada. -Entrecierra los ojos-. Por cierto Juliet ¿hoy no recogías tus óleos del aeropuerto?

- ¡Es verdad, casi lo olvido! -Golpeo mi cabeza.

Salgo volando, y voy en taxi en dirección al aeropuerto.

Amo pintar, no sé desde cuándo empecé a amarlo tanto, pero es uno de mis mejores pasatiempos.

Tardan un promedio de media hora en entregarme mis amadas pinturas. Todas están en una caja, las alzo con cuidado pero la caja se desfonda y caen todos por el suelo, las recojo rápidamente y como sea las acomodo en mis cortos brazos, formando dos torres que tapan mi vista. Camino lentamente, sólo quiero llegar al taxi.
De rato en rato veo el camino y avanzo a tientas, doy unos pasos más y siento un fuerte golpe, creo que choqué con alguien. Mis pinturas caen todas al suelo.

-¿Eres ciega? -Se altera el joven al que manché. Su saco y camisa blanca está embarrada de pintura roja.

Es alto e intimidante.

-Oh lo siento. -Me acerco a él y froto la mancha intentando limpiarla pero la extiendo más-. Oh, oh de verdad lo siento. -Retrocedo cubriédome la boca.

-A parte de ciega eres tonta -dice con desprecio provocando mi ira.

-¿Quién fue el ciego? ¿acaso no fuiste tú? ¡Yo no podía ver porque estaba con las pinturas, pero tú pudiste evitar chocar conmigo! -grito molesta.

La gente que pasa a nuestro al rededor nos queda mirando.

-Es decir, caminas deliberadamente, sin percatarte a quien puedes lastimar, ¿los demás deben apartarse cuando pasas? -Sonríe sardónico.

Esa sonrisa la he visto en alguien en alguna parte pero no sé en quién.
Me incorporo para seguir con la discusión.

-¡Al menos pueden apartarse!, ¿o acaso querías chocarte conmigo? Claro eso es, es un plan ya me imaginaba, ¿soy bonita no? -Es mi única salida escape.

-¿De qué diablos hablas? -Frunce el ceño.

-Lo sé, me viste y quisiste ligar conmigo. Por eso chocaste a propósito, para luego disculparte y decir "ti inviti i quimir quimi disquilpis" -hago un tonito extremadamdnte agudo y cara ridícula.

-No puedo creerlo. -Se estruja el rostro-. O me estás tomando el pelo, o estás demente. Me quedo con lo último. -Hace el ademán de irse.

-¿A quién le has dicho demente?, ¡oye idióta! -Se va y me deja con ganas de pelear.

Sujeto fastidioso, no sé pero siento que esto ya lo he pasado antes, es algo como...¿un déjà vu?

THIAGO.

Vaya manera de retornar a mi país, esto me faltaba.
Tomo el taxi y voy echando humo a mi casa, toco el timbre, y mi madre abre.

-¡Thiago! -Corre abrazarme-. ¿Porqué no dijiste que venías? -Se fija en mi ropa- ¿Qué te pasó?, Estás lastimado cariño?

-Estoy bien, es sólo pintura. Subiré a mi habitación.

-De acuerdo, hijo.

La casa no ha cambiado mucho. Siento algo extraño al entrar en ella. Esta casa también me recuerda a ella. Subo por las escaleras mientras me quito el abrigo.

Entro a mi habitación y como era de esperar Jack está ahí.

-¿Pero que te pasó? -Se fija en mi ropa poniéndose de pie.

-Una mujer me derramó esto - señalo la pintura.

-Siempre metiéndote en problemas. T tienes una forma muy peculiar en conocer a la gente. -Me da un rápido abrazo-. ¿Recuerdas cuando conociste a Jessy? Te lanzó un tomate.

-Si lo recuerdo -respondo melancólico, sin evitar sonreír. Recordarla hace que mejore mi humor.

-Quien sabe y la que te ensució con pintura, es el amor de tu vida. -Hace un corazón con las manos. El no ha cambiado nada, absolutamente nada.

-Deja de hablar tonteras, no quiero volver a ver a esa loca nunca más.

-¿Era bonita? -Bufo sacándome también la camisa. El no tiene remedio.

-¿Es lo único que te importa? -digo abrumado-. ¿Ya tienes novia? - Cambio de tema.

-Humm... no, pero pronto lo tendré.

Es raro. El siempre ha tenido chicas a su alrededor. Creo que salió con alguna de ellas, pero no por mucho tiempo, no como para tomarla en serio. No es el caso conmigo. Nadie es ella...

-¿Ah sí?, ¿y eso porqué?, ¿hay alguien que te gusta? -pregunto curioso.

-Digamos que sí, es una amiga de la familia, ¿sabes? -Se sienta sobre la cama pasándose los dedos por su negro cabello-. Ella me recuerda a Jessy .

Su comentario me agobia. Es fuera de lugar.

-Nadie es igual a Jessy. -Lo miro fijamente.

-Sigues pensando en ella. -Se pone serio-. Ella ya no está, lamentablemente murió, y debes superarla. -Se pone de pie. Es unos centímetros más bajo que yo-. Ha pasado demasiados años desde su muerte y sigues viviendo en el pasado, eres como un alma en pena sin vida, no sales, no quieres conocer chicas, ¿piensas guardarle luto por siempre?

Una punzada azota mi pecho.

-Ese es mi problema, no el tuyo. -Me meto a la ducha. No tengo ganas de discutir por lo mismo.

Le escucho gruñir.

JULIET

Llego a mi casa hecha un demonio.

- ¿Ocurrió algo malo? -pregunta mi padre curioso.

-Sí. -Me tiro al mueble boca abajo-. Un sujeto fastidioso chocó conmigo, cayeron mis pinturas y encima me llamó loca -digo en un tono dramático.

Siento a papá sentarse junto a mí.
Desde mis trece años es mi héroe. Lo amo tanto como a mamá, pero siento una conexión especial con él.

-Mi pobre princesita. -Acaricia mi cabello-. ¿Debería ir a golpear al sujeto?

Me giro para verlo.

-No, mejor cuéntame un cuentito -hablo como niña.

-¿No estás muy grande para eso? -Golpea mi frente.

-No importa, tus cuentos son los mejores.

-De acuerdo -empieza a contarme la historia que he escuchado por años. Me recuesto en su regazo y pienso en lo maravillosa que es mi familia. En seguida llega mamá.

-Juliet. -Se ve un poco tensa-. Tengo que hablar contigo querida.

-¿Qué ocurre mamá? -Me incorporo. Papá también se ve preocupado.

--Juliet, tienes que casarte -habla atropelladamente.

-¿Qué? -preguntamos papá y yo en coro.

THIAGO

Saludo a papá que recién llega. Lo noto cansado, y pálido, algo no anda bien con él. Mamá me llama a la cocina, se ve muy seria.

-Hijo hay algo que debes saber -hace una pausa-. La empresa está a punto de quebrar, sino hacemos algo rápido nos iremos a la quiebra, debemos conseguir muchos inversionistas, estamos perdiendo muchas acciones y si no hacemos algo, todo lo construido en años se perderá.

No esperaba que dijeran eso, ¿cuando sucedió? Al parecer estando lejos del país no solo estaba lejos de mis recuerdos, sino también de los problemas de mi familia.

-¿Qué es lo que debo hacer?

Tarda unos minutos en responder.

-Hijo, debes casarte -lo suelta de golpe.

-¿Qué?, ¿casarme?

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