Capitulo 13
Feliz año nuevo, aquí aún faltan unas horas pero sé que en muchos lugares ya lo están celebrando así hora arriba , hora abajo feliz año nuevo bbs!!!
Capitulo 13
Empezar a trabajar en un bar no fue tan fácil como Jin esperaba. Su jefe , un individuo hiperactivo y en constante estado de estrés, solía gritarle cada vez que se equivocaba , tardaba demasiado en lograr acercarse a la cafetera o se le caía algun vaso. Daba igual cuantas veces se lo repitieran, siempre fallaba en algún detalle. Le ponía leche a un café solo o nata a una tortita que habían pedido específicamente con chocolate.
Para colmo el bar solía llenarse de alumnos y profesores del campus de artes en el que estudiaba su amigo. Jin comprobó en ese instante que muchos de los bailarines portaban un ego realmente grande a sus espaldas, al menos aquellos que se formaban en danza clásica, fácilmente lograban que las personas bajasen la mirada avergonzados con solo una palabra. Su hermano no se les parecía en nada.
“Quizás influya que Jimin lo aprendió todo solo mientras que ellos presumen de proceder de familias de artistas” – pensó Jin tras observar como hasta su propio jefe se acongojaba ante los muchachos de la Academia.
Jimin le hablo acerca de ello muchas veces pero nunca llego a pensar que pudiera ser tan exagerado. No se trataba solo de chicos con gran nivel de egocentrismo si no también de sujetos crueles y despreciadores del trabajo de los que consideraban menos importantes.
-Tú – hablo una de las chicas que vestía unas mayas de un color carne a conjunto con un vestido corto negro. Desprendía elegancia hasta el momento en que abrió la boca - ¿Seras lo suficientemente inteligente como para acordarte de lo que hemos pedido? - Jin asintió, había aprendido que contestarles mal solo derivaba en su jefe gritándole – Pues mueve el culo. A diferencia de ti nosotros no nos pasamos el día vagueando.
No. Por supuesto ellos ensayaban durante horas pero eso no los hacía mejores o superiores en ningún aspecto.
-Dos cafés solos, tres cafés con leche sin azúcar y un agua del tiempo – leyó en alto la comanda dirigiéndose a su compañero. Este poso sobre la barra poco a poco lo que Jin había mencionado y le regalo una sonrisa recordando sus primeros días en la hostelería. – Gracias.
Seokjin entrego por primera vez bien en todo lo que llevaba de tarde el pedido. Sonrió para el mismo sintiéndose más animado. Poco a poco estaba aprendiendo aunque aun le faltasen muchos nombres de bebidas alcohólicas por memorizar.
Sus manos cada vez se movían mas rápido, ya fuese apuntando comandas, sirviendo pedidos o limpiando mesas. Al final de la tarde ni siquiera necesitaba sujetar la bandeja con dos manos pues con un poco de confianza en si mismo logro descubrir que era incluso más fácil mantener el equilibrio de lo que sostenía con una mano en el centro de la bandeja en lugar de con dos a los lados.
-¿Necesita que haga algo más? - su jefe levanto la cabeza y aunque no le sonrió parecía más relajado que cuando Jin se presento para el puesto de camarero que necesitaban. Estaba a prueba pero le pagarían y a la vez lograría aprender a desenvolverse.
-Esta bien por hoy Seokjin. Mañana te daré un uniforme y hablaremos de tu horario. Si decides trabajar durante las noches el sueldo por supuesto se incrementara pero debo avisarte de que si esos chicos – su mano se alzo señalando la cristalera a través de la que se podía ver el campus de artes – son insoportables durante la tarde no puedes llegar a imaginártelos de noche. Cuando hay demasiada gente como para atender sus pedidos al instante.
-No entiendo su actitud – bufo Jin sintiendo aun la camiseta mojada del café que un coreógrafo le tiro encima argumentando que había sido un accidente. Esas personas no soportaban el más mínimo error, eran perfeccionistas en extremo - ¿No son todos así cierto? Necesito pensar que alguien que decide estudiar para algo tan bonito como la danza tiene los sentimientos que se empeñan en mostrar sobre un escenario.
Su jefe dejo escapar una carcajada mientras pasaba un trapo mojado sobre la barra haciendo ahínco incluso en sitios donde las manchas eran del todo imperceptibles para los ojos de Jin.
-Eres joven muchacho. No te culpo por intentar creer en que la humanidad puede ser buena.
-Simplemente no creo que todos sean tan…. Egocéntricos – respondió Jin tomando una bayeta por decisión propia y comenzando a ayudar a su jefe.
-Supongo que no todos son así pero la gran mayoría de los que pisan mi local sí. Están demasiado centrados en la idea de que lograran triunfar mientras que las personas como tu y yo nos quedaremos sirviendo mesas o limpiando sus desperdicios por el resto de nuestros días. Por alguna razón creen que eso es una buena escusa para tratarnos mal, ellos solo consideran su trabajo. Ensayar durante horas, dietas que cualquier medico tacharía de insanas… les da igual lo que tengan que hacer para conseguir sus sueños. Así que quiero pensar que cuando nos ven a nosotros resignándonos a lo que la vida nos ha dado sin mirar más arriba o al menos al frente nos ven débiles y por lo tanto inferiores.
Jin se quedo callado durante casi cinco minutos. Limpiando la barra y pensando en lo que el hombre dijo. Ciertamente el se rendía antes de empezar a soñar siquiera mientras que esos bailarines que lo trataron mal se pasaban la vida corriendo tras su meta.
-Vaya tontería – hablo finalmente. Su jefe lo miro confundido pues el transcurso entre sus ultimas palabras y la respuesta del fatalista fue demasiado largo como para lograr asociar conceptos – Lo de que puede que nos vean inferiores porque mientras que ellos se pasan la vida sacrificando cosas nosotros nos resignamos… ellos no puede saber como somos, como es nuestra vida, las circunstancias que nos han traído hasta este lugar y este momento.
El hombre le dio la espalda a Jin y tras acercarse a la caja para contar el dinero que le correspondía por una tarde de trabajo se acerco a él y deposito la cantidad sobre la mano del chico. Miro a su alrededor sintiéndose en el lugar correcto, observo su local, las imágenes de bailarines colgando en cuadros de las paredes de piedra, las firmas de multitud de artistas en el libro de visitas de la entrada. Las mesas de madera negra junto a las lámparas con bombillas de tonos anaranjados y la chimenea en la que un pequeño fuego calentaba todo el lugar. Un pequeño fragmento de hogar… el trabajo de toda su vida y aun no se había encontrado ni una sola persona que lo apreciase. Todos aspiran a algo más grande que regir un bar de dos pisos siendo uno de estos una bodega que más tarde se transformo en discoteca buscando la manera de obtener dinero para saldar deudas. Después , miro a Jin directamente a los ojos y dijo las palabras más sinceras que encontró en mucho tiempo.
-Este era mi sueño Seokjin, no era un gran sueño pero por alguna razón siempre quise ser el hombre que le arregla el día a quien entra por la puerta buscando un sitio agradable y un buen café bombón. Es probable que mi sueño no sea exactamente igual a como pensaba que sería, tampoco tengo clientes que me sonrían cuando les preparo platillos con mis manjares preferidos… pero al menos luche por lo que quería y obtuve lo más parecido a un sueño que mi sudor y mis manos me pudieron dar. -hizo una pausa para respirar profundamente - Eres joven. Dudo que tu sueño sea pasarte la vida sirviendo mesas como lo fue el mío durante un tiempo. Esfuérzate. Siempre le digo a los jóvenes que vienen a trabajar aquí para ahorrar que quiero verlos volver por esa puerta convertidos en lo que siempre quisieron ser. Te diré lo mismo a ti Jin, no sé que es lo que quieres pero debes trabajar en ello sin importar cuan difícil sea el camino como hacen esos bailarines. Con o sin ego. Yo puedo ayudarte dándote un sueldo medianamente digno mientras trabajes con diligencia y sin vaguedad pero el resto depende de ti. No hay destino en esta vida. El futuro es tuyo, tu decides que hacer para obtener un resultado u otro. Eres tú propio póker, decide cuando usarlo.
Algo se atravesó en el pecho de Jin cuando las ganas de llorar se acumularon en su garganta. ¿Dónde estaban sus sueños? ¿Y su voz? ¿Dónde quedaron todas esas fantasías que abandono cuando el camino comenzó a hacerse demasiado largo, tosco e incierto? Jin se giro cuando las hierbas se hicieron muy altas dificultándole el paso y abandono la energía para seguir adelante. ¿Dónde estaba ahora esa persona que soñaba con que el mundo escuchara sus palabras tras una pantalla de cine? Un sueño absurdo dirían algunos pero no sería la primera persona o la última en lograrlo. Su mente estaba tan empeñada en que nada bueno podría sucederle que su talento se desperdiciaba entre las paredes del departamento lleno de humedades que él y Jimin compartían.
-Gracias por todo – Jin no respondió a las palabras que el anciano dijo. No porque no quisiera si no porque le avergonzaba reconocer que el había abandonado su mayor sueño por lo que los demás decían. Por los insultos hacia su sexualidad, por las amenazas, por miedo… por cobardía.
Cuando salió del local el frío lo envolvió en un abrazo que le resultaba cálido. Las calles se teñían de colores invernales , atrás quedaban las flojas ropas veraniegas o las coloridas prendas.
Jin cruzo su abrigo sobre su torso permitiéndose un segundo para esconder la nariz en la agradable lana. Amaba cada sensación que el entorno creado por el mes de Noviembre le provocaba y deseaba que pronto llegara Diciembre. No por la navidad o los regalos. Lo deseaba por el granizo, la nieve, las manos rojas tiritando dentro de los bolsillos de los holgados abrigos, la nariz helada, las venas marcadas en la piel blanca, el tiritar de los dientes, la cara congelada, los pies húmedos dentro de las botas que pisaban charcas continuamente incluso mientras intentaba esquivarlas… el llegar a casa y que la calor del fingido hogar que su hermano y el habían creado lo acogiera sin su permiso. Los anocheceres tempranos. Las colchas pesadas. Los calcetines gordos de andar por casa. Los chocolates calientes. El vapor creando figuras ilegibles cuando la respiración que salía de su boca hacía contacto con el frío. El envolver sus manos alrededor de una taza caliente. Y porque no las calles orladas, el decir detestar la Navidad pero perderse en los mil colores de las luces alumbrando hasta el más olvidado callejón y escaparate como si todo se tiñera de un brillo nuevo dando una pausa a la oscuridad de los barrios pobres de las ciudades. Jin amaba el invierno porque pocas personas apreciaban su belleza. Y a veces las cosas más bellas son también las mas despreciadas e ignoradas.
Jin amaba por general todo lo que los demás apartaban.
Su teléfono sonó en su bolsillo interrumpiendo sus pensamientos y haciendo que se estremeciera al leer el nombre de Namjoon en la pantalla. Se animo a olvidar el sentimiento de abandono que el chico le había causado la anterior noche pues jamás se prometieron nada el uno al otro tras el momento en que creció en Jin la semilla sembrada por el deseo carnal.
-¿Jin? - la voz de Namjoon sonaba agitada. Seokjin hizo un leve sonido para animar al chico a seguir hablando – Joder que frío hace – una sonrisa decoraba la cara de Jin sin que este lo notara. Sus ojos observaban el cielo encapotado – Bueno… solo me preguntaba si te apetece hacer algo hoy.
-¿Qué quieres que hagamos Namjoon? - pregunto esta vez si consciente de la sonrisa picara en su cara.
-Si lo dejases en mis manos podríamos hacer de todo Jin pero creo que te asustaría saber hasta que niveles puede llegar mi mente.
-Entonces permíteme estar en tus manos solo por esta noche – Namjoon sintió como algo atacaba su pecho tras las palabras del fatalista. Un latido. Fuerte. Acompasado. A la vez sereno pero intenso. Sin pasar desapercibido.
-No sabes lo que acabas de hacer principe. Ahora ya no hay vuelta atrás.
(***)
“Shut your mouth and run me like a river” (play a la canción de multimedia para una plena experiencia, River de Bishop)
El viento chocaba contra su cara mientras Namjoon rodeaba su cintura y posaba un beso tibio en su nuca. Protesto cuando este se aparto. Un paso en falso y se precipitaría al vacío pero el sentimiento era muy diferente del miedo. El cuerpo de Jin estaba encendido, temblaba en parte por el frío al que se añadía la lluvia que serpenteando la oscura noche se posaba sobre ellos y en parte por la nueva sensación de verse al borde. Justo en el limite.
Namjoon sentía ganas de probar al muchacho. En cuanto lo recogió cerca del campus de arte le vendo los ojos. Le sorprendió que no protestara , sin embargo Jin lo había repetido en el transcurso en coche hasta donde se encontraban ahora. Esa noche estaba en su manos, a su merced.
Se encontraban en una montaña poco frecuentada por las personas que por normal general querían mantenerse con vida. Una formación rocosa llena de picos escarpados ,caminos que se bifurcaban ,dividían y confundían. Desde allí se podían apreciar las luces de la ciudad tintineando como pequeñas luciérnagas en el aire.
Namjoon dio una vuelta alrededor de Seokjin mordiéndose el labio inferior al notar la respiración acelerada del chico. Lo enfoco con la linterna, le había echo creer que se encontraba al limite de un precipicio y aunque bien cierto era que con menos de quince pasos ambos caerían al vacío no fue tan estúpido como para posicionar a Jin tan cerca del abismo. Era extrañamente atractivo verlo así, agitado y necesitando su ayuda más que cualquier otra cosa. La boca abierta con los carnosos labios rosas humedecidos, su manzana de Adam marcando el bulto de su garganta en cada respiración agitada... Sus manos temblorosas.
-¿Estas nervioso? - Jin asintió rápidamente con la cabeza, tragando con fuerza y haciendo que Namjoon clavase la vista en su cuello una vez más , ensimismado en esa zona- ¿Tienes miedo? - esta vez negó.
Namjoon se acerco más y poso una mano sobre la espalda del chico. Le quito el abrigo antes de pasear sus dedos desde la nuca de Jin hasta la mitad de la espalda del mismo. Los tembleques aumentaban.
-¿Tienes frío Jin?
-Me gusta el frío Nam. – respondio intentando concentrarse en los dedos del chico suicida sobre la extensión de su espalda. Pellizcaba de vez en cuando su piel sin apretar demasiado logrando que su pulso se acelerara con cada toque.
Namjoon disfrutaba de la amplia espalda de Seokjin, recordó con detalle la noche en Habibi , la manera en que Jin se movía contra el buscando profundidad en el sexo, arqueando su torso mientras las suplicas se escapaban de sus labios en un tono tan sucio y ronco que lo hizo darle a la primera cada una de las cosas que pidió.
Masajeo sus hombros y una vez más beso la piel de la nuca del fatalista, algo que se le antojaba del todo atractivo. Se movió después de eso posicionándose en frente de Jin, las rodillas contra el suelo, los charcos calando la tela de sus pantalones.
Sobo la entrepierna de Seok con las manos logrando obtener en él la confusión y excitación que buscaba.
-¿Cómo te sientes ahora Jin? - Namjoon volvió a morderse su labio atento a cada movimiento del chico.
Lo único que iluminaba sus actos eran los faros del coche y la pequeña linterna que había posado en el suelo unos segundos atrás. Siguió sobando la entrepierna de Jin moviéndose hacía la masculinidad del chico, que ahora dejaba escapar pequeños gemidos.
-No.. No sé como me siento.
Namjoon apretó el bulto que empezaba a crecer en los pantalones del fatalista logrando un nuevo gemido de su parte. Esta vez más fuerte que el anterior.
-Estoy excitado – se corrigió Jin – pero no logro comprender porque en esta situación estoy pensando en sexo en lugar de en los muchos peligros que nos rodean. Me gusta y sin embargo quiero salir de aquí. Es estraño porque aunque pueda no me iré.
-Buena respuesta – hablo Namjoon complacido. Sabía que Jin estaba excitado. Lo percibía por su respiración agitada, los casi silenciosos gemidos y la manera en la que el mismo se movía contra su mano cuando Namjoon paraba de frotar. – Creo que mereces un premio por no entrar en pánico.
Con las manos atontadas por las bajas temperaturas Namjoon tardo un poco más de lo previsto en bajar los vaqueros ajustados y los boxer que portaba Jin.
Acaricio lentamente la extensión del pene del fatalista poniendo especial atención a los gestos de su cara y oído a los gemidos que se escabullían de sus labios.
-Nam… - Jin intento poner su mano sobre la de Namjoon para aumentar la velocidad con la que este lo tocaba – Más rápido.
Namjoon sonrió y le aparto la mano siguiendo con el ritmo lento que lograba que Jin se entusiasmara. Movía su mano por toda la extensión poniendo especial interés en el glande.
-¿Quieres que te la chupe Jin? Te gusta dominar pero ahora parece que te derretirás ante cualquier cosa que haga.
-Ha. ..Hazlo. Chúpamela.
Namjoon dejo escapar una pequeña carcajada y accedió a la petición de Jin. En sus planes no se encontraba hincarse de rodillas para darle sexo oral pero en cuanto lo vio ahí de pie con los ojos vendados y el rostro extasiado la idea cruzo rápido su cabeza.
Jin intentaba evitar los gemidos sin embargo a medida que la boca caliente de Namjoon rodeaba su masculinidad chupando, succionando y lamiendo su boca tomaba un camino propio dejando escapar cada uno de los sonidos de placer que se acumulaban en su garganta. Cada gemido se repetía con el eco que el lugar les regalaba.
¿Dónde quedo el prometerse a si mismo que no volvería a tener sexo con Namjoon para no acabar prendado del muchacho? Ahora estaba de pie en algun lugar de una montaña con la lluvia y el frío atacando su cuerpo mientras una calor demasiado placentera se instalaba en sus partes bajas.
-Nam me… me corro – las palabras salieron a trompicones de su boca. Estaba exhausto sin haber echo nada. Sensible por los simples movimientos de su chico suicida.
Namjoon aumento la presión sobre el miembro de Jin prestando atención a las reacciones del chico. Paro tan solo un segundo.
-Quítate la venda y mírame. Quiero que me mires Jin.
Este obedeció y sus ojos se abrieron de manera sobresaliente cuando observo las vistas de la ciudad de Seúl desde las alturas.
No tubo demasiado tiempo para seguir observando pues Namjoon llevo las manos a su cintura y volvio a envolver su pene con la boca. Buscaba la atención de Jin, acariciando su vientre bajo el jersey de lana gris.
Jin lo miro con atención, tratando de memorizar cada pequeño detalle. Un escalofrío le recorrió el cuerpo indicándole la llegada al clímax y sus piernas temblaron. Namjoon se mantuvo unos cuantos segundos mas de rodillas saboreando el líquido espeso y mirando directamente a los ojos a Seokjin. Este se estremeció.
Entonces con una sonrisa picara el chico suicida se levanto y acerco su boca a la de Jin.
-¿Quieres probarte? - pregunto antes de besarlo.
Sus lenguas se unieron en un juego incesante que los dejo sin respiración hasta que tuvieron que separarse por falta de aire.
-La noche acaba de empezar Jin. Queda mucho hasta que amanezca.
----------------------------------
Heiiiia !!!
Aka Mel, feliz año baes espero que todos vuestros propósitos se cumplan y que seáis lo más felices que las circunstancias os permitan.
Dejarme saber que queréis que mejore en mi lemon ya que soy principiante escribiéndolo.
Besos, Mel xoxo
Yo y mi mural os amamos. Casi 3K , podéis escucharme gritar?!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top