Sixth [Part One]
6.- A Painful Memory [Part One] - Epilogue
"SeokJin, todo esto ocurrió por mi culpa. Lo siento mucho, mi gran error: mentirte".
Los paramédicos corrían desesperados hacia la sala de operaciones mientras NamJoon corría detrás de la camilla gritando el nombre de SeokJin para que despierte. Lloraba por él después de mucho tiempo pidiendo que se salve para disculparse con él desde la A hasta la Z.
Trató de entrar con él en la sala, pero lo retuvieron en la puerta mientras gritaba y lloraba sin parar rogando para que su beta despierte.
SeokJin, por favor, despierta amor.
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— ¿Hace cuánto, NamJoon? —lo miró de frente con los brazos cruzados—. ¿Hace cuánto me estás haciendo esto? —puso de su parte para evitar quebrarse frente al alfa.
Y el otro suspiró, no solo porque lo había descubierto, sino porque no tuvo las agallas para decirle que tendría que hacer lo que nunca quiso para que no lo dañaran. Podía ver la decepción en la mirada de SeokJin, podía escuchar cómo su corazón se quebraba en dos, incluso miró cómo una lágrima caía por su mejilla.
—Hace... fue hace casi 1 año- —se calló al instante cuando sintió con fuerza la bofetada que el beta le dio.
— ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste?
—No lo entenderías.
—Oh, por favor. ¡Claro que lo entendería si me hubieras dicho! ¡¿Por qué seguir con esta mentira?!
SeokJin, ¿cómo te lo puedo explicar? Lo hice porque alguien te quería hacer daño; ahora me doy cuenta que querían que yo te dañara como si fuera esa persona.
—Porque te querían lastimar...
—Al diablo si alguien quería hacerme daño, ¡¿por qué lo hiciste tú engañándome?!
— ¡Porque no tenía opción, ¿de acuerdo?!
Lo lamento por lo que voy a decir mi amor, pero... decírtelo es la única salida para que no te asesinen.
Bufó con fuerza y pasó su mano por su cabello con notorio estrés.
—Estoy cansado, ¿sí? Cansado de la misma rutina todos los mugrosos días: me despierto contigo a mi lado, cocinas para mí, nos quedamos en casa todo el maldito día, nos acostamos y dormimos. ¿No te cansas de repetir lo mismo todo el tiempo?
—Recuerdo muy bien el día en el que me pusiste tus condiciones: uno, siempre comentabas que querías a alguien que cocinara para ti todo el tiempo; segundo, me dijiste que odiabas salir si no se trataba de hacerlo con pareja. Renuncié a todas mis salidas del billar, a las reuniones con mis amigos y a mis cortos viajes por el país sólo porque eres tú y me dijiste que odiabas salir; y tres, querías compartir el mayor tiempo posible conmigo en casa —tomó aire—. NamJoon, ¿por qué me haces esto? —su voz se quebró demasiado—. ¿Qué es lo que te hice, NamJoon? —más lágrimas cayeron al fin.
—Ya no te amo.
Silencio en el apartamento, nunca creyó escuchar esa frase de Kim NamJoon, aquel hombre que le juró cielo y tierra sólo para él, nunca creyó que sería muy frío en ese punto. Sintió sus labios temblar por la tristeza cargada en ese momento y su rostro cambió por completo a uno lleno de dolor y mucho sufrimiento mientras sus lágrimas caían rápido por sus mejillas.
Antes, cuando miraba a NamJoon, sentía mariposas en el estómago y también sentía cómo su cuerpo se erizaba al tener a tan hermoso chico frente a sus ojos, jurando a ciegas que no sería como todos los alfas patanes que conocía. Es más, podía jurar que NamJoon era incapaz de ser un mujeriego o ser infiel a cualquiera que sea su pareja... Eso era antes.
Ahora, cuando lo miró, no encontró a ese hombre del que se enamoró, sus ojos ya no brillaban para SeokJin, es como si su Kim NamJoon hubiera desaparecido.
—Eres un maldito —lo abofeteó de nuevo y lo empujó—. Yo nunca te hice nada —otro empujón hacia la puerta—. Te odio —lloró amargamente—. Eres el peor hombre de todos —abrió la puerta con velocidad y lo empujó de nuevo—. ¡Lárgate, ya no te necesito! —dio su último empujón para tratar de cerrarle la puerta en la cara.
— ¿A dónde mierda iré si aquí está toda mi vida? —soltó un gruñido mientras empujaba en contra de SeokJin para abrir la puerta.
Eso era cierto, lo dejó todo por SeokJin, renunció a todo por su beta.
SeokJin, no sabes cuánto me rompió decirte eso... No sabes cuánto, mi amor.
— ¡Tienes la casa de esa chica! —empujó para cerrar la puerta—. ¡Vete con ella y ya no me fastidies!
La discusión era muy fuerte, tanto así que todos sus vecinos, aquellos que antes estaban más que contentos por tener a esa Pareja Perfecta, se quedaron muy tristes por lo que ocurría sin necesidad de salir de sus viviendas, pues los gritos eran tan fuertes que traspasaban los muros.
¿Por qué NamJoon?, pensaba uno. Qué doble cara, pensaba otro. Algunos pensamientos se dividían entre sí, unos iban a favor de NamJoon y otros en contra. Nadie sabía porqué lo hacía, por eso hablaban.
— ¡Bien, si es así, jódete Kim SeokJin y ya no me busques! —trató de empujar fuerte para cerrarle la puerta en la cara.
— ¡Eso mismo te digo a ti, Kim NamJoon! —le dio una patada a la puerta con tanto enojo que venció al alfa y lo hizo caer al suelo, permitiendo verse por última vez, quizás.
Los ojos y el rostro rojo de SeokJin lleno de furia y dolor fueron la gota que derramó el vaso en el corazón de NamJoon. Nunca lo había visto llorar con ambas emociones mezcladas y se veía tan frágil que su lobo lo impulsó a levantarse del suelo, mas no para abrazarlo, sino para llorar con él.
—SeokJin, deja de llorar. —murmuró con el corazón roto mientras su lágrima caía.
—NamJoon, lárgate —tomó varias cosas de la mesita cerca de la puerta y se las lanzó para ahuyentarlo—. ¡Fuera de mi vida! —le lanzó libros, llaves, cuadros de ambos...
Pero hubo uno de esos, uno que los dejó helados y con más dolor en su interior: su primera foto. El beta cayó de rodillas al ver su primer cuadro hecho trizas, miró aquella fotografía que lo hacía recordar su primera salida y su primer viaje en auto a California y su garganta se cerró sintiendo que se ahogaba.
Recogió los pedazos de vidrio con los ojos hechos agua mientras murmuraba lo mucho que empezaba a odiarlo. Se puso de pie ignorando la foto y presionó el vidrio roto con fuerza, ese era su corazón: frágil y roto con un dolor insoportable.
—SeokJin, deja de llorar —repitió—. Te estás lastimando.
—Te odio. —le cerró la puerta en la cara y no la volvió a abrir más.
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La operación fue un éxito, ahora sólo necesitaba descansar. NamJoon estaba parado a las afueras de la habitación donde el beta reposaba; lo miraba por la ventana con sus manos en la espalda. Suspiró mientras veía el monitor haciendo notar su pulso. Lo analizaba con detalle mientras sentía que volvería a llorar en cualquier momento.
—NamJoon —la chica que lo acompañó desde que terminó con SeokJin le habló—. ¿Ya terminó?
—Sí, todo esto terminó.
Y se quedaron callados. Ella tampoco quería estar en esta farsa, pero conocía muy bien al SeokJin de antes y sabía que, si se enteraba que pronto acabarían con él, él mismo hubiera acabado con su vida.
Y Lee SeRyung no permitiría que su ex amor desde que era pequeña pase por eso. Ya había perdido a su pareja por eso, no quería que SeokJin pase por lo mismo. Por eso accedió a fingir todo ello con NamJoon, todo era por SeokJin.
—Nunca le dijiste el motivo, ¿verdad?
—Lo conoces. Se hubiera suicidado.
—Pero... si tú le decías, no.
—Ya lo dañé demasiado, Ryung. Aunque le explique todo, no me perdonará por nada.
— ¿Y trataste de hablar con él después de ello?
Volvió su vista al beta y suspiró. Lo intentó varias veces, pero la puerta nunca se abrió. Sabía que lo había perdido por completo, pero lucharía por él y le haría entender que fue su culpa y que todo esto fue para salvarlo.
[To be continued...]
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