~ Veinticuatro ~
La atmósfera era tranquila y cálida, permitiendo que la feliz pareja disfrutase plenamente de la compañía de él otro dentro de aquel acogedor apartamento.
Jimin se veía chiquito, doblando sus piernas y recargándose sobre el hombro de su chico, mientras disfrutaba de un maratón sobre uno de sus dramas favoritos.
Comenzó a reír por lo bajo, observando con diversión la escena que transcurría a su tiempo por la pantalla, viendo como él protagonista soltaba un grito al ver a la chica iluminada en medio de la oscuridad.
—Ese sujeto es muy gracioso. —Comentó, esperando una respuesta por parte del mayor, la cual nunca llegó. —¿Hyung?
Se giró en su lugar con extremo cuidado, percatándose con rapidez de los ligeros labios abiertos y aquellos felinos ojos cerrados, captando con rapidez que su chico se encontraba realmente dormido.
Se levantó con sigilo y corrió hasta la habitación que conocía con detalle, sujetando una manta ligera con la que pretendía cubrir a su novio hasta que terminase su siesta.
Una vez que se encargó de que él pálido estuviese cómodo decidió apagar el televisor, no queriendo verse tentado a continuar con aquel programa mientras él más alto dormía, no tenía intenciones de interrumpir o arruinar aquel descanso tan necesitado por él compositor.
Suspiro, delineando las facciones de él chico a una corta distancia, aún recordaba el día que se había confesado sin notarlo, la vergüenza y pequeña furia que sintió al ser engañado por las palabras de él azabache.
Una vez más acomodo sus orejas bajo aquel rosado y afelpadito gorro, sonriendo ante el juego que mantenía con sus pies desde media hora atrás.
"¿Qué haces afuera?"
Alzo la vista, topándose con aquellos ojos avellana que conocía a la perfección.
Yoongi comenzó a caminar hacia él, con una sonrisa socarrona esparcida por todo el rostro.
"Olvide mis llaves adentro y Jin Hyung no vendrá hasta tarde".
Respondió con rapidez, aún sin dejar de observar los blancos tenis que portaba ese día.
"¿Entonces permanecerás aquí afuera por tanto tiempo?"
Se cruzó de brazos, observando al pálido mientras formaba un mohín sobre sus labios y mientras una fugaz idea atravesaba su mente.
"Bueno, ahora que usted está aquí no me parece una mala idea que se ofrezca a ayudarme".
Él azabache imitó su acción, achicando sus ojos y soltando una risa burlesca.
"Me niego". Sonrió con picardía.
"¿Por qué siempre tiene que ser tan..."
"Vamos a comer".
Sin previo aviso él chico sujeto la mano del minino, percatándose de lo frías que se encontraban gracias a los fuertes vientos, llenándose de vergüenza al entrelazar sus dedos con los más chiquitos, aguardándolos así dentro de la sudadera que portaba, pretendiendo que de esa forma el más bajo tuviese menos frío.
Jimin estaba conmocionado ante la acción de su dueño, deseando conservar aquel etéreo momento en su mente, intacto y a salvo, incitando que de esta manera sus mejillas se iluminarán de un bonito color rosado, Justo como sé encontraba su pequeña nariz de botón gracias a las ventiscas heladas.
"¿Ah? Pero no tengo dinero, lo dejé adentro".
"Yo fui quien lo propuso, por lo tanto seré yo él que pague".
Sonrió con la mirada por los suelos ante un lindo y tibio sentimiento que se instaló en su interior al notar su progreso con él mayor, no estaba seguro de que esta ocasión contase como una cita, pero si era de esa manera sería su vigésima cita al lado de él chico que tanto amaba y del cual parecía quedar flechado un poquito más a cada segundo que pasaba.
Entre una conversación que provocaba que sus orejas se erizaran y su corazón comenzase a palpitar a un ritmo sobre humano, llegaron a la entrada de una cafetería que parecía ser un poco vieja, no por que se encontrara desgastada, sino porque la decoración resultaba bastante antigua o algo clásica.
"¿Por qué hemos venido a otra cafetería? Jin hyung nos matará".
"Descuida, él ama este lugar tanto como yo".
Entonces todo hizo click dentro de su mente. Aquella cafetería era el lugar donde su Hyung había conocido a Kim Seokjin.
Aquel lugar tan especial del cual sólo había escuchado historias relatadas por él repostero y una que otra anécdota por parte de su dueño cuando él se encontraba peludo y con cuatro patas.
Se estremeció ante la energía que se percibía dentro del local, la armonía y tranquilidad que de ahí emanaba lo hacia sentirse ligero e incluso un poco confiado.
"Vamos a ordenar".
Jimin asintió, jugando con su manos sobre el largo de su afelpado suéter a la par que observaba sobre el menú la mirada tranquila de él compositor.
Pronto llegó uno de los chicos que atendía aquel lugar, explicándoles que era lo que tenían disponible y haciéndoles una recomendación. Es así que ambos chicos terminaron por ordenar una bebida caliente y compartirían un trozo de pastel a petición de él menor, ya que no deseaba que su Hyung gastase dinero de más.
Él pobre y sonrojado gatito no sabía que hacer, debía mostrarse ¿firme y serio? Quizá ¿Seguro y orgulloso? O simplemente mantener una linda y amable sonrisa sobre sus rechonchitos labios.
"¿Por qué me miras tanto?"Aunque en realidad deseo decir la palabra "siempre".
"Bueno yo... yo creo que usted tiene una sonrisa muy linda". Mencionó con vergüenza él menor, dirigiendo sus manos hacia la bonita taza que tenía delante de él hasta tomarla y darle un ligero sorbo al espumoso contenido.
"No estoy sonriendo".
"Su expresión sería igual es linda". Pestañeo con intención de flirtear.
Él pálido colocó sus codos sobre la mesa, manteniendo aquella expresión impávida sobre su rostro.
"¿Yo te gusto?"
"Rayos, eso es bastante engreído". Era verdad, moría por decirle aunque sea un poco de todos los sentimientos que atravesarán su ser con solo mirarlo.
"Pero aún así te gusto".
"Eso no significa que sea mi parte favorita".
"Pero no has negado que te gusto". Le recordó con una sonrisa extendida por sus mejillas.
Él menor guardó silencio, avergonzado e intimidado por la fuerte mirada que le dedicaba él mayor.
"Me pareces peculiarmente bonito, me agrada tu personalidad y realmente es muy fácil tener tan conversación contigo porque dejas que fluya, pero eso es lo único que puedo decir por ahora".
"Está bien, me conformo con eso por el momento".
"¿Así que eres conformista?"
"Yo no dije que no me esforzaría, haré de todo para parecérsele lindo Hyung".
Confesó él menor, sonrojado y con las manos sudando por debajo de la mesa.
"Solo con respirar me pareces lindo".
"¿Por qué siempre se burla de mi?"
"Pero no lo hago".
Era su oportunidad, el momento en que ambos decidirían el camino que esperaban seguir al lado del otro.
—¿En que piensas?
Jimin parpadeó con rapidez, retomando conciencia acerca de lo que sucedía actualmente.
—¿Descasaste?
Él pálido asintió. —¿Por qué no me despertaste? —sujeto el brazo de su chico para acercarlo más a su cuerpo.
—Has estado trabajando mucho, creo que mereces un descanso y yo soy muy feliz de estar a tu lado incluso si estás dormido.
—Siempre me preguntó qué fue lo que hice para que te fijaras en mi.
—Mucho más de lo que crees.
La pequeña cena había terminado con una mala mirada hacia el mesero que atendía el lugar, ya que este no dejaba de observar al mayor de los dos chicos.
"Entonces... ahora ya lo sabes". La noche había llegado sin prisa alguna, dejando ver aquellos brillantes puntos en el cielo.
El corazón del felino latía sin control, recargándose en aquella puerta que pertenecía a la cafetería en la que pronto entraría.
"Lo supe mucho antes de que me lo dijeras". Aclaró él más alto, dándole una rápida mirada a los ojos para después seguir observando la calle. Era tarde y solo había pocas personas, por lo cual se encontraba al pendiente de cualquier imprevisto.
"Tú... ¿vas a besarme?" Se encontraba asustado, toda la tarde Yoongi se había encargado de avergonzarlo y hacerle decidir de indirectas maneras lo mucho que gustaba de él.
"No". Negó con la cabeza.
"¿Por qué? " Cuestionó decepcionado.
"No es el momento".
"¿Y cuando lo será?"
"Quiero sentir algo más fuerte que una simple atracción física, quiero que sea especial para ambos, por qué se que eres él chico con el que quiero algo mas que un simple acostón".
Jimin quería decirle cuánto lo amaba, pero no podía, no sería justo para Yoongi, mucho menos cuando él creía que los sentimientos entre ambos comenzaban a surgir.
"Estoy siendo sincero, siempre me has aparecido hermoso tienes una sonrisa encantadora y un brillo singular". Respiro y exhalo. "Pero quiero eso se convierta en lo mas importante".
"¿Que quieres decir?"
"Quiero que ambos sepamos que podemos confiar en él otro, que siempre tengamos en claro que estaremos juntos, en medio de este largo camino". Sujeto su mano con suavidad y acarició el dorso de ésta con su pulgar. "Es por eso que no te besaré, no justo ahora, pero si pronto".
"Entonces quiero un abrazo". Pido con seguridad. "No puedo besarlo pero puedo demostrarle de esta forma que estoy dispuesto a intentarlo".
Y así, un beso se volvió una gran prueba de amor, pero para ellos un abrazo era más que suficiente, era una demostración clara, simple y sin ninguna intención extra de por medio.
Yui-Chan. ❤️
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