~ Treinta y nueve ~
Su celular vibro por vigésima vez en el día, haciéndole suspirar y tamborilear los dedos con ansiedad una vez más.
Había silenciado el aparato durante el par de semanas en las que intuyó; Jimin y sus amigos no dejarían de presionarlo, deseando con fervor el poder apagarlo y no obteniendo la oportunidad al tener que mantenerse en contacto con sus artistas.
Se preguntó mentalmente el cómo se atrevían a ejercer tal ansiedad sobre él cuando era fácil de comprender que no se encontraba listo para una coherente explicación. Aún se mantenía formando su lista acerca de las preguntas que realizaría y de cómo esperaba controlarse con su chico.
Por qué si, Jimin aún era su pequeño y muy amado novio, ya que aunque se encontraba furioso y decepcionado no podría siquiera considerar la idea de alejar al menor de su vida. Aunque quizá su sentir y pensar podrían cambiar pronto.
Termino de escribir el correo que se encontraba redactando, enviando la nueva canción a los encargados, suspirando y estirando su cuerpo al encontrarse tan agotado.
Era extraño y quizá era un poco gracias al sentimiento de culpa que se adhería a su piel con solo pensar en su minino, aunque si recapitulaba la situación y recordaba que tanto Jimin como Minnie eran el mismo ser, todo obtenía una nueva perspectiva, ya que imaginaba que se encontraban en perfecto estado con los cuidados de Seokjin.
—¿No piensas contestar el teléfono? —Lo interrumpe aquella voz que no esperaba oír.
—Te dije que podías quedarte si te mantenías en silencio. —Reitera la condición.
—El silencio no es una de mis virtudes, ademas ese aparato ha estado vibrando demasiado tiempo ya, ¿quien carajos te llama tantas veces seguidas?
—Escucha Taehyung, no me encuentro en mi mejor estado de ánimo y tú al igual que todos saben a quien pertenecen esas llamadas. —Lo miró, encontrándose molesto por lo entrometido que consideraba, el menor se encontraba comportándose.
—No lo sé, debe ser alguien que realmente necesita decirte algo, no insistiría tanto sino tuviera un buen motivo, ¿no te parece? —Comienza a recorrer la oficina con una sonrisa oculta detrás de su expresión de confusión.
—Me parece que Nam ya debería haber llegado, ¿por qué no te concentras en tu deber y te marchas a buscarlo?
Él minino suspiró, estaba cansado de la mala actitud de Yoongi, realmente esperaba lograr hacer algo por Jimin antes de que la noche dejara caer por completo su oscuro y helado manto.
—¿Iras a mi fiesta de hoy? —Realmente esperaba una respuesta negativa.
—No tengo otros planes así que supongo que alcoholizarme un poco no suena mal. Sobre eso... ¿ya has decidido a quien de los dos invitarás? —Preguntó con nerviosismo, esperando desviar el tema de la principal conversación que sabía, Taehyung deseaba tener.
—Invite a los dos. —Se cruzó de brazos, en el fondo no deseaba hablar de aquel par de chicos que parecían enloquecer a su corazón. —Es un gran día. San Valentín debería celebrarse con... todas las personas que aprecias tener en tu vida.
Yoongi se encogió de hombros, esperando no mostrar ni un poco de importancia a por aquella fecha, y al mismo tiempo sintiéndose bastante intranquilo por la situación que Jungkook y Hoseok se encontraban viviendo al lado del actor.
—¿Sabes algo? No deberías acudir a la fiesta, lo que tendrías que estar haciendo desde que el sol despertó fue ir por Jimin, no pueden seguir así y mucho menos ahora. Santo cielo, han transcurrido más de dos semanas y aún no te dignas a responderle un solo mensaje. —Se encontraba frustrado y es que la actitud desinteresada de Yoongi lo hacía enloquecer de furia.
—Escúchame bien por qué no lo repetiré; no te metas. Ya tengo suficiente con enterarme de que mi novio confió más en un chico al cual recientemente conoció y no en mi, quien ha sido su novio por mucho más de un año. Si no quieres verme en la fiesta no te preocupes por que no iré, pero te advierto que si continúas con esas intenciones me veré en la necesidad de ignorar tu existencia por el tiempo que mi cerebro necesite para pensar.
—Jimin no me habría dicho jamás de su secreto, soy un mínimo y al igual que él puedo percibir con facilidad si alguien se encontraba en la misma condición que yo. Y si, quizá apoyo y comprendo más a Jimin por que al igual que él yo tuve mucho miedo de mostrarme tal cual era. —Una fuerte y desagradable sensación se había instalado en su garganta. — Y Claro que puedes ir, solo que yo te recomendaría que hablaras con él hoy, es un gran día para las parejas y ustedes aún son una... o quizá ya no. —Mencionó por última vez antes de abandonar la habitación, ya que era cierto. Debía ir en busca de Namjoon para solicitar un consejo.
—¡Ah maldita sea! —Jadeó con molestia y arrojo un par de papeles al suelo, observando el cómo algunas piezas decorativas caían con brusquedad por toda la oficina, no comprendía cómo había sucedido.
Suspiro y golpeó sus muslos antes abandonar aquella mullida silla y colocarse de pie, no quería y aún así sabía que debía hacerlo de una vez por todas, por qué no puedes vivir escapando de tus problemas y mucho menos de tus sueños.
Y Jimin era uno de sus más grandes sueños.
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—No responderá... no lo ha hecho en ninguno de estos días, no se que me hizo pensar que hoy podía ser diferente...
—Ve a su casa, también es la tuya, o al menos era la Minnie. —Mencionó con rudeza. —Tienes una copia de las malditas llaves, tómalas y abre esa estúpida puerta, bésalo y después noquéalo, sujétalo a una silla, pégale una cinta adhesiva a los labios hasta que se digne a escucharte.
Jeon Jungkook era alguien decidido y claramente de temer, dejando de lado los dramas y quizá un poco sus verdaderos sentimientos cuando se encontraba molesto.
—¡No haré eso! Te lo he dicho muchas veces, él confío en mí cuando me la entrego, no me aprovecharé de aquel voto para mi propio beneficio. —Estaba cansado y angustiado sobre el futuro de su relación.
—Entonces termina de llorar y ve a buscarlo, olvida que no quiera verte, deja que te exija una explicación y bríndasela, por que tú llorando aquí y el comportándose como un idiota con tus amigos es un error muy grande por parte de ambos.
La ausencia de Yoongi le parecía una tortura y sabía que no debía ser así, pero no podía evitar el dolor que se esparcía en su interior tras el paso de los días en los que podía sentir que su relación se marchitaba.
La noche era fría y el clima se encontraba tan fresco que te erizaba la piel, considero por varios minutos el colocarse aquel lindo gorro que Yoongi le había obsequiado, terminando por cubrir sus delicadas orejas con el antes de salir de la cama, caminando por las calles sin un rumbo fijo que parecía tener más sentido con cada segundo.
Se encontraba frente al apartamento de Yoongi.
Observó aquella puerta y se preguntó un sin fin de ocaciones lo que debía hacer, dejando que un par de perlas saladas recorrieran sus mejillas.
Lo extrañaba, lo anhelaba y lo amaba, olvidando un poco de todo aquello que deseaba borrar y supliéndolo por todos aquellos recuerdos llenos de magia que Yoongi le había brindado desde el primer momento en que lo acogió en su hogar.
—¿Que estás haciendo? —La voz tras su espalda sonaba suave y quizá un poco sorprendida.
Se encogió sobre su lugar, agachando la cabeza y negando en repetidas ocaciones, esperando pasar desapercibido por alguien que se encontraba observándolo con firmeza.
Tras un par de minutos la distancia que les dividía disminuyó, dejando al menor con una inquietante sensación al sentir aquellos falanges sobre su cintura. Yoongi colocó la llave sobre la perilla, abriendo e invitándole a pasar con un ligero asentimiento.
Ambos guardaban silencio, uno que había iniciado incómodo y que con el paso de los minutos parecía realmente ameno.
El pálido suspiro, recargándose en una columna que en diagonal daba hacia el sofá en el que Jimin se encontraba sentado.
—Deberías haber usado algo más abrigador.
—No pensé que llegaría tan lejos. —Confesó con su mirada dirigida a sus pequeñas manos, las cuales temblaban.
Asintió sin mucho que pensar, después de todo aquello se encontraba sucediendo. —Quiero saber las razones por las cueles me has mentido por tanto tiempo.
—Te amo. —Era su primera razón, aquella que le detenía al intentar revelar su verdad.
—No lo comprendo, eso un sentimiento, no una razón.
—Es mi motivo más grande, te amo tanto que tenía miedo de no ser aceptado por ser tú gatito, ¿acaso habrías salido conmigo si conocías la verdad desde un principio?
—Las opciones son infinitas Jimin.
—Se honesto conmigo Yoongi. —El "Hyung" fue omitido y eso dejaba en claro lo serio que se encontraba siendo.
—Habría salido contigo.
—Por sus puesto que no, por que te he visto en todas tus facetas, aquellas que ocultas de Jimin pero no de Minnie y que como tú novio quiero ver y conocer, no me interesa que me grites cuando estás molesto y que me muestres una sonrisa todo el tiempo.
—Todas las personas merecemos tener secretos. —Aclaró.
—Lo sé, pero no en tu personalidad, no quiero que me ocultes esa parte de ti.
—Tú me ocultaste que eres un híbrido por más de un año, no tienes derecho a reclamarme nada.
—No lo hago y mucho menos justifico con eso lo que hice, pero debes entender que tenía miedo. ¡No quería que me dejaras! Y mucho menos te arrepintieras de adoptarme, por que todo el tiempo que viví contigo mi vida se transformó en un tornado sin fin. —Impotencia y tranquilidad eran un par de emociones que eran difíciles de experimentar a la par.
—No te habría rechazado y mucho menos abandonado.
—¡Claro que si!
—!¿Por que demonios desconfías de todo el amor que siento por ti?!
—¡Por que jamás había escuchado de un híbrido y un humano juntos!
—¿Y que tiene de malo ser los primeros? Por supuesto que no lo somos, existen millones de parejas así, aquí y en todo el mundo.
—Tu no sabes eso.
—Por sus puesto que si, ¿qué piensas que estuve haciendo estos días? Todo a lo que me dediqué fue a buscar información de cómo debo cuidarte en tu periodo, de los celos que puedes sentir hacia otros híbridos y en este momento hay tanta información en mi cabeza que estoy considerando imprimir todas y cada una de las cosas que encontré.
Con el paso de las palabras, las confesiones y los reclamos la distancia se desvaneció y se presentó una validez sobre la mejilla derecha del menor.
—Quítate ese gorro por favor. —Pidió.
El menor tembló y negó por inercia, incluso si sus manos se había dirigido hacia la prenda y lo habían retirado su pequeña cabeza. Observó con detenimiento cada movimiento que Yoongi realizó, desde delicados toques sobre las afelpadas orejas hasta tímidos besos que fueron recorriendo cada espacio de su rostro.
—No quiero que jamás dudes que te amo.
Jimin jadeó y sujetó las mejillas de su chico, besándolo y abrazándolo con fervor, sintiendo tantos fuertes latidos pertenecientes a su corazón que por un momento siento temor de que fuesen escuchados por su mayor.
Minutos repletos de caricias y lindas demostraciones se extendieron a un par de horas en las que ambos compartieron sonrías y miradas discretas.
—Te amo Yoongi.
Él productor lo miró con una sonrisa que disminuyó de su rostro con ligereza. —Yo también te amo Jimin, pero necesito que me des un tiempo.
Plis díganme si ven algún error, yo uso lentes y hoy tuve que dejarlos por unos de contacto, apenas me estoy acostumbrando y no estoy segura si deje algún error ortográfico.
Espero que les guste y se que es un poco tarde pero cumplo con subirlo el viernes UwU
Ahora, es posible que esté ocupada en esta semana que vienen y no logré actualizar, peor si quieren que actualice les pediré que hayan al menos 20 comentarios. Se que es extraño pero como escritora me gusta saber qué piensan de la historia.
Yui-Chan.❤️
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