~ Treinta ~

Incluso si estaba arrepentido y cansado su cuerpo no daba señales que demostraran una debilidad más allá de lo emocional, provocando un trago amargo a través de su garganta.

Suspiró y observo el lugar en el que trabajaba, lo había limpiado por su propia cuenta, prometiéndole a Jin que lo haría con Jungkook, incluso si le había dicho al menor que el dueño lo ayudaría más tarde.
Quería estar solo y eso era algo muy notorio, algo que sus dos amigos no parecían querer impedir y al mismo tiempo permitir.

Necesitaba pensar y mantenerse sereno, se había alejado del pálido incluso en su otra apariencia, ahora pensaba que incluso como un gato le costaría trabajo enfrentarlo. Únicamente había disfrutado de su compañía aquel viernes tan especial para ambos, en el que se había encargado de obtener todos los mimos que su persona necesitó en el transcurso de los días que no mantuvieron contacto alguno.

Jimin sabe que actuó por inmadurez, sometido ante los instintos inseguros que su minino interior mostraba al sentir que su amado podía ser alejado.

La tarde había caído con rapidez gracias al nuevo horario, provocando así que la hora de su salida las calles se encontraran iluminadas por nada más que lámparas y un ligero destello lunar.

En un extraño intento por escapar de sus pensamientos decidió abandonar el establecimiento, asegurándose de tomar una bonita bufanda y las llaves de aquel lugar que justo ahora se encontraba cerrando.

Su corazón palpitó sobre sus oídos al notar aquella figura delgada recargada sobre el auto de la misma.

Yoongi estaba ahí, usando un gorro y un gran abrigo que tenían la intención de abrigarlo ante las fuertes corrientes de aire que amenazaban con hacerlo estornudar.

No sabía que decir, o si en realidad podía acercarse, por qué había transcurrido una larga semana en la cual ninguno trató de llamar al contrario por miedos e inseguridades absurdas que no tenían justificación alguna.

Pero aunque sus orejas se encontraran recogidas y su pecho temblara a causa de la incertidumbre, sus pies no se detuvieron, su mente se desconectó por segundos en los cuales sus brazos no parecieron estar conscientes de la fuerza con la que sujetaban el torso del mayor.

No se había percatado de cómo se encontraba humedeciendo el abrigo azul y de la linda manera en la que Yoongi sujetaba su cintura en un lindo y reconfortante abrazo, tratando de cubrirlo con sus brazos y parte de la prenda que portaba esta noche.

Jimin le amaba por sobre cualquier cosa y por encima de cualquier pelea sin fundamentos serios.

Yoongi le adoraba como el mas precioso ser que había concebido el universo en un conjunto de todas las maravillas que el mundo poseía

La seguridad y fuerza con la que Yoongi le sujeta aún en sus brazos mientras él se aferra como un niño asustado, le hace saber que él mayor ya no se encuentra disgustado, más la forma en la que lo mira quiere decir que algo le preocupa, principalmente ante la duración de la pelea que nunca antes habían experimentado.

—Necesitamos hablar. —Suelta ante los llantos del él rubio.

—¿Terminarás conmigo? —La pregunta es expulsada con dolor y pesar.

Yoongi se toma un momento para responder, en los cuales se encarga de colocar una mínima distancia entre ambos, todo con la intención de verlo frente a frente y sin ningún impedimento.

—Incluso alguien con poca inteligencia sabe que es realmente estúpido terminar con la persona que amas. Y yo realmente te amo. —Afirma con seguridad y sin titubeo alguno.

Jimin no supo que decir puesto que siempre le repetía al mayor cuanto lo amaba, esperaba que el pequeño beso y mirada de confianza que le dedicó fueran suficientes por el momento.

—¿A donde iremos?

—A un lugar que solo nosotros conozcamos.

Entonces Jimin comprende el propósito del mayor, sonriendo con ligereza y permitiendo que su mente viaje hasta el lugar de sus recuerdos donde Yoongi y él permanecen en una compañía agradable.

El minino sabe que aunque el lugar al que se dirigen no es únicamente conocido por ellos, le enamora que Yoongi lo había llevado a él y únicamente a él hacia un sitio que le brindaba tanta tranquilidad a su chico, porque después de todo ellos viajaban lejos de los demás al perderse uno en los ojos del otro.











































Yui-Chan. ❤️

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