~ Dos ~
—Hyung, ¿está seguro de esto?
—Solo disfrútalo Mochi. —Firme y decididamente Yoongi tomó la gordita mano de su peculiar novio.
La cita transcurría de maravilla, el delicioso almuerzo había sido la perfecta manera de comenzar su día juntos, aunque la exagerada supervisión de Seokjin había comenzado a exacerbar a la pareja.
Yoongi tenía todo planeado, consentiría exageradamente uno que otro de los deseos que su chico, de los cuales había adquirido conocimiento semanas atrás.
—Lo amo mucho Hyung.
—Solo imagina cuanto te amo yo a ti para aceptar hacer esto.
La encantadora risa de él chico de cabellos dorados se esparció por el aire rápidamente. Si, claramente su novio si que podía ser un gruñoncito exagerado, después de todo, ¿Qué tan malo podía ser?
En menos de tres minutos Yoongi se encontraba hincado frente a él, listo para tomar posición en su próxima aventura.
Realmente amaba a ese chico, su historia con él había sido un tanto complicada y realmente divertida, pero no se comparaba en nada a lo que se aproximaba.
Subió a su espalda con el ego invadiéndolo, había logrado que él grandiosos Min Yoongi aceptara cargarlo en su espalda.
Sujeto y afianzó su agarre en la cintura y cuello de él mayor, claro que tenía algo de miedo, no todos los días Yoongi accedía a una situación similar, y después de su última pelea no quería que algo así se repitiese, habían dejado de hablarse por casi una semana y eso había sido una verdadera tortura para ambos chicos.
Yoongi comenzó a caminar a un paso moderado, una leve y diminuta sonrisa se extendía por sus delgados labios, escuchar los dulces comentarios que Jimin soltaba cerca de su oído para que estos fuesen únicamente percibidos por él lo hacia muy feliz.
Camino durante más de veinte minutos por diferentes calles, ocultándole a su infantil novio su futuro destino.
—¿Ya casi llegamos? —Pregunto un impaciente Jimin. Era cierto, logro mantener su intriga oculta aproximadamente cinco minutos, pero esta era la vigésima vez que le hacía la misma pregunta al mayor.
—No falta mucho.
—Me preguntó porque siempre eres tan misterioso. —Expresó él menor, se encontraba levemente distraído, sus orejas y cola no dejaban de moverse y eso le preocupaba, realmente deseaba mantener su secreto a salvo por mucho más tiempo.
—En cada oportunidad me gusta sorprenderte un poco más.
Era verdad, Yoongi se esmeraba y dedicaba cautelosamente en cada cita que le correspondía. Y claro que teniendo de pareja al pequeño y cacheton Park Jimin debía esforzarse cada vez más. Bueno, al menos cada vez que le tocase a él planear la cita.
—Yo creo que intentas superar nuestra última cita y no es justo, no sabes cuanto tiempo tuve que sentarme a pensar en cómo lograr que fuese la mejor. —Se quejó el menor abultando sus mejillas y dejando un ruidoso reno en la mejilla derecha de él chico de tez pálida.
No mentía, esa semana estuvo jugando y disfrutando de la compañía de su amo en su versión gatuna, y por las noches escapaba al departamento de Jin Hyung, rogando y suplicando ayuda por los boletos de el grupo favorito de su impávido mayor.
—Quizá quiera superarla, o quizá simplemente quiero verte sonreír.
Rápidamente el color rosado de las mejillas de Jimin se intensificó, Yoongi siempre lograba soltar algún comentario que sorprendía o avergonzaba al menor, haciéndolo ruborizarse hasta las orejas y provocando que comenzase a tartamudear en alguna ocasión.
Delicados y minúsculos besos eran depositados en el cuello y nuca de Yoongi, Jimin se aferraba a su cuello y cintura con ayuda de sus brazos y piernas. Realmente disfrutaba los momentos así al lado de su novio, podían simplemente sentase y observar una película, y aún así Jimin podría decir que era el tiempo mejor invertido de todas sus gatunas vidas.
Rápidamente una delicada ventisca atravesó ambos cuerpos, helándoles por varios segundos, revolvió sus cabellos y confirmó la paz de sus almas, hermosos pétalos caían de los árboles y viajaban entre los aires, realizando una perfecta vista que agradecía el pequeño Jimin, amaba tener momentos así al lado de Yoongi, y éste disfrutaba la cálida y acogedora sensación que invadía su pecho cada vez que veía a su menor sonreír.
—Alto aquí.
—¿Por qué nos detenemos?
—Necesito hacer algo. —Con una ligera sonrisa inclinó su cuerpo permiendo que Jimin bajase.
—¿Qué cosa? —Pregunto con cierto descontento, cruzó sus brazos y formó un puchero en sus regordetes labios. —¿Es necesario que me baje? —Le avergonzaba admitirlo, pero realmente disfrutaba poder tener a Yoongi para él solo.
—Es por una buena causa Mochi. —Un pequeño antifaz de noche apareció en las manos de Yoongi, lo había comprado especialmente para esa ocasión. Lo estiro y coloco con delicadeza sobre los ojos de él pequeño rubio.
—¿Debería asustarme por esto?
—Quizá con esto estes más tranquilo. —Con decisión acercó la cintura de él más bajo y depositó sus delgados y suaves labios sobre los rosados y esponjosos labios de Jimin.
Momentos así lo alteraban excesivamente, movía sus orejas y cola por debajo de la ropa y era casi seguro que él mayor lo notaría, sin embargo, olvidando todo el miedo sujeto con firmeza el cuello de su novio y regresó con un tímido y diminuto toque aquel tierno y afectivo beso.
—Creo que me siento en total confianza Hyung.
—Me alegro de saberlo. —Sonrió el mayor, sujeto la diminuta y rechonchita mano de Jimin y comenzó a caminar con cierta prisa.
La cita apenas había comenzado y ambos parecían estárcela pasando muy bien, incluso si únicamente había estado caminando al lado del otro, porque eso era lo que les importaba, no importaba si era en un parque diversiones, una elegante discoteca o una sencilla noche de películas, ya que el verdadero placer y felicidad los invadía con estar únicamente acompañado del otro.
Yoongi tenía un gran y muy elaborado plan. Y la verdad es que la cita estaba solo apunto de comenzar.
Yui-Chan. ❤️
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