~ Cuatro ~
—¿Qué hacemos aquí? —Pregunto Jimin, después de las divertida e intensa clase de baile con él profesor Hoseok su novio había terminado muerto.
—Pensé que podríamos relajarnos viendo una película. —Respondió dejándose caer en el sofá principal de estancia de su departamento. —Realmente me duele el trasero, no puedo creer que me haya caído tres veces. —Era verdad, se encontraba ligeramente avergonzado, ciertamente no tenía práctica ni mucho menos energía para una clase que requiriese tanto esfuerzo, se encontraba agotado y un tanto hastiado. Claro que si volviese a ver esas hermosas sonrisas y sonrojos tímidos que Jimin le dedicó durante toda la sesión lo volvería a hacer una y mil veces más.
—Lo siento tanto Hyung, jamás imaginé que esa rutina fuese tan complicada. —Jimin tomó asiento al lado de Yoongi, sostuvo su brazo y jaló débilmente de el, intentando que su novio se recostase sobre su pecho.
—¿Tomaremos una siesta?
—Pensé que te gustaría la idea, después de todo se que amas dormir.
—¿Te he dicho lo mucho que me encanta tu voz?
Eso lo tomó por sorpresa, un cambio tan drástico de tema lo ponía nervioso, había comenzado a ruborizarse y a descender la mirada.
—¿No te lo he dicho? —Indagó él mayor, temió sólo haber imaginado sus palabras y no haberlas expresado.
—Me lo has dicho más veces de las que recuerdas. —Sus pestañas revoloteaban con timidez, sus pequeñas manitas habían viajado con una pizca de temor hasta las manos de su novio, sujetando una de ellas y entrelazando sus dedos.
—Jimin. —Él chico de oscuros cabellos comenzó a acercarse aún más.
—¿Si? —Y más.
—¿Cantarías para mi? —Sus rostros se encontraban a cortos centímetros, podía sentir la calidez de Jimin subir hasta sus mejillas, tornándolas de un ligero carmín.
—¿Eso te haría feliz?
—Soy él hombre más dichoso de la tierra con solo una mirada tuya. —Observó sus ojos, directa y fijamente, queriendo que él rubio percibiese todas y cada una de las emociones que recorrían su cuerpo con un simple rose de manos o un cruce de miradas.
Jimin sonrió, feliz y enternecido por la respuesta de su mayor. Comprobó cuán enamorado estaba de Yoongi y lo mucho que sufriría si éste se alejase de su lado, repaso una y otra vez la idea de contarle la verdad y mostrar su verdadera apariencia ante el chico pálido, definitivamente no era una opción, al menos no por ahora.
—Le cantare solo si me da una gran abrazo.
Él mayor lo abrazó, sostuvo su cuerpo con delicadeza y protección, disfrutó cada segundo y cada roce, ocultaron sus rostros en el cuello de él otro y se drogaron con la delicada fragancia que desprendía cada uno. Yoongi beso con ternura y parsimonia el rostro de su menor, disfrutando la calidez y suavidad de su piel, admirando las bellas y largas pestañas de Jimin temblar por los nervios, contemplo la brillosa y cristalina mirada que le dedicó y él como sus labios temblaban con impaciencia al desear ser besados.
Quedó embelesado con la suavidad y sabor que los labios de Jimin desprendían, realmente eran exquisitos, un manjar que los dioses deberían considerar prohibido. Un delicioso sueño que era todo suyo.
Yui-Chan.❤️
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