~Cuarenta y siete ~

Respiraciones erráticas se encontraban apresadas entre ambos cuerpos, dejando que chasquidos y jadeos salieran con toda libertad.

La pequeña cintura era sujetada con fuerza, atrayéndole aún más a la contraria, forzando una fricción que les provocaba un potente temblor que les brindaba una deliciosa sensación de hormigueo en el centro del estómago.

Sus bocas se vieron forzadas a separarse, dejando a la vista los gorditos y maltratados labios de su pequeño bebé, quien respiraba con tanta rapidez al esperar llenar sus pulmones solo para volver a besarlo. 

Quizá no era el momento y mucho menos el lugar, pero al tener a Jimin a su lado se le hacía imposible concentrarse en su totalidad en algo más que no fueras sus hermosos y brillantes ojos, aquellos que me miraban a él y solo a él con esa luz tan singular.

La sonrisa socarrona por parte del pálido le hizo enojar, dándole motivación para decidir castigarle al sujetar sus hombros y depositar una pequeña mordida en la parte más expuesta de su clavícula, donde también se había encargado de marcar una línea de besos lindos y discretos.

Un pequeño empujón cometido por Yoongi le hizo saltar sobre su regazo, provocándole un mínimo jadeo que trató con todas sus fuerzas de ocultar, negando sobre los labios contrarios y atreviéndose a besarlo una vez más.

Sus lenguas se enredaban y daban paso a más emociones que dudaban no haber experimentado ya, pero que sabían a la perfección, se presentaban únicamente con la presencia del otro.

Jimin succionó con sutileza en labio interior de su chico, observándole y aguantando la fuerte mirada que Min se dedicaba a regalarle cuando sus manos descendían y apretaban un específico lugar que les hacía sentir muy avergonzados.

"Oficialmente tú eres el culpable aquí". Le informó el mayor.

"¿Puedo conocer los cargos que se me adjudican?" Preguntó, sonriendo con dulzura y depositando pequeñas caricias en la nuca del azabache.

"En realidad siempre me has parecido algo prohibido de tocar". Confiesa con una pequeña risa. "Pero en estos momentos no he podido terminar mi trabajo, quizá si no fueras tan encantador habría podido continuar sin tener que distraerme por tus apetitosos labios".

Sus mejillas se ven pintadas por un rojizo ligeramente intenso, obligándole a apartar la mirada por la vergüenza experimentada. "Es un enfoque interesante, pero si te funciona, adelante". Responde, encogiendo sus hombros y repartiendo un par de besos por el rostro más pálido.

Un lindo juego comienza y ambos se dedican a depositar pequeños y significativos besos en diferentes zonas de su cuerpo, no yendo más allá de sus cuellos. Después de todo, aquel era el lugar de trabajo de Yoongi y debían tratar de respetar un poco, pero solo un poco.

Jimin se siente tan feliz que no logra entender si el universo conspirará en su favor o totalmente en su contra al tratar de fastidiarle un poco con aquella llamada que se presenta en el celular de su chico, quien le aleja con tanta rapidez que no logra entender cómo es que ha sido depositado en la silla en la que segundos atrás se encontraba sentado su novio con él sobre sus piernas.

El mayor se aleja tanto que comienza a parecer una llamada bastante seria, le hace sentir culpable al pensar que lo ha mentido en problemas, siendo mucha su sorpresa al lograra escuchar a Yoongi decir que se encuentra solo, acompañado de un par de frases más que le hacen sentir un poco curioso.

Muerde su labio con nerviosismo y al final se decide por levantar aún más orejas, esperando lograr escuchar aún más de la conversación supuestamente privada, es la voz de un hombre, quien se escucha preocupado y un poco ansioso.

Las palabras "es imperativo que nos veamos en este momento" incluso "Yoongi no puedo esperar más" añadiendo el "te mandaré la dirección, no es muy lejos de tu trabajo" le hacen sentir preocupado, ¿A quien diablos vería y sobretodo, por qué conocía su trabajo?

Yoongi se acerca algo apresurado y deja el móvil sobre su escritorio, informándome que le ha surgido un compromiso de último minuto y que no puede tomarse el atrevimiento de no asistir, corriendo hacia el baño de su lugar privado y comenzando a tratar de arreglar lo que minutos atrás había sucedido.

Su mente le domina y no comprende el momento en que sus manos han tomando el celular ajeno, abriendo aplicaciones y enviándose a sí mismo un mensaje con la ubicación de su chico por las próximas 24 horas, poco antes de anotar con rapidez sobre un pequeño post-it decorativo la dirección que se encontraba en las notificaciones recientes del teléfono.

Los pasos apresurados de Yoongi se acercan y por un momento piensa que será descubierto, pero no fue así.

Traga y observa al mayor colocarse una sudadera que mantiene en aquel lugar por alguna emergencia, sus mirada se conectan y la bonita sonrisa de gomita se expande por los labios más delgados, acercándose a depositarle un fuerte beso y pidiéndole que regrese a casa por su cuenta incluso si desea con todo su corazón ser él quien le deje en la puerta de la cafetería.

Jimin asiente y le responde que nada malo sucederá, dándole un último poquito en los labios antes de que el mayor salga realmente apresurado.

Ahora Jimin tiene dos opciones que puede tomar, la primera es irse a casa y esperar por una llamada de parte de Yoongi y la otra es hacer lo que ya había pensando, quizá podía mostrarse como malo pero él estaba seguro de que no era para tanto.




































¿Ustedes Piensan que Yoongi está metido en algo malo o solo algo que parece malo?





























Yui-Chan❤️

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