Eran las cinco de la mañana y él aún no podía imaginarse el haber despertado tan temprano, no en un viernes y no en lo que realmente sería un día de trabajo. Aunque claro, Jin siempre le permitía faltar si así lo deseaba, todo con tal de ver a su pequeño niño feliz.

El reflejo de su imagen le pone nervioso, su peinado no le convence y la ropa que su amigo había elegido le hace sentir un poco cohibido.

Pestañeó un par de veces y se dedicó a observar una vez más su atuendo, sintiendo nervios gracias a la oscura camisa dejaba ver sus clavículas, marcando a la perfección su estrecha cintura al encontrarse fajada dentro de aquel apretado y cómodo pantalón que delineaba a la perfección sus piernas.

—¡Jimin! ¡Dile que deje de ser malo y me deje inscribirme en el concurso de belleza que hará la empresa!

Los llantos infantiles y falsos de su primo le hacían reír, porque incluso estando en otra habitación podía lograra escuchar la pelea que la pareja se encontraba teniendo.

—Pero cariño, ya que dije que no es un concurso, es un llamado que hicieron para jóvenes modelos interesados en una campaña que estamos manejando. —Repitió una vez más y quizá por vigésima vez en menos de diez minutos.

Finalmente salió del cuarto de baño, sosteniendo su chaqueta y suplicando por no verse obligado a participar en la ridícula discusión.

—¿Por qué no me quieres dejar participar? Estoy seguro que les ganaría a todos. —Reprochó, cruzando sus brazos hasta el punto de intentar ignorarlo.

—Amor, no te dejarían participar. —Trato de ser convincente y lo más meloso posible delante del felino que no para de reír.

Y eso solo logro alterarlo más, incluso si solo se trataba de una discusión sin sentido y furia real, una simple pelea de aquellas que Jin disfrutaba, justificando que todas las relaciones necesitaban al menos un poco de tensión. — ¡¿Quieres decir que en realidad estoy tan horrible que los jueces me verían y después harían que la policía me arreste por dañar la vista de la sociedad?! ¡Jiminie, retíralo de mi vista!

—Oh no, usted ha permitió miles de veces las burlas de Hoseok hacia mí por ser bajito, Nam Hyung siempre me ayuda con buenos comentarios que ayudan a que mi molestia disminuya, así que me parece que es su turno para defenderse, no me metan en esto.

—¿Acaso no lo escuchaste? ¡Prácticamente dijo que no podía ni darme la luz del sol porque con mi fealdad haría que se marchara!

—No, amor. Yo nunca dije eso.

—Oh ¿Entonces estoy loco e imagino cosas? Quizás en realidad no quieres que esté ahí porque te gustaría ver a solas a los modelos, ¿no es así? Es porque ellos tienen años de experiencia y yo no, ¿verdad? ¡Quieres decir no soy ni poco bonito! —Lagrimas llenas de dolor irreal comenzaron a brotar de sus ojos, en un intento de ocultar la risa que le estaba provocando todo eso.

—¡Por supuesto que no es así Seokjin! Lo
Digo porque tú eres él chico más hermoso de este mundo y en cualquier otro, por eso que pensé que no sería justo para los demás participantes competir contra ti, sería obvio que tu ganarías y ellos no tendrían ni una mínima oportunidad.

Aquello le pareció totalmente creíble, tanto que limpio sus mejillas en segundos y comenzó a sonreír con felicidad y orgullo por el maravillo chico que tenía a su lado.

El repostero sonrió, depositando un pequeño beso sobre el hoyuelo de su chico. —Que listo eres mi amor.

Jimin suspiro y giro los ojos con gracia una vez más, sorprendiéndose de lo mucho que a su primo le gustaba pelar con su chico, no logrando comprender la fascinación por aquel tipo de cosas, que en lo personal al solía detestar.

—Me marchó, te mandaré un mensaje cuando esté con chicos. —Se despidió. —Oh y por favor, sean más silenciosos la próxima noche, no quiero tener que despertarme de madrugada por los gritos de SeokJin a media película, si no toleras el terror será mejor que no lo veas.

La puerta fue cerrada antes de que el mayor pudiese contestar, percatándose de la molestia al escuchar el golpe de una almohada contra la entrada, pero si estando se lo suficientemente tranquilo al saber que esta se encontraba bloqueada.

El camino había sido relativamente corto, y bastante silencioso, las personas a su alrededor parecían concentradas y apuradas. Exactamente igual que todos los días sucedía en aquella ciudad.

—¡Hey! Kookie. —Atrajo la atención del menor, quien permanecía contestando una llamada un tanto alterado. —¿Kookie?

Su cola comenzó a crisparse, detonando que algo malo se encontraba pasando a cada paso que daba hacia su menor.

—No entiendo nada, Por dios trata de tranquilizarte. —Su voz comenzaba a elevarse.

—Kookie que está...-

Una señal con la mano le hizo callar.

—Respira y explicarme que sucedió. —Habló lo más amoroso posible. —¡¿Que?! Dios, no. Vamos para allá, te juro que estamos en camino. Ahora solo trata de respirar.

El felino no comprendía que era lo que pasaba, observando sin idea alguna de la razón que había aterrado tanto a Jungkook.

—¿Que sucede? ¿Pasó algo malo? —El chico estaba concentrado, pidiendo un auto que pudiese llevarlo a donde se encontraban esperándolos. —¡Jungkook dime que está pasando! ¡¿Por qué no han llegado?!

—Jimin, solo llama a Jin Hyung y dile que vamos al hospital de Asan. ¡Rápido!

—¿Que? ¡¿Pero por qué?!

—¡Solo hazlo! —Repitió, tomando una nueva llamada que le permitía comunicarse con el hombre que les daría transporte.

—No, no lo haré hasta que me digas si está pasando. Maldición, ¡contéstame! ¡Jungkook dime qué demonios está pensando! —El chico seguía ignorándole, atendiendo a la persona del otro lado de la línea con toda la cama posible. —No le hablaré a nadie hasta que me digas que carajos pasado y sobretodo porque debemos ir a hospital.

—¡Porque Yoongi Hyung está hospitalizado! —Gruto sobre su rostro para volver a ignorarlo, dejándolo helado.

Entonces todo parecía tener un poco de sentido, provocando que el aire comenzase a faltar y lograra sentirse atrapado en un cubículo en que el que lo habían recluido.

A partir de aquí, cualquier capítulo podría llegar a ser el final. :0

Yui-Chan ❤️