🎪Tauro x Shin🎪

Dedicado a: @anaceciliavera

Hoy por fin convencí a Shin y a Carla para ir al parque de atracciones. Les señalé una casa encantada, con motivo de querer entrar.

-Ni hablar- negó Carla con la cabeza- Seguro que te da un infarto ahí dentro.

-Oh, vamos... No me va a dar nada, todo es de mentira.

-Creo que Nii-San tiene razón. Es mejor que no entres- me dijo Shin, poniendo su mano en mi cabeza.

-¡Por favooooor! Para una vez que vengo...

Los dos hermanos se miraron en silencio por unos segundos. Después, Carla suspiró y Shin me cogió de la mano.

-Yo voy a comer jamón, asegúrate de que no le pase nada- comentó el albino, alejándose.

-No te preocupes, es obvio que protegeré a mi novia- respondió Shin con una sonrisa.

-Gracias- agradecí yo, abrazándole por el lado derecho.

-Como sea, vamos a entrar.

Al llegar, nos dieron una linterna, un mini mapa y nos desearon suerte. Pasamos dentro y cerraron las puertas a nuestras espaldas.

-Pff... Esto es más falso que las tetas de tu amiga Yui- dijo Shin, mirando el interior de la mansión.

-Pues a mi me da miedo...- susurré yo, agarrándome de su brazo.

Shin me tranquilizó acariciándome el pelo y seguimos adelante. A veces gritaba, otras veces me escondía detrás suya, y algunas me tapaba los oídos y cerraba los ojos. Pero todo empeoró cuando teníamos que entrar a una sala y yo no quería pasar. Shin entró primero, pero de repente, las puertas de la habitación se cerraron en nuestras narices, separándonos, cada uno en un cuarto.

-¡SHIIN!- grité, dándole golpes a las puertas.

-¡(T/n)! No te preocupes, intentaré encontrar un camino para llegar hacia ti. No te muevas.

Y esque resulta, que se fue la luz minutos después, y todo estaba a oscuras. No veía nada ya que Shin llevaba la linterna. Caminé a duras penas hasta una esquina y me senté, tapando mi cabeza con las manos. Tenía miedo. Entonces, algo o alguien rompió una puerta de la derecha, diferente de la que me separó de Shin, y oí gruñidos y pisadas. Empecé a temblar y no sabía si llorar o intentar huir.

-Tranquila, no voy a hacerte nada, soy yo- dijo Shin, en forma de lobo mientras me envolvía con su cuerpo- Siento haber tardado tanto. Tendremos que esperar a que vuelva la luz, no podemos salir.

-Te he echado de menos...- susurré abrazándole.

-Lo sé... Lo sé... Tranquila...- respondió de forma calmada- debes de tener frío, ¿verdad?

-Un poco...

-No te preocupes, haré que entres en calor- comentó antes de envolverme en su suave pelaje- Espero que esto te ayude.

Me acurruqué entre sus brazos y recé para que pronto volviera la luz. Pero los ojos se me entrecerraban y mis fuerzas disminuían.

-¿Te vas a dormir ya?- dijo Shin acariciándome con su cola.

Ni siquiera respondí porque me quedé frita al instante. Solo noté como él me envolvía sobreprotectoramente para que no tuviera más frío.

-Descansa, preciosa. Cuando todo termine te llevaré a casa. Al menos hemos aprendido que nunca volveremos a entrar a una casa embrujada, mejor vamos con Nii-san a comer jamón.- susurró antes de apoyar su cabeza en mi pecho- Te quiero.

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