-Relatos breves. Tercera parte. "Tú siempre, y yo nunca."

Oh, qué suaves caricias me dedicas. ¿Te burlas de mí?

Oh, qué cuidadosos halagos. ¿Te burlas de mí?

Oh, qué hermosas miradas. ¿Te burlas de mí?

¿Cuántas veces te has mofado de mí? Me gustaría saber. También me gustaría descubrir por qué sólo enfocas tu diversión y astucia en mí. Pobre, confunde juego y realidad. Maldito, me deja sin palabras y sin aliento. Y, aun así, conociendo su horrible interior, siempre acabo poniendo una ficha en su tablero, como él quiere y espera que haga. Ahora me maldigo yo. Por entender, por no luchar. Pero, de todas formas... ¿Vencería? O, más bien... ¿Quiero vencer? ¿Quiero seguir en su trampa? ¿Ansío sus caricias..? ¿Sus halagos..? ¿Sus miradas..? 

¡Siempre te has burlado de mí!

¡Siempre has sabido qué decir!

¡Siempre has perpetrado ese rincón de mi ser!

Apreté mis puños con fuerza. Con fuerza y con pena. ¿Pena..? ¿Por quién? ¿Por mí? ¿Por él? Tal vez por los dos. Oh, le amo tanto. Oh, le odio tanto. Y siempre me tiene a su merced, porque otra cosa bien no puedo hacer más que esa. Y si con ignorancia se me consolara... Sin embargo, aquí estoy, en pleno conocimiento de lo que hago y de lo que no. De cómo juega con sus reglas y de cómo se ríe cuando tumba a mi reina sobre el tablero. Y él sabe. Lo conoce. Me conoce. 

¡Nunca he dado la vuelta a la partida!

¡Nunca he ganado una batalla!

¡Nunca he aprendido a luchar!

Y si pudiera... ¿Le daría la vuelta a la partida? ¿Ganaría una batalla? ¿Aprendería a luchar? Bien sería capaz de terminar con mi "nunca" y con su "siempre". Claro que lo soy. Siempre lo fui. Pero... ¿Le perdería si lo hiciera? ¡Maldita sea! ¡Él lo sabe! ¡Él siempre lo supo! ¡Siempre supo que nunca le clavaría una espina de la rosa más hermosa de mi corazón, mis llantos y mi furia!