Dedicado a: AiKoiSchiffer

Me senté en el bordillo del jardín. Tenía que dibujar un paisaje exterior de la naturaleza para la clase de arte, y me fijé en unos matorrales con flores azules preciosas. Comencé a dibujar un poco el boceto, cuando un chico de pelo blanco y ojos ambarinos se sentó a mi lado.

-¿Qué estás dibujando?- me preguntó, mirando mi boceto a medias.

-Esos matorrales de allí. Me gustan mucho sus flores.

-Ciertamente son muy bonitas, sí.

-¿Y tú?

- No lo tengo muy claro, no se me ocurre nada...

-Bueno no te desesperes, la imaginación llega dónde y cuando menos te lo esperas- dije con una gran sonrisa.

-Hn...- respondió asintiendo con la cabeza.

Seguí dibujando y sentía como él me veía trazar las líneas del dibujo. Se quedaba embobado viéndome dibujar las flores. Cuando terminó la clase, me preguntó cuál era mi nombre y le respondí con la misma sonrisa de antes: "Me llamo (T/n)".

Al día siguiente, todos traíamos nuestro dibujo completo. El profesor fue llamando uno por uno para ver el trabajo realizado y poder ponerle nota. A mí me puso un 9'5 de 10. Dijo que solo fallé en las tonalidades de los colores. Cuando llegó al de Carla, el profesor se quedó pensativo y me miró unos segundos, luego le puso la nota y siguió con los demás compañeros. Sonó el timbre del recreo y me fui al baño. Cuando regresé a clase para coger mi merienda, vi en mi mesa una nota, el dibujo de Carla y 5 de las flores que tanto me gustaban. La nota decía: "Espero que lo disfrutes tanto como yo disfruté dibujando tu hermosa figura".
Entonces vi su trabajo y se trataba de un retrato mío al lado de aquellos matorrales con flores azules.