Dedicado a: TizianaSolangeCacere

Estaba en el salón, jugando contra Yuma a las Damas. Acordamos que quien perdiera, recibiría un castigo del otro. Me negaba a perder, ya que la última vez que pasó, mi castigo fueron unos cuantos azotes en el pompis.

-¡JAJAJAJAJAJA! MIRA CERDA, TE HE GANADO OTRA VEZ- gritaba Yuma, dando saltos en la mesa.

Me disponía a quejarme, pero no me dio tiempo ya que Yuma me cargó rápidamente sobre su hombro derecho.

-NOOOOOO, DÉJAMEEE- exclamaba yo, suplicando que no me castigara.

-Una derrota es una derrota, cerda- aclaraba Yuma, con un semblante victorioso.

Empezó a subir las escaleras, mientras yo le pegaba puñetazos en la espalda.

-Oye cerda, acaso no te das cuenta de que esos "puñetazos" no son más que simples caricias para mí.

-¡QUE ME DEEEEJEEEES!

Cuando terminó de subir las escaleras, me empecé a agarrar a las paredes, dejando notablemente las marcas de mis uñas, luego a los muebles, y en un acto de desesperación; me agarré a Ruki, que casualmente pasaba por allí. Al pobre casi lo ahorco. Pero lamentablemente todos mis esfuerzos fueron en vano y me metió en su habitación. Cerró la puerta con llave y me lanzó con una gran fuerza a la cama.

Temblando, decidí cerrar los ojos, pensando en que cuanto antes empezara, antes acabaría. Pero solo sentí un dulce y suave beso en la punta de mi nariz. Sorprendida, abrí los ojos y me encontré la cara de Yuma a pocos centímetros de la mía.

-JAJAJAJA, ¿En serio creías que iba a ser tan malo contigo? Baka.

-¿No me vas a hacer nada malo?

-No. Creo que ya tuviste bastante con aquellos azotes.

-Cierto, que sepas que todavía no te he perdonado por eso.

-Ah, ¿no?- dijo acercándose aún más a mí con una pícara sonrisa.

-Pues no- comenté empujándolo para apartarlo de mí.

-Entonces hoy en vez de castigarte, te daré un premio para que me perdones...- susurró besándome el cuello.

-¡Ah! ¡Yuma! ¡Paraa!

-Lo siento amor, pero hoy estoy yo al mando.