🕸Piscis x Reiji🕸
Dedicado a: mitsukiUchiha666
-¿Qué haces levantada a estas horas de la noche?
Me sobresalté al escuchar una grave voz cerca de mi oído derecho. Instantáneamente, giré la cabeza y encontré la mirada de mi novio, la cual fulminaba cada parte de mi ser. Él podía leerme la mente con solo clavar sus finos ojos rubí en los míos, como un cazador acechando su presa.
-Nada- mentí- Solo ordenaba mi cuarto...
-Ya... ¿Y qué es eso que escondes detrás de ti?
-No tienes por qué saberlo- titubeé- Además... ¿Por qué has entrado a mi cuarto sin permiso? Parece mentira que hace días me regañaras por no llamar a la puerta porque era de "mala educación".
-Hmp... Llamé a la puerta, que no te enteraras no es culpa mía. Estás muy rara hoy.
-Es la regla, nada de que preocuparse.- Guardé la cajita en el ancho bolsillo de mi chaqueta y me dispuse a ir hacia el baño- Voy a ducharme, ahora bajo a cenar, ¿vale?
Cuando toqué el pomo de la puerta, unas fuertes manos me atraparon e inmovilizaron con posesividad y angustia. De repente estaba tumbada en la cama, sin escapatoria.
-¿Crees que con esa excusa tan barata me vas a quitar de en medio?- Reprochó Reiji.
-No es una excusa.
-Respóndeme. Ahora. ¿Qué estás tramando?
-Ya te lo he dicho, no es nada. Estaba ordenando mi cuarto.
Sus manos apretaron notablemente mis frágiles muñecas. Me encontraba al borde del llanto. Un dolor punzante atravesó mi piel. Sus agudos colmillos penetraban mi cuello, succionando de forma brusca la sangre carmesí.
-No dejaré que salgas de esta habitación hasta que me lo digas, incluso aunque tenga que esperar para siempre. Sin una respuesta, tú misma te estás perjudicando.
Desesperada, le hice una seña para que mirara en el bolsillo. Intrigado, metió una de sus manos en éste, para luego sacar la elegante caja con adornos de plata en los bordes.
-¿Qué es esto?- preguntó confundido.
-Se suponía que no tenías que abrirlo hasta dentro de tres días, cuando íbamos a hacer un año juntos. Pero te me has adelantado...
Abrió impaciente la caja, pero con cuidado de no romperla. Al mirar en su interior, extrajo un pequeño anillo de oro.
-Sé que no es el más caro pero... Es lo único que podía permitirme...
No hubo respuesta de su parte, pasaron segundos, que para mí eran horas, hasta que movió delicadamente sus labios para dejar salir la palabra: "gracias".
Siempre veía a todas las parejas iguales. El hombre le pedía matrimonio a la chica... ¿Por qué yo no hacía lo contrario? ¿Acaso está mal que las mujeres pidan matrimonio a las personas que aman? Independientemente de si son lesbianas, o si es una pareja gay. Mientras se amen, es lo que importa. Así que... ¿Por qué no?
Los ojos de Reiji se llenaron de lágrimas. Sus manos rígidas y firmes, vacilaron y temblaron. Su semblante estricto y serio, se convirtió en un rostro conmocionado. Intentaba decir algo, pero el llanto se lo impedía. Se tapaba la cara con las manos, como si no quisiese que lo viera llorar. ¿Qué hay de malo en ver a los hombres llorar? ¿Acaso ellos no tienen sentimientos también?
Instintivamente, aparté sus manos y le besé tiernamente. Sabía que no era un momento de palabras, sino de acciones y miradas. Cobijó su cabeza en mi regazo, mientras yo jugaba con su pelo, para tranquilizarle.
Al cabo de un rato, levantó la vista, me miró y dijo:
-Sí.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top