Libra x Shin
Dedicado a: Leo-LaCuriosaReader
Nuestras manos se entrelazaban; los pensamientos estaban conectados; la sensación de sus labios rozando mi cuello era totalmente exquisita. El placer se hacía presente entre los gemidos que dejaba escapar.
-Dios, eres realmente preciosa...- Susurraba, aún concentrado en la tarea de marcar mi pecho con sus colmillos.
Mientras, jugaba suavemente con su fino y frondoso cabello, el cual seguía desordenado desde esta mañana.
-Te amo.- Dije, levantando su rostro, obligándole a alzar la vista y mirarme directamente a los ojos.
-No sé quién de los dos se ama más al otro, la verdad.- Respondió, con una sonrisa burlona.
-Házmelo saber entonces.- Añadí, dulcemente.
-Tranquila, soy experto en eso...- Rió, antes de besar mi cuello.
Me fijé en el parche que llevaba puesto sobre su ojo izquierdo y automáticamente quedé pensativa. Nunca se lo había quitado. O por lo menos, no cuando yo estaba delante. Aunque él lo ha visto todo de mí y conocía cada parte de mi ser, jamás le he visto sin aquella prenda puesta.
-Oye, Shin...
-¿Hm?- Dijo, parando en seco al escuchar mi tono entristecido.
-Nunca te he visto sin el parche. ¿Por qué no quieres que te mire cuando privas de él?
Su incomodidad se hizo notable en el ambiente y se apartó de mí, sentándose en el borde de la cama.
-Simplemente... Soy horrible sin él.- Confesó, cabizbajo.- No sabes lo que se siente al levantarte cada día y ver ese vacío, tanto emocional como físico. La sensación de asco cuando andas por la calle y los padres apartan a sus hijos de mí o les dicen: "No mires, es un chico peligroso y feo". Desde aquel día, en el que sacrifiqué mi ojo izquierdo como ofrenda a los víbora por haberme colado en su terreno justo en época de guerras diplomáticas, nunca volví a ser el mismo. Suelo ser impulsivo, cabezón, impaciente y fuerte como antaño, pero la opinión que tengo de mí mismo es repugnante. Pienso que... Si me ves sin este parche... También cambiarás de parecer y te alejarás... Eres la luz que iluminó aquella oscuridad en la que me sumergía y ahogaba. No puedo vivir sin ti. Y con solo imaginar tu reacción al verme...
Posé un dedo suavemente sobre sus labios, haciéndole guardar silencio.
-Te amo tal y como eres Shin... Lo superficial no va conmigo, ¿sabes? Si he caído en las artimañas del amor es por que tu personalidad me abruma. Somos como dos polos opuestos, esperando ser atraídos por una fuerza magnética. No esperes repugnancia por mi parte, ya que jamás la encontrarás.- Respondí, besándole dulcemente en la frente.
Acaricié su espalda y le quité lentamente la camisa. Pasé mi mano por su parche y desaté el nudo con el que se mantenía en el rostro. Cuando éste cayó sobre la superficie de la cama, admiré sus perfectas y delineadas facciones.
-Di algo...- Susurró, rodeando mi cintura con sus fuertes y rígidos brazos, tensos por escuchar alguna respuesta.
-Eres el hermoso fundador del que enamoré la primera vez que lo vi. No he huído de ti, Shin. Tampoco he realizado ninguna señal de asco ni odio. Simplemente me es irrelevante que lleves el parche o no. Para mí, continuas siendo el perfecto esposo con el que me acabo de casar.
Dejó escapar una cálida y gentil sonrisa, pero antes de disfrutar plenamente de nuestra luna de miel, besó mi nariz rápidamente.
-Bueno, bueno... Resueltas ya las incógnitas, es hora de que te haga gemir mi nombre.
-¿Qué?- Añadí, sonrojada ante su comentario.
-Tenemos muchas noches para hablar, pero pocas para divertirnos, preciosa.
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