Dedicado a: @Azumi_Mukami_534

Estaba paseando tranquilamente por la calle. De vez en cuando, no viene mal un poco de aire fresco. Después de 40 min aproximádamente andando, decidí volver a casa. Y el camino más corto era pasando por un callejón. No es que fuera a pasar nada, pero era de noche y daba un poco de yuyu. Aún así, me envalentoné y entré. A la mitad, un hombre entero de negro se abalanzó sobre mí. Intenté alejarlo, pero me superaba en fuerza. Lo único que pude ver fueron sus colmillos. ¿Un vampiro? Imposible. Pero... ¿Entonces qué sería esa "cosa"? Noté como se disponía a clavar sus dientes en mi cuello, cuando otro joven lo lanzó hasta la pared contraria del callejón.

-¿Estás bien?- preguntó mirándome por todas partes.

-S-sí gracias...- contesté atónita.

Iba a seguir agradeciéndole lo que había hecho, pero puso su mano en mi boca y vi sus ojos rojos rubí, su pelo negro corto y despeinado y su fina blanca piel.

-Calla.

Me quedé embobada mirándole y entonces me di cuenta de que aquel tipo que me atacó, se puso en pie.

-Por cierto, me llamo Kino- sonrió mientras se dirigía al hombre- encantado, preciosa.

Se abalanzó sobre el "monstruo" por así decirlo y se enfrentó a él. Su agilidad y fuerza eran impresionantes. Así como su velocidad. Después de una serie de patadas, combos, puñetazos y por último, una rotura de cuello; lo dejó tirado en el suelo. Me miró, se limpió el labio inferior con el pulgar derecho y me agarró del brazo.

-¿A dónde me llevas?

-A un lugar seguro.

Y sin nada más que decir, me cojió desprevenidamente en brazos y aparecimos en una habitación totalmente extraña. Me dejó en la cama suavemente y se dirigió hacia la puerta.

-¡Espera!

-Que.

-Y-yo... Em... Gracias por salvarme... Pero... ¿Dónde estoy?... Y... ¿Por qué lo has hecho?...

-De nada. Estas en mi habitación, te quedarás conmigo hasta que yo crea que sea conveniente- dijo saliendo del cuarto.

-Todavía no has respondido a mi última pregunta- afirmé.

-Espero que esto te valga.

Y a la velocidad de la luz, sus labios se posaron sobre los míos. Me mordió el labio inferior y desapareció de la habitación.