♌Leo x Kino♌
-¿Cuánto piensas beber?- Pregunté, atónita.
-¿Y a ti qué te importa?
Resoplé y me acomodé en el sofá. Se había bebido ya tres zumos seguidos de guayaba. Por no hablar de todo el konpeito que también había engullido. ¿Este hombre tiene fondo?
Le miré, embobada, intentando saber si algún día pararía de comer tanto. Que haga lo que quiera, es su vida al fin y al cabo. No soy nadie para decirle lo que tiene que beber o no.
-Oye, ¿si tuvieras que elegir entre tu zumo de guayaba y yo, a cuál escogerías?
-El zumo de guayaba, obviamente. ¿Qué clase de preguntas son esas? Esmérate y hazlas un poco más complicadas, cabeza hueca.- Bromeó, mientras continuaba y disfrutaba de su zumo.
Reí, pero no duré mucho haciéndolo. ¿Iba en serio? No creo, ¿verdad?
-Pero... ¿Lo dices completamente seguro?- Me giré para mirarle a los ojos.
Vi cómo tragó saliva.
-A ver... Sois cosas totalmente distintas.- Hizo una pausa.- Aunque... ¿Por qué no juntaros a los dos?
-¿Qué?
-Sí, sí. Así mataría dos pájaros de un tiro, ¿no te das cuenta?- Se incorporó y se posicionó delante mía.- Mira, así.- Afirmó, echando de repente toda la bebida encima mía.
Por el frescor del líquido, pegué un salto y me levanté corriendo del sofá. Me limpié los ojos con las manos y contemplé su expresión de diversión plena.
-¿Estás loco?
-No. ¿Por qué iba a estarlo?- Me empujó de nuevo al asiento.- Ahora viene lo interesante, pequeña.- Susurró, acercándose a mí, lentamente.
Pude divisar la lujuria flamante en sus ojos carmesí. Una sonrisa propia de cualquier sádico vampiro. Mientras pasaba su mano suavemente por mi pierna derecha, lamió algo de zumo residente en mi cuello. Instintivamente, lo giré, haciéndole más fácil el recorrido.
-¿Te gusta?- Preguntó, tomándose su tiempo para mirarme a los ojos.- Me gusta cuando tienes esa expresión.
-¿Cuál, exactamente?
-¿Tengo que explicártelo?- Pausó, dejando salir una leve risa.- Quieres más, ¿cierto? Lo deseas, te mueres por ello. Enloqueces y suplicas que siga un poco más. Probablemente hasta que llores y grites de placer. ¿Te es suficiente? ¿O necesitas más? No te preocupes, cumpliré cada uno de tus mayores deseos y fantasías.
Con la otra mano, desgarró la camiseta que me cubría. Cuando fue retirada completamente, me dedicó otra sonrisa malévola. Aparté la cara, precisamente porque seguramente mis mejillas ardían con un fuego inconmensurable.
-Ah... No, no, no...- Dijo, volviendo mi rostro hacia él, de nuevo.- Mírame. Mírame solo a mí. Igual que yo te miro a ti. Igual que admiro cada parte de ti.
-Entonces déjame hacerlo. Déjame verte a ti también.- Balbuceé.
Cogió mis manos y las puso en su pecho, mientras él se concentró en repartir numerosos besos a lo largo de mi descubierto cuello. A pesar de tener los botones entre mis dedos, el placer me dificultaba centrar toda mi atención en desabrochar todos y cada uno de aquellos pequeños obstáculos. A duras penas, conseguí quitarle el chaleco y la camisa. Saboreé con mis ojos el panorama que se cernía sobre mí. Sonreí.
-¿Y esa sonrisa de chica mala?-Preguntó, separando sus labios de mi piel.
-Solo disfruto de las vistas.- Respondí, pasando mi mano por sus pectorales y abdominales.- ¿Alguna vez te he dicho que ningún dios del Olimpo tuvo la misma belleza que tú posees?
-Hmph... No me hace falta, ya lo sé.
Me besó apasionadamente y antes de que me despojara de aquel regalo, mordió mi labio inferior. Hice una mueca de molestia, pero poco a poco fue siendo reemplazada por una oleada de placer procedente de mi pecho.
-¿Dónde debería morder primero? A ver... A ver...- Tanteaba, con la lengua.
Finalmente, pasó sus manos por mi espalda, hasta el broche del sujetador. Dios, y será verdad que...
-Un momento, Kino.- Lo paré.- ¿Vas a hacer lo que creo que vas a hacer?
-Shh... Quieta.- Me calló, con una sonrisa.
La madre del pollo. Miré hacia el techo y le recé a todos los dioses que se me venían a la mente. Noté la sensación de libertad al caerse la prenda. Cogí aire.
-Parece que te voy a destrozar un pecho.- Dijo, entre risas.- ¿No confías en mí?
Preferí no responder y le hice un gesto para que continuara. Rió de nuevo y juro que me derretí viva. Su voz era tan cálida, tan..
-¡Dios!- Exclamé.
Sus colmillos penetraron suavemente el lateral de uno de mis pechos. Recorrí su cabello con una de mis manos, agarrándole con fuerza. No quería que parara, no ahora. No después de esto.
Los sonidos procedentes de su boca se extendieron en toda la habitación, haciendo que la experiencia fuera cada vez mas placentera y pasional. Gemí su nombre y supe que había empezado una noche muy, pero que muy larga. Cuando extrajo los dientes, alzó la mirada.
-Espero que no estés cansada todavía, pequeña.
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Espero que os haya gustado este one-shot. Como podréis comprobar, es algo más subido de tono. Activaré el botón de contenido adulto e intentaré hacer algunos pedidos "hot" lo más fogosos posibles.
Si no os ha gustado la forma de escribir, no volveré a actualizar de este estilo. (Ponédmelo en los comentarios) Digamos que ha sido una prueba. Como siempre, os quiero.
P.d.: la música es precisamente la que escucho mientras escribo el pedido. Una curiosidad gratis. xdxd
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