👄Escorpio x Yuma👄

Dedicado a: MarcoCruz148

Por fin terminé mis deberes de historia. Llevaba mucho tiempo haciéndolos, hasta llegué a pensar que nunca se acabarían. Me acordé de Yuma y de sus ilimitados pucheros: "Vamos~, no te pongas ahora a estudiar~ quédate conmigo~". Realmente es tierno a más no poder... Cuando quiere, claro.
Llena de positividad y optimismo, subí las escaleras de dos en dos en su busca. Cuando llegué a la puerta de la habitación, la vi entreabierta. Me pregunté si estaría bien pasar o no, pero finalmente opté por entrar. Al pasar, no había nadie. Solo se oían sonidos desde el baño privado de Yuma. La curiosidad me invadió y me asomé con cuidado. Lo que vi me sacó completamente de mis casillas.

Tuve que aguantar la risa para no llamar la atención. La imagen de Yuma maquillándose con mis cosas se me clavó en los ojos. Tenía los labios pintados de rojo carmesí, sombra de ojos azul celeste y se estaba echando rimmel. La mano le temblaba.

-¿Cómo se pone esto en la cara? ¿Qué es mi novia, una mani-manitas?

Seguía tan pendiente de su cara que no me di cuenta de que acababa de ducharse y no llevaba nada puesto. Roja hasta la saciedad, me tapé la cara con las manos y sin querer cai sobre la puerta, entrando al baño. Entonces levanté la vista y miré a Yuma. Él me miro a mí. Nos miramos los dos con cara de WTF.

-AHHHHHHHHH- gritó Yuma, tapándose sus partes con las manos.

-AHHHHHHHHH- respondí yo, también en una exclamación.

Cerró la puerta de un golpe y me dejó fuera.
Poco después, salió vestido y con la cara limpia.

-¿Qué hacías con mi maquillaje?- pregunté de brazos cruzados.

-Yo... Etto... Pensé...

-¿Y bien?

-Quería saber lo que se sentía al llevar maquillaje. Solo eso. Además el que tendría que estar enfadado aquí soy yo, que te has puesto a espiarme.

-Eso... Eso lo puedo explicar.

-¿Ah, sí?

-Sí.

-Explícamelo.

-Em...

-Lo sabía. Espía.

Me quedé en silencio con la mirada en el suelo. Luego Yuma añadió:

-Bueno... Puedo perdonarte, ya que no eres la única que espía a veces al otro.

-¿A qué te refieres?

-...

-Yuma...- dije con tono amenazante.

-Un día te vi desnuda, pero también fue un "accidente".

Suspiré.

-Bueno, al menos estamos en igualdad de condiciones.

-Ajá.

-Entonces está bien.

Iba a levantarme cuando Yuma me empujó a la cama y me acorraló entre sus brazos.

-¿Qué haces?

Se acercó lentamente a mi oído, tanto que sentía su respiración sobre mi piel.

-¿Quiéres volver a repetir las vistas de antes?

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