Dedicado a: Alpacasaurio20

-Voy a llevarte a un sitio muy especial- me dijo Carla, apoyando su mano en mi cabeza.

-¿Y dónde es?- pregunté con una sonrisa.

-Es una sorpresa, así que te tengo que vendar los ojos- respondió sacando un antifaz para dormir.

-Está bien. Seguro que si te gusta a ti, me gustará a mi también.

Me puso el antifaz y me dijo que me aferrara a él, ya que me iba a coger en brazos. Confié en Carla y obedecí sus palabras. Dejé de sentir por un momento el suelo y sentí como si estuviera flotando, pero de repente, me dejó suavemente en el suelo, que por el tacto parecía hierba. Me ayudó a levantarme y me dijo:

-Ya puedes quitarte el antifaz...

Y así lo hice, me desprendí de él y la imagen que llenó por completo mis ojos fue la de la pradera cercana a la mansión en la que nos besamos por primera vez, sumergida en el oscuro e inmensio cielo nocturno lleno de brillantes y numerosas estrellas.

-Cuando me siento feliz, vengo aquí y me acuerdo de ti- susurró mirando las estrellas del firmamento.

-Carla... Esto es...- no encontraba las palabras para describir lo hermoso que era aquel lugar con el bello cielo estrellado. Solo me limité a saltar sobre sus brazos y abrazarle tiernamente, a lo que él correspondió besando suavemente mis labios.
Me apartó de forma delicada y me acarició la mejilla, se arrodilló a mis pies y sacó una pequeña caja. La abrió y vi un pequeño y sencillo anillo.

-(T/n)... ¿Quieres compartir toda tu eternidad casándote conmigo?- preguntó con un leve sonrojo.

-...

En este momento fue en el que verdadéramente hacía efecto el refrán: "Una mirada vale más que mil palabras". Y simplemente me limité a besarle y rodear su cuellos con mis brazos.

-¿Eso es un sí?- preguntó con una sonrisa burlona.

-¿Pues tú que crees?- dije con una mirada traviesa antes de volver a juntar nuestros labios a la luz de la luna.