♑Capricornio x Shu♑

-Entonces... ¿Quieres ir conmigo?- Le pregunté a Shu, quien se encontraba tumbado en su cama, como siempre.

-No tengo muchas ganas, la verdad.- Contestó, con los ojos cerrados.

-Es mi cumpleaños, aunque no te apetezca venir al parque podríamos hacer algo juntos, ¿no?

-He dicho que no. Eres un poco pesada, ¿no te das cuenta?

Me limité a mirarle con irritación. Nunca le pido nada. ¿Es incapaz de hacer algo por los demás?

-Además, a quién le importa que cumplas más años. No entiendo por qué la gente celebra que le quede menos para morir. Y por si fuera poco, hacen demasiado ruido con esas inútiles fiestas. Si quieres salir hazlo sola. ¿No eres mayor ya? ¿Tiene de verdad que acompañarte un adulto?

¿Está bromeando? ¿Es así como piensa este perezoso estúpido?

-¿Sabes qué? Vale. Celebraré mi propio cumpleaños. Mejor sola a mal acompañada. Aunque me parece gracioso que cuando tú quieres algo los demás tenemos que ir corriendo para satisfacer tus deseos. Qué pena que nunca devuelvas los favores.

-Como sea... Vete ya. Y a las ocho en casa.

-¿Perdona?

-Lo que has oído. A esa hora aquí.

-¿No soy lo suficientemente mayor? Pues volveré cuando me plazca. Total, te da igual todo, ¿no?

Salí de su habitación hecha una furia. Es insufrible. A pesar de que nuestra relación comenzó hace meses, parece que no le importo nada. Obviamente no quiero que corra una maratón cada día en mi honor, pero estos detalles son los que alguien necesita para sentirse apoyado. En fin, él verá.

Caminé por el pasillo para dirigirme a la entrada de la mansión y coger mi bolso y abrigo, cuando una voz me sobresaltó.

-¿Bitch-chan? ¿Vas a algún sitio?- Preguntó Laito, con una gran sonrisa.

-Voy al parque a distraerme un rato. Ya sabes, por mi cumpleaños.

-Ahh... Cierto. ¿Quieres que te acompañe? Es triste celebrar algo así sola, ¿verdad?- Añadió, pasando su mano suavemente por mi hombro.

Su actitud no había cambiado un ápice aunque supiera mi actual relación con Shu. Estamos hablando de Laito, al fin y al cabo.

-No hace falta.- Respondió otra voz en el fondo.

-Vaya, vaya. Si es mi hermanito mayor. ¿Irás tú con ella?

Vi a Shu acercarse perezosamente hacia nosotros, con una mirada fulminante.

-Sí. Iré yo.- Respondió, cortante.

Laito notó la tensión en el aire y se alejó de mí, no sin antes susurrarme en el oído: "de nada". No lo parece, pero es muy listo. ¿Notaría mi mal humor porque mi pareja había rechazado ir conmigo al parque y quiso darle celos? Mirase por donde lo mirase, estaba totalmente segura de que sin duda Laito es el tipo de mejor amigo que todos desearíamos tener.

Salí con Shu hacia una plaza en el centro de la ciudad. Pensé que iba a ser más ameno, pero el aura que desprendía era totalmente fúnebre y pesimista, como si quisiera morirse en este mismo momento. Era deprimente. Para esto hubiera preferido que me acompañara Laito. Todavía con esperanza, intenté entablar algo de conversación.

-Y oye... ¿Quieres que paremos un rato para descansar?

-No necesito descansar, soy un maldito vampiro. No me compares contigo. Si quieres parar solo hazlo.

Por Thor, el dios de trueno. ¿Qué diantres le pasa a este hombre? Me está haciendo el día imposible. No lo aguanto cuando se pone así. Furiosa y sin paciencia, decidí plantarle cara a las puertas del parque.

-¿¡Se puede saber por qué te comportas de esta manera!?- Le grité, sin pensar.

Se sorprendió, puesto que no se esperaba el tono de voz tan alto con el que le estaba hablando.

-¡Un día al año! ¡Un maldito día al año es lo que te pedí! ¡Quería que esto fuera más románico, más divertido, más "todo"! ¿Eres incapaz de comprender eso? Sé que eres un vago y no te gusta moverte, por eso nunca hacemos algo juntos; porque no quiero incomodarte. Pero mi paciencia se agota. Nunca miras por los demás, solo por ti. Debería darte vergüenza, Sakamaki Shu. ¿Sabes qué? Felicidades, me has chafado el día. ¿Te sientes orgulloso? ¿Estás contento por tu victoria? Maravilloso.

Después de desahogarme me di la vuelta y me fui de allí. No sabía mi rumbo, pero sinceramente... Es de lo último que me preocupaba ahora.

Di varias vueltas por la calle y me paré en el escaparate de una librería. Entré y le eché un vistazo a las obras que tenían. Había mucha variedad. Sin embargo, uno en concreto captó mi atención. "Poesía del romanticismo". Tenía buena pinta, aunque no llevaba dinero, así que lo dejé donde estaba. Al final nadie me ha dado nada por mi cumpleaños. No es que sea demasiado materialista, pero siempre gusta que te den un detalle al menos, ¿no? Cansada, hice el recorrido para volver a casa.

Cuando abrí la puerta de la mansión y entré en la recepción, me recibieron unos brazos abiertos.

-¿Qué tal tu cita, Bitch-chan?- Preguntó Laito, dándome un gran abrazo.

Le hice una seña para que se alejara un poco y le conté lo que había pasado.

-Vaya... No me esperaba que fuera tan grave la situación.- Respondió, al terminar la historia.- En cualquier caso, yo sí tengo un regalo para ti. Cómo olvidarme de tu cumpleaños, Bitch-chan.

Reí levemente y le seguí hasta su habitación. Al entrar, encontré una caja en la mesa. Me acerqué y le pregunté con la mirada si podía abrirlo. Como respuesta asintió levemente con una sonrisa característica de un gran ladrón de información. ¿Qué habría dentro de aquella cajita?

Curiosa, miré en su interior. Un reproductor de música con unos auriculares. Me puse los cascos y le di al botón de "play" el único audio que estaba disponible.

"Agh... Esto es imposible. No hay nada que le pueda gustar a (T/n). ¿Crees que preferirá un anillo? ¿Una pulsera? ¿O mejor un collar? Dios, es muy complicado. Nada de lo que veo la merece. Todo es demasiado pobre y pequeño para ella. ¿Qué voy a hacer ahora? Laito, no te rías, por favor. No te estoy pidiendo consejo para que acabes burlándote de mí. Hmph... Tendré que seguir buscando... Aunque no será tarea fácil. Si acabo sin regalo no sé qué haré. Me sentiría fatal. Bueno... Continuaré con la búsqueda de un regalo perfecto. Hasta luego".

Cuando finalizó el audio, me cubrí la boca con mi mano derecha. Estaba completamente en shock por lo que acababa de escuchar. ¿Shu estaba buscando un regalo para mí a escondidas?

-Como puedes comprobar, la razón de su mal humor es que no tenía nada que darte por tu cumpleaños. Esa conversación fue de esta mañana, cuando tú estabas en clase y el puso la excusa de que no podía ir porque le dolía la cabeza. Seguramente no querría ni mirarte a la cara después de llegar con las manos vacías. Nfufu... ¿Cómo te encuentras tras semejantes declaraciones?- Dijo Laito, apoyado en el marco de la puerta.

-Pues... La verdad...

-¡Laito!- Exclamó una voz detrás del chico de ojos verdes.

-Ups... Mejor me voy... ¡Que lo paséis bien!- Finalizó, corriendo por el pasillo.

Shu entró a la habitación de Laito y me vio con el reproductor de música todavía en la mano.

-¿Has escuchado mi... Conversación?- Preguntó, deprimido.

-Sí.- Respondí.

-Creo que... Te debo una disculpa. Me agobié cuando creía que no iba a triunfar encontrando un regalo digno de ti y en vez de recompensarte hice que tu cumpleaños se chafara por completo. Lo siento, de verdad. Aunque espero que no sea muy tarde para darte algo.

-¿El qué?

Me acercó algo envuelto en papel de regalo. Lo abrí cuidadosamente y vi un libro titulado "Poesía del romanticismo". ¡Era el libro que había estado ojeando en la librería!

-¿Cómo?- Cuestioné, todavía sin palabras.

-Bueno... Digamos que cuando te enfadaste decidí seguirte para que no te pasara nada malo y al final me llevaste a tu regalo. Cosas que pasan. ¿Te gusta?

-¿Que si me gusta? Shu... Es imposible que no me guste algo viniendo de ti.

Corrí hacia él y lo abracé.

-Oye, oye... Tranquila.

-Ahora no te hagas el frío. Me diste un disgusto de muerte al principio, ¿sabes? Podrías haberme contado el problema.

-Agh... Cállate.

Intercambiamos una mirada de complicidad y al momento estábamos riéndonos como niños pequeños. Puede que al final este cumpleaños no haya sido tan nefasto como pensé. Bendigo el día en que conocí a este vago de pacotilla.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top