Dedicado a: @merimoru

Estaba en mi cuarto tranquilamente. La verdad, no tan tranquilamente ya que hace una hora me peleé con Shu. Es un imbécil. ¡Rompió mi vestido favorito solo porque no le gustaba! ¿Esque acaso toda mi ropa tiene que gustarle para que la use? Es mi ropa, mis gustos, y me pondré lo que yo quiera y lo que yo vea conveniente. Pero parece que no es lo suficientemente listo como para entenderlo. En fin, tomaré un baño para relajarme un rato.
Me desnudé y dejé mi ropa encima de la cama. Como la bañera tardaría un rato en llenarse, me puse el albornoz y esperé unos 6 min. Ya llena, cerré el grifo y me dispuse a meterme, pero alguien me arrancó el albornoz de golpe y me inmovilizó por la cintura.

-¿Nos bañamos juntos?- susurró una voz en mi oído derecho. Era Shu.

-¡Ah!- exclamé mientras me tiraba con él dentro de la bañera- ¡¡¡¡¡SHU, SAL FUERAAA!!!!!- grité más roja que un tomate.

-Shhh... No seas tan ruidosa- dijo mientras me tapaba la boca- Además estamos en igual de condiciones, los dos desnudos.

-Y ESO QUE TIENE QUE VER, SAKAMAKI SHU, ¡SUÉLTAME AHORA!

-Silencio, quiero disfrutar del baño...- susurró aferrándome más a él.

No podía verle, ya que estaba detras mía y yo encima suya. El contacto de su piel con la mía hizo que los pelos se me pusieran de punta. ¿Esque este hombre no sabe lo que es la intimidad? No podía dejar de sonrojarme. Estábamos los dos desnudos y juntos... Te odio Sakamaki Shu...

-Siento lo de antes...- dijo por lo bajo abrazándome tiernamente.

-¿Huh?...

-No esque no te deje ponerte la ropa que no me guste, esque... Ese vestido... Te lo regaló Reiji, ¿verdad?- dijo serio.

-Si, ¿y qué?- respondí confundida.

-No quiero que aceptes nada de ese hombre, ¿entiendes? Acéptame a mí y solo a mí. Eres mía, no suya- dijo mientras me apretaba todavía más a él.

-Shu...- cuando dije su nombre, prosiguió a morderme gentilmente en el cuello. Veía como gotas de sangre caían sobre la superficie del agua. Mantenían su forma unos segundos y luego se disolvían en ella.
Noté como la sangre se deslizaba por mi cuerpo.

-Vaya... Te he ensuciado un poco. Tendré que limpiarte, ¿no crees?- dijo con una sonrisa pícara en su rostro.

-Qu- no llegué a terminar la frase ya que Shu me movió rápidamente, poniéndome a mí abajo y el arriba, acorralándome entre sus brazos y sujetándose en los bordes de la bañera blanca.

-Nfufu... Créeme, esto habrá que repetirlo más veces- dijo mientras lamía el camino de sangre que había en mi pecho.

Estaba demasiado débil como para resistirme, así que me entregué completamente a él.

-Espero que con esto entiendas a quién le perteneces, mujer obscena.