— En la empresa Uchiha—

—: Como que no van a poder venir?
Obito: Lo siento Shisui, pero por favor cubrenos, surgió algo importante
Shisui: Tiene que ver con Saku.
Obito: Aveces das miedo.
Shisui: Que le paso?
Obito: No es de gran importancia ( Casi me muero del susto)
Shisui: Por tu tono se que algo va mal, * suspira* bien los cubro pero saliendo me dices que sucedió.
Obito: Te lo prometo, gracias primo, te debo una.
* Cuelga*
Shisui: Una? Con esta ya van 35.
Bueno, hoy me toca el triple de trabajo asi que sera mejor empezar.

— Con Obito—

El ya se encontraba más tranquilo, sabiendo que le dio lo que se merece a Kakashi, sin embargo sabía que ahora el idiota trataría de recuperar a Sakura, pero él no hiba a permitir que volviera a dañarla.

Obito: ( Me hice aún lado por qué sabía que la amabas, deje de lado mis sentimientos por ella para que pudieran ser felices pero ahora que la lastimaste no pienso dejarlo pasar.)
Lucharé por su amor.

Con estas últimas palabras fue a cambiarse para volver al hospital.
Sakura estaría ahí más o menos por tres semanas, después le darían el alta pero aún así debe seguir llendo a revisiones para que ella y el bebé estuvieran bien y claro que el la acompañaría.

— En la empresa Hatake—

Kakashi seguía llorando, se levantó del piso tambaleándose para sentarse en su escritorio, cuando lo logro habrío uno de los cajones en el cual se encontraban algunas fotografías de su bella esposa.
Las saco para abrazarlas.
De un momento a otro sus ojos se llenaron de rabia, abrió otro de los cajones en donde estaban las fotografías que le había mostrado Rin.

Kakashi: Infiel?
El único infiel fui yo, yo soy el único idiota que se dejó engatuzar y engañar.

Dijo mientras rompía las fotos en las cuales se podía ver a una pelirosa riendo y paseando con su primo.
Justo en ese momento llegó Rin, venía con algunas bolsas de compra.

Rin: Kakashi-kun mira el traje que me compre está hermoso y para acompañar compre este collar de perlas.
Por cierto dónde está Obito creí que venía a felicitarnos por nuestra relación aunque me ignoro en la entrada.
Kakashi: Callate.
Rin: ¿ Que pasa?
Por qué rompes las pruebas de infidelidad de esa perra.
Kakashi: dije que te CALLES.

Ante el grito Rin se quedó petrificada Kakashi no le había gritado nunca.

Rin: Cariño que te pasa?
Si te molesto algo, yo puedo ayudarte a bajar el enojo.

Dijo de manera provocativa mientras se acercaba a tocar el cuerpo del peliplata.
Este por su parte por primera vez sintió asco y el rostro de una Sakura decepcionada llegó a cabeza, rápidamente apartó a Rin.

Rin: Como?
Por qué no dejas que te amor?
Kakashi: Cállate Maldita perra.
Rin: KAKASHI NO ME INSULTES QUE AQUÍ LA ÚNICA PERRA O ZORRA ES TU MUJER.

Un golpe en el escritorio hizo que se callara para mirar al hombre que tenía en frente con miedo, ya que este montraba en sus ojos una irá tan grande que por un momento pensó que estaba viendo a un lobo, el cual acaba de descubrir al asesino de su pareja.

Kakashi: Quiero que me escuches con atención zorrita.
No quiero que vuelvas a hablar de esa forma de mi ESPOSA, ella es todo lo contrario a ti.
Es dulce, irradia luz, es fiel, es lo mejor que me pudo haber pasado en toda  mi puta vida y tu no eres nada.
Rin: P-e-e-pero te fu-e infiel.

Le contesto la chica tartamudeando por el miedo que sentía.

Kakashi: Infiel?
Eso es lo que tú  querías que pensara para así poder hacerte con mi dinero, el chico con el cual según tú me era infiel es su primo.

Le contesto el peliplata mientras se acercaba y la tomaba de forma brusca el rostro.

Kakashi: No quiero verte más por aquí, tampoco quiero que te metas en mi vida o intentes hacerle daño a Sakura por qué si yo me entero que hiciste algo te  juro que desearás no haber nacido.
Rin: Tu no harías eso.
Kakashi: No sabes de lo que soy capaz deberías de agradecer que no te mato ahora mismo, LARGO.

La castaña salió corriendo de la oficina completamente pálida ¿ En que lío se había metido por su codicia?.
Mientras tanto Kakashi trataba de calmarse pero no lo logro por lo que empezó a tirar todo lo que se encontraba en su oficina, después de unos minutos en los cables había logrado calmarse un poco, tomo el teléfono y llamo a su esposa esperaba que no fuera demasiado tarde para arreglar las cosas.
Pero la pelirosa no contesto, con el  miedo que crecía en su pecho salió de su oficina, subió a sus auto y fue a casa para poder hablar con ella.