Tres.

El frío en el pasillo era denso, los aires se mantenían prendidos para evitar la humedad en las oficinas. Previniendo el daño de los archivadores, y aparatos. Todo bajo una vigilancia estricta que yo mismo me había encargado de conseguir.

Caminaba por el noveno piso, eran más de las cinco de la mañana. El horario laboral empezaba a las seis pero, yo junto con mis preguntas y lagunas sin respuestas gracias a esa miserable carpeta, no pude conciliar el sueño y mucho menos en mi despacho. 

Con un café en mano, los vigilantes del edificio se sorprendieron con mi llegada tan temprana.

—Buenos dias, Señor Beaumont.

Dijo cada uno en cuanto les pase por un lado, mi respuesta fué como mi humor: insignificante y carente de emoción.

Quería respuestas, no más complicaciones.

Agradecí a todos los santos que cuando me dispuse a salir de mi escondite no había muros en la costa. O mejor dicho, estorbos.

Salí en silencio, y sin peleas.

Perdía la paciencia en aquel sitio, Aranza no llegaba y mi mal humor solamente aumentaba. Trataba de relajarme mientras observaba la cuidad a través del ventanal.

«Papá definitivamente sabía dónde quería su edificio»

—¿Señor Beaumont?—Me voltee y pude ver a la persona que estaba esperando, con una expresión de sorpresa en su rostro—: ¿Que hace aquí? Y tan temprano.

—Vine a hablar con usted—Dejando el café a un lado, metí ambas manos en los bolsillos.

—y, ¿Sobre qué? Si se puede saber..—Alzó la ceja en interrogación.

—Pasemos a su oficina, por favor

Asintió y entramos a su despacho. Tomó asiento en la silla frente a su escritorio, mientras yo me quedaba de pie, tratando de mantener la autoridad.

—Y bien..—Musitó Aranza.

—Leí su expediente—Directo al punto. Sonrió en respuesta—: Pero eso no quiere decir que-

—Señor Beaumont,—Me cortó, suspirando—: Por favor le pido que la conozca.

—Aranza..

—Ella no sería capaz de hacer algo así de forma intencional, y mucho menos a usted por Dios—Juntó ambas manos frente a ella en su escritorio.

—Hoy no tengo tiempo—Aclaré.

—Ella está por llegar, siempre es puntual—Aseguró.

Lleve ambas manos a mi rostro para frotarlo mientras tomaba una bocada de aire. Lo mejor que tendría que hacer hoy es hablar con Pascual para adelantar los papales, leer los últimos pedidos, firmar y demás cosas que se venían a la mente mucho más importantes que perder el tiempo con una joven secretaria.

—Señor Beaumont...—Musitó Aranza antes de ser interrumpida por unos golpes en la puerta que llamo la atención de ambos.

—Buenos días Señora Aranza, espero que haya...—Las palabras de la joven que abrió la puerta quedaron en el aire al apenas ver mi presencia—: Señor Beaumont, buenos días.

Asentí, fue involuntario no apretar la mandíbula gracias al recuerdo del encuentro de ayer.

—Buenos días, cariño—Dijo alegremente su jefa—: El señor aquí presente quiere hablar contigo.

La mire casi de inmediato.

«¿Qué demonios estaba haciendo?»

—¿Ah, si?—Dijo la muchacha poniendo ambas manos juntas a sus espaldas—: ¿Sobre qué?

«Al diablo, terminemos con esto»

—Sobre usted, y su estadía aquí—Dije, y eso fué suficiente para que sus ojos se aplicaran con sorpresa.

Instagram: heroscot_
Twitter: heroscotw
Tiktok: heroscot

Un beso, recuerden que son lo más bello de wattpad❤

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top