Una escuela común y corriente. Un par de albinos que hace poco se mudaron a la cuidad.

El mayor presiona suavemente sus labios sobre la frente de su joven niño, avergonzándolo. Su beso de despedida antes de que entre al salón. Él cree que esta grandecito para eso.

-No quiero que salgas hasta que llegue por ti y, escucha, no hables con extraños.- le repite por milésima vez, hostigandole.-; Te extrañare mucho Kashi.

Su mirada sigue al chiquillo hasta que esta con la mentora de su grupo. Entonces, solo entonces, se va retirándose al trabajo. Debe esforzarse para criarlo y obtener dinero. No tienen lujos pero a su retoño no le faltara amor.

El principito de piel blanca colorea su cuaderno, desviando su vista inocente a la ventana. Un tanto lejos, dos ojos azules le observan fijamente algunos minutos. Decide ignorarle.

Su primer día pasa, se escucha la campana. Odia los sonidos fuertes. A él le agrada el trinar de los pájaros y se siente raro al volver a encontrar a esa penetrante silueta metros a lo lejos. Tambalea sobre sus zapatos, tarareando en la entrada. Papá llega por él y lo lleva a casa.

-¿Algo interesante hoy, bebe? - pregunta su progenitor sirviendo la cena, haciéndole fruncir el ceño. No es un bebe, no tanto...

-No, creo que no.

Día tras día, los zafiros lo vigilan, un poco más cerca. Luego de unas semanas, papi tarda un poco en llegar y decide dar un paseo al parque que esta cerca. Los arboles son frondosos, como en su lugar de origen. No le gustan esos feos edificios largos ni la casita que rentan. No le gusta que papá tuviera que cambiar de trabajo y lo llevara con el.

-Hola.

Los ojos negros suben para ver al adulto frente suyo que sonríe. Es un varón con tes canela, mechones rubios bonitos. Parece serle familiar. Le ofrece una paleta.

-¿Te gustan las historias?

-¡Kakashi!

El mozo voltea hacia donde el grito de su padre se escucha. Cuando papá lo ve, corre y lo carga en brazos.

-¡Gracias al cielo! - exclama, llenando su cabello platinado de besos. Lo adora y ,al no verle en la entrada ,casi se infarta.-;¡No vuelvas a irte así, nunca! Mi bebe, me asustaste tanto...

-Estoy bien pa, solo estaba...- su explicación se corta al perder de vista al personaje pintoresco.

La acción se repite muchas veces. Él se planta frente suyo, le platica, le narra cuentos maravillosos. Sin embargo, cuando papi se acerca, el rubio desaparece de su vista.  

Sakumo tiene mucho trabajo un par de veces. Cinco, quince minutos tarde. El caballero rubio toma al chiquillo de los hombros y lo mira fijamente. Su rostro quiere transmitir dulzura.

-No te preocupes.- murmura al ver la extrañeza en los puros orbes noche del albinito que siente un impulso de extraño peligro.-; Solo ven conmigo. Puedo cumplir todos tus sueños, darte todo lo que ames. Toda la historia mágica que te contaron, todo. Todo te lo daré yo.

La incomodidad no desaparece al estar en casa, escuchando los regaños de su padre por otra de sus "excursiones espontáneas". Su padre exagera. Su padre no lo entiende.

-¡No quiero que vayas por mi! ¡Soy mayor!

La primera pelea. Su familia, su estrecha familia, se desmorona.

Un regalo tras otro, juegos, historias. La propuesta parece tentadora.

Todo lo que desees.

El creyó en lo que decía, desde lo más profundo de su corazón.

Te daré todo.- murmuraba la voz ante su tierna figura.-; Todo lo que siempre soñaste.

Kakashi creyó en ese hombre de enormes ojos azules y cabellos dorados. Parecía un rey de sonrisa brillante,un sujeto agradable. Creyó. Tomó su mano, se dejo llevar tras aquel árbol que parecía un bosque.

La promesa de cuento de hadas ahora era una pesadilla. Una horrible, horrible pesadilla.

Kakashi se esconde y llora. Su rendimiento es el mismo, su sonrisa ya no vuelve, ni siquiera al ir a casa. Miedo. Miedo.

Papá Sakumo no sabe que ocurre ni porque el menor ya no quiere ir a la escuela. Se encierra, le grita, no responde sus preguntas. En realidad, nunca a respondido, pero ahora es diferente. Kakashi esta cambiado.

Las calificaciones bajan, las peleas aumentan.

Todo lo que siempre soñaste. Solo ven conmigo.

Hatake san esta desesperado. No encuentra a su niño. Fue a buscarle. No estaba.

Siete de la tarde, la cama esta vacía. No llegó del colegio, no se fue al colegio. Ocho,nueve,diez.

Su angelito no vuelve.

El peliplata despierta entre hipeos. Hace frío, mucho frío. Mira hacia todos lados, un oscuro cuarto escondido.

¿Qué lugar es ese? ¿Comó llegó ahí?

Se levanta con dificultad del colchón roído. Su cuerpo esta entumecido. Fotografías tiradas. Empieza a correr, golpea la puerta.

¿Qué ha hecho? ¡Qué hizo!

-¡Ayuda! ¿Hay alguien ahí?- su voz se pierde en el pasillo hediondo,las lágrimas florecen al escucharse pasos. Sus manos arden por la fuerza con que las estrella en la cerradura. Quiere ir a casa.-; ¡Por favor, ayuda!

No le interesa salir a paseos, ni regalos ni dulces. No desea un cuento de hadas. Quiere a su padre, quiere...quiere volver.

Un dulce tono empieza a susurrarle al oído, el deje de diversión lo estremece. La pared parece cada vez más y más dura. No hay nadie afuera, nadie puede escucharlo. Nadie.

¿La historia mágica que siempre soñó?

-¡Por favor, ayuda!

¡Please, Help me!

Cada año, cientos de miles de menores son secuestrados por medio de métodos de persuasión como ofrecimiento de premios u otras cosas que suenan tentadoras. Cientos de plataformas sociales se utilizan también para esto sin que sea el fin de la aplicación.

Las historias de cuento de hadas pueden convertirse en pesadillas, por favor, ten mucho cuidado. Un nombre de usuario no te dice nada de la persona tras esa pantalla, tras ese mensaje y esa, tal vez, falsa sonrisa. Puede no ser el príncipe o princesa que tu crees, puede ni siquiera ser de tu edad. No hables con extraños, manten buena comunicación con tus tutores o alguien de confianza si sientes que algo esta mal. NO TE CITES CON DESCONOCIDOS NI LES DES TUS DATOS.

No permitas que la cifra aumente. Cuando sea tarde, veras que no valía la pena. 

El abuso y el acoso infantil son temas serios, ayudemos a erradicarlos.

Muchas gracias por leer ❤

Shuyaneko~