🔞 Justo lo que pedí. 🚫
Advertencia. Contenido ligeramente adulto... Algo de sexo con amor (?
El día fue singularmente pesado. Reportes de todo el complejo ninja se arremolinaron en la oficina, llenando de estrés y trabajo al joven yondaime antes de que pudieran desearle un buen regreso de labores.
-Lo lamentamos mucho Minato sama, pero como las vacaciones fueron largas y no había directivos...
-Comprendo, terminare esta pila en menos de lo que puedan imaginarse.- sonrió amable el rubio tras la tejida prenda que le tapaba el cuello, sosteniendo la pluma entre sus dedos para remojarla una espesa sustancia oscura.- Tal vez incluso salga temprano.
-¿Gusta que acomodemos la demás paquetería cerca suyo o...?
-¿Demas paquetería? - murmuró extrañado, asomándose para ver montones y montones de pergaminos que le cubrieron la frente de azul y llevaron su energía por los suelos, casi tirando también la tinta.
-Oh no...
Tras varias (de verdad varias) horas escribiendo sin cesar, revisando y releyendo discursos políticos de toda índole, reportes y otros asuntos que parecían de lo más importante para la nación, el peliamarillo dejó la oficina a paso arrastrado, con bastante menos trabajo detrás.
Suspiraba con cansancio, esperanzado en abrazar por lo menos la figura de su pareja oficial mientras dormía. No había podido estar cerca de él en las festividades, ni siquiera pudo en ese espacio no laboral porque tuvo reuniones urgentes en las que se esforzó por ver a Kakashi, antes claro de que este fuera nombrado escolta personal de una dama del consejo y la mujer intentara coquetearle a su albino. Pff, fue un desastre que casi le cuesta el tratado de paz.
-Cielos...espero no ser embajador jamas...- pidió a todos los dioses antes de abrir la puerta.
De verdad esperaba por lo menos tenerlo cerca suyo hoy.
Y vaya que lo haría.
-Kakashi kun, ¡Estoy en casa! - saludó a la nada, ojos azules ardiendo ante el repentino cambio de luz cuando las luces se encendieron tras cerrar la puerta, iluminando la espaciosa habitación.
Minato trago duro al ver frente suyo a una albina de estilizado porte y largos hilos de plata por cabellera que se arremolinaban en dos bolitas,una a cada lado de su cabeza, vestida en un traje rojo (bastante lindo a su parecer) compuesto por una capa de terciopelo que tapaba hasta sus glúteos y una falda no tan corta. El rubio sonrió reconociendo que su Hatake sabia como hacerlo feliz y, era testigo, estaba funcionando.
-Kashi,pequeño, ¿Qué haces?
-Yo...quería recibir el invierno a su lado Minato sama...y como no fue posible pues...quise acompañarlo hoy...por alguna razón, me parece una fecha especial...-murmuró, con una voz tan dulce que le hizo cerrar los ojos.
El mayor llevó sus ojos al calendario. 24 de diciembre, un día como otros. No rebatió sus palabras.
-Que agradable... sorpresa...¿Hay algo que quieras hacer ahora?
-Lo que usted diga... Minato-sama...- imitó el tono pasado, haciendo sonreír a su dupla de manera encantadora.
-¿No te gustaría...sentarte conmigo? Un rato para poder verte...
El Hatake ( convertido en "la" por el momento) percibió un pequeño escalofrío, asintiendo y tomando asiento de rodillas en el piso, dejando al descubierto la parte inferior de su cuerpo a partir de sus blancas piernas. Sintió los ojos curiosos del mayor cuando estos recorrieron con hambre sus muslos al descubierto antes de sentarse frente suyo, haciéndole subir los colores de inmediato. Por lo menos practicar el jutsu hasta perfeccionarlo había servido de algo.
-Entiendo...¿Puedo sentarme contigo? - preguntó el rubio, sonriendo nervioso y golpeándose la frente segundos después.- Oh, pero si ya me senté. Yo...p-perdona, estoy algo nervioso.
"La joven" rió bajito, ayudándole a quitarse la pena. Se quedaron quietos unos segundos, hasta que el menor retiró del cuello ajeno la pesada bufanda que ocultaba los brotes rojizos, marca de su pasión desenfrenada en otra noche.
-No hace frío, creo que más bien...esta cálido.- opinó, rehuyendo la mirada inquisitoria y dando un semi brinco al sentir que su maestro tocaba los bordes superiores de su capa plegada.- ¿Qué hace?
-Oh...te libero de esto...¿No me has dicho que hace calor? - sonrió travieso el Namikaze, desabrochando la prenda.
La peliplata enrojeció de súbito con un ligero cosquilleo al sentir la tela deslizar por su pecho, dejando a la vista la parte oculta de su traje que contemplaba únicamente un sujetador rojo con cintas, mostrando el exquisito vientre plano expuesto. Sus pómulos se enrojecieron aun más al ver la cara del adulto, cerrando los ojos al escuchar el hipeo de sorpresa que soltó este antes de volverse de un bermellón intenso.
-Y-yo...yo...no sabia...- se excusó Minato sin apartar los zafiros de él...ella... y con una evidente atracción detrás de la nerviosa sonrisa ensanchada.
-No importa...yo... bueno...lo hice p-para usted...
La cuarta sombra de fuego lo miro fijo al escuchar la confesión, mostrando luego una radiante curiosidad. Sus preciosos orbes celestes lo observaron fascinado, cada milímetro de la ardua transformación fue cubierto por el toque de su mirada mientras la belleza enfundada en rojo apretaba las manos sobre el terciopelo escarlata.
-La calidad...es muy buena.- murmuro, apretando sin pudor uno de los pechos de la sensual silueta. Jiraya estaría orgulloso de lo pervertido que era su alumno en el fondo.
La preciosa criatura mordió su labio, evitando soltar un jadeo entrecortado.
-Fue difícil pero lo valía por usted...s-solo durara unas horas...
-En ese caso...habrá que aprovecharlo ¿No crees? - la interrogante se quedo en el aire cuando las cintas que sujetaban la prenda superior cayeron al suelo, dejando sus atributos superiores al desnudo.
Kakashi se estremeció al sentir una mordida en el oído, esforzado en mantener la transformación y sonrojándose al sentir las grandes manos estrujar con cuidado sus senos, masajeandolos de arriba abajo y cubriendo sinuosamente con las palmas trigueñas la extensión del área alrededor de sus botones.
-S-sensei...mhg...
Lento,impasible, el aliento y la lengua de Minato saborearon su lóbulo y cuello, dejando un rastro húmedo hasta el comienzo de la falda que fue arrancada con bestialidad, obligándolo a cerrar los ojos.
-Te queda perfecto cualquier estilo y cualquier genero, debo admitirlo...- susurro, acariciando las mamas de forma circular y mirando directo a los ojos dispares antes de sonreír de medio lado.- Sin embargo, yo me enamore de tu belleza natural Kakashi, y la quiero conmigo.
Con un nudo en la garganta que no supo si era causado por la excitación o por el estremecimiento que sufrió luego de escuchar la respiración pesada de su amante, el relámpago amarillo realizó diversas posturas con las manos. La expresión sorprendida del Hatake permaneció aun después del humo debido a la desaparición de su jutsu femenino, quedándose desnuda su persona bajo un travieso rubio que lo observo con una mezcla placentera de amor y lujuria, acariciándole provocativo el pecho, donde un sutil sello que impuso suprimía la transformación.
-Mucho, mucho mejor.
-Minato sens...- logró pronunciar apenas antes de jadear por un toque en su miembro, perdiendo el aire al sentir los labios del kage devorarle la boca de manera salvaje.
El yondaime debía reconocer que fue provocativo tocar la figura en femenino del otro pero, innegablemente, al acariciar su cuerpo original el deseo era inmenso.Las palmas canela se colaron entra las piernas del joven, masajeando la parte interior de sus muslos sin dejarlo separar el beso y empeñándose más conforme el menor intentaba cerrar sus rodillas, removiéndose avergonzado con un sonrojo por los toques.
-M-minato...en la entrada n-no...ah...- reclamó bajito, empujando el hombro de su maestro mientras jadeaba para recuperar aire bajo la intensa mirada de lujuria.
-Tienes razón, podrían interrumpirnos...
-¿Cama...cocina o baño?
-Mm, pensaba más en el sofá...- propuso el blondo recibiendo una cara de reproche.- Cierto, la ultima vez fue ahí...vamos al cuarto.
-Mañana lo haremos en tu oficina...me toca escoger.- sonrió Kakashi al ser levantado en brazos, envolviendo las piernas alrededor de la varonil cintura y devorando su boca para acallar los sonidos que salían de sus labios conforme sentía el bulto de Minato sobresalir dentro del holgado pantalón marino.
-Lo que digas, koi..- asintió satisfecho, sosteniéndole por los muslos y caminando con dificultad hasta su recamara, tanteando cada parte del formado joven a su voluntad. Kakashi era demasiado ardiente e,incentivado como se debe, muy poco casto. Un pervertido casi tan descarado como el.
¡Gracias por los libros, Jiraya sama!
Pensaron ambos al llegar a la alcoba, besándose con deseo. Minato inclino el torso para acomodar a su preciosa carga en el colchón mientras esta parecía más bien desesperada en arrancarle el chaleco.
-Mm...vas a romperlo...- el rubio sonrió de lado al sentir como las pálidas falanges tironeaban con más fuerza hasta despojarlo del accesorio verde, atrayéndolo por el cuello.
-¿Eso importa,Minato sama?Puedo darle calor con mi propia piel...- murmuró muy cerca de su boca para volver a besarle, deslizando las palmas por los mechones de cabellos trigo que le encantaban tanto.
El cuarto Hokage negó con la cabeza, llevando sus dedos a jugar con las tenues zonas rosadas que aun cubrían el torso de su pareja desde su ultimo encuentro, suspirando, poco a poco más sonrojado debido al contacto labial tan cauteloso y arraigado.Bajó sus palmas,una de sus uñas surcando peligroso a lo largo de las vertebras ajenas hasta llegar a la espalda baja, suaves círculos imaginarios sobre la zona.
Un suspiro ahogado escapó del albino, puños aferrándose con fuerza alrededor de las escasas vendas que tapaban los esculpidos músculos de su líder. Pronto, ambos en igualdad de condiciones, con cada poro de su cuerpo expuesto ante la jadeante boca y vista del otro, se dejaron llevar por la fiereza de sus acciones.
Los ojos dispares del menor se cerraron con dulzura, sus caderas moviendose a un ritmo pausado para rozar el proporcionado miembro que empezaba a alojarse entre sus piernas. Los brillantes zafiros lo observaron tranquilizantes, brazo canela en su cadera,envolviéndolo como la fresca brisa del verano.
Un sutil beso en su frente antes de sentir la intromisión del primer dígito dentro suyo, maravillosamente placentero. Gruñó en respuesta, orgulloso por haberse preparado antes de la llegada de su maestro.El ninja superior pareció notarlo casi de inmediato, sonrisa de medio lado ante la astucia de su ya nada infantil pupilo. Apresuró la dilatación tanto como pudo sin lastimarlo demasiado, aliento palpitante golpeando los deseosos labios entreabiertos del ninja que copia.
Por fin, las distracciones abandonaron su lugar y el glande fue empujado por su cavidad con pasiva clemencia, tentando al castigo. Kakashi respiró pausado, orbes heterocromicos escociendo por la fricción que causaba en sus paredes la erección palpitante. Balanceó su lengua contra el paladar, contando en voz baja hasta que se sintió tan lleno como estaba acostumbrado. Un par de gimoteos del más alto le devolvieron poco a poco el control de la situación y, por supuesto, también la palma pecaminosa frotando su miembro.
Las tenues luces que iluminaban el cálido cuarto parecieron emitir con fulgor un destello intenso con el primer movimiento de cadera, la pelvis del hombre de dorados cabellos golpeando su trasero con embestidas. Pronto el patrón de encendido-apagado-resplandeciente se convirtió en un intenso parpadeo de manera vigorosa y se encontró a si mismo arremolinando las piernas todo lo que podía contra los fuertes costados canela, mejillas perladas como rubíes rozando las sábanas.El admirable Hokage no estaba mucho mejor, dedos haciendo ahínco sobre la colorada epidermis de su acompañante, espalda flexionada para alcanzar con la boca cada trazo del arte que constituían sus labios e inhalaciones erráticas entre cada vaivén. Una imagen prodigiosa.
Golpeteos sin parar en su interior lo hacían estar cada vez más deseoso. Entreabrió el ocular que poseía el sharingan y el rojo centelleó entre la relativa oscuridad de las cuatro paredes. Apretó sus músculos, el hueso de su ingle acostumbrado a la flexibilidad contrayéndose por el coito. Cuando sintió la estrechez,la estilizada fisonomía de roble del encantador relámpago temblaba como una gelatina. Arremetió contra el sitio que hacia retorcerse al mundo entre sus brazos y se vino dentro suyo, sonoro gruñido gutural al explayarse.
Kakashi se aferró a lo que pudo, confundido entre los espasmos de su propio cuerpo por la excitación. El peso de Minato se sostenía apenas sobre sus temblorosos codos. Se limpió la sudoración acumulada en la frente y restregó sus labios contra la nívea piel de su estudiante en un irregular trazo por su sensual abdomen.
Pequeños gorgoteos incomprensibles se hicieron espacio en la garganta del menor, evolucionando a un quedo grito cuando su falo fue atrapado en la húmeda boca del honorable yondaime. Su voz se deshizo (literalmente) entre palabras cortadas conforme la pecaminosa lengua tallaba contra su extensión y los deliciosos cabellos pajizos le producían estimulantes cosquilleos. Soportó como todo un valiente el azote de su glúteo, las succiones en su glande y las uñas marcando su contorneado muslo, pero con el masaje a su entrada aun palpitante fue sencillamente imposible contenerse. Se derramó sobre la boca ajena, un tanto también en el conducto hacia la faringe.
El relámpago amarillo no pudo estar más satisfecho.Ahora ambos tenían algo de suciedad dentro por culpa del otro. Sonrió, tumbándose a su lado luego de igualar las condiciones como buen gobernante. Tarareó el nombre del ardiente ninja contra su oído, brazos rodeándole todo.
El albino se estremeció de nueva cuenta, percibidos en cada uno de sus sensores corporales el orgasmo reciente. Una sonrisa salio a relucir mientras se enganchaba a la silueta al lado suyo.
-Abría resbalado de forma más efectiva si lo hubiera puesto en mi paladar antes, ¿No crees?
-Es posible.- sonrió, entendiendo la indirecta de su estudiante como una forma de prometerle un futuro sexo oral.- Me hubiera gustado ayudar en tu...preparación previa.
El albino entrelazó sus dedos, párpados aleteando con sueño, un murmullo cansado.
-Tal vez...En la próxima ocasión.
Minato lo apretujo contra su pecho, completo y cómodo para descansar sobre la cama.
-Tal vez. Por cierto, creo que fue realmente especial.
Ambos cayeron dormidos.
📚¡Aló, criaturitas! 📚
Primero que nada, una gran y severa disculpa por la inactividad. He pasado un rato difícil y se me fue tanto el alma que no tuve motivación para escribir a pesar de que las ideas surgían y surgían.
Este borrador estaba con el titulo desde el año pasado y como he notado que me piden mucho este tipo de encuentros cercanos, pensé que seria un buen punto para actualizar. No soy muy buena, es mi primer capitulo sexual con esta pareja y el segundo en toda mi vida, así que no me culpen demasiado si hice sangrar sus ojos.
Espero que tengan felices fiestas decembrinas y, de verdad, agradezco a quienes continúan leyendo. Las amo mucho mucho personitss lectoras ;)
Nos vemos ~
24 de diciembre del 2019
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