Capitulo 5
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Muy temprano frente a la torre de babel
Nuestro albino se encontraba parado a un lado de la plaza esperando a que apareciera la pelirosa, llevaba puesta una túnica marrón oscuro y debajo de esta una armadura ligera que para ser honestos solo protegía zonas muy limitadas pero para el esta solo era un complemento para no llamar la atención.
Y así en completo silencio solo interrumpido por los pasos de los diferentes grupos de aventureros que se dirigían al laberinto, Bell espero pacientemente, tarareando mientras los minutos pasaban y la suave brisa de la mañana agitaba su túnica, a el o al menos a una parte de el le gustaba apreciar momentos como este pues eran momentos efímeros de paz y quietud, y así paso el tiempo hasta que la pelirosa apareció.
Sasha: Buenos días Bell-san.
Bell: Buenos días Sasha-chan
Sasha: Lamento hacerte esperar, se que estas muy ocupado y.
Bell: Tranquila, no tienes nada de que preocuparte, la verdad momentos como estos me relajan.
Sasha: Ya veo.
Ambos procedieron a entrar a laberinto a paso lento pero seguro, pasaron los primeros cuatro pisos sin demasiadas dificultades pese a la obvia inexperiencia de la chica, aunque el albino la estuvo animando para continuar, sin preocupaciones.
Pues claro de que iba a preocuparse sí prácticamente nada de lo que la mazmorra pudiera los arrojarle en en los en los primeros pisos pudiera hacerle algún daño real.
Todo fue relativamente tranquilo hasta que llegaron al piso 5 donde la chica se mostró un poco nerviosa y renuente cuándo pasaron cerca de un corredor en específico. Pese haber pasado algún tiempo desde el incidente ella aún estaba nerviosa aun que ella fue valiente en ese momento aún no ha olvidado el terror que sintió al ver su muerte inminente, mas sin embargo el nerviosismo no duró mucho pues ambos continuaron hasta el piso 6 y en este el albino participo activamente a la pelea, lo cual aligero la carga de la chica y aumentó el ritmo de las avance.
La chica carecía de técnica, se notaba que podía usar el cuchillo que tenía pero solo usarlo no quiere decir que sepa como se emplea correctamente, pero parecía que se las arreglaba. Mientras tanto Belle era otra historia pues la verdadera arma de Bell era su propio cuerpo por lo tanto él estaba acostumbrado a pelear usando sus manos o lo que tuviera a la mano para usar, el no tenía una arma predilecta sin embargo sabía un poco de lucha cuerpo a cuerpo.
Así que él estaba unos guantes especiales fabricados a medida con los cuales podía matar sin muchos problemas a los monstruos que vinieran y aparte de eso una espada corta, un par de cuchillos y algunas otras armas ocultas que él siempre llevaba pero claro esto solamente era para despistar ya que su verdaderas armas estaban dentro de él por no decir que prácticamente él era un arma viviente.
La peli Rosa solo podía mirar asombrada la extravagante forma de pelearte Bell pues honestamente no había visto mucho combate o algunas técnicas de sus antiguos compañeros pero lo que si podía decir era que era bastante errático y muy salvaje pero a la vez parecía que sus movimientos eran calculados.
Ella no sabría decirlo con certeza pero podría verse el albino tenía mucha experiencia en combate, aunque claro esto solo en una suposición de una novata que no tenía ni idea. Por otro lado de el albino estaba tranquilo, muy tranquilo, pese a que no estaba satisfecho pues no era lo mismo matar a una persona que aún goblin o al o una hormiga asesina pero bueno quién estaba a cargo del cuerpo tenía que hacerlo y al menos le servía un poco para calmar su frustración y sus ansias de matar, sin embargo tampoco era algo bueno que digamos pues este quería continuar más rápido pero el que estaba a cargo de supervisar lo no lo dejo pues le habían dejado muy en claro nada de llamar la atención más de lo que deberían y ya la habían llamado demasiado.
Aún así el avance no fue la gran cosa pues cada cierto tiempo tenían que detenerse a recoger sus ganancias podrían avanzar y matar, más sin embargo la situación de la peli rosa no les permitía desperdiciar ninguna piedra mágica para que alguien más se la lleve, por lo que tenían que hacer el tedioso trabajo de sacar las piedras o bueno tedioso para la peli rosa pues el albino era un experto en lo que respecta a manipulación y extracción órganos así que esto era como otro día en el trabajo cosa que impresionó a la peli rosa pues en lo que ella sacaba una piedra mágica el albino había sacado cuatro o cinco.
Sasha: Es impresionante la rapidez con que las sacas.
Bell: Enserio, te lo parece?
Sasha: Si (asintiendo repetidamente).
Bell: Pues no creo que sea tan impresionante, pero si te lo parece te puedo enseñar.
Sasha: Enserio, quiero decir estaría encantada de que lo hicieras.
Bell: Entonces lo are y además que te parece si te enseño a tratar heridas en caso de emergencia.
Sasha: Sisisisisisisi (asintiendo frenéticamente).
Bell: Bien pero mientras estemos en nuestra sesión de aprendizaje tendrás que llamarme sensei.
Sasha: Por supuesto Bell, quero decir sensei.
Bell: Bien entonces continuemos.
Bell acepto gustosamente enseñarle un poco a la peli rosa más sin embargo sería lo básico pues sus conocimientos no eran Exactamente para desollar monstruos y así ambos continuaron hasta despejar el piso 7 y entrar al 8 sin embargo solo pudieron llegar a la mitad del camino pues sus mochilas ya se habían llenado y solo sería un desperdicio de tiempo y esfuerzo continuar sin ninguna ganancia real a excepción claro de el excedía.
Así que una vez llenas las mochilas se dieron la vuelta para regresar a la superficie, pero esta vez fue el Albino quién lideró el camino para hacerlo más rápido y la peli rosa solo lo seguía, el avance fue más rápido pues no sé detenían para recoger nada, y así antes de que se dieran cuenta ya estaban de nuevo en la superficie y todavía quedaba bastante tiempo antes del atardecer.
Ya en la superficie procedieron ir al gremio a cambiar sus ganancias y a reportarse con ella.
Luego de una agradable conversación que tuvieron con su asesora ambos salieron del gremio y tomaron caminos distintos sacia regresaba a su hogar mientras que ver se dirigió a su sede.
Albino entró en su sede para encontrarse en el mostrador a Míach.
Entro a la parte trasera para buscar una bolsa con equipo médico y cambiarse de ropa a una mas acorde a la labor que estaba a punto de ejercer, mientras él estaba buscando su cosas miro por el borde de una puerta y pudo ver capitana inmersa leyendo libro negro.
El albino solo se limito a sonreír con satisfacción, esto era un progreso así que decidió no molestarla e irse rápidamente. Una vez te cambio y tomo sus cosas salió de sucede después de despedirse dios.
En la calle Dedalo
Entonces emprendió el camino hacia un lugar en particular la calle dédalo. Para que se preguntarán pues era otra estrategia del Albino y una manera muy eficiente de buscar información, pues este la buena fama y nombre de Miach, ofreció ayuda a los enfermos y los heridos qué no podían costearse ayuda médica.
Esta de mas decir que el no hacía la gran cosa o al menos no para el, con gusto ayudo a tratar enfermedades y otras dolencias en un bajo rango, pero ya cosas más complicadas el pedía un pago bastante barato o un favor para otro momento, muchas personas desconfiaron de esa palabras, pero el les aseguro que no era nada complicado, sino que a veces un favor puede ser mucho más valioso que el dinero y esto lo hacía de buena fe, pues el comprende su situación porque él estado en una situación igual, las personas ante su sinceridad y el aura que despedía confiaron en el.
Sin embargo eso tomaba tiempo pues los método que usaba eran muy baratos y un poco rudimentarios para no romper con él acto, y para que no afectar a las finanzas de la familia puesto que si empezaba a curar a la gente de gratis no tendría sentido la venta de pociones y sí este rumor se empezaba a difundir, entonces podrían aparecer individuos que quieran aprovechase de la situación.
Pero no siempre esto era así y en algunas veces ver los curaba completamente sin pedir nada a cambio y esto a qué se debía a que el le gustaba una frase mas que nada por que el sabia que tenia mucha razón y es que los ojos son la ventana del alma, y él le gustaba ver la mirada de las personas, pero había una mirada en específico que le encantaba ver y era la de una persona dispuesta a sobrevivir, aun que bien en sus miradas podría haber miedo, ira o desesperación pero siempre que estuviera esa chispa por sobrevivir ellos tendrían una oportunidad o mejor dicho ellos buscarían la forma de crear esa oportunidad, un momento que también pasó el albino, un momento que él siempre recordara.
Por lo que a estas personas el no dudo en darles su ayuda, para darles la oportunidad sobrevivir, pero él solo lo haría una vez pero la siguiente vez no sería gratis puesto que salvación no es algo que el albino ofrezca a la ligera
Aunque también había otros servicios que era albino ofrecía voluntariamente gratis para todos o sea en casos especiales y en algunos necesitan un poco de ayuda como por ejemplo parto, un chequeo médico o una más que simple limpieza de heridas.
Esta actividad no la a estado realizando mucho pues el Albino no llevamos demasiado tiempo en Orario, aun que el tenia mucha experiencia fuera de Orario así que tratar con pacientes distantes o desconfiados no era nada complicado pera el, sin embargo después del primer día se empezó a correr el rumor de que un chico peliblanco la familia Míach que personalmente ayudaba aquellos que necesitaban atención medica, como una especie de gesto altruista.
Sin embargo nada más allá de la realidad pues sí era altruista y en parte de verdad lo era de esa manera pero, también era una manera de hacerse una buena reputación obtener fiables flujos de información y aliados dentro de la calle dédalo ya nunca se sabe cuando los puedes necesitar.
El albino se encontraba actualmente curando la rodilla de un chico que alrededor de unos 10 años, que se había lastimado las rodillas mientras jugaba con sus amigos.
Mientras curaba la rodilla del niño del chico, su madre los observada tratando de averiguar las intenciones del alvino pues desconfiaba demasiado de él debido a que era extraño se ofreciera a curarlos así cómo así y más viviendo en la calle dédalo, sin embargo a sus ojos no encontró nada extraño en su intención de ayudar.
Una vez termino de curar al niño le dio un palmada en la cabeza, le aconsejo que no se rascara la herida y que tuviera mas cuidado mientras juega, le dio un par de indicaciones a la madre para limpiar la herida y se despidió de ambos.
Emprendió su camino para seguir vagando entre las calles yendo de puerta en puerta para ver quién necesitaba ayuda médica y tratando hacer que se corriera la voz.
Sin embargo no había mucha suerte si bien algunos si tuvieron la audacia de ir y y pedirle ayuda, otros eran muy renuentes, porque era extraño que alguien viniera por esos lugares y ofreciera algo bueno como para ser verdad, lo cual era normal hasta que de repente una niña de cabello rojo se le acerco al albino con una mirada de esperanza y nerviosismo.
Niña: Di disculpe, señor.
Bell: Si, pequeña que necesitas?
Niña: Emm, yo, quiero decir... mi abuela esta muy enferma y y y..
El albino se agacho, colocando su mano sobre la cabeza de la niña y dando le una gentil mirada.
Bell: Tranquila pequeña, ayudare a tu abuela así que podrías guiarme hasta ella.
El siguió a la niña a través de las calles hasta que llegó a uno de muchos edificios de la calle dédalo.
Entró y subió varias escaleras hasta que llegó una puerta algo vieja y desgastada aunque un poco robusta, la niña le pidió que pasara el miro en la habitación pequeña casa, vio una pequeña sala y varias puertas sin mucho más, pronto vio que la niña entró a una habitación específico, dentro se encontraba una señora ya mayor con cabello rojo lleno de muchas canas sentada en una cama con una manta sobre sus piernas, pero su condición era preocupante pues se notaba pálida, con una notable perdida de peso, además que se notaba severamente cansada.
Abuela: Tu eres el muchacho de los rumores cierto.
Bell: Si son los de un conejo con bata de doctor, curando a los necesitados, pues si ese soy yo.
Abuela: Ya veo, que muchacho tan agradable.
Niña: Lo vez abuela, te dije que lo traería. (la abraza)
Abuela: Si, cumpliste tu promesa.
Bell: Ejem, disculpe la interrupción, me llamo Bell ¿Cuál es su nombre?
Abuela: Letisia.
Bell: Entonces Letisia-san, cuales son sus dolencias?
Pov Bell
Letisia, comenzó a describir sus síntomas, tos intensa desde hace un tiempo, dolor en el pecho, falta de apetito, perdida acelerada de peso, fiebre y tos con sangre.
Mierda no importa como lo vea pero esto se trata de un caso de tuberculosis, si no trato esto con cuidado podría acabar en desastre, aun que por otro lado esto a es bastante serio y no creo que pueda sacar mucho provecho de hacer esto.
Ahora otro problema seria la niña, que ahora que lo pienso no se su nombre pero que mas da, la niña a estado mucho tiempo expuesta a la enfermedad pero aun no muestra síntomas o al menos no por ahora, la enfermedad tarda un tiempo en desarrollarse y si no se trata con cuidado puede dejar muchas secuelas.
Pero dejando de lado el estado de la niña, la anciana no esta muy bien, aunque la cure no acabara allí y a juzgar por la casa no creo que tenga siquiera una posibilidad de poder mantenerse en reposo o tener a alguien que la ayude correctamente.
Honestamente seria mas fácil dejarla, pero ese no es mi estilo.
Fin Pov
Este se volvió otros de los pocos casos en que el albino hizo una excepción, pues al ver esta niña con esperanza en sus ojos de que alguien pudiera ayudar a su abuela por momentos se recordó así mismo la época en que lo único que quería era buscar la forma de curar a su madre, una época hermosa y triste, un momento en que lo hubiera deseado obtener cualquier cosa para poder curarla, un momento que nunca llegó pero ahora estaba aquí como un extraño mirando la misma situación así que hace una excepción podría decirse que una persona tan desconfiada como él no haría esto a la ligera, sin embargo en su núcleo, muy en su interior aún era un niño asustado y de buen corazón.
Les hizo prometer a ambas que no dirían que él ya la había curado, pues sabia eso le podría traer muchos problemas a el y que había personas malas detrás de su cabeza, lo cual era cierto, y en caso de que preguntaran que respondieran que simplemente les había dado un tratamiento experimental.
Y mientras tanto mira les daría un medicamento para su recuperación pues su cuerpo aun estaba bastante debil, además de ayudaría a prevenir que se enfermara de nuevo, dbido a que habían varias secuelas de esta y que su cuerpo podría no resistir.
Luego de la explicación, talvez para despejar sus dudas o talvez para aliviar sus inseguridades, les explico que él estaba haciendo esta excepción por ellas porque le recordaba a su yo del pasado y que por favor cumplan su promesa.
Y así continúa la tarde el Albino hasta que empezó a anochecer momento en que se decidió dejarlo irse.
Terminada su labor regreso a su sede para dejar sus cosas, ponerse el traje que usaba entrar al Laberinto y sus armas, pero esta vez llevaba una capa encima para no llamar la atención.
En el Dungeon
Una vez ya dentro del dungeon empezó a correr y a correr hasta que antes de darse cuenta ya estaba en el piso 8 aquí empezó a dar rienda suelta habilidades y peculiaridades.
En realidad el no necesitaba esto pues ya su estado estaba bastante maximizado, sin embargo el quería volverse más fuerte para mejorar sus habilidades y con suerte encontrar una hazaña para subir de nivel aunque por sí solo ya había hecho varias hazañas pero el quería realizar una aquí.
Además era una buena manera liberar sus impulsos homicidas.
En el consejo de los Bell
B.Sadico: Esto esta mucho mejor, nada como arrancar extremidades y apastar cabezas. (feliz)
B.Inquisidor: Oye esta ves intenta golpear su cabeza en un ángulo diferente quiero saber la manera mas eficiente de matarlos.
B.Sadico: Entendido. (con una sonrisa feroz)
B.Homisida: Oye ya me toca, déjame divertirme un poco.
B.Sadico: No, mi turno aun no termina.
B.Homisida: Malo.(haciendo pucheros)
B.Precabido: Ya dale su turno, o talvez tengo que recordarte que aun no te castigamos por lo del otro dia.
B.Sadico: ehhhhh, vamos no fue para tanto.
B.Impulsivo: Que no fue para tanto¡¡¡¡, intentaste sodomisar a Amigable.
B.Homisida: Si y el pobre, aun tiene miedo de quedar se solo o de entrar al baño.
B.Sadico: Pero yo solo estaba bromeando, ademas yo.
B.Precavido: Sin peros, además tu tiempo termino hace un rato, así que entrega el control de una buena vez.
B.Sadico: Esta bien. (haciendo pucheros)
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Gracias por leer el capitulo y por su paciencia.
Lamento mi larga ausencia pero ya estoy devuelta.
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