4-¿Es realmente una mentira?

Tn estaba realmente que no sabía por donde salir, Divina aferrada a su brazo, Kent con cara de sorprendido al igual que su padre y enfrente tenía a la mujer mirándolo de arriba a abajo examinando al chico, como si estuviera buscando algo dentro de él.

—Yo...—empezó el chico.

—Dile que estamos saliendo—comentó Divina en un susurro—lo siento mamá, Tn es algo tímido. Y queríamos decirtelo en persona. Así que como puedes comprobar no puedo salir con ese chico.

—Esperaba al menos una llamada o mensaje, podríamos haberlo hablado por teléfono y no esperar a que ahora que estaba todo preparado para el casamiento, lo tuviera que deshacer—parecía molesta por tanto secretismo.

—Siempre es a Kent, no esperaba que fueras a recibir una propuesta sobre mí tan pronto—replicó ahora ella—Tn ahora es de la familia, ¿a qué sí?—esbozó una leve sonrisa y le plantó un beso en la mejilla.

La mujer se quedó callada durante unos segundos que fueron realmente largos. Finalmente suspiró y asintió con la cabeza ganándose la sonrisa de su hija.

—Muy bien, hablaré con está familia. Pero por favor antes de volver a hacer una cosa así consulta con tu madre—dijo ella.

—¿Y qué pasa con su padre?—preguntó haciéndose el molesto por ser excluido.

—Eso, y con su hermano—añadió Kent.

—Ustedes dos cerrarán la boca y harán lo que yo diga—contestó con voz autoritaria haciendo que asintieran muertos de miedo.

Luego miró a Tn.

—¿Qué es lo que te atrae de mi hija?—preguntó mirándolo directamente a los ojos de una forma que asustaría a cualquiera.

—Pues esto...yo...creo que su hija es inteligente, fuerte, firme, valiente...con buenos gustos y que siempre ayuda a los demás—contestó algo sudado.

Ella aceptó que salieran juntos, parecía de momento convencida del amor del chico por ella.

—Bueno, tengo que hacer unas cosas, un placer conocerlos—agachó la cabeza como una reverencia y se marchó.

Al quedarse de nuevo los cuatro a solas, su madre le comentó que había encontrado a un buen chico pues parecía sincero y educado.

—Gracias mamá—dijo ella—¿algo más?.

—Nada más, nos marchamos. Todavía tenemos que hablar con la familia de tu ex prometido.

Ambos se despidieron de sus hijos con un cálido abrazo y se fueron.

—Bueno, ¿cuándo me ibas a contar?—preguntó Kent mirando a su hermana.

—Era una mentira, Tn y yo no estamos saliendo—respondió—lo he usado para librarme de ese compromiso.

—Muy astuta, además, mejor, pobre Tn

—¿Qué has querido decir con eso?

—Pues...—la mirada que le hizo le recordó mucho a su madre así que se disculpó y se marchó a su cuarto.

En la cafetería encontró a Tn tomando algo con Enid.

—Hola—saludó ella sentándose a su lado.

—Hola—respondieron ellos dos.

—Oye Tn, lamento lo de antes.

Enid preguntó por ello y fue puesta al día. Le prohibieron decir algo en su página pues necesitaba que eso pasase desapercibido. Como eran muy buenas amigas, aceptó. Luego, la loba se marchó a hacer unos recados con Yoko y Miércoles, está última debía ir a Jerichó a comprar unas cosas.

—¿Damos una vuelta?—preguntó la sirena.

—Claro.

Emprendieron la marcha por la academia y hablaban de sus gustos y de cosas que a los dos les gustaba mucho. Como el cielo estaba algo oscuro, hacia algo de frío y estaba algo cansada, volvieron al interior de la academia hasta llegar a la habitación de ella.

—Quizás huela algo a pescado—comentó la joven abriendo la puerta.

El chico se quedó parado.

—Era una broma, ¿qué pasa?, ¿no puedo bromear con mi tipo de raza?.

Ambos se sentaron en la cama y Divina de nuevo le pidió perdón por haberlo metido en todo ese lío. El chico negó con la cabeza.

—Has hecho bien, por tu seguridad, según me has contado...es una mala persona

—Horrible, y gracias por esos halagos, se nota que has mentido eh jeje

—No, no he mentido—Divina se le quedó viendo—lo he dicho totalmente en serio.

Al mirar en sus ojos, se reflejaba que decía la verdad. Divina sintió como el corazón le daba un vuelco.

—¿Lo dices en serio?

—Si, creo que eres una persona increíble.

La sirena se ruborizó y agachó la cabeza, ahora estaba algo nerviosa.

Las finas gotas de lluvia golpearon el cristal. Iba a hacer frío y el agua empezaba a caer con más intensidad. Enid y el resto de alumnos que fueron a Jerichó ya habían regresado y las puertas se cerraron pues nadie saldría o entraría ya salvo caso de extrema urgencia.

—¿Tienes frío?—preguntó la chica.

—Un poco

—Toma anda—le dio una manta y ambos se pusieron a ver una película con la lluvia de fondo.

—Menuda tarde, con el buen día que ha hecho—comentó él.

—Si—se acercó a él para estar más pegados—tengo un poco de frío.

Allí estaban los dos, juntos y viendo una película. Ella de vez en cuando miraba de reojo al chico y una sonrisa se le dibujaba. No podía evitarlo. Se acercó y le dio un beso en la mejilla.

—Como agradecimiento por haberme salvado de ese monstruo—dijo sonrojada.

—No ha sido nada mujer—dijo algo sonrojado.

—¿Te has puesto rojo?

—¡No, claro que no!

—¿Tan poco contacto femenino has tenido?

—¡No, yo soy un galán!

—Se te da fatal mentir

—Tonta

—¿Qué me has llamado?.

Se puso sobre él a hacerle cosquillas y el chico no paraba de reír.

Entonces se percataron de su posición, Divina sobre Tn estaba ahora recobrando algo de aire. La película de fondo la cual ya no prestaban atención, la lluvia afuera, a oscuras y el chico debajo, tratando de recuperar un poco el aire.

—Tn...—susurró ella acercándose un poco.

—Divina...yo...—el chico entrecerró los ojos.

A escasos centímetros de besarse alguien abrió la puerta y prendió la luz pillando a los dos en el acto. Eran Enid y Yoko que querían hablar con ella sobre unos chismes. La sonrisa de la loba delataba lo que estaba pensando por su cabeza en aquel preciso instante.

—Lamentamos interrumpir, no sabía que estabas...ocupada—dijo la rubia.

—Oh, no, nosotros...—se apresuraron a decir ambos.

—Ya, ya...—dijeron ambas.

El chico se levantó y se despidió de las tres. Cuando cerró la puerta detrás de él, enseguida las amigas se sentaron en la cama para recibir una explicación por parte de la sirena.

—¿Es realmente una mentira?—preguntó la rubia.

—Eso, cuenta—dijo Yoko.

Divina se quedó pensando unos segundos lo sucedido, su corazón latía con tanta fuerza que estaba sonrojada. Quizás si estaba realmente enamorada de Tn,

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo  :)

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