CAPÍTULO 6: TÚNEL ESPACIO-TEMPORAL


Ómina y Penumbra recorren el túnel espacio temporal buscando al Sujeto X, una criatura de inigualable poder que resulta clave en el plan del malvado Vladyron. Las dos mujeres miran hacia todas las direcciones intentando divisarlo para atraparlo.

PENUMBRA: Esa cosa no aparece por ninguna parte. ¿Se habrá introducido en algún lugar de este túnel?

ÓMINA: No creo, el orbe que nos entregó Vladyron está siguiendo el rastro de esa alimaña. Por ahora no parece que se haya desviado y su rastro sigue en línea recta.

PENUMBRA: ¡Hay que seguir! No puede llevarnos demasiada ventaja.

ÓMINA: Así es, y ahora que no hay ningún obstáculo para nuestra misión lo atraparemos.

PENUMBRA: ¡Sí! ¡Aceleremos el paso, Ómina!

ÓMINA: ¡De acuerdo! ¡Ultra Dash!

Ómina y Penumbra aceleran aún más su paso para atrapar al sujeto X antes de que pueda escapar de ellas. Tras unos minutos las Nobles Sentimogu divisan al pequeño dragón.

PENUMBRA: ¡Mira, Ómina! ¡Allí está!

ÓMINA: ¡Perfecto! ¡Esta vez no escapará!

Ómina crea un látigo para atrapar al sujeto X. Antes de que pueda atraparlo, el dragoncito hace una pirueta hacia atrás y lo evade con facilidad. El látigo impacta contra una roca que flota por el túnel espacio temporal y la hace pedazos.

PENUMBRA: ¡Por poco! ¡Qué escurridizo es!

El dragón emplea energía psíquica para manipular los fragmentos de la roca destruida por el látigo y los lanza como una lluvia de proyectiles a las mujeres Sentimogu.

ÓMINA: ¡¿Pero qué?!

PENUMBRA: ¡Esquivémoslos! ¡Rápido!

Las piedras se dirigen a toda velocidad a por Ómina y Penumbra. Las Nobles logran esquivar gran parte de ellas haciendo uso de una agilidad envidiable, pero algunas de ellas les alcanzan, originándoles pequeños cortes en los brazos que sanan rápidamente.

ÓMINA: ¡Esta cosa está llena de sorpresas! ¡Me gusta!

PENUMBRA: Vladyron ya nos advirtió de que estuviéramos atentas a las impredecibles habilidades de esta criatura. ¡No bajes la guardia!

ÓMINA: ¡No hace falta que me lo digas!

PENUMBRA: ¡Toma esto! ¡Dark Ray!

Penumbra dispara un fino y rápido rayo de energía de color violeta hacia el Sujeto X, pero las escamas del pequeño dragón adquieren una tonalidad más blanca y refleja el ataque de la malvada Sentimogu. El rayo devuelto se desplaza a una rapidez mucho mayor de la inicial y Penumbra consigue esquivarlo en el último instante, recibiendo un pequeño corte en la mejilla izquierda.

ÓMINA: ¿Estás bien?

PENUMBRA: Sí, no te preocupes. No es más que un rasguño, pero este bicho me está empezando a sacar de mis casillas.

ÓMINA: A mí no. Adoro una buena caza, las de otros seres no son tan estimulantes como esta.

PENUMBRA: ¿Sabes qué? Estoy de acuerdo contigo. Por mucho que se nos resista siento al mismo tiempo una gran emoción.

ÓMINA: Basta ya de preámbulos. Pongámonos serias de una buena vez, ¿te parece, compañera?

PENUMBRA: Muy bien, empleemos nuestras técnicas combinadas para capturarlo.

Ómina y Penumbra despliegan una poderosa energía alrededor de sus cuerpos, y en una milésima de segundo ambas auras atan e inmovilizan al pequeño dragón, que intenta por todos los medios liberarse sin éxito. Poco a poco se va formando un círculo de energía que rodea y aprisiona completamente al Sujeto X.

ÓMINA: Retuércete todo lo que quieras. Esta técnica conjunta es prácticamente indestructible.

PENUMBRA: Nuestra Dark Prison emplea nuestras auras para crear una prisión que doblega cuerpo y mente a través de un intenso dolor físico y psíquico. Nosotros los Sentimogu guardamos más de una sorpresa bajo la manga.

ÓMINA: Exactamente. Ahora sé un buen chico y deja que te llevemos ante nuestro señor Vladyron. Solamente necesitamos tu poder y después podrás marcharte libremente sin ningún problema.

El Sujeto X recuerda con terror la tortura que sufrió en el pasado cuando fue obligado a usar sus poderes para traer a los Draco de vuelta y el desastre que se causó. El dolor que está sufriendo es tan insoportable que está al borde de perder el conocimiento.

PENUMBRA: Vladyron va a alegrarse mucho de que le llevemos esta joya.

ÓMINA: Je, je. Tú lo has dicho, dentro de poco la visión del gran Vladyron será una realidad y podremos gobernar eternamente sin ninguna clase de preocupaciones.

A medida que Ómina y Penumbra se acercan al círculo donde está preso el Sujeto X su miedo va en aumento. Justo cuando la mano de Ómina está a escasos centímetros de agarrar la jaula circular el pequeño dragón despliega un devastador brillo que vaporiza su prisión y ciega por completo a Penumbra y a Ómina.

PENUMBRA: ¡Aaaaah! ¡No veo nada de nada!

ÓMINA: ¡Me he quedado ciega! ¡Maldita sea!

Mientras las Sentimogu están cegadas y aturdidas por la gran luz desplegada por el Sujeto X como mecanismo de defensa éste aprovecha para huir e introducirse en una parte del túnel para dejar de viajar por el espacio-tiempo y huir a otro lugar, esperando encontrar un sitio donde estar a salvo.

PENUMBRA: ¡Cómo me escuecen los ojos! ¡Es como si se me hubieran derretido!

ÓMINA: ¡GGRRRRR!

Poco a poco Ómina y Penumbra recuperan la visión y se percatan de que el Sujeto X ha escapado aprovechando que estaban sin poder ver lo que estaba sucediendo.

PENUMBRA: ¡No puede ser! ¡Se nos ha vuelto a escapar!

ÓMINA: ¡Hay que atraparlo como sea! ¡No dejaremos que nos deje en ridículo otra vez!

Ómina y Penumbra se apresuran en dar caza a su presa tan rápido como pueden. Mientras tanto en el planeta de Oceanus, Dragnya se encuentra pensando en las llanuras, por las cuales fluye un viento reconfortante que acaricia suavemente todo lo que toca.

DRAGNYA: Me encanta venir a las llanuras para pensar. Me siento muy relajada cuando estoy aquí, me olvido de todas mis preocupaciones.

De repente Dragnya ve cómo se origina un agujero en el cielo, del cual sale una pequeña criatura con el aspecto de un dragón en miniatura muy malherido que ha perdido el conocimiento. La joven se apresura para atrapar al animal con sus brazos antes de que caiga al suelo, cosa que logra.

DRAGNYA: ¿Qué te ha pasado, pequeño? Parece muy malherido y está inconsciente. Será mejor de que vuelva a palacio y se lo cuente a los demás para poder tratarlo adecuadamente. Me daré prisa para que te pongas bien enseguida, te lo prometo. Ni siquiera mi poder sanador podría curarlo con unas heridas así.

Dragnya corre a toda velocidad para pedirle a sus compañeros que la ayuden a curar al extraño visitante que ha recibido el planeta. Poco después las Sentimogu llegan al planeta de Oceanus persiguiendo al Sujeto X.

PENUMBRA: ¿Qué lugar es este?

ÓMINA: Mucho me temo que estamos en el planeta de Oceanus. Ese bicho no podría haber venido a un lugar peor.

PENUMBRA: ¿Has dicho Oceanus? ¡Perfecto! Tengo muchas ganas de decirle un par de cosas a ese maldito traidor.

Ómina agarra la capa de Penumbra.

ÓMINA: Quieta parada, fiera.

PENUMBRA: ¿Eh?

ÓMINA: Ese cabestro no está solo. Tiene a Lúmina y a su tropa con él, estamos en inferioridad numérica.

PENUMBRA: ¿Y qué? No son rivales para nosotros

Ómina vuelve a tirar de la capa de Penumbra.

PENUMBRA: ¿Otra vez? ¡Déjame! ¡Quiero desatar un poco de caos como acto de buena fe!

ÓMINA: Vladyron nos ordenó que lleváramos a cabo este plan en la más absoluta confidencialidad. Si te presentas allí les estarías revelando nuestras intenciones.

Penumbra se resigna y Ómina suelta la capa de su compañera.

PENUMBRA: Vale, de acuerdo. No les atacaremos, ¿pero has pensado en lo que vamos a decirle a Vladyron cuando nos presentemos ante él sin el Sujeto X?

ÓMINA: Pues claro que sí, lo tengo todo pensado. Tú sígueme el juego y todo irá bien.

PENUMBRA: No sé yo...

Ómina se agacha y empieza a dibujar una V en el suelo. Poco después el símbolo elaborado brilla con una tonalidad roja y el imponente holograma de Vladyron se eleva unos metros al cielo. Ómina y Penumbra le hacen una reverencia a su señor.

VLADYRON: Bien, bien. Estaba esperando tener noticias vuestras.

PENUMBRA: Amo Vladyron, hemos cruzado el agujero espacio-temporal persiguiendo al Sujeto X y actualmente nos encontramos en el planeta donde Oceanus tiene su escondite.

VLADYRON: Continuad...

ÓMINA: Le hemos obligado a seguir esta ruta para que pueda encontrarse con la pequeña Dragnya y su grupo.

Penumbra siente un gran terror al escuchar a su compañera y la visión de Vladyron alza una ceja con extrañeza.

VLADYRON: Imagino que tendréis una buena razón para que haya podido llevarse a cabo un encuentro tan insólito.

PENUMBRA: Por supuesto que la tenemos. Ómina os lo explicará con mucho gusto, maestro.

ÓMINA: Faltaría más: hemos permitido que el Sujeto X pueda encontrar aliados en los que pueda depositar su confianza y baje la guardia, siendo así más sencilla su captura en breve.

VLADYRON: Hmmmmm... Interesante. De esa manera podrían venir a hacernos una visita antes de lo esperado.

PENUMBRA: Qué perspicaz es usted, mi ilustre señor.

ÓMINA: No puedo estar más de acuerdo contigo, Penumbra.

VLADYRON: Perfecto, buen trabajo. Volved cuanto antes para que os asigne vuestra siguiente misión.

ÓMINA Y PENUMBRA: ¡Entendido!

La ilusión de Vladyron se esfuma rápidamente, quedando solamente la marca de la V dibujada con la tierra a su alrededor algo quemada. Penumbra y Ómina suspiran aliviadas.

PENUMBRA: ¡Uf! Creía que no lo contábamos. Tenías razón, Ómina.

ÓMINA: Ya te dije que lo tenía todo controlado. No me gusta mentirle a Vladyron, pero no podíamos permitir que supiera lo que realmente ha pasado.

PENUMBRA: Tenemos mucha suerte de tener un líder que nos dé tanta libertad siempre y cuando cumplamos los objetivos. Va siendo hora de volver, este viento me pone de los nervios y me crispa mi bello pelo.

ÓMINA: Igual que a mí. Volvamos a palacio.

Ómina utiliza el orbe entregado por Vladyron para regresar y desaparecen en un abrir y cerrar de ojos. Mientras tanto, Oceanus se encuentra apoyado en uno de los pilares de los jardines y mira al horizonte, creyendo haber sentido algo fuera de lo habitual aunque no le da mucha importancia pensando que no es nada importante.

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