CAPÍTULO 53: TRAFICANTES SENTIMOGU
En un bosque localizado en la parte sur de la Tierra Universal una banda de traficantes de seres vivos está preparando múltiples camionetas para enviarlas a los clanes de los Regentes con la finalidad de ser utilizados como alimento o esclavos para el disfrute de los miembros de clase alta del Imperio. La jefa de los traficantes es una criminal muy buscada por el Imperio, pero tras haber pactado con el malvado Regente Vladyron ella y su banda fueron acogidas bajo su ala, a cambio de que le entregaran múltiples seres de diferentes razas para que no fueran entregadas a las autoridades y ejecutadas en un acto público.
HYOMA: ¡Vamos! ¡Largaos de una vez y efectuad la entrega! ¡Nuestras vidas dependen de ello!
Tras la orden de Hyoma las 5 camionetas con jaulas llenas de jóvenes miembros de diferentes razas parten a toda velocidad rumbo al mar para efectuar la entrega con los hombres del clan de Vladyron. Cuando las camionetas se marchan Syena, la segunda al mando de las traficantes se acerca a su jefa.
SYENA: Jefa... Nuestra situación es extremadamente precaria y no tenemos más remedio que seguir adelante con el tráfico de seres inferiores, pero a veces me pregunto si vamos a tener que seguir con esto el resto de nuestras vidas.
HYOMA: Te entiendo, querida Syena. Pero el mundo en el que vivimos es extremadamente cruel y tienes que buscarte la vida para sobrevivir, aunque eso signifique pisotear a los que son más débiles que tú. Hemos sufrido muchísimo tiempo en unas condiciones pésimas, ya deberías de tener el corazón bien endurecido, aunque no te culpo, eres todavía muy joven.
De repente ambas Sentimogu sienten un escalofrío correr por sus cuerpos y el sudor se forma en sus frentes sin previo aviso. Cuando voltean para ver la causa ven al Regente Vladyron con una sonrisa amigable y despreocupada, cosa que inquieta a las dos mujeres.
VLADYRON: Mi buena amiga Hyoma, yo no podría haberlo dicho mejor. Al fin y al cabo sois criminales buscadas y tenéis muchos niños Sentimogu enfermos a vuestro cargo. Este es el único modo de poder subsistir tras haber huido de vuestros maridos abusivos.
SYENA: ...
HYOMA: Normalmente no sueles aparecer por aquí, Vladyron. ¿A qué debemos este gran honor?
VLADYRON: (sonriendo) Sería descortés por mi parte el no venir de vez en cuando a felicitar el buen trabajo que lleva a cabo la traficante número uno del Imperio Sentimogu junto a su banda. El haber venido aquí se debe a que quiero ofreceros la mejor propuesta de toda vuestra vida.
Un hombre Sentimogu detrás de Vladyron aparece, con un tono chulesco y oliendo el lugar, dibujando en su rostro una expresión de repugnancia segundos después.
ESCOLTA SENTIMOGU: ¡Puaj! ¡Este lugar huele fatal! ¡No me extraña, porque está lleno de hembras de mala muerte y de niños moribundos!
Syena aprieta los puños de rabia, pero unos segundos después el escolta de Vladyron es cercenado por la mitad por este último tras un rápido movimiento de mano que ha sido bañada en energía cristalizada. El cadáver cortado en dos cae al suelo segundos después, bañando el terreno de sangre y desintegrándose en poco tiempo sin dejar rastro.
VLADYRON: Os pido que disculpéis la impertinencia de mi escolta. Ya lo he castigado como merecía, así que podemos volver a lo que realmente es importante.
HYOMA: De acuerdo, ¿de qué trata "la mejor propuesta de nuestra vida"?
SYENA: Cuéntanos, Maestro.
VLADYRON: Os veo interesadas, me gusta. Bien, procederé a explicaros lo que quiero que hagáis por mí: como las mejores cazadoras que existen en toda la Tierra Universal quiero que me traigáis a una pequeña muchacha, os enseñaré la apariencia de vuestro objetivo.
Vladyron sopla un misterioso polvo de la palma de su mano que empieza a formar una espiral, finalmente revelando la imagen de la joven Dragnya a las dos traficantes Sentimogu.
SYENA: ¿Ella es el objetivo?
HYOMA: No parece gran cosa.
VLADYRON: No os dejéis engañar por las apariencias. Ella es la lideresa del Ejército Estelar en la actualidad y ha causado muchísimos problemas a nuestro Imperio, y al mismo tiempo junto a sus amigos han sido capaces de derrotar a guerreros de categoría que eran enviados a las misiones encomendadas por nosotros, los Regentes Sentimogu.
SYENA: En ese caso es algo muy peligroso. Si tuviéramos éxito, ¿cuál sería nuestra recompensa?
HYOMA: Efectivamente, queremos saberlo de antemano si no es demasiada molestia.
VLADYRON: Por supuesto que no. Sé perfectamente que si aceptáis esta misión presenta un gran riesgo, así que os diré a continuación lo que recibiríais si lográis completar esta complicada tarea: lo primero de todo sería absolveros de todos los crímenes llevados a cabo contra el Imperio Sentimogu; lo siguiente sería incluiros en la alta jerarquía que gobierna en el Imperio y podríais dejar atrás esta vida de mala muerte y no tener que ejercer nunca más como traficantes.
HYOMA Y SYENA: (muy interesadas) ...
VLADYRON: Y para terminar sanaría la horrible enfermedad que atormenta a todos vuestros hijos. Mis científicos han desarrollado una cura que acabaría con el patógeno que la provoca enseguida, y jamás podrían desarrollarla de nuevo, pudiendo vivir el bello regalo de la vida sin preocupaciones. ¿Qué me decís, aceptáis? No es mal trato, ¿verdad?
SYENA: ... ¿Doña Hyoma?
HYOMA: De acuerdo, Vladyron, aceptamos con mucho gusto.
VLADYRON: (sonriendo) ¡Magnífico! También he venido a aplicarles una sanación a vuestros niños con mi magia, así que si podéis llevarme hasta ellos os lo agradecería.
SYENA: Con el debido respeto, mi señor. Usted conoce el camino.
HYOMA: ¡Syena! ¡Ten más respeto!
VLADYRON: ¡JA, JA, JA, JA! ¡Tranquila! No me acordaba de que ya había venido más veces, tonto de mí.
SYENA: Uf...
Vladyron, acompañado de Hyoma y Syena, entran en el escondite y bajan a una planta subterránea con una habitación al fondo del largo pasillo. En su interior hay una gran cantidad de camas con muchos niños Sentimogu enfermos y en muy mala forma por la enfermedad, algunos tosiendo, otros con mucha dificultad de respirar y algunos incluso han empezado a desarrollar hilos de color negro en la piel. Cuando todos los niños ven a Vladyron se ponen muy contentos.
NIÑOS SENTIMOGU: (muy felices) ¡SEÑOR VLADYRON!
VLADYRON: ¡Hola, niños! ¿Cómo habéis estado últimamente?
NIÑO SENTIMOGU: La enfermedad sigue causándonos mucho dolor.
VLADYRON: Os aplicaré una curación para que los síntomas remitan. Y además dentro de poco tendréis una cura definitiva para esto y podréis volver a ser los niños enérgicos de antes.
NIÑOS SENTIMOGU: ¡¡BIIEEEENNN!!
Vladyron despliega de su mano un aura sanadora que tiene efecto a los pocos segundos, ayudando a los niños a que se encuentren mejor durante un tiempo. Vladyron se despide de los niños Sentimogu, quienes están un poco tristes de que tenga que marcharse tan pronto, pero al mismo tiempo entienden que es alguien ocupado. Hyoma, Syena y Vladyron salen de la habitación y se alejan un poco para continuar con su conversación.
VLADYRON: Son unos chicos maravillosos, espero que no les falléis.
SYENA: ...
HYOMA: Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para atrapar a esa chica y entregártela. Puedes contar con ello.
VLADYRON: Estupendo, aunque os sugiero que os apresuréis. La enfermedad de vuestros hijos ha avanzado mucho en sus organismos, si no reciben la cura de mis científicos en aproximadamente 9 días, mucho me temo que todos ellos morirán.
SYENA: Es poco tiempo, pero nos emplearemos a fondo.
VLADYRON: Sé que lo haréis, es momento de demostrar cuánto os importan la vida de todos vuestros hijos. Vuestra banda femenina de traficantes me ha hecho más de un favor y siempre he cumplido con mi parte del trato. Si lo conseguís, no volveréis a tener preocupaciones en toda vuestra vida. En fin, se está haciendo tarde, es hora de que me marche. Hasta pronto, amigas mías.
SYENA: Hasta pronto.
HYOMA: Déjanos esto a nosotras, no te decepcionaremos.
VLADYRON: Eso espero.
Vladyron chasquea los dedos y desaparece en un abrir y cerrar de ojos sin dejar rastro. El silencio se apodera del lugar durante unos instantes, hasta que Syena le hace una pregunta a su jefa.
SYENA: ¿Cree que la cura será efectiva?
HYOMA: No tienes que preocuparte por eso. Ese hombre siempre ha cumplido todas sus promesas, confío ciegamente en su palabra, y es algo que tú deberías hacer también.
SYENA: Sí...
HYOMA: Es hora de movilizar a todas nuestras compañeras, esta es la captura más importante de toda nuestra carrera. Tenemos que lograrlo por nuestro bien y por el de nuestros hijos.
SYENA: ¡Entendido! ¡Me pongo en camino!
Syena corre a toda velocidad en busca de Dragnya, mientras Hyoma saca un comunicador de su bolsillo y empieza a llamar a las comandantes de los distintos grupos de traficantes para cubrir más terreno y encontrar más información sobre el paradero de su objetivo.
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