CAPÍTULO 40: TRABAJO EN EQUIPO
Todos se ponen en posición para llevar a cabo el plan trazado por Elyan, teniendo los 5 en mente la derrota del malvado Lyo. El joven Estelar despliega su habilidad para camuflar sus auras, desconcertando al león Sentimogu al instante.
LYO: <<¡MIERDA! He perdido el rastro energético de esas lombrices. Ahora no puedo controlar los cadáveres para que los ataquen si no cambia la situación. ¿Se puede saber qué cojones ha ocurrido?>>
De repente los restos de los soldados Estelares se detienen y se quedan inmóviles, como si estuvieran petrificados. Dragnya comprende inmediatamente que esa es su señal y aprovecha la ocasión para empezar a cargar una poderosa bola de energía lumínica, acumulando una enorme cantidad de poder en ella.
DRAGNYA: <<He cargado una enorme parte de mi poder en este ataque. Espero que sea suficiente para hacerle un buen daño a esa bestia infernal>>. ¡ALLÁ VA! ¡CON TODO MI CARIÑO!
Dragnya lanza su ataque, el cual se desplaza a una rapidez asombrosa. Cuando Lyo voltea la vista ve la bola luminosa de Dragnya acercándose a él a una velocidad alarmante. Por puro instinto, el León Sentimogu intenta saltar para esquivar la técnica, extrañándose al darse cuenta de sentir como si su cuerpo estuviera retenido por una fuerza desconocida, impidiéndole moverse con libertad.
LYO: <<¿Pero QUÉ? ¡Mi cuerpo! ¡No puedo moverme! ¡¿QUÉ ESTÁ PASANDO?! ¿Será una artimaña de esos gusanos? ¡MENUDO TRUCO BARATO MÁS MISERABLE!>>
La bola de Dragnya impacta de lleno en su objetivo, causándole una ceguera temporal y múltiples quemaduras por todo el cuerpo, consiguiendo penetrar la ropa militar que lleva puesta, cuya función es la de repeler los ataques originados de energía y aura. El malvado monstruo se queja ligeramente al haber sido dañado por la técnica de la joven, maldiciendo al dueño del ataque que acaba de recibir.
ELYAN: ¡Selenya! ¡Ahora nos toca a nosotros! ¡Prepárate!
SELENYA: ¡Sí! ¡Estoy lista!
Tanto Selenya como Elyan comienzan a concentrar todas sus energías en las hojas de sus espadas, las cuales empiezan a adquirir un tono amarillo pálido. Unos instantes después los dos guerreros lanzan su técnica de espada "Tajo Luminoso" hacia el lugar donde se halla Lyo, quien aún se encuentra aturdido y cegado por el último ataque que ha sufrido. Las dos técnicas alcanzan a su objetivo exitosamente, el cual desata un sonoro rugido que puede escucharse a un amplio radio de kilómetros. Lyo siente cómo sus heridas van agravándose al haber sido víctima de poderosos ataques furtivos de manera tan seguida y habiendo sido incapaz de evadirlos. Mientras tanto Lya y Tiger se preparan para llevar a cabo su parte del plan.
LYA: Ahora nos toca a nosotros. Es hora de atacar, en posición.
TIGER: ¡A la orden! ¿Lista para volar?
LYA: ¡Nací lista!
Lya salta sobre la palma de la mano de Tiger y éste la lanza con mucha fuerza y rapidez hacia donde se halla el León Sentimogu, cuyo aturdimiento está a punto de dejar de surtir efecto sobre él. Antes de que Lyo se recupere del todo la joven felina le corta el brazo en el que porta el orbe al girar sobre sí misma como una peonza, gracias a un afilado cuchillo que tenía escondido bajo la suela de su bota.
LYO: <<¡Aaarrrggghhh! ¡M-me han cortado el puto brazo! ¿Cómo es esto posible?>>
Mientras todo parece ir a cámara lenta, Lya le dispara a Lyo en el ojo con su ballesta, provocando que empiece a fluir un fino hilo de sangre por su rostro. Al mismo tiempo la guerrera antropomorfa lanza un objeto afilado que saca de su bolsillo al orbe, haciéndolo añicos y ocasionando que todos los esqueletos y cadáveres se desplomen y dejen de estar imbuidos por la magia oscura del artefacto, liberando sus almas del presidio que ejercía el malvado león sobre ellos. Dragnya, Selenya, Tiger y Elyan observan cómo los espíritus dejan los restos corpóreos y se elevan lentamente, desapareciendo poco después en el nocturno cielo estrellado.
ELYAN: Descansad en paz, camaradas. Muchísimas gracias por haber luchado a nuestro lado por tanto tiempo.
SELENYA: Vengaremos vuestras muertes y nos encargaremos de acabar con el estado tiránico que ejerce sobre el mundo el Imperio Sentimogu. Os lo prometemos.
Mientras Lya y el brazo de Lyo se precipitan hacia el suelo, la leona siente cómo le es perforado el costado por el afilado dedo del sanguinario león. Poco a poco la pobre Lya siente cómo está entrando en su torrente sanguíneo una continua cantidad del veneno que le fue otorgado a Lyo por el malvado Vladyron, soltando un grito ahogado que alerta a sus compañeros, quienes corren lo más rápido que pueden para llegar donde está su camarada herida.
LYO: Je, me habréis hecho añicos el orbe que me permitía controlar esos restos putrefactos como mis títeres, pero resulta que un servidor oculta más de una sorpresa. Mi querida Lya, te he inoculado el veneno que me entregó Lord Vladyron para llevar al máximo todas mis habilidades. ¿Sabes que también si no eres capaz de tolerarlo va destruyendo poco a poco todas tus células hasta conducirte a una muerte lenta, dolorosa y agonizante?
LYA: <<M-maldita sea... Es como a aquel soldado que llegó al escondite Estelar... No hay ninguna cura para esto... Voy a morir... Pero... Si pierdo la vida... va a ser... ¡luchando hasta el final y defendiendo a aquellas personas que me importan!>>
Lya cae sobre su espalda en el suelo, sintiendo un gran dolor pero no es para nada equiparable al intenso quemazón que siente por todo su cuerpo. Lyo salta del tejado de la casa y cae de pie a unos pocos metros delante de Lya, atrayendo su miembro cercenado y recolocándolo en su lugar gracias al poder de la oscuridad con el que ha sido bendecido por su amo. El malvado león se acerca a su sobrina con la intención de acabar con ella de una vez por todas, aprovechando que se encuentra muy debilitada debido al intenso veneno que corre con sus venas.
LYO: Bien, mi querida sobrina. Es hora de hacerte pagar por todo lo que me has hecho pasar desde el maldito día que tuviste la osadía de nacer. Despídete, porque esta vez papi no está aquí para salvarte. He tenido que esperar 20 largos años para poder hacer esto, pero va a valer la pena una vez haya acabado contigo.
Lyo alza su brazo, rodeándolo de energía maligna y haciendo crecer sus garras a una gran longitud para darle el golpe de gracia a la que una vez consideró su familia y llegó a querer. Lya, mientras observa a su tío preparándose para acabar con ella trata de escapar, siendo incapaz de moverse debido al potente veneno que le impide moverse con rapidez.
LYA: <<No... ¡NO!... Esto no puede acabar así... Debo ayudar a los demás hasta que este condenado veneno me arrebate la vida... Tengo que seguir peleando, pero mi cuerpo no me responde...>>
Justo cuando Lyo va a rematar a Lya, el guerrero malvado se cubre con sus brazos justo antes de que impacten contra él varios ataques, lanzados por los compañeros de la joven leona. Esto tiene como resultado que se levante una espesa nube de humo y que Lyo retroceda algunos metros, mínimamente herido por el ataque sorpresa.
TIGER: ¡No te atrevas a ponerle un dedo encima! ¡MONSTRUO!
Lyo dispersa la nube de humo en un instante y sonríe de manera sádica y burlona al ver que Dragnya y compañía han llegado al lugar donde se encuentran él y Lya.
LYO: Bueno, bueno. Pues ya estamos todos, podemos dar paso a nuestra contienda aquí y ahora.
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