CAPÍTULO 33: PURGA SENTIMOGU


Repentinamente 4 Sentimogu aparecen en la sala del juicio del palacio de los Regentes. Los Gerentes se sienten bastante confundidos al desconocer el motivo por el que han sido convocados al lugar, pero al ver a sus amos y a Vladyron con un semblante estoico que esconde una enorme furia visible en sus ojos rojos se les hiela a todos la sangre y quedan paralizados del miedo.

VLADYRON: Como buenos peones sumisos que sois bajad la cabeza y arrodillaos sin demora ante vuestros amos absolutos.

Sin que ninguno de los 4 Sentimogu convocados por Vladyron pueda resistirse son obligados a postrarse por una potente fuerza de origen desconocido. La tensión y el miedo comienza a apoderarse de los Gerentes, provocando que el sudor descienda por sus rostros y sus ojos reflejen el mayor de los terrores.

ZAXIOR: <<¿Por qué estamos aquí? ¿Qué hemos hecho para merecer esto?>>

VLADYRON: Saludos, nuestros leales súbditos. Seguramente os preguntaréis el motivo por el que os he reunido aquí, ¿me equivoco?

VYLA: Lo siento mucho, maestro. Si nos da otra oportunidad.

VLADYRON: (con tono amenazante) ¿Acaso os he concedido el privilegio de hablar? Lo único que os permito decir y necesito de vosotros son las respuestas a mis preguntas que voy a formularos a continuación. Como bien sabréis, en los últimos días hemos sido atacados por un enemigo nunca antes visto y 5.000 de nuestras ciudades más prestigiosas han sido reducidas a cenizas y a muerte.

GERENTES: (muy nerviosos) ...

VLADYRON: Nueve de los 13 Gerentes a cargo de los territorios de nuestros clanes han perdido con honor la vida al combatir contra esta nueva amenaza que se propaga a gran velocidad sobre nuestro Imperio. En cambio, vosotros eludisteis las responsabilidades de vuestro elevado cargo y abandonasteis el campo de batalla mientras múltiples vidas de los nuestros se perdían en el proceso, ¿qué tenéis que decir en vuestra defensa?

ZAXIOR: <<Para ti es fácil decirlo, ya que no has visto lo terrorífica que es esa bestia>>

El rostro del Gerente Zaxior refleja el mayor de los terrores cuando escucha a Vladyron repetir en voz alta lo que está pensando.

VLADYRON: Para ti es fácil decirlo, ya que no has visto lo terrorífica que es esa bestia... ¿Y bien? Continúa...

ZAXIOR: <<¿Puede leer mi mente? Estoy extremadamente jodido...>>

VLADYRON: ¿Cómo de jodido? (con tono furioso) ¿A qué estás esperando? ¡RESPONDE!

Zaxior levanta la mirada con los ojos llorosos para ser agarrado por el tentáculo en el que Vladyron ha transformado su mano. El Gerente Sentimogu va siendo elevado lentamente agarrado por el torso ante la mirada aterrada de sus compañeros mientras un enorme agujero con afiladísimas cuchillas del que no puede verse el fondo aparece en el piso. Zaxior es sujetado a unos cuantos metros de distancia del agujero empezando a implorar por su vida entre terror y lágrimas.

ZAXIOR: (aterrado y llorando) ¡PERDONADME! ¡PERDONADME, MAESTRO VLADYRON! ¡OS LO SUPLICO! ¡TENGA PIEDAD! ¡DEME OTRA OPORTUNIDAD Y NO LE FALLARÉ NUEVAMENTE! ¡LO SIENTO! ¡IMPLORO A SU MISERICORDIA! ¡POR FAVOOOOR!

Sin previo aviso Vladyron suelta a Zaxior, dejándolo precipitarse mientras suelta un último grito al caer en el agujero. Las afiladas cuchillas comienzan a funcionar y descuartizan al Gerente en pocos segundos, liberándose un géiser de sangre que salpica todo el piso y al mismo tiempo a los presentes, encontrándose mucho más afectados por el suceso el resto de Gerentes que el propio Vladyron, que se lame con su lengua una gota de sangre que ha caído en su mejilla.

VLADYRON: ¿Acaso tenéis más miedo de ese mutante y de los Estelares de gran poder que de mí?

VYLA: ¡NOO!

VLADYRON: No acabas de contradecir lo que he dicho, ¿verdad? Que os quede bien claro a los seres inferiores de vuestra calaña: mi palabra es absoluta y siempre estoy en lo correcto, despreciables alimañas infectas como vosotros no están en posición de contradecirme.

Las lágrimas de miedo no pueden parar de deslizarse por el rostro de Vyla, que es atraída hacia Vladyron como si de una fuerza magnética se tratase, siendo brutalmente agarrada por el cuello por el tirano Sentimogu. La Gerente apenas puede respirar conforme Vladyron va apretando cada vez con más fuerza.

VYLA: Agh... Ah... M-maestro... Vladyron... Si sigue así... M-moriré...

VLADYRON: (sonríe de forma sádica) Ese es el plan, querida. Me habéis demostrado que los miembros que quedan del grupo de los Gerentes Sentimogu ya no aportan nada a nuestro Imperio Absoluto, es por ello que estoy procediendo a vuestra eliminación absoluta. Es una lástima, hasta ahora habíais sido de lo más eficientes. ¡JA, JA, JA, JA!

Vladyron atraviesa con su mano derecha el pecho de Vyla y le arranca su corazón, dejándola al borde de la muerte. El malvado Regente se come el corazón de su súbdita de un par de bocados, relamiéndose de gusto y limpiando los restos de sangre de sus dedos con su lengua. En la mano de Vladyron aparece una boca con afilados dientes que coloca delante del rostro de Vyla, succionándole el alma y al terminar prende fuego al cadáver mientras cae al suelo.

CYNAIDA: <<Esto es una catástrofe y una horrible pesadilla... ¿Me he esforzado y sacrificado tanto para convertirme en un miembro de los Gerentes y voy a acabar de esta manera tan lamentable? Asesinada a sangre fría por el Maestro Vladyron... Sé muy bien que por mucho que nos esforzáramos jamás podríamos ser rivales para él, así que... ¡HUIRÉ!>>

Cynaida da un enorme sprint y trata de huir volando por una de las ventanas, pero antes de que pueda alcanzarla su cuerpo es atravesado por una enorme lanza de hielo conjurada por el Regente Vladyron. La Gerente cae malherida al suelo y se arrastra intentando escapar mientras se desangra a un ritmo alarmante sin poder sanar su herida. El maligno ser se dirige lentamente hacia Cynaida y la levanta agarrándola del pelo, forzándola a mirar sus ojos de color rojo infernal.

VLADYRON: A pesar de ser la Gerente más joven y con menos experiencia has demostrado durante varios eones que eras la mejor de todos. Después de todo pertenecías al clan de ese traidor desertor de Oceanus, qué pena que renunciara a su cargo de Regente y os abandonara a vuestra suerte, ¿no opinas lo mismo?

CYNAIDA: Él siempre fue y será mucho mejor que tú. Comprendo los motivos por los que abandonó el Imperio, y siempre confiaré en que él será el que te mande a las profundidades del infierno de una vez por todas... Así que disfruta tus momentos de gloria mientras puedas, porque terminarás siendo derrotado y pagarás por todos tus pecados... Puto tirano despreciable...

Vladyron suelta los pelos de Cynaida y la deja caer al suelo, para que un par de segundos después le aplaste el cráneo con su pie sin titubear. El cadáver de Cynaida se va desvaneciendo hasta desaparecer por completo tras convertirse en pequeños destellos que también desaparecen poco después.

VLADYRON: Una teoría interesante... Mucha gente me ha escupido esas mismas palabras un millón de veces, pero simplemente no se harán realidad, jamás. Que tu alma inmunda alimente al Cristal Oscuro y sufra un tormento sin igual por toda la eternidad.

La mirada del sádico Regente recae sobre el último gerente Sentimogu que queda, el cual se encuentra totalmente aterrado por todo lo que ha presenciado y trata de convencer a su amo para que le perdone la vida.

ZURKLIO: Maestro Vladyron, permítame decir unas últimas palabras antes de que me quite la vida. Todavía puedo serle útil si me da otra oportunidad para demostrarle mi potencial.

VLADYRON: Bien. Explícame cómo puedes sernos de utilidad a nosotros los Regentes y al Imperio Sentimogu con tu mediocre nivel de poder actual. Estaremos encantados de oír tu propuesta.

ZURKLIO: Muy bien, mi señor. ¡Necesito más cantidad de sus divinos poderes para poder defender sus intereses y los del Imperio mucho mejor que antes, será la mejor manera de no volver a fallarles nunca más, mis omnipotentes amos!

La propuesta del Gerente Sentimogu causa molestia entre los Regentes, siendo la más notoria en Vladyron, cuyas venas se hacen extremadamente visibles en su rostro y en su cuello, al mismo tiempo que sus ojos adquieren una tonalidad mucho más roja que antes.

VLADYRON: ¿Crees que una vulgar lombriz inmunda como tú está en posición de exigirme a mí o al resto de los Regentes que compartamos más cantidad de nuestro poder? ¿Qué se te ha pasado por la cabeza para pensar que puedes dar órdenes a tus superiores de forma tan descarada?

ZURKLIO: ¡Me habéis malinterpretado, Maestro Vladyron! ¡Solamente he dicho que...!

VLADYRON: Silencio... No he malinterpretado nada. No solamente has renunciado a las obligaciones de tu cargo y causado un enorme perjuicio a nuestro Imperio perfecto, sino que además has tenido la enorme osadía de atreverte de darnos órdenes a los Regentes, a los amos de este mundo. Mereces morir por ello, nos hemos cansado de aguantar la incompetencia de quienes no cumplen con el propósito que se les ha dado. No tenemos cabida para inútiles como tú, ahora perece.

Mientras Vladyron habla la expresión en el rostro de Zurklio va reflejando cada vez más el miedo que padece. De los ojos del Regente surgen rayos láser que impactan contra el Gerente, vaporizándolo al instante sin dejar ni rastro de él. Tras esto Vladyron suspira de forma serena tras haber masacrado a todos los Gerentes Sentimogu que quedaban y les dirige una sonrisa a sus compañeros.

ÓMINA: El juicio ha terminado, por lo que veo.

PENUMBRA: Te has demorado un poco, Vladyron. Se te veía con ganas de recrearte en el terror que tenían esos 4 mamarrachos ante su inminente final.

BLACKORBION: (acariciándose la barba) Bien, ahora que esto está finiquitado deberíamos de retomar la búsqueda del último cristal y de esos molestos revolucionarios Estelares.

VLADYRON: No será necesario por el momento. He enviado a Lyo a un campamento Estelar que encontró hace unos días. Le he ordenado que cause algún que otro problema allí para que atraiga a más de nuestros enemigos y eliminarlos cuando se muestren.

ÓMINA: ¿Quieres decir que será como una luz que atraiga a los insectos?

VLADYRON: ¡BINGO!

PENUMBRA: Está bien pensado. No esperaba menos de ti, Maestro.

BLACKORBION: Oh vaya, quería un poco de acción para matar el tiempo. ¿Cuándo podremos divertirnos, Vladyron?

VLADYRON: Muy pronto, amigo mío, muy pronto. Dentro de poco tendremos acceso al poder absoluto y podremos recrear este mundo a nuestra imagen y semejanza, y llegará el momento de divertirnos de verdad. Tened un poco más de paciencia, caballeros.

ÓMINA: ¿Piensas que Lyo estará a la altura de su misión?

VLADYRON: Por supuesto, le he dado el límite de la cantidad de mi poder que su cuerpo puede tolerar. Según mis cálculos su jaodyoru se habrá multiplicado por 500, un poder suficiente para hacer frente a varios enemigos de alto poder. <<En realidad la verdadera utilidad de ese cabestro es demostrarme cómo de fuerte es esa jovencita que tanto me interesó desde que la vi por primera vez. Espero impaciente el poder contemplar tu potencial, mi querida Dragnya>>.


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