CAPÍTULO 58: BATALLA FINAL
Ómina le propina un espadazo a Dragnya, la cual logra bloquear con su báculo en el último momento. Inmediatamente después, la malvada Diosa ataca con un segundo espadazo que vuelve a ser bloqueado por la joven, y a continuación Ómina lanza una de sus espadas hacia Dragnya, generándole un corte en la mejilla derecha que libera un poco de sangre. La joven contraataca golpeando a Ómina en la frente con la punta de su báculo, provocando que ésta retroceda un par de metros aturdida.
ÓMINA: ¡Ow! ¡Serás...!
Ómina salta para atacar a Dragnya, pero ésta contraataca dándole un golpe con su báculo en el abdomen, haciendo que la insidiosa Diosa caiga al suelo tras recibir de lleno el golpe. Dragnya aprovecha esta oportunidad para saltar y atacar a su enemiga con un rayo de luz desde la distancia.
DRAGNYA: ¡Rayo luminoso!
Dragnya dispara un poderoso rayo de luz dirigido a Ómina. Justo antes de recibir el ataque, la Diosa Sentimogu dispara un rayo de oscuridad que colisiona con la técnica de la joven. Durante unos instantes, ambos poderes chocan brutalmente tratando de doblegar al otro, pero el de Ómina comienza a ganar terreno. Dragnya intenta contener y aguantar todo lo que puede, pero al percatarse de que va a terminar siendo alcanzada decide apartarse y esquivar el ataque. Esto tiene como consecuencia que la técnica alcance la pared y produzca un desprendimiento de rocas, que son desintegradas por una bola de energía lanzada por Blackorbion.
BLACKORBION: ¡Hmph! Esta batalla se está poniendo de lo más interesante, pero estoy totalmente seguro de que Ómina será la que se alce con la victoria. Ella es la tercera Sentimogu más poderosa que existe, después de Lord Vladyron y de Él. Grrrr... Yo ocupo el quinto puesto del ranking, después de Penumbra, ¡qué rabia más grande!
Ómina se levanta y sonríe levemente mientras mira a Dragnya algo agotada.
DRAGNYA: Arf... Arf...
ÓMINA: ¿Qué te sucede? ¿Estás cansada ya? No es de extrañar, dos combates seguidos hacen mella en cualquiera, y el estar usando tanto poder tampoco ayuda a reducir el agotamiento. No te preocupes, trataré de ser suave contigo para que me dures lo máximo posible. Debes tener en cuenta una cosa muy importante: si has sido capaz de derrotar a Blackorbion es porque el poder que tiene actualmente es una décima parte del máximo que puede llegar a desatar. Dejando esto a un lado, ¿qué te parece si continuamos con nuestro pequeño juego de la muerte?
DRAGNYA: Grrr....
ÓMINA: Así me gusta, ¡Enredaderas espinosas!
Del suelo brotan unas enredaderas de un color tan negro como la noche más absoluta que atrapan a Dragnya y recibe múltiples agujeros en su cuerpo provocados por las afiladas espinas de las plantas. La chica grita en absoluta agonía y sufre un enorme dolor, al mismo tiempo que Ómina suelta una psicótica carcajada.
DRAGNYA: ¡YAAAAAAAAAARGGGHHHH!
ÓMINA: Excelente, sigue aullando de dolor hasta que te desangres por el estridente ruido que tus propios oídos no pueden soportar. Esta sensación, en pocas ocasiones he podido disfrutarla tanto como ahora, y es de lo más placentera. Matar a seres inferiores que no ponen la más mínima resistencia contra mí es divertido, pero cuando alguien trata de evitar su aciago destino no puedo evitar el regodearme en ese momento en el cual mi víctima se encuentra frente a la más absoluta desesperación. No quiero que mueras todavía, vas a seguir siendo mi juguete hasta que me canse de jugar.
Tras las palabras de Ómina, Dragnya desata una gran cantidad de energía que logra desintegrar las enredaderas por completo y liberarse. A continuación, la joven empieza a utilizar su hechizo de sanación para que cicatricen rápidamente los agujeros causados por las espinas de las enredaderas creadas por Ómina.
DRAGNYA: Estoy al límite, pero eso no va a detenerme. Tengo que acabar con ella de una vez por todas, para que todos podamos recuperar la paz que estos malditos monstruos nos han arrebatado desde hace eones... No voy a permitir que esta maldita arpía consiga llevar a cabo su plan.
ÓMINA: ¿Qué estás murmurando? ¡No puedes despistarte ni un solo instante en una batalla a muerte! ¡Parálisis psíquica!
Los ojos de Ómina emiten un brillo rosado mientras dibuja una sonrisa endiablada en su rostro. Dragnya es totalmente incapaz de mover un solo músculo de su cuerpo, y antes de que pueda reaccionar recibe un corte en el abdomen que libera una gran cantidad de sangre. La Diosa hace desaparecer su espada y mira a su contrincante retorcerse de dolor, sonriendo de forma sádica y maligna.
DRAGNYA: Urgh... Ergh....
ÓMINA: Venga, no sé a qué estás esperando para recuperarte. Te daré 5 segundos, y si tardas más de la cuenta acabaré con tus queridos amiguitos. Cuando se agote el tiempo, los iré matando uno tras otro delante de ti, imagino que eso te enfurecerá muchísimo, empecemos: 1... 2...
Dragnya activa una vez más su poder curativo y se recupera antes de que termine la cuenta. Nada más terminar de sanarse se lanza a por Ómina para asestarle un fuerte puñetazo en el abdomen, pero es detenida en seco al ser agarrada por el cuello por la Diosa Sentimogu.
ÓMINA: Pobre niñita... Sigues esforzándote a pesar de que no tienes ni la más mínima posibilidad de derrotarme... Puedo sentir toda tu rabia hacia mí, si pudieras me matarías en un abrir y cerrar de ojos. ¿Qué sucede? ¿Estás tan agotada que no puedes ni responderme?
Dragnya le escupe sangre a Ómina en la cara, consiguiendo cegarla y la joven es lanzada hacia la pared, chocando bruscamente y cayendo al suelo muy agotada y debilitada. Cuando la matriarca Sentimogu recupera la visión mira extremadamente furiosa a Dragnya.
ÓMINA: ¡Te vas a arrepentir por haberme hecho esto! ¡Esa sangre tuya escocía como ácido! Como puedes ver estoy prácticamente ilesa, pero eso no te va a salvar de lo molesta que estoy. Eres una pobre ilusa, podrías haber dejado este mundo cruel de una manera menos dolorosa... ¡Lo que has provocado es que os elimine a ti y a tus aliados de la manera más dolorosa, lenta, sádica y cruel posible!
DRAGNYA: Inténtalo si puedes... No permitiré que hagas sufrir más a los demás... Por eso he de acabar contigo aquí y ahora...
Dragnya materializa una afilada punta de acero en su báculo y carga contra Ómina rápidamente para apuñalarle sus corazones. La Diosa Sentimogu permanece calmada hasta unos instantes antes de recibir de lleno el ataque de la niña. A unos milímetros de ser alcanzada Ómina se transforma en niebla y desaparece momentáneamente.
DRAGNYA: ¡Rayos! ¿Dónde se ha metido? ¡Estaba a punto de destruirle uno de sus corazones!
Ómina reaparece detrás de Dragnya, sorprendiéndola y golpeándola por la espalda.
ÓMINA: ¡Onda de choque oscura!
Dragnya recibe una poderosa onda de choque maligna en la espalda, que recibe de lleno y la manda a volar por los aires. Antes de colisionar con la pared rocosa de la sala, la muchacha hace uso de sus rápidos reflejos para apoyarse en la pared e impulsarse con un segundo salto, lanzando una poderosa bola de luz hacia Ómina. Esto pilla por sorpresa a la malvada hechicera y es golpeada por el ataque de Dragnya, obligándola a retroceder unos metros intentando contener la bola de luz hasta desaparecer segundos después. El cansancio puede verse en ambas contendientes, siendo más notorio en Dragnya que en Ómina.
DRAGNYA: <<Arf... Arf... Está funcionando... Mis ataques están surtiendo efecto en ella... No es invencible... Si continúo así puedo vencerla, jajaja... Pero apenas puedo mantenerme en pie, no me queda mucha energía...>>
ÓMINA: Jejejejeje... Nunca hubiera pensado que llegaría a entretenerme tanto contigo, querida. Creo que la hora de jugar se ha terminado, ya va siendo hora de que pasemos a asuntos más serios. Como premio a tu determinación, voy a revelarte algo que seguramente te resultará muy útil en futuras batallas contra nosotros si sobrevives a este combate.
DRAGNYA: ?
ÓMINA: Nosotros, los Líderes Sentimogu, poseemos una marca maligna desde que fuimos creados por nuestro Dios. Este elemento es lo que nos permite acceder a nuestro poder en su totalidad y poder emplear nuestra regeneración y otras habilidades como la intangibilidad. El caso es que nosotros decidimos cuando hacer visible nuestra marca, como por ejemplo acabar con un enemigo poderoso o para transformarnos en nuestra forma más poderosa. Durante millones de años no he podido liberar todo mi potencial debido al presidio al que me sometió esa maldita Lúmina, pero recibiendo el poder de este Cristal Oscuro ha cambiado todo. Presta mucha atención, porque no todos los días puedes presenciar un espectáculo como este, jejejejejeje...
Un símbolo maligno de color oscuro con forma de estrella aparece debajo del cuello de Ómina.
DRAGNYA: <<No puede ser... ¿Significa esto que si no ataco ese símbolo es imposible derrotarla? He estado gastando tanta energía para nada... Maldita sea...>>
ÓMINA: Por tu cara puedo deducir que te sientes extremadamente mal por desconocer tan valiosa información. Es una lástima, pero ya no hay absolutamente que puedas hacer en tu estado actual, despídete de la vida y de tus amiguitos-
Antes de que Ómina pueda acabar su frase sus brazos son cortados, cayendo al terreno mientras chorrea un par de ríos de sangre. El autor no es otro que Oceanus, quien ha recuperado toda su energía y se encuentra listo para ayudar a Dragnya y luchar a su lado. Dragnya se alegra muchísimo de ver a su aliado que no puede contener las lágrimas de la alegría que siente en estos momentos.
ÓMINA: ¡Oceanus!
OCEANUS: Aquí me tienes, tú y yo tenemos una cuenta pendiente. Ardo en deseos de hacerte pagar por todo el mal que has causado todos estos siglos, finalmente podré liberarme del tormento que me has estado causando desde mis orígenes.
ÓMINA: Jojojojo, qué tono más arrogante estás tomando conmigo. Recuerda que si existes es gracias a mí, yo te he dado la vida, ¡y yo te la puedo quitar!
Ómina recupera sus miembros amputados y se lanza hacia Oceanus con una guadaña que ha creado. El corte que realiza la maligna Diosa Sentimogu es evitado fácilmente por el Guerrero Definitivo, que únicamente pierde un pelo de su cabello. Oceanus contraataca a la velocidad de la luz con una patada tan poderosa que lanza a Ómina contra el muro, destruyéndolo por la potencia de lanzamiento.
DRAGNYA: ¡Señor Oceanus! ¡Cómo me alegro de ver que está bien! ¡Estaba tan preocupada por vosotros!
OCEANUS: Si estamos bien es únicamente gracias a ti, he estado presenciando tus batallas todo el tiempo, no puedo estar más orgulloso por lo bien que has luchado. Tendrás que perdonar que me haya demorado tanto, pero quería estar a pleno rendimiento para no ser un estorbo para ti.
DRAGNYA: ¡Gracias por sus palabras! ¿Los demás están bien?
OCEANUS: Por supuesto, ¿acaso no sientes sus auras? Otra cosa importante: sécate las lágrimas, todavía tenemos asuntos pendientes que atender.
DRAGNYA: ¡Sí!
Dragnya se seca rápidamente las lágrimas. Ómina surge del desprendimiento de rocas más enfadada que nunca, lanzándoles una mirada de odio y rabia a Oceanus y Dragnya. Blackorbion le dice a su compañera si quiere que se una a la batalla para ayudarla, pero debido a la frustración que ésta siente le responde de muy mala manera.
BLACKORBION: Oye, Ómina. ¿Quieres que te eche un cable para inclinar la balanza de la batalla a nuestro favor? Como puedes ver, te está costando bastante dominar a esos dos.
ÓMINA: ¡No necesito ayuda para tratar este asunto! ¡Ahórrate la galantería y limítate a proteger el Cristal Oscuro de estos monstruitos! ¡No te atrevas a interferir o me las pagarás todas juntas!
Blackorbion se queda mudo al oír dicha contestación, mostrándose algo enojado mientras continúa presenciando la batalla de su compañera contra Oceanus y Dragnya.
OCEANUS: Parece que estás perdiendo los nervios cada vez más, algo completamente extraño en alguien con una personalidad tan fría y serena como la tuya. Esa rabia que mantienes en estos momentos va a destruirte completamente.
ÓMINA: ¡No te pases de listo conmigo! ¡Dragones de fuego!
De las manos de Ómina surgen dos gigantescos dragones serpenteantes que se dirigen a toda velocidad hacia Oceanus y Dragnya. Ambos héroes los esquivan en el último instante y contraatacan lanzando un ataque combinado, destruyendo a ambas criaturas por completo.
ÓMINA: ¡Ponzoña infernal!
Del campo de batalla brota un géiser de ácido venenoso y altamente corrosivo sin previo aviso, la malvada Diosa lo dirige mediante telequinesis hacia sus enemigos para librarse de ellos definitivamente. Oceanus y Dragnya combinan sus auras para crear un escudo para protegerse del veneno, empleando un gran esfuerzo para mantener en pie la barrera y no ser víctimas de una muerte horrible.
DRAGNYA: ¡Señor Oceanus! ¡No creo que pueda aguantar mucho más!
OCEANUS: ¡Sigue concentrando más energía! ¡Si cedemos y la barrera desaparece, moriremos irremediablemente!
DRAGNYA: ¡Lo sé! Pero... ¡No puedo contener más tiempo esa sustancia!
ÓMINA: Je, malditos insolentes. ¡Desapareced de mi vista para siempre!
La barrera se hace añicos y finalmente cede al veneno, pero justo antes de ser alcanzados por éste, Oceanus agarra a Dragnya y ejecuta un teletransporte para salvarse de ser achicharrados. Ómina, sin percatarse de eso, puede ver como sus rivales aúllan de forma agónica mientras se disuelven lentamente en el corrosivo ácido, riendo de absoluta felicidad.
OCEANUS: ¿De qué te estás riendo, estúpida? ¿No te das cuenta de que has acabado con dos clones inertes de nosotros?
Ómina, al escuchar a su espalda la voz de Oceanus es invadida por una cólera colosal, la cual ha sentido muy pocas veces en su vida. Cuando ve a sus enemigos en un lugar elevado del suelo, estalla en ira y les dispara arpones de roca electrificados, que son congelados por Oceanus gracias a su poder de hielo y destruidos por Dragnya al lanzar una de sus poderosas esferas de luz.
ÓMINA: ¡MALDITOS SEÁIS! <<¿Por qué no consigo desplegar todo el poder que poseo? Algo me está restringiendo el uso de energía... una especie de aura... ¿Podría tratarse de Lúmina>> ¡Garras de Oscuridad!
Ómina envuelve sus manos en oscuridad y carga contra Dragnya a una velocidad tan abismal que a la joven heroína no le da tiempo a esquivar a su enemiga, recibiendo un brutal zarpazo en el abdomen y causándole una herida muy grave. Oceanus se dispone a socorrer a Dragnya, pero uno de sus hombros es atravesado por un rayo disparado por la Líder Sentimogu, impidiéndole mover su brazo.
OCEANUS: ¡Argh! ¡Maldición! ¡Me he despistado una milésima de segundo y he sido alcanzado por uno de sus ataques! Afortunadamente la herida no es demasiado profunda y podré sanarla fácilmente.
ÓMINA: ¡De eso nada! ¡Trampa oscura!
Antes de que Oceanus y Dragnya tengan oportunidad sus heridas, son alcanzados por esferas oscuras creadas por Ómina para aprisionarlos. Ambos héroes comienzan a gritar de dolor al estar rodeados por una energía oscura tan poderosa, y a medida que Ómina va cerrando su mano la presión aumenta para sus rehenes, que permanecen completamente incapaces de ejecutar un solo movimiento mientras se retuercen de dolor.
DRAGNYA: ¡AAAAAARRRGGGHHH! ¡No puedo moverme ni un solo milímetro!
OCEANUS: ¡Urgh! ¡Este dolor es insoportable! ¡Siento como si todos mis huesos fueran a quebrarse! ¡AAAAAAAARRRGGHHH!
ÓMINA: ¡Gritad! ¡Gritad más aún! ¡Vuestro gritos de agonía son música para mis oídos! No intentéis liberaros, será mucho peor para vosotros, esta es mi técnica más poderosa: presidio oscuro. Con este ataque puedo mantener prisioneros a mis rivales mientras sufren un gran dolor, poco a poco iréis perdiendo la vida hasta morir. Tampoco he mencionado que con esta técnica puedo erradicar almas, pero eso no tendría nada de divertido, quiero presenciar vuestros últimos momentos y regodearme en ellos todo lo que pueda. En breve estaréis ardiendo por toda la eternidad en las llamas del infierno, pero tranquilos... Mandaré a todos vuestros amiguitos para que no os sintáis solos, el sufrimiento es menor cuando se está en grupo, ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! Y ahora, demos paso al acto final de esta función: la muerte definitiva de los héroes, JAJAJAJAJAJAJAJA.
OCEANUS: ¡NOOOOOOOOOOOO! ¡AAAAAAAAAAAH!
DRAGNYA: ¡DETENTEEEE! ¡POR FAVOOOOOOR!
Cuando todo parece perdido, un frasco de cristal cuyo contenido es agua bendita es arrojado al aire, siendo destrozado instantes después al ser atravesado por un rayo de luz. Tras este hecho, el agua bendita rocía el cuerpo de Ómina, provocando que su signo Sentimogu cambie de un color oscuro a un blanco pálido, anulando sus poderes de esta forma y dejándola completamente indefensa e incapaz de moverse temporalmente. La energía que mantenía presos a Oceanus y Dragnya se desvanece totalmente sin dejar ningún rastro, permitiendo a ambos liberarse y sanar sus heridas. Blackorbion observa todo esto muy sorprendido, y ve que ha sido Lúmina la que ha lanzado ese frasco, y además se da cuenta de que ha recuperado gran parte de su poder divino.
ÓMINA: ¡M-Mi cuerpo! ¡No puedo moverme! ¡Y mi poder está completamente neutralizado! ¿Quién es responsable de semejante afrenta contra la gran Ómina?
LÚMINA: ¡Oceanus! ¡Dragnya! ¡Ómina se encuentra totalmente desprotegida al haber sido neutralizada por un agua bendita! ¡Aprovechad esta oportunidad para acabar con ella de una vez por todas! ¡No sé cuánto durará el efecto del agua, daos prisa! ¡Os daré parte del poder que poseo para asegurar la victoria!
Oceanus y Dragnya miran a Lúmina con determinación y asienten al unísono. Tras recibir el poder de Lúmina, sus auras envuelven sus cuerpos y aumentan sus poderes hasta límites insospechados.
ÓMINA: ¡Lúmina! ¡Maldita seas!
OCEANUS: ¡Hagámoslo, Dragnya! ¡Es hora de acabar con esto definitivamente!
DRAGNYA: ¡Sí! ¡Estoy lista!
Ambos héroes comienzan a cargar una gran cantidad de energía para ejecutar el golpe definitivo que acabará con Ómina de una vez para siempre. Blackorbion se teletrasnporta y se coloca delante de Ómina para protegerla del ataque de sus enemigos, creando un gigantesco escudo a un par de metros de ellos. Oceanus y Dragnya disparan a la vez sus poderosas auras, combinándose en un único y poderoso rayo que viaja a una velocidad rapidísima, colisionando con el escudo materializado por el Líder Sentimogu.
ÓMINA: ¿Qué te crees que estás haciendo? ¡Antes te había dicho que no te entrometieras! ¡Era una orden que debías acatar al pie de la letra!
BLACKORBION: ¡Estoy dispuesto a desobedecer una orden si es necesario para proteger a un ser querido para mí!
ÓMINA: ¿Incluso si eso te conduce a la muerte por tratar de protegerme?
BLACKORBION: ¡Por supuesto!
ÓMINA: ... Eres un completo estúpido... Pero te agradezco este acto...
Por mucho que Blackorbion intenta mantener activo su escudo, acaba siendo destruido por la potencia abrumadora del ataque de los héroes. Justo antes de que los Líderes Sentimogu sean alcanzados por ese ataque tan poderoso, del cuerpo de Oceanus se libera una esencia maligna y poderosa. Dicha entidad detiene el ataque combinado con suma facilidad y lo desintegra sin despeinarse, dicha escena pilla por sorpresa a todos los presentes. Poco a poco la entidad va adquiriendo forma humanoide, presentándose como Lord Vladyron.
VLADYRON: Jejejejeje, no he podido elegir mejor momento para hacer acto de presencia. Finalmente he vuelto, no me lo creo ni yo mismo.
ÓMINA Y BLACKORBION: ¡L-Lord Vladyron!
Tanto Ómina como Blackorbion se arrodillan inmediatamente ante su poderoso señor. Los seguidores de Lúmina, al presenciar como los Líderes Sentimogu se arrodillan aterrorizados y al percatarse del rostro inundado en terror de Lúmina, se alarman inmediatamente.
LÚMINA: No puede ser... Ese maldito monstruo ha vuelto... Estamos perdidos...
DRAGNYA: ¡S-señor Oceanus! Nunca antes te había visto tan asustado, ¿quién es ese tipo para que estés así de aterrorizado?
Oceanus no responde a Dragnya, lo que provoca que éste desarrolle una mayor preocupación.
DRAGNYA: Este tipo me da muy mala espina, tiene pinta de no tramar nada bueno.
El misterioso hombre conocido como Lord Vladyron mide alrededor de 3 metros, y viste una larga capa de color azul oscuro, una túnica del mismo color que se encuentra por debajo de una armadura celeste que cubre su cuerpo desde el cuello hasta el abdomen. También porta un elegante collar usej de color azul con rombos verticales como adorno, además de una extraña mezcla de máscara y yelmo que cubre su rostro, con cuernos en sus laterales de los que cuelgan 4 rombos a modo de pendientes, y de la parte superior brotan 3 largas tiras de fina tela de color granate. Cuando dirige su mirada hacia Lúmina, no puede evitar soltar una breve carcajada.
VLADYRON: Mira a quién tenemos aquí, ni más ni menos que a la gran Lúmina. ¿Te alegras de volver a verme? Yo a ti sí, y mucho debo decir.
LÚMINA: Vladyron... ¿Cómo voy a alegrarme de verte? Fuiste responsable de muchísimo caos y de incontables muertes en el pasado. Creía que acabando contigo en aquella ocasión iba a ser suficiente para poner fin a tu maldad, pero has encontrado la manera de regresar. ¿Qué es lo que quieres?
VLADYRON: ¿Yo? En estos momentos felicitaros por haber sobrevivido al haber estado aquí y haber combatido contra Ómina y Blackorbion de manera magistral, aunque quien más halagos merece es esa muchacha que se encuentra a tu lado, ¿cómo te llamas, jovencita?
DRAGNYA: Dragnya... No sé quién eres ni qué quieres, pero pareces alguien extremadamente malvado. ¡Prepárate para sufrir una derrota aplastante como tus compañeros!
OCEANUS: ¡Estoy de acuerdo! ¡Vamos a por él!
Oceanus y Dragnya se lanzan a por el hombre misterioso a la velocidad del rayo sin dudar ni un solo instante.
LÚMINA: ¡Alto! ¡No lo hagáis! ¡No tenéis ninguna oportunidad de vencerle! ¡Él es muy diferente a Ómina y a Blackorbion!
VLADYRON: Qué bien, acabo de volver y ya tengo un comité de bienvenida esperándome con los brazos abiertos.
Poco antes de acercarse lo suficiente a su rival para golpearlo, ambos guerreros del bien son detenidos en seco por un ínfimo despliegue de aura procedente de Lord Vladyron. A continuación, el maléfico señor desliza su dedo índice hacia abajo brevemente, que ocasiona que tanto Dragnya como Oceanus se estampen contra el suelo brutalmente sin poder moverse.
OCEANUS: ¿Qué pasa? M-Mi cuerpo...
DRAGNYA: Estoy completamente inmovilizada, siento como si pesara una tonelada.
VLADYRON: ¡JAJAJAJAJAJAJAJA! Pobres necios temerarios, os habéis lanzado contra alguien de quien no sabéis absolutamente nada. Espero que esta demostración os haga daros cuenta de lo inferiores que sois si os comparáis con alguien como yo.
LÚMINA: ¡Basta! ¡Por favor! ¡Déjalos tranquilos!
Vladyron deshace el hechizo de aumento de gravedad, liberando a ambos guerreros.
ÓMINA: ¡No esperaba menos de vos! ¡Sois el más fuerte!
BLACKORBION: ¡Desde luego! ¡Finalmente habéis regresado a nuestro lado tras millones de años! ¡Estoy que no quepo en mí de gozo!
VLADYRON: Antes de nada, quiero agradeceros a ambos el gran trabajo que habéis hecho en mi ausencia dirigiendo a nuestras tropas, y por traerme de regreso tras tanto tiempo. Decidme, ¿os habéis divertido combatiendo al mismo nivel que vuestros rivales?
BLACKORBION: ¿Eh? ¿Cómo?
ÓMINA: ¿Fuisteis vos quien limitó nuestro poder?
VLADYRON: Así es, en una lucha si no se está al mismo nivel es bastante aburrido combatir, ¿no os parece? Espero que os haya servido este entrenamiento al que os he sometido.
ÓMINA Y BLACKORBION: ¡Por supuesto, señor!
VLADYRON: Bien, va a ir siendo hora de marcharse de este maldito vertedero. Tenemos que poner en marcha nuestro plan supremo: derrocar a nuestro Dios y traer de vuelta nuestra propiedad a la Tierra Universal. Con un chasquido de dedos, transportaré a todos nuestros soldados hasta la Tierra Universal.
ÓMINA Y BLACKORBION: ¡Sí, señor!
Lord Vladyron chasquea sus dedos y transporta a todos sus subordinados a la Tierra Universal, dejando vacío el Inframundo y quedando únicamente los presentes en la sala. Repentinamente, Lord Vladyron posa la palma de su mano en el terreno y provoca una pequeña sacudida de la tierra, para que justo después de esto comiencen a surgir múltiples géiseres de lava.
VLADYRON: Bien, esto es lo que faltaba por hacer: ahora este maldito repugnante planeta no volverá a ser un presidio para los de nuestra especie. Lúmina, te recomendaría que sacaras de aquí a tu séquito, imagino que no querrás que mueran todos en la explosión del planeta. Espero que volvamos a vernos en algún lugar, y creo que en menos de 60 segundos podréis escapar de aquí. Buena suerte y adiós.
Tras estas palabras, los Líderes Sentimogu y el Cristal Oscuro se envuelven en un gigantesco tornado de oscuridad. Al disiparse el viento oscuro, no queda ni rastro de ellos. Oceanus y Dragnya se levantan lentamente, con varias partes del cuerpo doloridas.
OCEANUS: No tengo ni idea de quién era ese tío, pero la próxima vez que lo vea le daré su merecido.
DRAGNYA: Me he sentido completamente incapaz de acercarme a él para golpearlo, ese tipo estaba a otro nivel, muy superior al de Ómina y al de Blackorbion.
LÚMINA: ¡Luego hablaremos sobre eso! ¡Ahora tenemos que apresurarnos en salir de aquí antes de que el planeta estalle en mil pedazos!
DRAGNYA: ¡Tienes razón! ¿Cómo están los demás?
OCEANUS: Inconscientes, pero sin ningún riesgo gracias a ti. Ha sido mucho mejor que permanecieran al margen de esto, habría sido demasiado duro para ellos contemplar una batalla tan encarnizada como esta. Los bloques sanadores no se han movido ni un milímetro desde que los creaste, Dragnya, te debemos la vida.
LÚMINA: Estoy de acuerdo. ¡Rápido, cojámonos de las manos y concentrémonos para que nuestra capacidad de teletransporte se intensifique hasta el nivel máximo!
Los tres se cogen de las manos formando un círculo y reforzando la concentración para llevar a cabo un teletransporte tan complicado para recorrer millones de años luz hasta llegar al planeta de Oceanus. Momentos después, tanto Dragnya, Oceanus y Lúmina, como sus aliados en el interior de los cubos sanadores se esfuman tras haber logrado realizar el teletransporte con éxito. Pocos segundos después, el planeta que había servido como presidio para los Sentimogu durante millones de años estalla en millones de pedazos, quedando únicamente algunas rocas como prueba de su existencia.
FIN DEL CAPÍTULO 58
CONTINUARÁ...
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