CAPÍTULO 56: CEREMONIA
Void, Oceanus y Dragnya entran finalmente en la sala de ceremonias del Palacio del Inframundo, donde les esperan Ómina y Blackorbion. Ambas deidades malignas ven a sus enemigos completamente indefensos y sonríen de manera perversa y diabólica. Void coloca delicadamente a Dragnya en el suelo, acto seguido se arrodilla ante sus señores.
BLACKORBION: Muy buen trabajo, Void. Supe desde el principio que era una gran idea confiarte a ti la captura de esos dos críos, no nos has fallado tal y como esperábamos.
VOID: El único sentido de mi existencia es servir eficientemente a sus majestades, haré todo cuanto sea necesario para satisfacer sus órdenes. Como prometí, aquí están las dos piezas fundamentales para que pueda cumplirse el ritual.
DRAGNYA: ¡Es el shaman que conocimos en la entrada del Templo!
OCEANUS: Sí, ya me acuerdo de ese cretino...
ÓMINA: Al fin, finalmente el momento que llevo esperando durante milenios ha llegado. Me da mucho gusto volver a veros a ambos, cómo me alegra que hayáis decidido uniros a nosotros para celebrar algo tan especial como el triunfo absoluto de los Sentimogu.
OCEANUS: No estamos aquí por propia voluntad, y a lo único que hemos venido es a rescatar a Lúmina y a nuestros camaradas. No albergamos el menor interés en ver cómo tu locura te lleva al peor de los extremos. ¿Dónde has escondido a Lúmina y a nuestros aliados?
BLACKORBION: JAJAJAJAJAJAJAJAJA... Sigues igual de descarado como de costumbre, en ese aspecto no has cambiado en absoluto. Si quieres saber dónde se encuentra tu adorada Lúmina, todo lo que tenéis que hacer es girar la cabeza hacia vuestra izquierda.
Dragnya y Oceanus hacen lo que les ha dicho Blackorbion y presencian una horrible vista: la Diosa Lúmina se encuentra encadenada a un pilar de roca muy pálida y debilitada debido a que el Cristal Oscuro le ha estado absorbiendo la energía vital, dejándola al borde de la muerte. Ambos héroes contemplan la escena en agónico estertor, siendo más visible en Dragnya que en Oceanus.
ÓMINA: Tendría que agradecerle a esa estúpida que haya estado nutriendo nuestra arma definitiva desde que fue capturada, pero lamentablemente para ella, la ha dejado para el arrastre como podéis ver. ¡Regocijaos! ¡Estamos a punto de devolver las cosas a cómo eran antes! ¡Nosotros los Sentimogu somos los monarcas absolutos que gobiernan sobre todos y sobre todo!
BLACKORBION: Jejejejejejejejeje...
DRAGNYA: ¡No vamos a permitir que os salgáis con la vuestra! ¡Sois unos malvados! ¿Qué habéis hecho con nuestros compañeros?
OCEANUS: ¡Eso mismo quiero saber! ¡Cómo les hayáis hecho algo me las pagaréis todas juntas!
ÓMINA: Sois tan adorables cuando estáis enfurecidos que se me derriten los 5 corazones que poseo, jajajajajaja. Despreocupaos, no les hemos hecho nada a vuestros aliados, por ahora... Después de todo necesitamos esa preciosa mercancía en unas condiciones excelentes, para que así puedan donar toda su esencia vital al Cristal Oscuro, no creo que tarden demasiado en venir. Y como recompensa por ser unos dignos enemigos, he decidido que sufran este dolor de manera inconsciente, sentirán el dolor que les provocará el drenaje vital, pero al mismo tiempo desconocerán la causa de tan dolorosa experiencia.
DRAGNYA: ¿Y en qué crees que eso es mejor? Todo cuanto quieres es hacer sufrir a los demás mientras te regodeas en ello. Por el bien de todos debemos acabar con vosotros aquí y ahora.
OCEANUS: ...
ÓMINA: Void, Blackorbion, hacedme el favor de atar a Oceanus al lado de Lúmina. Su energía será una gran aportación para el Cristal Oscuro, y espero que no sea tan estúpido como para intentar algo que pueda poner en peligro a sus seres queridos.
VOID Y BLACKORBION: Como desees, maestra.
Void hace desaparecer las cadenas que aprisionaban a Oceanus, y es agarrado por éste y Blackorbion para ser encadenado en el pilar que tiene cautiva a Lúmina. Cuando terminan de atar a Oceanus, ambos Sentimogu vuelven al lado de Ómina.
DRAGNYA: ¡Detened esto! ¡Ahora!
Ómina se agacha y levanta la barbilla de Dragnya con su afilada uña pintada de negro. La joven no puede evitar sentirse asustada por estar frente a Ómina, y ese miedo se incrementa cuando la insidiosa Diosa dibuja una sonrisa endiablada en su rostro.
ÓMINA: Así que quieres que nos detengamos, desafortunadamente no podemos permitirnos hacer eso. Únicamente estamos tratando de arreglar el gran desastre que desató esa chiflada sobre nosotros.
DRAGNYA: Te exijo que no causes más daño a los demás y pares inmediatamente con esta locura.
Void y Blackorbion se quedan de piedra al escuchar las palabras de la joven, pero la única respuesta que Dragnya recibe de la malvada Diosa es una intensa carcajada.
ÓMINA: Qué divertida puede llegar a ser una niñita ilusa e indefensa como tú. Me ha sorprendido un poco el tono que has tomado, pero sé perfectamente que eso se deriva del miedo que estás sintiendo en estos momentos. Mírate, estás sola, no tienes a Oceanus para protegerte, has fracasado cuando intentabas salvar a tus aliados, estás ante mí completamente a mi merced. ¿Esperas que escuche a alguien tan insignificante como tú?
Antes de que Dragnya pueda responder, una llamarada de fuego pasa a pocos centímetros del rostro de Ómina, quien había retrocedido un poco para evitar el ataque procedente de Oceanus. Ómina mira al héroe y sonríe de manera perversa, desatando aún más la furia y el odio que siente hacia ella.
OCEANUS: ¡No te atrevas a ponerle la mano encima!
VOID: Mi ama, si vos estáis conforme me gustaría darle una lección a ese estúpido traidor de Oceanus.
BLACKORBION: Desde luego, yo mismo le enseñaré a comportarse ante la gente de categoría suprema como nosotros.
ÓMINA: Sois muy amables, pero conozco la manera adecuada de tenerlo callado y manso como un vulgar corderito. Su punto débil es que no causará que alguien importante para él sufra daño por su culpa, nada que ver con Lord Vladyron. Empecemos la tortura para ambos chiquillos, voy a regodearme muchísimo en tan gozoso momento.
DRAGNYA: ¿Qué piensas hacerme?
ÓMINA: Una simple demostración de lo que les ocurre a quienes tienen la osadía de oponerse a los Sentimogu.
Ómina comienza a cerrar sus manos sobre el cuello de Dragnya, ocasionándole una horrible sensación de asfixia. Oceanus contempla la escena aterrado e impotente, mientras la Diosa le observa mientras ríe de forma maligna.
OCEANUS: ¡Ya basta! ¡No haré nada más pero te suplico que no le hagas daño!
ÓMINA: Así me gusta, que hayas captado el mensaje. Parece que la mercancía ha hecho acto de presencia finalmente, es hora de poner en marcha la ceremonia de una vez por todas. Estoy ansiosa de saborear el triunfo más absoluto.
Ómina suelta el cuello de Dragnya y la tira al suelo, acto seguido la joven comienza a toser bruscamente debido a la fuerte presión a la que se ha visto sometida su cuello. Los demonios que transportan a los héroes inmovilizados empiezan a atarlos a los pilares que rodean el gigantesco Cristal Oscuro sin demasiada dificultad, ya que los rehenes se encuentran totalmente inconscientes. Ómina, junto a Void y Blackorbion se colocan detrás del altar para dar paso al ritual. Lúmina despierta y ve a Oceanus atado a su lado, a quien se alegra mucho de ver pero no en la mejor de las circunstancias.
LÚMINA: Oceanus...
OCEANUS: ¡Lúmina! ¡Estás despierta!
LÚMINA: Sí... Me alegro mucho de verte... a ti y a todos... Muchas gracias por haber venido hasta este infierno para tratar de salvarme...
OCEANUS: Pero... Te hemos fallado... Hemos sido capturados... Hemos fracasado en intentar detener a estos malditos monstruos... No podré perdonármelo jamás... El haber sido incapaz de evitar este desastre... y de no poder redimirme de todos los errores que he cometido...
LÚMINA: Eso no es cierto, has liderado a todos de una manera magistral, estoy impresionada al ver como mi familia ha progresado y madurado tanto en mi ausencia... Hice muy bien en confiarte a mi pequeña Dragnya... Apenas la reconozco por lo cambiada que la veo en todos los sentidos... Y respecto a los errores cometidos si se aprende de ellos y tratan de enmendarse demuestra mucho de alguien... Hasta en las horas más oscuras sigue habiendo esperanza, recuerda eso siempre y todo irá bien... Aunque haya estado retenida aquí siempre he rezado por vosotros para que no os ocurriera nada...
OCEANUS: Me honran tus palabras, maestra. Si tengo que morir aquí que sea junto a las personas que aprecio. Esperemos que ocurra un milagro y salgamos de aquí vivos.
Ómina alza los brazos y empieza a formular los versos para dar lugar a la ceremonia, mientras Dragnya trata de liberarse de las cadenas de oscuridad que la aprisionan, sin éxito.
ÓMINA: Herramienta arcana, te ofrezco en sacrificio a estos seres para que puedas obtener aún más esencia vital y puedas desatar todos tus poderes en toda su plenitud. En breve obtendrás un suculento ingrediente que nos permitirá recuperar nuestro poder original. Una vez esto haya terminado podremos volver a casa y seguir gobernando con puño de hierro por toda la eternidad.
Tras las palabras de Ómina, el Cristal Oscuro comienza a desplegar un intenso y pálido brillo de color rosado. Inmediatamente después, los pilares de roca liberan una potentísima descarga eléctrica sobre los rehenes, quienes comienzan a gritar de absoluto dolor a pesar de que la mayoría están inconscientes. La cúspide de los pilares reúne la energía de los cautivos, y es absorbida lentamente por el Cristal Oscuro. Dragnya presencia horrorizada el suceso, tratando de zafarse de sus cadenas y acudir en la ayuda de sus aliados.
DRAGNYA: ¡Esto no es bueno! ¡Si no hago algo pronto todos perderán la vida! ¡Tiene que haber alguna manera de evitar esta catástrofe!
FIN DEL CAPÍTULO 56
CONTINUARÁ...
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