CAPÍTULO 49: CAPTURA
VOLTION: ¡Demonios! ¡No logro acertarle con ninguno de mis rayos, es rapidísimo!
FLAMOR: ¡Yo tampoco lo consigo! ¡Cuando creo que va a recibir de lleno una de mis abrasadoras llamas las evita a la velocidad del sonido!
EARTHIUS: Arf, arf... ¡No tiréis la toalla! Si seguimos cooperando lograremos derrotarlo. No importa lo que nos cueste, no seremos doblegados por ti y lograremos alzarnos con la victoria.
THUNDERION: Menudo puñado de sandeces me estáis soltando, no os bastará únicamente con la inquebrantable determinación que tenéis, si carecéis del poder necesario para lograr vuestros objetivos no sois nada. Pero adelante, podré reírme a pleno pulmón cuando os haya derrotado de la manera más humillante.
EARTHIUS: ¿Qué tonterías estás diciendo, desgraciado? Es hora de que saborees el ataque más poderoso que nosotros 3 podemos desatar. ¡Flamor, Voltion, ha llegado el momento!
FLAMOR: ¡Entendido!
VOLTION: ¡Estaba impaciente, demasiado hemos estado esperando para ejecutar nuestra combinación magistral!
THUNDERION: Mostradme de una vez ese movimiento tan especial, voy a hacerme aún más viejo esperando.
FLAMOR: ¡No te reirás tanto cuando te hayamos reducido a cenizas! ¡Vas a lamentar el habernos subestimado!
EARTHIUS: ¡Elevad vuestra energía al máximo y dirigidla toda hacia él! ¡RAYO TRIPLE DE ENERGÍA COMBINADA!
Los 3 compañeros se envuelven en una energía muy potente y la disparan a Thunderion en forma de un rayo energético, cada uno de un color distinto: el de Earthius de color naranja; el de Flamor rojo y el de Voltion amarillo. Al recorrer cierta distancia, los 3 ataques se combinan en uno solo y adquiere un amenazante color naranja llameante, sorprendiendo al Dios Dragón del Rayo.
THUNDERION: ¿Qué? ¡Es imposible que estas vulgares lombrices puedan desplegar tanto poder! ¡NOO! ¡GYAARGH!
El ataque alcanza a Thunderion, lo que resulta en una tremenda explosión.
VOLTION: Lo hemos conseguido, Oceanus estará orgulloso de nosotros.
FLAMOR: Desde luego, ha sido una buena batalla... Pero apenas puedo mantenerme en pie, nuestro remate triple nos ha dejado para el arrastre y ha drenado toda nuestra energía...
EARTHIUS: Estoy de acuerdo contigo, pero ha valido la pena. Hemos conseguido vencer a ese mamarracho con delirios de grandeza, es momento de reunirnos con los demás.
VOLTION Y FLAMOR: ¡Sí!
THUNDERION: Jajajajaja... No iréis a ninguna parte, me ocuparé personalmente de ello.
Earthius, Flamor y Voltion observan como al disiparse el humo de la explosión puede vislumbrarse la figura de Thunderion protegido por una armadura hecha de relámpagos, practicamente indemne del poderosísimo golpe que ha recibido. Los 3 compañeros miran impotentes al poderoso Dios, quien se ríe a carcajadas de ellos.
FLAMOR: No importa que nuestra combinación haya fallado, seguiremos peleando hasta que nos quede un aliento de vida.
VOLTION: ¡Bien dicho! ¡No nos rendiremos jamás!
THUNDERION: Estúpidos idiotas, no voy a mataros aunque os puedo asegurar que ardo en deseos de llevar a cabo tal cosa. De hecho, vais a salvaros porque mi ama Ómina tiene otros planes para vosotros.
EARTHIUS: ¿Planes? ¿Qué clase de planes?
THUNDERION: Si tan interesado estás en saber lo que os tiene reservado con mucho gusto te lo diré: vais a ser utilizados como conejillos de indias para recargar con vuestra energía el Cristal Oscuro, un arma ancestral creada y utilizada por el mismísimo Dios Sentimogu para sembrar la semilla de un imperio eterno liderado por los Sentimogu. Espero que sepáis apreciar dicho honor, ya que vais a participar en la ceremonia del renacimiento de los Sentimogu, la raza que se encuentra en la cúspide de todo el multiverso.
VOLTION: ¿Cómo? ¡Eso jamás!
FLAMOR: ¡Me niego a formar parte de un desastre de semejantes proporciones!
THUNDERION: ¿Y de verdad creéis que me importa lo más mínimo vuestra opinión al respecto?
EARTHIUS: ¡Que te quede esto muy claro, cretino! ¡Encontraremos la manera de evitar una catástrofe como esa!
THUNDERION: Vuestra nobleza me conmueve muchísimo... Puedo ver que estáis temblando en estos mismos instantes... ¿Acaso es de rabia, de miedo o de impotencia?... Me cuesta conocer el motivo, pero es de lo más gratificante para mí... Bueno, ya me he cansado de tanto parloteo sin sentido, ¡preparaos para sufrir una derrota absoluta! ¡Hilos paralizantes!
El poderoso Thunderion materializa de sus manos unos finos hilos eléctricos que se clavan en el cuerpo de sus tres rivales. Acto seguido comienza a conducir por los hilos una intensa descarga eléctrica que al impactar en sus víctimas aúllan de dolor, nublándose sus sentidos y cayendo al suelo muy debilitados. El Dios Dragón se acerca lentamente a los guerreros del bien, con una retorcida sonrisa muy presente en su rostro.
FLAMOR: H-Hemos perdido irremediablemente... Maldita sea...
VOLTION: ¿Cómo ha podido ocurrir esto? ¿Acaso no teníamos ninguna oportunidad desde el principio?
EARTHIUS: ¿Cómo podéis aceptar tan pronto la derrota? ¡Debemos seguir peleando cueste lo que cueste, aunque nos cueste la vida!
Earthius trata de levantarse para continuar el combate, pero Thunderion dispara a través de su dedo un rápido rayo de electricidad que le atraviesa la pierna derecha a Earthius, impidiéndole levantarse y desplomándose nuevamente en el suelo inerte del Inframundo quejándose del dolor.
THUNDERION: Os encontráis en un estado extremadamente lamentable, me tendréis que perdonar pero no puedo evitar el descojonarme en vuestra cara, JAJAJAJAJA. Ahora en serio, si no hubiera desplegado mi armadura eléctrica en el momento justo, ahora mismo me encontraría seriamente lastimado. Espero que estas palabras procediendo de alguien de tan suprema categoría como yo os sirvan de consuelo, no teníais nada que hacer frente a mi inigualable poder. Os agradecería mucho si me hicierais el favor de quedaros quietecitos para que pueda encadenaros con estas cadenas forjadas con la magia oscura de mi ama.
VOLTION: ¡Qué te lo has creído!
FLAMOR: ¡Vas listo si piensas que te lo vamos a permitir!
EARTHIUS: Grrr...
Thunderion al oír esas palabras desata un chispazo de tal intensidad que sus tres rivales pierden el conocimiento al ser víctimas de tan poderoso ataque. El Dios Dragón aprovecha para encadenarlos tranquilamente y los apoya en una gran roca.
THUNDERION: Al principio me hacíais gracia, pero se os va la fuerza por la boca y ya me estaba cansando de escucharos. En fin, va siendo hora de que lleve a estos tres perdedores a palacio, el ritual debe estar a punto de comenzar.
OCEANUS: ¡Libera a nuestros compañeros ahora mismo o te vas a enterar!
THUNDERION: Esa voz... ¡Es la de ese cretino de Oceanus!
Antes de que Thunderion pueda reaccionar, recibe de lleno el impacto de una onda energética disparada por Oceanus, lo que tiene como resultado que el Dios Dragón ruede por el suelo y choque contra una roca, ocasionando que quede sepultado tras un pequeño derrumbe de piedras. Dragnya y Oceanus entran en escena posándose suavemente en el suelo, y Thunderion inmediatamente después desata su electricidad para desintegrar las piedras que lo retenían.
THUNDERION: Que conste que has logrado alcanzarme con tu ataque porque me has pillado con la guardia baja. Al fin os mostráis ante mí, el desgraciado de Oceanus y el diamante en bruto que tanto ansía mi maestra.
DRAGNYA: No me interesan las intenciones de tu maestra, hemos venido a salvar a nuestros amigos.
THUNDERION: ¿Salvarlos? Tiene gracia que tengas el valor de decir una cosa como esa, cuando habéis dejado a vuestros otros camaradas a merced de los demonios que rondan por el Inframundo.
OCEANUS: ¡Rayos!
DRAGNYA: ...
THUNDERION: Habéis cometido un fallo muy grave. La balanza se está inclinando a nuestro favor, en estos momentos nuestros demonios deben haber llevado a vuestros amiguitos a palacio para el ritual que dará paso al cambio que todos hemos estado esperando.
OCEANUS: Grrrr...
DRAGNYA: ¡Eso no importa! ¡Les salvaremos cueste lo que cueste! ¡Prepárate para la paliza que vamos a darte, maldito títere!
OCEANUS: Es algo que no podemos permitirnos hacer, Dragnya. Presentamos un hándicap devastador en esta situación y aún no te has percatado, ¿verdad?
DRAGNYA: ¿Eh? ¿Cómo puedes decir algo así, Señor Oceanus?
THUNDERION: ¡JAJAJAJAJAJAJA! Típico de una cría sin dos dedos de frente. Si dais un paso más y me atacáis desplegaré mi electricidad en una milésima de segunda que alcanzará a vuestros aliados, matándolos al instante. Mi ama me ha ordenado que los utilicemos para nutrir al cristal de energía, pero estoy seguro de que podemos encontrar fuentes de energía alternativas.
DRAGNYA: ¡Estamos contra las cuerdas! ¿No podemos hacer nada?
Thunderion un rayo de electricidad a Oceanus en el que ha concentrado la totalidad de su poder, pero al impactar contra el Guerrero Supremo no le hace el más mínimo daño.
OCEANUS: ¿Eso es todo lo que tienes? ¡Ese ataque tan patético no me ha hecho ni cosquillas!
THUNDERION: ¡AGRRR! No importa... Una vez que haya llevado a esta chusma ante Ómina me recompensará con el poder necesario para derrotarte. Me vengaré por la terrible humillación que me hiciste pasar tras derrotarme la última vez que nos vimos. Pero antes de eso, tengo un regalito para vosotros...
Tras un chasquido de dedos del Dios Dragón, un ejército de demonios comienza a aparecer sobre las rocas que rodean el lugar en el que se encuentran Oceanus y Dragnya. Thunderion agarra a los rehenes inconscientes y desaparecen en un tornado de oscuridad que surge inesperadamente.
DRAGNYA: Ha escapado, el muy cobarde... Ahora tenemos que vérnoslas con estas sucias criaturas infernales.
OCEANUS: Estoy de acuerdo, ¿lista para combatir, jovencita?
DRAGNYA: Tan sólo necesito que me des la señal e iniciaré el combate inmediatamente, Señor Oceanus.
OCEANUS: ¡Muy bien! ¡Enseñémosles a estos bichos quien manda aquí!
DRAGNYA: ¡Con mucho gusto! ¡Y justo después le haremos una visita a esa arpía despreciable!
DEMONIOS: ¡GROOOOOOAAAAAARGH!
Los demonios comienzan a descender por las rocas para pelear contra Oceanus y Dragnya.
FIN DEL CAPÍTULO 49
CONTINUARÁ...
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