CAPÍTULO 43: LUCHA AL LÍMITE


Dragnya, Forestion, Brisa, Vidar y Umbría continúan su camino por el Inframundo buscando al resto del equipo. Sin previo aviso los 3 se percatan de un temblor que sacude fuertemente la tierra y el suelo se abre, y entre olas de lava surge Bálagos. Se puede escuchar una risa procedente del cielo del Inframundo, y a la velocidad del rayo Anfíteres hace acto de presencia, posándose delicadamente en el suelo al lado de Bálagos.

ANFÍTERES: ¡Brisa y Vidar! ¿Cómo es que seguís vivos? Deberíais haber perecido en la explosión de Pyron, pero eso da igual: yo misma me encargaré de acabar con vosotros de una vez para siempre.

BÁLAGOS: Y también tenemos aquí al viejo traidor de Forestion, junto a esas dos niñatas con las que ya me encontré en las ruinas de los Estelares. Hoy la suerte nos viene de cara, voy a deleitarme muchísimo al presenciar como se os cae la piel al ser víctimas de mi fuego infernal e implacable.

FORESTION: ¡TCH! Yo también me alegro de veros.

ANFÍTERES: Recuerda que a esa chiquilla la necesitamos con vida para la magistral ejecución del plan de nuestra ama Ómina. Estamos autorizadas a matar al resto y torturarlos tanto como estimemos oportuno, pero esa cría debe permanecer viva por ahora para ser artífice de la liberación de los demonios y de provocar el caos más absoluto.

DRAGNYA: No entiendo muy bien a lo que os referís, pero nunca participaré en tal cosa. Prefiero la muerte.

UMBRÍA: Es hora de que os paremos los pies de una vez para siempre, no toleraremos que hagáis sufrir a nadie más.

VIDAR: Ha llegado de vengar a todos nuestros camaradas, y a todos aquellos que perdieron la vida por vuestra culpa. Hoy la furia de todos aquellos a los que habéis hecho daño caerá sobre vosotras, os aplastará.

UMBRÍA: Dragnya, tú guarda tus energías. Déjanos este asunto a nosotros.

DRAGNYA: ¡Pero puedo luchar! ¡Es hora de que demuestre el resultado de mis entrenamientos!

UMBRÍA: ¡No me discutas! ¡Te necesitamos al 100% cuando nos enfrentemos a Ómina! Por ahora aléjate y ni se te ocurra intervenir, ¡es una orden!

DRAGNYA: ... Entendido... 

Dragnya da un salto y se sienta en una roca algo alejada para poder presenciar la batalla.

BÁLAGOS: Si ya está todo dicho, ¡Dragones ígneos!

FORESTION: ¡Plantas inmortales!

Bálagos crea dos dragones serpiente hechos de llamas y los lanza hacia Dragnya y los demás con el objetivo de carbonizarlos sin piedad, pero Forestion coloca sus manos en el suelo y repentinamente brotan unas gigantescas raíces que repelen el ataque de Bálagos, desapareciendo ambos ataques al mismo tiempo.

ANFÍTERES: Impresionante... Has conseguido que brote vida de este suelo inerte, está muy claro que eres todo un Dios Dragón. Pero la traición es un pecado que no podemos perdonar ni siquiera aunque lo cometa uno de nosotros... Tu cabeza va a rodar muy pronto hasta nuestros pies, anciano decrépito. ¡Onda de aire cortante!

Antes de que Anfíteres pueda ejecutar su ataque unas cadenas de oscuridad la aprisionan y la inmovilizan por completo. Vidar aprovecha que la Diosa Dragón está a su merced para crear un garrote de madera y asestarle un golpe directo, pero antes de que eso suceda Bálagos lanza una gigantesca llamarada hacia Vidar, pero Brisa interviene y con su viento transforma la llamarada en piedra, cayendo al suelo y haciéndose añicos. El semidios dragón finalmente logra alcanzar a Anfíteres y le da un garrotazo en toda la cara, provocando que choque violentamente contra el campo de batalla.

VIDAR: Una combinación perfecta de trabajo en equipo.

BRISA: A este paso conseguiremos la victoria sin lugar a dudas.

UMBRÍA: Un último esfuerzo y lo lograremos. Hay que derrotarlas cuanto antes y encontrar al resto.

FORESTION: Ni se os ocurra confiaros ni bajéis la guardia en ningún momento... Estas dos arpías guardan alguna que otra sorpresa que podría costarnos la vida... Estad atentos y no os despistéis.

BÁLAGOS: Tienes mucha razón, vejestorio. Aún no lo hemos dado todo, y os aseguro que vais a sufrir como nunca antes en vuestras vidas: una vez estéis al borde del colapso y del agotamiento os inundaré en una ola de lava que os matará al instante.

VIDAR: ¡Sigue soñando!

UMBRÍA: Cuchillas de oscuridad...

ANFÍTERES: Oh... Lamento decirte que unas simples cuchillas no serán capaces de herirnos.

BÁLAGOS: Me basta con crear una barrera de lava para evitar tu ataque. Va a ser un juego de niños venceros jajajajajajajaja.

Umbría lanza sus diez cuchillas oscuras con enorme rapidez hacia la Diosa Dragón del fuego, la cual alza su mano y provoca que surja del terreno una cortina de magma ardiente para protegerla del ataque. Lamentablemente para Bálagos, las cuchillas cruzan el magma sin desviar su trayectoria y se clavan en su cuerpo, ocasionando que aúlle de dolor y sorprendiendo al mismo tiempo a Anfíteres.

UMBRÍA: ¿Qué te ha parecido? No te esperabas que las armas que he creado fueran tan resistentes, ¿a qué no?

BRISA: Es... increíble...

VIDAR: Umbría ha alcanzado un poder muy superior al que tenía antes de que el Escuadrón Nova se separase... Su jaodyoru actual es de 1.050.000.000.000.000...

BRISA: ¿Es capaz de llegar a tal nivel? Esa cifra es la suma del jaodyoru que poseemos Earthius, Flamor, Voltion, Tiger, Lya, tú y yo. Odio admitirlo, pero Umbría se ha hecho muy fuerte...

FORESTION: Ojojojojojojojojo, ¿acaso son celos eso que tienes?

BRISA: ¡C-Claro que no! Hay que reconocer que siempre hay alguien mejor, eso es todo... jajajajajaja...

BÁLAGOS: ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! Debo admitir que si no poseyera la habilidad de sanar mis heridas envolviéndome en mi fuego estaría bastante malherida.

Bálagos se arranca las cuchillas de Umbría y desprende un fuego que cubre todo su cuerpo, y al desaparecer todos los allí presentes pueden ver que sus heridas han sido totalmente sanadas.

VIDAR: ¡Imposible! ¡Está como nueva!

FORESTION: ...

UMBRÍA: Visto lo visto, tendré que emplearme a fondo si quiero ganar.

ANFÍTERES: Ya se ha terminado el calentamiento y es hora de terminar con esto.

BRISA: Es en lo único que podemos estar de acuerdo vosotras y nosotros.

FIN DEL CAPÍTULO 43

CONTINUARÁ...

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