Palacio del Inframundo, sala de reuniones alternativa del CDU.

ÓMINA: Bien, os he hecho llamar porque estamos casi preparados para el proyecto DEMONIO. Según un chivatazo que he recibido de mi leal Void, el cual tiene la posibilidad de irrumpir en los sueños ajenos sin ser detectado, me ha contado que pronto nuestros enemigos vendrán hasta aquí para salvar a Lúmina. Cuando ese momento llegue estaremos preparados para recibirles de la mejor manera.

FURANGLONG: Y quieres que cuando entren en el Inframundo nos encarguemos de ellos y que no vuelvan a meter las narices en nuestros planes jamás. Todavía quiero vengarme de ellos por haberme robado tan importantes recursos de mis colonias. Cavaré sus tumbas con mis propias manos y lanzaré sus cadáveres con un gozo sin igual.

THUNDERION: Es mejor no confiarse, esos gusanos  han mejorado mucho. Oceanus me venció sin ninguna clase de dificultad, todavía me quedan secuelas de aquella batalla, tanto físicas como mentales. Nunca había sido humillado de tal modo, como le vuelva a ver me las pagará todas juntas.

LEVIATÁN: Oceanus... no puedo odiar más ese nombre. Vaya panda de ingratos, les concedemos el don de la vida y se ponen en nuestra contra. Si tuvieran algo de gratitud y de respeto hacia nosotros serían herramientas que poder utilizar en nuestras operaciones y así expandir el gran imperio que hemos estructurado desde sus albores. El universo nos pertenece, y podemos dirigirlo como nos venga en gana, para eso somos los Dioses Dragón, los portadores de la justicia divina. La nobleza de una dama celestial como yo no tiene límites jajajajajaja.

ANFÍTERES: Tienes toda la razón, es nuestro deber corregir los males que surgen como consecuencia de la estupidez de los mortales. Antes estaba muy ciega, al igual que el resto de vosotros pensaba que el ideal de Lúmina era el correcto, pero al descubrir que ellos provocaron la muerte del joven Dragyon y que Lúmina lo permitió abrí los ojos.

BÁLAGOS: No logro entender cómo los mortales pudieron cometer tal atrocidad, el mero hecho de pensar el gran daño que le ha causado al gran Abagizal tan imperdonable afrenta y haber perdido a un activo tan importante para nosotros hace que me hierva la sangre a límites insospechados. Si esa chusma viene hasta aquí me desquitaré con ellos de la manera más sádica, placentera y cruel posible.

ÓMINA: Eso mismo quería oír. Nuestro maestro Abagizal se encuentra meditando en estos momentos, una vez haya terminado se unirá a la pequeña sorpresa que le tenemos guardada al séquito de la traidora de Lúmina. Me gustaría saber si habéis encontrado a los del Team Índigo, esos estúpidos que se dedican a matar demonios (los pocos que pude liberar cuando salí del Inframundo) y a causarnos más de un quebradero de cabeza, responded.

LEVIATÁN: Afortunadamente, Anfíteres y yo pudimos hallar una de sus bases en los planetas más alejados. Nada más encontrarla causamos desastres naturales para divertirnos un poco y después reducimos el planeta a cenizas con nuestra flota estelar. A todo esto, ¿dónde está Forestion?

THUNDERION: Es cierto, no se encuentra aquí. No he vuelto a verlo desde que nos dividimos en la colonia humana, ¿le habrá pasado algo?

BÁLAGOS: Yo creo que ni se molestará en acudir a esta reunión, ese viejo tonto va por libre y hace lo que quiere.

ÓMINA: Traté de ponerme en contacto con él pero no me respondió. Encontré su transmisor destrozado en la colonia humana. Es posible que haya desertado o que haya sido asesinado, no lo sé con certeza.

ANFÍTERES: Pobre Forestion...

ÓMINA: ¿QUÉ ACABAS DE DECIR?

Ómina se levanta enfadada de su silla y le da una bofetada a Anfíteres de tal intensidad que ocasiona que Anfíteres caiga de su silla, ante la mirada de terror y de sorpresa del resto de Dioses Dragón. Solamente Leviatán junta el valor suficiente para recriminarle a Ómina tan inapropiada conducta con una de sus compañeras.

LEVIATÁN: ¿Qué te crees que estás haciendo? ¿Esa es forma de tratar a una compañera?

ÓMINA: Lo que me faltaba por oír, que repliquen mis métodos. Voy a dejarte pasar esta insubordinación tan grave por esta vez, pero vuelve a replicarme y lo lamentarás.

LEVIATÁN: Ni que te tuviera miedo. ¿Te encuentras bien, Anfíteres?

ANFÍTERES: S-Sí, gracias por defenderme, Leviatán.

Leviatán ayuda a Anfíteres a levantarse y cada una vuelve a su respectivo sitio.

ÓMINA: Después de tan bochornoso espectáculo, he decidido concederos el poder máximo al que puede aspirar un Dios Dragón: la transformación completa dragónica.

FURANGLONG: Estoy impaciente por adquirir más poder, estoy que no quepo en mí de gozo. Qué gran noticia jajajajajajaja.

THUNDERION: Si la alcanzo podré vengarme de Oceanus por la humillación que hizo pasar en la colonia humana. No serás más fuerte que yo por mucho más tiempo, miserable traidor.

BÁLAGOS: Un nuevo poder más allá del que tengo actualmente, eso me hará mucho más poderosa que ahora, podré hacer que todo mi poder caiga sobre  todo aquel que cuestione mis designios. Se me hace la boca agua con tan solo pensarlo.

Ómina despliega un aura violeta de su mano derecha y los cuerpos de los otros Dioses Dragón se ven rodeados por ella. Unos instantes más tarde el aura se desvanece y los Dioses Dragón se sienten muchísimo más poderosos que antes.

ÓMINA: Ahora que poseéis el nuevo poder que os he otorgado, ocupad vuestros puestos y esperad pacientemente a que esos estúpidos vengan hasta aquí. Haced lo que queráis con ellos, os doy total libertad.

LOS OTROS DIOSES DRAGÓN: ¡SÍIII!

Los otros Dioses Dragón se marchan y Ómina se queda sola pensando.

ÓMINA: Mi control sobre ellos se está extinguiendo, si esto sigue así perderé a las principales herramientas que deben ayudarme a quitar de en medio a Lúmina y al Universal. Supongo que este poder que les he dado me permitirá manipularlos durante un tiempo más. Espero impacientemente vuestra llegada, séquito de Lúmina JAJAJAJAJAJA.

FIN DEL CAPÍTULO 31

CONTINUARÁ...