CAPÍTULO 22: EL DESPERTAR DEL ARMA
Bálagos se aproxima al autómata, cuando lo agarra el aura de fuego de Bálagos activa al robot y provoca que despierte de su letargo. Bálagos sorprendida por el inesperado suceso lanza al robot hacia la pared de la tumba con fuerza, el robot interpretando este gesto como un ataque no duda en transformarse en una versión más grande y mejorada de sí mismo. El robot llega a alcanzar los 10 metros de altura, sorprendiendo a todos los que contemplan tal hecho.
ROBOT: Habéis profanado este lugar sagrado. Semejante fechoría no puede quedar impune, y por ello seréis castigados.
ÓMINA: Qué tono más irrespetuoso para proceder de una caja de tuercas descerebrada. No interfieras en nuestros asuntos o nos encargaremos de darte tu merecido.
BÁLAGOS: No me impresionas con ese aumento de tamaño tan exagerado. Cuanto más alto, más dura es la caída jajajajajajajaja.
Bálagos lanza una llamarada hacia el autómata. Antes de impactar, las marcas presentes en el cuerpo del autómata cambian a color rojo y la llamarada se desvanece al entrar en contacto con el gigantesco robot. Acto seguido el autómata responde con un gigantesco puño que Bálagos logra evitar materializando sus alas de dragón en el último instante.
ROBOT: Has conseguido evitar mi ataque, pero a la próxima no fallaré.
BÁLAGOS: Vale, por lo que veo no puedes ser herido por ataques de energía. Probaré con ataques de contacto a ver si surten efecto. Tal vez tengas potencia y resistencia, pero yo poseo mayor velocidad.
Bálagos transforma sus cuatro extremidades en las de un dragón y se envuelve en una impenetrable capa de fuego, dirigiéndose hacia su enorme rival. Propina potentes zarpazos y patadas, pero nada parece ser lo bastante fuerte como para herir al poderoso robot. El robot lanza rápidamente rayos láser por los ojos que aciertan en las alas de Bálagos y provocan la caída de ésta en el suelo de la tumba real.
BÁLAGOS: Esto es imposible. Nada ni nadie me había humillado de esta manera, ¿esto es el resultado de las investigaciones de los Estelares, un robot indestructible?
ÓMINA: Patético, has dejado que te derribe sin ninguna clase de dificultad. Me avergüenzas...
BÁLAGOS: ¡Me gustaría verte a ti enfrentarte a esa cosa!
ÓMINA: No será necesario. Esta cosa será incontrolable y provocará muchas pérdidas en nuestro Imperio, lo mejor será que tomemos una muestra del robot y fabriquemos el nuestro.
BÁLAGOS: ¿Eso piensas? La verdad es que una versión de esto completamente leal a nosotros será mucho más útil.
ÓMINA: Esperaba que comprendieras mi punto de vista. Ahora observa cómo inmovilizo a esta bestia y obtengo la muestra que precisamos para recrear un prototipo más fuerte que obedezca ciegamente nuestras órdenes.
ROBOT: ¡Qué te lo has creído!
ÓMINA: Parálisis psíquica...
Antes de que el ataque del robot alcanzase a Ómina, es paralizado en un instante sin ser capaz de poder moverse. A continuación, Ómina dispara un rayo al robot que le arranca una de las cuatro dedos que poseía, para regenerarse enseguida. Ómina agarra el fragmento del robot y ríe de forma macabra.
ÓMINA: Bueno, aquí hemos terminado. Escuchadme vosotras tres: he decidido dejaros en libertad por ahora, aún os necesito con vida.
BÁLAGOS: ¿Qué? ¡Tenemos que llevar a estos criminales ante Abagizal y acabar con ellos de una vez por todas!
ÓMINA: No oses cuestionar mis decisiones. Responde, estimada Bálagos. ¿Qué vamos a hacer con ellos?
Ómina comienza a emitir un brillo procedente de sus ojos con la intención de hipnotizar a Bálagos y doblegar su voluntad por la fuerza. Bálagos acaba hipnotizada y asiente con la cabeza, dándole la razón a Ómina y respondiéndole.
BÁLAGOS: Dejarlos libres para que cumplan su papel en el plan maestro de mi todopoderosa ama Ómina.
ÓMINA: Bien dicho jejejejeje. A propósito, querría saber tu nombre, joven promesa.
DRAGNYA: Dragnya.
ÓMINA: Bien, no me olvidaré de tu nombre ni de tu rostro. Me recuerdan a alguien que odio a más no poder. Hora de marcharse.
BRISA: !Espera! Antes habéis mencionado de que desempeñaremos un papel en algo...
UMBRÍA: Sí, ¿a qué os referís con un papel?
ÓMINA: Cuando llegue el momento lo descubriréis. Y cuando hayáis cumplido ese papel, me libraré de todos vosotros ya que no me haréis falta.
BÁLAGOS: La profesora ha aprovechado nuestra distracción con el androide para escapar.
ÓMINA: No importa. Si nosotras no acabamos con ella lo harán las bestias de este planeta, esa lombriz jamás podrá hacer algo para suponer una amenaza para nuestros intereses. Una última cosa, os recomendaría que curaseis a esos 3 estúpidos o morirán irremediablemente. Bálagos, dales un mensaje a todas las unidades diciéndoles que volvemos al cuartel general.
BÁLAGOS: Entendido, mi ama...
ÓMINA: Espero que volvamos a vernos dentro de poco. Hasta más ver, mis adorados peones.
Ómina y Bálagos se teletransportan sin dejar rastro, el influjo psíquico ya no surte efecto sobre Dragnya y los demás. El robot vuelve a su forma reposo al confirmar la desaparición de las Diosas Dragón.
FIN DEL CAPÍTULO 22
CONTINUARÁ..-
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