CAPÍTULO 2: SADISMO DESMESURADO



Dragnya y los demás han llegado al palacio del rey Oceanus, quien aguarda impaciente el regreso del escuadrón que había enviado a detener a los sospechosos que merodeaban por las llanuras. El general Earthius abre las puertas de la sala del trono, saludando a su rey.

OCEANUS: Me alegra verte, Earthius. Veo que has completado tu misión eficientemente, reconozco tu mérito de haber traído a esos desalmados ante mí.

DRAGNYA: Padre, debe ayudar a estos hombres. No son gente malvada ni han venido a causar problemas. Debemos mantener el buen nombre de nuestro planeta socorriendo a todo aquel que lo necesite.

OCEANUS: Que sorpresa, eres tú, hija mía. Tienes toda la razón, tenemos que hacerlo. Me encargaré personalmente de ello, ahora tienes que marcharte. Recuerda que tienes un entrenamiento de combate.

DRAGNYA: Sí, padre. Que os vaya bien amigos, mucha suerte.

HERIDOS: Igualmente querida. Hasta pronto

Dragnya abandona la sala del trono.

OCEANUS: Típico de vosotros, embaucando a los demás para utilizarlos como os interesa. Como aborrezco a la escoria que forma parte del Imperio Dragón o que está de acuerdo con ellos. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, pero habéis cometido un grave error viniendo hasta aquí y pagaréis por ello.

HERIDO 1: No me puedo creer que esa chica tan noble sea hija de alguien tan malvado y despreciable como tú. Estoy seguro de que no compartís lazos de sangre.

OCEANUS: Tan audaz como siempre, mi querido amigo. Es cierto, no es mi verdadera hija pero la he criado como tal y le estoy ayudando a controlar sus increíbles poderes. El Imperio me causó un terrible dolor en el pasado y quiso utilizarme para lograr sus fines. Más vale que os vayáis preparando, porque no pienso tener piedad alguna con vosotros.

HERIDO 2: Debiste haberte limitado a ser la marioneta que debía cumplir las órdenes de los Dioses Dragón, si existes es gracias a ellos. Pero huiste y renunciaste a tu puesto para convertirte en el peor enemigo del Imperio. Tu cabeza tiene un alto precio por la incontable cantidad de crímenes que has cometido hacia nosotros.

HERIDO 3: No nos importa lo que nos hagas, juramos servir al Imperio hasta nuestro último aliento de vida. Confiamos en que recibirás tu castigo más tarde o más temprano y será por parte de los mismísimos Dioses Dragón.

EARTHIUS: ¡Qué insolencia! ¿Qué manera es esa de hablarle a vuestro rey?

OCEANUS: No pierdas los estribos, Earthius. Tan sólo les he permitido que digan sus últimas palabras antes de que acabe con ellos. Ahora limítate a permanecer al margen mientras me divierto torturándolos hasta que sus miserables cuerpos no puedan soportarlo más. No es nada personal, pero el buen nombre de mi justicia debe ser bañado con la sangre de criminales como vosotros. Y la herramienta que voy a utilizar es mi cetro real y mi poderosa magia.

Sin previo aviso, Oceanus se abalanza sobre los heridos y comienza a atacarlos con su cetro sin ninguna clase de piedad o duda. Manchas de sangre comienzan a cubrir la sala y los gritos de agonía y dolor de los heridos retumban por todos lados. Finalmente, cuando Oceanus se ha divertido lo suficiente haciéndoles sufrir, lanza una gran bola de fuego hacia ellos, carbonizándolos al instante.

OCEANUS: Ha sido muy estimulante, llevaba tiempo queriendo desatar mi incomparable poder una vez más. Es el momento de actuar y de obtener lo necesario para que pueda coronarme como Emperador Supremo de todo el universo. Earthius, llama a Flamor y a Voltion y partid inmediatamente al planeta Nyorg. Debemos hacernos con recursos para completar nuestro plan maestro.

EARTHIUS: A la orden majestad, enseguida nos marchamos.

Earthius abandona la sala del trono

OCEANUS: Cuando vuelva a casa lo haré como vuestro señor. Disfrutad del poco tiempo que os queda en la cima, mis queridos dioses, porque cuando llegue el momento os masacraré a todos. Jejejejejejeje...

3.000.000 de años luz más lejos, nave de la Diosa Leviatán, sala de control.

LEVIATÁN: Mi querida Lya, ¿has encontrado la señal del localizador que portaban esos tres?

LYA: S-Sí, mi ama Leviatán, pero la señal posee un radio de casi 2.000.000 de años luz. El dispositivo tiene que haber sido destruido antes de que pudiera rastrearlo con total precisión.

LEVIATÁN: Entiendo, eso significa que deben haber perecido. Tampoco es que me importe, la única utilidad que tenían era la de localizar a ese traidor miserable de Oceanus. Al fin y al cabo las herramientas están para ser usadas, sin importar lo que les pase mientras cumplan su cometido.

LYA: ¿Cómo podéis decir algo tan atroz? Todos hacemos cuanto está en nuestra mano para lograr los objetivos que nos imponen. No me puedo creer que los Dioses Dragón sean seres tan crueles y déspotas que no se preocupan por nadie que no sean ellos mismos.

LEVIATÁN: Así que estás en desacuerdo con nuestra visión. Después de que me tomara la molestia de salvarte después de lo que sufriste en tu planeta natal. Lo recuerdo como si fuera ayer, primero la luna se tornó roja y los habitantes comenzaron a comportarse como bestias salvajes, y acto seguido el planeta fue engullido por las capas externas del sol de vuestro sistema. Menuda tragedia jajajajajajaja.

Lya rompe a llorar.

LEVIATÁN: Oh, pobre leoncita desconsolada. Deberías de estar agradecida de estar sirviéndome en estos momentos, ya que de no ser así habrías acabado igual que esas putrefactas bestias de tu raza. Debes devolverme el favor siéndome leal el resto de tu vida, y como se te ocurra traicionarme o rebelarte, te daré la peor de las muertes. Ahora, márchate para serenarte y vuelve cuando te encuentres mejor ¿vale, cariño?

Lya asiente y se marcha.

LEVIATÁN: No soporto a los mortales y sus absurdos sentimientos. Todo lo que resulta importante para mí es preservar mi reinado sobre el universo, imponer las reglas junto al resto de dioses y obtener todo aquello que deseo. Cuando encuentre a ese maldito perro sarnoso de Oceanus le haré pagar por todo lo que nos ha hecho hasta ahora. Estoy impaciente y ya quiero que eso suceda jajajajajajajaja.

FIN DEL CAPÍTULO 2

CONTINUARÁ...

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