JUAN: ¿Por qué me ha salvado? ¿Qué quiere de mí?

FORESTION: Tengo interés en saciar mi curiosidad, eso es todo.

JUAN: ¿Curiosidad? ¿De qué está hablando?

FORESTION: Una amiga mía posee una confianza ciega en los mortales. Es mi intención saber si vosotros los mortales tenéis el poder para cambiar las cosas.

JUAN: ¡No entiendo una palabra de lo que está diciendo!

FORESTION: Ni necesitas saberlo, es asunto mío. Ahora escucha atentamente, chaval

JUAN: ...

FORESTION: He decidido ayudarte a salir de aquí y que pidas ayuda. He preparado una nave con las coordenadas para hallar a dos amigos míos que te prestarán su ayuda sin dudarlo. No tienes nada que temer, es automática y te llevará hasta ellos gracias al rastreador que portan.

JUAN: G-Gracias, pero no entiendo por qué me está ayudando. Se supone que usted está del lado de los que nos han atacado.

FORESTION: Aunque no lo creas, estoy en desacuerdo con los métodos tan déspotas y radicales que están llevando a cabo mis compañeros. El gobernar de esa manera ya no tiene significado alguno para mí.

JUAN: ...

FORESTION: Antes éramos un pueblo noble y no tratábamos a los demás como meros esclavos. Pero después de observar por millones de años a los mortales, nuestro señor llegó a la conclusión de que los mortales son seres egoístas, imperfectos y que son responsables de todas las desgracias que ocurren en el universo. Tengo que reconocer que yo pensaba lo mismo hasta hace poco, y me arrepiento bastante de ello, ya que no todos los seres son iguales.

JUAN: ¿Y cómo sé que puedo confiar en usted? Igual el que me esté contando todo esto no es más que un truco.

FORESTION: Puedes hacer lo que quieras, no te lo impediré. Pero si quieres ayudar a los que te importan esta es una buena oportunidad para hacerlo, ya que si vuelves lo único que conseguirás es que te atrapen.

JUAN: Pero mi familia y mis amigos se encuentran seguramente presos. Tengo que volver, estoy muy preocupado por ellos.

FORESTION: Aún hay tiempo para poder hacer algo, hazme caso y vete ya.

JUAN: Pero...

FORESTION: Sé a la perfección cómo te sientes en estos momentos. Esa rabia y esa impotencia de ser incapaz de poder volver y tener la sensación de que estás abandonando a tus seres queridos debe ser horrible para ti.

Juan trata de contener las lágrimas, pero le resulta imposible y rompe en llanto. Forestion se le acerca y trata de consolarlo.

FORESTION: Tranquilo, desahógate. Te prometo que no permitiré que les pase nada a ninguno de los habitantes de esta colonia, tienes mi palabra. ¿Cómo te llamas?

JUAN: (aún llorando) J-Juan.

FORESTION: Bien, Juan. El sentir estas emociones os hace a los mortales seres especiales. Nosotros, los Dioses Dragón y los nuestros, deberíamos aprender de vosotros para dejar de ser los monstruos sin sentimientos que somos actualmente.

JUAN: Pero usted parece entendernos bastante bien a pesar de ser uno de esos monstruos. ¿Cómo es eso posible?

FORESTION: Eso es porque tengo una amiga muy especial que me ha hecho ver las cosas de otra manera. Espero poder devolverle el favor ayudándola a desprenderse del terrible maleficio que pesa sobre ella. No quiero aburrirte con mis problemas, ven conmigo.

JUAN: Sí.

Forestion lleva a Juan a una parte algo profunda del bosque, donde se halla la nave que el chico utilizará para escapar de la colonia y solicitar ayuda a los amigos de Forestion.

FORESTION: Aquí está, todo lo que tienes que hacer es pulsar el botón verde y la nave te llevará automáticamente hasta donde se encuentran mis aliados, cuídate chaval.

JUAN: Entendido, muchísimas gracias por todo lo que ha hecho por mí.

FORESTION: Jajajajajajajaja, ni lo menciones. Vamos, date prisa.

Juan se sube rápidamente a la nave y pulsa el botón. La nave se pone en marcha y despega a toda velocidad, dejando la colonia para volver con refuerzos. Unos minutos después aparece Ómina.

ÓMINA: Así que estabas aquí, llevo buscándote un buen rato.

FORESTION: Qué escandalosa eres. Ha sido aparecer tú y ha desaparecido toda la tranquilidad que había aquí.

ÓMINA: Ya, yo también me alegro de verte. Quería decirte que mañana Bálagos y yo partiremos al planeta donde se encuentra la ciudad que habitaron los Estelares.

FORESTION: Mejor, así os perderé de vista a ti, bruja, y a esa niñata de fuego temperamental.

ÓMINA: Grrrr... No he terminado. Tú te quedarás aquí en la colonia, montando guardia junto a Thunderion.

FORESTION: Pues espero no encontrarme con el señor electrizante el tiempo que nos queda aquí.

ÓMINA: ¿Es que no tienes ningún respeto por nosotros? Te aseguro que si no le cayeras tan bien a Abagizal, acabaría contigo lentamente y con saña.

FORESTION: Qué pena me das. Como no es el caso, no te queda otra que aguantarte y meterte ese deseo por donde te quepa.

Ómina está echando humo y se marcha enfadada. Forestion se queda reflexionando.

FORESTION: Lúmina... Espero que llegue el día en el que se haga realidad el sueño de tu vida, un universo de paz en el que no exista nada de maldad. No sé si ceder esa tarea a las nuevas generaciones es lo correcto, pero reconozco que me intriga adonde puede conducirnos eso a todos nosotros.

FIN DEL CAPITULO 14

CONTINUARÁ...