capítulo 31.

Narra Camus.

Abrí lentamente los ojos, me senté y me estire lentamente, había tenido el mejor de los sueños, busqué a Milo con la mirada pero no lo encontré, me levante despacio ya que sentía un poco de dolor al mover mis caderas, me ruboricé al recordar lo que habíamos hecho hace unas horas al llegar a la isla Milo, ya estando de pie me encamine al baño para ver si Milo se estaba bañando y así acompañarlo pero tampoco estaba allí, por lo que decidí bañarme.
Después de la ducha noté que su teléfono estaba al lado de la cama, sobre la mesita de noche, así que afuera de la casa de la señora Kallen no estaba, aparte del teléfono de Milo se encontraba una foto de nuestra boda en donde mi amado esposo se veía realmente bien en aquel traje negro mientras que yo estaba a su lado con un traje blanco, ese día todos en el santuario estuvieron presentes, incluso la madre adoptiva de Milo, sonreí al recordar aquel día, al lado de aquella foto se encontraba otra, rodé los ojos, en esa foto me veía ridículo con aquel vestido de novia y Milo cargándome como una damisela en apuros, todo por haber perdido una apuesta con Shura y Death Mask, Milo me obligó a tomarme la foto y le dimos un a mi suegra.
Baje las escaleras encontrando a Milo en la cocina mientras la señora Kallen tejía en la sala lo que parecía ser un abrigo color violeta.

Camus.- Buenas días a todos.

Kallen.- Buenos días Camus.

Milo.- Buenos días amor.- me dijo Milo asomándose por la puerta de la cocina, llevaba puesto un delantal rosa, su cabellos estaba recogido en una cola alta y en sus manos tenía un sartén y una espátula.

Camus.- Te vez bien.- le sonreí y me senté con cuidado al lado de Kallen, noté que Milo sonrió y me guiñó un ojo, era obvio que lo hacia para que recordara lo de anoche.- ¿Qué hace señora Kallen?

Kallen.- ¿Qué te he dicho Camus? Solo dime Kallen.- me dedicó una cálida sonrisa.- estoy haciendo un suéter para la nueva integrante de la familia.

Camus.- Para Ana... No es justo, Milo no quiere que la vea aún.

Kallen.- Ella es su adoración, después de ti claro.- me aclaró la madre de Milo mientras mis mejillas se tornaban rojas.

Milo apareció ya sin el delantal y colocó los platos sobre la mesa, me levanté para ayudar a mi esposo.

Mi esposo, que rápido me acostumbré a eso.

Ayude colocando los cubiertos y los vasos, Milo apareció con una pila de hot cakes que fue distribuyendo en raciones iguales en cada plato, yo me fui a la cocina por la jarra con jugo de naranja recién hecho y lo coloqué en el centro de la mesa.

Milo.-Bueno, a desayunar.

Nos sentamos a disfrutar del desayuno que Milo había preparado para nosotros, me resultaba gracioso verlo comer más rápido que Aldebarán, estaba ansioso pues después de meses de estar tramitando y rellenando infinidades se papeles, por fin nos darían a Ana, lo curioso era que jamás la he visto, en cada viaje solo Milo pasa a verla y no me deja que yo la pueda ver.
La verdad yo me encontraba nervioso, desde que Hyoga e Isaac crecieron deje de tratar con niños, aparte de que a mis dos discípulos era de cuidarlos, educarlos y tratarlos con la disciplina con la que se educa a un caballero, no negaré que les daba cariño, pero era Milo quien los consentía de más no yo.
Terminado el desayuno Milo me sacó de inmediato de la casa para ir al orfanato.

Camus.- ¿cómo es?

Milo.- Es perfecta, como tú.- me dio un beso en sien.

Camus.- Es enserio Milo, quiero saber como es ella.

Milo.- Es sorpresa.

Guardó silencio y siguió guiandome hasta el orfanato, era un día bastante caluroso, un clima al que no estoy muy acostumbrado y Milo había decidido ir caminando hasta allá lo que hacia que me pusiera más nervioso.
Al llegar al orfanato unos niños nos abrieron la puerta.

Olzi.- Caballeros los estaba esperando.- nos saludó aquella mujer que cuidaba y dirigía aquella institución.- Joven Milo, que apuesto se ve hoy.

Milo.- Muchas gracias señorita Olzi.- Milo tomó su mano y le deposito un beso lo que hizo que la mujer se ruborizara.

Camus.- Bien, donde hay que firmar.- dije seco, no me gustaba como se dirigía aquella mujer a mi esposo.
Fuimos hasta su oficina, rellenamos los últimos papeles y nos entregaron los documentos correspondientes de Ana.

Camus.- Fue un placer hacer los tramites con usted.

Olzi.- Gracias por darle un hogar a Ana.

Ambos salimos de aquella oficina, y nos encaminamos a la habitación de la pequeña, tenía entendido que ella casi nunca salía de allí, yo me puse a registrar los papeles, resulta que Ana perdió a sus padres en un accidente cuando tan sólo tenía 4 años, como no tenía más familia fue traída al orfanato. Fue después que conoció a Milo en una de sus escapadas, seguí buscando para ver si había una foto pero no fue así, miré a Milo quien en sus manos tenía la foto que buscaba.

Milo.- ¿Buscabas esto?- dijo poniendo la foto entre sus dientes.

Camus.- Quería conocer a mi hija.- hice un puchero.- ¿Cómo la sacaste? Yo tomé los papeles.

Milo.- La señorita Olzi fue mi cómplice.- rodé los ojos al escuchar aquel nombre.- tranquilo, ya vamos por ella.

Camus.- lo que me faltaba, es Escorpio.- seguía leyendo los papeles.

Milo.- ¿Enserio?- me arrebató la carpeta para leer.- eres un mentiroso.- me encogí de hombros.- pero tampoco es acuario.

Camus.- es virgo.

Milo.- Y así seguirá hasta el matrimonio.- dijo serio y cruzándose de brazos.

Camus.- Amor, me refiero a que su signo es virgo.

Milo.- Si también, pero no tendrá novio hasta que cumpla cuarenta.

Rodé los ojos, era obvio que mi esposo sería un padre bastante celoso. Después de caminar un poco más llegamos a una puerta blanca con pequeñas mariposas, Milo me pidió que me cubriera los ojos y eso hice, sólo escuché como chillaba la bisagra de la puerta, sentí una mano en mi hombro y la otra en mi cintura, Milo estaba detrás de mí, me susurró para que avanzara y eso hice. Ya dentro Milo me apartó las manos de los ojos y allí había una niña de cabellos lilas que caían en una hermosa cascada de rizos, sus ojos eran muy parecidos a los de Milo y su piel era tan nívea como la mía, mis ojos chocaron con los suyos. Ella se encontraba en el suelo dibujando lo que parecía ser una rosa.

Camus.- Amor, es perfecta.- le comenté a Milo sin apartar la mirada de la niña.

Ana.- ¿Camus?- su voz era tan tierna y angelical.

Camus.- ¿Como sabe mi nombre?

Milo.- durante mucho tiempo le hablé de ti.- la niña se levantó con el dibujo en mano y se acercó a mí.

Ana.- ¿Tú eres Camus?

Camus.- Así es.- sin previo aviso la niña abrazó mis piernas, miré a Milo quien nos miraba con ternura y una sonrisa impecable en su rostro, no lo dudé y me agache para estar a la altura de Ana y abrazarla, sus pequeñas manos rodearon mi cuello, Milo también se unió al abrazo, esto daba inició a una nueva etapa en nuestras vidas, estamos formando una familia.

Milo.- Ana recoge tus cosas, es hora de irnos.

Ana.- al fin tendré una familia...- susurró la niña y de inmediato comenzó a guardas sus pocas pertenencias con ayuda de nosotros.

Narra Milo.

Después de despedir a la señorita Olzi y de que mi pequeña Ana se despidiera de sus amigos nos retiramos a la casa de mi madre, donde fue recibida con un fuerte abrazo.

Milo.- Ella es tu nueva abuelita.

Ana.- Yo soy Ana.- dijo sonriente y abrazando a mi mamá.

Kallen.- Sé quien eres mi niña, de ahora en adelante yo seré tu abuelita Kallen.

Después de almorzar, nos despedimos de mi mamá y zarpamos hacia el santuario, Ana iba contenta y a la vez nerviosa, en todo el viaje le hacia preguntas raras e incómodas a mi querido príncipe del hielo, pero de una u otra manera él le respondía.

Ana.- Papá Camus es poco aburrido.- dijo mi pequeña haciendo pucheros.

Camus.- ¡¿Quién es aburrido?!- ambos volteamos a ver a Camus, quien se acercó a la niña y comenzó a hacerle cosquillas, lo que obviamente provocó que ésta estallara en carcajadas así como yo.

Después de un largo viaje por fin llegamos al santuario, Ana miraba con asombro todo el lugar, Camus tomó su mano derecha y yo la izquierda, caminamos hasta llegar a Aries en donde estaba Mu portando su armadura dorada, lo que hizo que Ana abriera más los ojos, esos ojos azules que tomaron un brillo encantador, supongo porque solo a mí me ha visto con la armadura dorada.

Mu.- Milo, Camus ¿qué tal el viaje?

Milo.- Bastante bien.- Ana se escondió detrás de mi lo que hizo que una pequeña risilla se le escapara a Camus. Me hice a un lado para que Mu viera a Ana.- Mu, ella es nuestra hija Ana.

Ana se acercó a Mu despacio, estando cerca mi compañero se agachó para estar a su altura.

Mu.- Hola pequeña, mi nombre es Mu el caballero dorado de la primera casa, Aries.

Ana.- Yo me llamo Ana.

Camus.- Ana es un poco tímida, tiene ocho años.- dijo Camus tomandome de la mano y posando su cabeza en mi hombro.

Mu.- tienes la edad de mi aprendiz Kiki.

Ana.- ¿Kiki?- dijo mi niña alzando una ceja.

Kiki.- ¿me hablaron maestro?

Ese se apareció y se colocó delante de mi pequeña, él se presentó y Ana también.

Kiki.- Maestro, ¿puedo enseñarle a Ana el santuario?- Mu asintió.

Ana.- ¿Puedo ir papá Milo?

Milo.- ¡No!- grité mientras me cruzaba de brazos.

Camus.- Claro que puedes ir.- Camus se metió.

Milo.- No dejaré que mi hija se valla por ahí con Kiki.- Camus se dio un golpe en la frente con la mano.

Camus.- no seas exagerado, ¿qué puede hacer Kiki? Amor son niños.

Kiki.- Yo la cuidaré bien señor Milo.

Milo.- Más te vale.- dije serio y vi como mi Ana y Kiki se iban a jugar. Nos despedimos de Mu y subimos hasta mi templo en donde guardamos todo, tomé a Camus por la cintura y lo atraje hasta a mi para darle un beso.

Camus.- cuando Ana regrese la llevaremos con Athena para que la conozca.

Milo.- pero antes quiero hacer algo.- lo besé con pasión hasta llegar nuestra habitación en donde le hice el amor como nunca, ahora comenzabamos a vivir, después de todo al fin estaríamos juntos para siempre y nada ni nadie nos separaría jamás.


Bueno esto a sido el final, esperó y les haya gustado, solo quiero agradecerles a todas por leer esta historia, sobre todo a aquellas personas que expresaban sus emociones en cada capítulo, lo que me alegraba mucho n.n

Un saludo a MyungSoo (? Y ya no recuerdo que más xD.

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