capítulo 30.

Narra Camus.

Milo.- ¡Me largo!

Vi como Milo subía furioso las escaleras, ¿por qué hacía esto? Por el simple hecho de que no sabia si de verdad él me quería, después de todo a muchas personas les decía lo mismo y no iba a ser uno más, aunque lo amara. No negaré que lo que había pasado la noche anterior había sido hermoso, me había entregado por completo a él, porque lo amo, pero las cosas son así, no siempre uno obtiene lo que quiere.
Vi bajar a Milo con su maleta en mano y muy decidido.

Camus.- ¿Milo a dónde vas?

Milo.- lejos de ti...- su tono de voz era triste, pude notar que lágrimas resbalaban por sus mejillas... Vi cuando abrió la puerta y salió sin importarle que una tormenta estaba cayendo, apreté los puños y di un golpe al umbral de las escaleras, hasta ahora me enteraba que esta dichosa misión había sido para estar a solas con él. Solté un suspiro, fue entonces cuando caí en cuenta de que Milo había salido solo, él no conocía el camino a casa. Alarmado salí a toda prisa, la tormenta que caía no ayudaba a mi visión, sin embargo alcancé a verlo a unos metros de mí, traté de llegar hasta él pero la nieve me lo impedía. Tal vez estaba cometiendo un error... tal vez no, ya no sabía que pensar, caí en la nieve, al levantarme vi dos faros acercarse y el sonido de un claxon... Era un camión.

Camus.- ¡Milo cuidado!- grité desesperado, traté de correr pero mis piernas se atoraban en la nieve, con todo el terror del mundo vi como el cuerpo de Milo había "volado" unos cuantos metros, el camión paró su andar y el chofer bajó, llegué hasta donde estaba Milo, lo tomé en mis brazos, estaba inconsciente y sangre brotaba de una herida en su cabeza.

Camus.- ¡Llame a una ambulancia!- le ordené a gritos al chofer de aquel camión, encendí mi cosmos para ayudar a detener la hemorragia, Milo se veía pálido, con trabajo y respiraba...

...

Daba vueltas frente a la puerta del quirófano, enfermeras entraban y salían pero nadie me decía nada, había avisado a los chicos sobre esto... si Milo no salia bien de esto jamás me lo iba a perdonar, una de las enfermeras me dijo que lo mejor es que fuera a la sala de espera, me negué, no me apartaría de aquella puerta hasta saber el estado de Milo, la enfermera siguió insistiendo no me quedó de otra más que obedecer.
Al llegar a la sala de espera me deje caer en una silla, apoyé mis codos en mis piernas y me cubrí el rostro con las manos, lágrimas comenzaron a caer por mis ojos pero las seque de inmediato, mi ropa estaba manchada con la sangre de Milo, mi corazón latía de preocupación y lágrimas amenazaban con caer, ¡Todo esto era mi culpa!
Los minutos pasaron, el sonido del tic tac del reloj no me dejaba tranquilo, tenían a Milo en el quirófano desde hace ya una hora, su cosmos se sentía débil, casi no podía sentirlo.

Afrodita.- Camus.

Me llamó alguien conocido, levanté la mirada y miré hacia donde provenía aquella voz, entrando iban la señorita Athena, Afrodita y... Kanon ¿qué hacía él aquí? Bien, no había tiempo para pensar en aquello.

Saori.- Camus, ¿cómo está?

Camus.- Nadie me dice nada, llevo una hora esperando.

Kanon.- su cosmos está débil...- miré a Kanon, se veía preocupado al igual que yo, al verme apartó la mirada, seguido de un silencio incómodo, se había formado tensión entre nosotros dos, tanto que se podía cortar con la excalibur de Shura. Los cuatro tomamos asiento y nos dedicamos a esperar, Afrodita trataba de animarme pero era inútil, solo quería saber como estaba mi bicho.
Media hora después de la llegada de la señorita Athena y Kanon y Afrodita una enfermera apareció.

Enfermera.- ¿Familiares del señor Milo?- nos páramos enseguida.

Saori.- ¿cómo está Milo señorita?

Enfermera.- se encuentra estable.- dejé escapar un suspiro de alivio.- ya está en una habitación, si gustan cuando despierte pueden ir a verlo.

Kanon.- ¿a qué habitación?- esa copia me ganó la pregunta.

Enfermera.- 15, sigan el pasillo.

Saori.- Gracias. ¿dónde hay que pagar?

Athena se fue con la enfermera para pagar los gastos del hospital, me senté otra vez a esperar.

Hora y media más tarde la misma enfermera que nos dio información de Milo apareció.

Enfermera.- podrán verlo, pero solo tres personas y de uno en uno.- se retiró, Kanon me miró y yo lo miré a él, sabia que él también quería ir a verlo pero fue Afrodita quien se encaminó hasta la habitación en donde tenían a Milo.

Narra Milo.

Sentía los párpados pesados, poco a poco abrí los ojos, me encontraba en una habitación con las paredes en blanco, me moví un poco, que error, hice una mueca de dolor y pude notar que tenia unos tubos conectados a mi y un yeso en mi pierna izquierda. Una mujer entró en aquella habitación.

Enfermera.- veo que ya despertó ¿cómo está?

Milo.- a dolorido... ¿dónde estoy? Y más importante ¿qué me pasó?

Enfermera.- está en un hospital, tuvo un accidente, es usted muy fuerte no cualquiera sobrevive a ser arroyado por un camión.

He sufrido peores cosas en el campo de batalla, un accidente como este no es nada.

Milo.- soy difícil de matar.- Sonreí al igual que la enfermera.

Enfermera.- Bien, le diré a sus familiares que ya pueden verlo.

¿familiares?

La enfermera se fue, me removí un poco, me dolía todo, me llevé una mano a la cabeza y sentí que tenía una venda, imágenes llegaron a mi mente, Camus y yo haciendo el amor, Camus diciendo que fue un error, yo saliendo con maleta en mano, dos faros, un grito y todo oscureciéndose. Mi cabeza comenzó a doler demasiado fue entonces cuando la puerta se abrió y vi una melena celeste asomándose.

Afrodita.- ¿cómo te encuentras Milo?

Milo.- Bien Afro, pero dime... ¿sigo siendo guapo verdad?

Afrodita.- No cambias Milo.- sonrió y se acercó a mí.- pero si, sigues siendo guapo.

Milo.- gracias por aclararme eso.- esboze una sonrisa.

Afrodita.- ahora dime, ¿qué ocurrió?

Milo.- Me atropellaron.- él rodó los ojos.

Afrodita.- eso ya lo sé, quiero saber porque saliste así de repente. ¿fue por Camus? ¿se pelearon?- agache la cabeza, de solo recordar lo que pasó se me estrujaba el corazón.- puedes decirme.- apretó mi mano.- puedes confiar en mi.

Milo.- dijo que fue un error... Le hice el amor como a nadie y me dijo que fue un error, que no debió pasar.- comencé a llorar de nuevo, sentí la mano de Afrodita posarse en mi hombro.- me dio a entender que no quiere nada conmigo.

Un silencio incómodo se prolongo en aquella habitación, Afrodita me abrazaba mientras unas traviesas lágrimas rodaban por mis mejillas.

Afrodita.- Camus esta allá afuera preocupado por ti...- me susurró al oído.

Milo.- ¿qué?

Afrodita.- Camus esta afuera muy preocupado por ti y cuando nos avisó estaba muy alterado, Athena, Kanon y yo llegamos lo más rápido que pudimos.

Milo.- ¿entonces por que no entró a verme?

Afrodita.- la enfermera dijo que solo tres personas, no entró porque no era el único que quería verte.- lo miré confundido.- Kanon también quiere verte. Sin embargo yo me adelante a verte.

Milo.- ¿esos dos están allá afuera? ¿los dejaste solos?

Afrodita.- no se harán nada, ahora decide a quien quieres ver primero.

Lo pensé un rato, quería ver a Camus y comprobar si era verdad lo que Afrodita me decía, pero también quería ver a Kanon y decirle algunas cosas.

Milo.- Kanon, quiero ver a Kanon.- Afrodita abrió los ojos de sorpresa pero después me dedico una sonrisa y salió. Me quedé esperando un rato, después de unos minutos Kanon entró.

Kanon.- Milo ¿cómo estas?

Milo.- ¿sabes? Ya me aburrí de esa pregunta.- Sonreí al igual que él.- ¿cómo estas tú?

Kanon.- bien, me preocupó mucho lo que te pasó.- se acercó.- tengo que contarte algo.

Milo.- cuenta amigo mío.

Kanon.- hablé con Sorrento.- los ojos de Kanon se ilunimanron, estaba feliz por él.- lo intentaremos de nuevo.

Milo.- me alegró tanto amigo. Yo también quiero decirte algo.- Kanon se acercó más y esperó a que continuara.- gracias...

Kanon.- ¿Gracias? - asenti.- ¿por?

Milo.- por todo... Por estar cuando más necesitaba la compañía de alguien, por ser mi amigo, por soportarme, por todo Kanon.

Kanon.- gracias a ti Milo, por dejarme formar parte de tu vida.

Hablé de otras cosas con la copia, le conté lo que pasó con Camus y él me dijo que mi hielera no dejaba de verlo con ganas de matarlo.

Narra Camus.

Afrodita salió y dijo que Milo quería ver a la copia esa, antes de entrar lo miré con celos, pero era obvio ¿que no? Milo no iba a querer verme, después de todo por mi culpa estaba en un hospital aun así los celos me consumían, saber que esos dos estarían solos o peor aún que tal vez se reconciliarían, negué con la cabeza, eso no debía pasar.

Kanon.- Camus, Milo quiere verte.- miré con dirección a donde estaba Kanon, no dije nada y caminé hasta la habitación, cuando entré las lágrimas comenzaron a caer, allí estaba él, sus ojos estaban cerrados, estaba con algunos moretones en la cara, una venda que cubría su cráneo y una pierna enyesada. Corrí hasta donde estaba él y lo abracé, una queja de dolor brotó de su boca, me aparté un poco, quedando a unos centímetros de su rostro, sus hermosas gemas azules chocaron contra mis aguamarinas, no aguanté más y lo besé, lo besé como si no existiera un mañana, como si mi vida dependiera de ello, él me correspondió el beso.

Camus.- Milo perdoname, esto... Esto es mi culpa... Si yo no...

Milo.- shhh.- colocó un dedo en mis labios para que callara.- sabes que te perdono todo Camus.- con unas de sus manos acariciaba mi cabello.

Camus.- Te amo Milo...

Milo.- Te amo Camus.- lo besé de nuevo, al diablo con las inseguridades, no puedo estar lejos de él ni un minuto más.- ahora dime... ¿quieres pasar el resto de tu vida con un idiota como yo?

Camus.- si, eres mi idiota Milo, solo mío.

Milo.- solo tuyo mi príncipe del hielo.

Príncipe del hielo... Tu príncipe del hielo.

Fue la primera vez que me lo dijo, pero viniendo de él bastó para que mis mejillas ardieran y se tornaran de un leve tono escarlata. Ahora todo seria diferente ahora estaríamos juntos y nada nos iba a separar.

Camus.- Debes descansar, aun estas débil.

Milo.- estoy bien Camie, él que debe descansar eres tú.- vi como Milo se hacia a un lado para darme cabida a su lado.- duerme conmigo, aunque sea un rato.

Me acosté junto a él con mucho cuidado, lo abracé y apoye mi cabeza en su pecho, con su brazo no enyesado me rodeo la cintura y me dio un beso en la cabeza, nos quedamos un rato platicando, después Milo se había quedado dormido, me despedí de él con un beso en la mejilla y salí, iría a darme un baño y después regresaría a cuidar de él.


Solo pasaba por aquí para decirles que éste es el penúltimo capítulo, espero y les guste, LectoraSama espero y con esto ya no me odies ╥﹏╥ xD.

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