capítulo 29.
Narra Milo.
No sabía en que momento ocurrió o simplemente como habíamos llegado a esto, Camus devoraba mis labios con pasión, lo cargué sin separar sus labios de los míos, comencé a subir las escaleras, a mitad de ellas pegué el cuerpo de Camus en la pared, mi boca viajaba desde su boca hasta ese cuello de cisne tan perfecto que el posee dejando pequeñas marcas rojas. Camus soltaba ligeros gemidos mientras sus dedos se enredaban en mi cabellera alborotandola, mis manos acariciaban aquel redondo trasero mientras mi miembro comenzaba a ponerse duro.
Camus.- aagh...- Callé el gemido de mi príncipe del hielo con un beso, mi lengua saboreaba cada cm. de su cavidad bucal, en su interior se llevaba a cabo una batalla de lenguas.
Sujete a Camus con más fuerza de sus muslos y me encamine con él hasta su habitación, el deseo me consumía quería que Camus fuera mío de todas las formas posibles. Cuando llegamos a su habitación lo arrojé a la cama, así es ¡Lo arrojé! soy muy poco de hacer las cosas delicadamente, pero al parecer eso no le importó ya que me tomó del cuello de la camiseta y me a trajo hacia él juntando de nuevo nuestros labios, las manos de Camus tocaban mi abdomen por encima de la ropa, seguido del sonido de la tela desgarrándose, mi camiseta término siendo un montón de tiras que fueron arrojadas al piso, miré a Camus, sus ojos estaban llenos de dulzura y lujuria una combinación perfecta.
Se abalanzó hacia mi y se sentó en mis piernas, su lengua recorría mi cuello e imitándolo rasgue su playera, nuevamente nos encontrábamos en un apasionado beso mis manos recorrían su espalda.
Milo.- Te deseo Camus...- le susurré en el oído tomé su cabello y tiré de él suavemente para atacar de nuevo su cuello, los gemidos de Camus eran música para mis oídos.
Camus.- Te... Te deseo... Milo...- pronunció entre jadeos, me coloqué nuevamente sobre él y lo despoje de su pantalón y ropa interior, mi vista se nubló en cuanto vi aquella piel nívea al descubierto y sólo para mí, noté que se había ruborizado lo que hizo que me excitara aun más, lo bese nuevamente y fui dejando pequeñas mordidas desde la comisura de sus labios hasta sus pezones, atrapé uno de aquellos rosados capullos con mis dientes.
Camus.- Aagh...- el cuerpo de Camus se arqueó ante aquella acción, comencé a lamer y morder mientras una de mis manos acariciaba aquel miembro semi erecto de Camus, sus gemidos sonaban con más intensidad, mi miembro palpitaba, pedía a gritos salir de aquel apretado bóxer, dejé un caminó de besos húmedos desde su pecho hasta llegar a aquel miembro.
Camus.- ¿Milo? ¿Qué vas...? Agh!- soltó un ronco gemido cuando mi lengua toco aquel bulto de carne, comencé a lamer de arriba hacia abajo, miré a Camus quien tenia el rostro completamente rojo y con unas traviesas lagrimillas cayendo. Me metí por completo aquel pedazo se carne, Camus volvió a dejar salir un sonoro gemido, proseguí a continuar con la felación.
Camus.- Mi... Milo... Agh.- sabía lo que Camus había querido decir, sabia que estaba por correrse pero no me importó, minutos después Camus soltó aquel elixir en mi boca seguido de otro estruendoso gemido de su parte, cuando lo miré estaba ruborizado y con las manos cubriendo su boca.
Camus.- lo siento...
Milo.- No importa.- lo besé de nuevo, él me apartó y se paró de la cama y lo miré confundido. Se colocó frente a mi, me volvió a besar.
Camus.- me toca a mi.- dijo pícaramente mientras se hincaba y me quitaba el pantalón y el bóxer, ahora ambos estamos desnudos, sin previo aviso se metió mi pene a la boca y comenzó a lamer como si de una paleta se tratara, aparte los cabellos que tenía en el rostro para poder ver mejor lo que mi cubito hacía, debía admitir que estaba haciendo un excelente trabajo.
Milo.- Oh Camus.- tomé su cabeza y comencé a embestirle la boca, la sensación y humedad de la boca de Camus estaba haciendo que llegará hasta el limite, sentía que me vendría dentro de muy poco, me detuve, Camus me miró.- quiero venirme en otro lugar.- le dije y éste estaba ruborizado nuevamente.
Lo coloqué de nuevo en la cama y yo sobre él, lo besé, una de sus manos acariciaba mi pene y la otra se encontraba en mi nuca, su piel contrastaba a la perfección con la mía, dos de mis dedos fueron a la boca del otro, éste no lo dudo y comenzó a lubricarlos con su saliva, mi mano izquierda había tomado el miembro de mi cubito y había comenzado a masturbarle, Camus soltaba ligeros gemidos que no podían escaparse de su boca ya que mis dedos aun estaban en ella. Proseguí a meter uno de mis dedos en aquella rosada entrada, Camus gimió de dolor, aun así continué masturbandolo para que ignorará el dolor, otro dedo entro, se sentía tan estrecho, mi pene fue tomado de imprevisto por la mano de mi príncipe, éste comenzó a masturbarlo. Moví mis dedos en su interior para dilatar aquella entrada.
Milo.- ¿Listo Camus?- él solo asintió, poco a poco metí mi miembro en él, no quería lastimarlo, pero ¡Diablos! ¡Que estrecho estaba! Mi pene palpitaba, el cuerpo de Camus temblaba debajo de mi, él mantenía los ojos cerrados y se mordía el labio inferior, mis sentidos y mi cordura me habían abandonado desde hace un buen rato, cuando mi miembro entró por completo vi que lágrimas caían de los ojos aguamarinas de Camus, besé sus ojos para secar las lágrimas.
Camus.- Milo muevete...- mordí su labio inferior y lo jale levemente con mis dientes, obedecí a sus órdenes y comencé a moverme lentamente y poco a poco fui aumentando la velocidad de mis embestidas.- agh... Agh... Milo... Más... Más rápido.- Sonreí triunfante ante aquella petición y lo cumplí, nuestros cuerpos hacían ruidos obscenos, afortunadamente solo nosotros estábamos en aquella cabaña, entraba y salía de la apretada entrada de mi Camus.
Milo.- Mierda Camus... Estas... Agh.
Camus.- estoy... Agh... Estoy ¿qué?- las uñas de Camus se aferraban a mi espaldas, nuestros gemidos inundaban el lugar.
Milo.- estas tan... Agh... Jodidamente estrecho... Agh.- me salí de él y lo coloqué en cuatro, volví a entrar en aquella exquisita entrada, tome su cabellera y la enrede en mi mano a modo que quedará como una coleta, comencé a moverme de nuevo mientras tiraba levemente del cabello de Camus, una de mis manos viajó desde sus caderas, pasando por su trasero donde le di una nalgada y Camus pegó un gritillo, hasta llegar a su miembro, a como lo embestía mi mano derecha lo masturbaba, nuestros cuerpos estaban cubiertos por una fina capa de sudor, estaba a punto de llegar al clímax.
Camus.- Milo... Agh... me... Me vengo.
Milo.- yo... Igual... Agh...- dos, tres estocadas más y me corrí dentro de mi amado Camus y éste se había corrido en mi mano, le di un beso en la espalda, salí despacio y me deje caer a un lado, miré el reloj que había junto a la cama, ya eran las 12:35 a.m. cubrí nuestros cuerpos y lo abrace, nos miramos, ambos transmitimos amor con aquella mirada y después caímos en los brazos de morfeo.
...
Estire mi mano para abrazar a Camus, sin embargo no lo encontré, me levanté, fui a darme un baño. Después de que me vestí bajé para buscar a Camus, lo vi sentado con un libro en el sofá, llegué junto a él y lo abracé.
Milo.- te amo Camus.
Camus.- Milo... Tenemos que hablar.
Milo.-¿ De qué?- trague saliva, el tono de voz de Camus era frío.
Camus.- lo de anoche... No debió pasar.
Milo.- ¿qué?
Camus.- lo que oíste, yo... No sé que me pasó.
Milo.- ¿estas bromeando verdad?
Dime que es una estúpida broma.
Camus negó con la cabeza, ¿cómo era posible? Después de todo lo que pasó para que al fin pudiéramos estar juntos y ahora él decía que no debió pasar.
Milo.- ¡Camus esto es estúpido!- alce la voz, estaba enojado.
Camus.- No es estúpido.- me miró frío.- Milo, aunque quisiéramos no podemos estar juntos.
Milo.- ¿por qué?
Camus.- porque le haríamos daño a alguien más, le haríamos daño a Kanon.
Milo.- No me vengas con esas mamadas Camus.- lo miré desafiante.- esto no es por Kanon, dime la verdadera razón.
Camus.- ¡Bien!- me gritó.- es sólo que no se me salé de la mente todo lo que hiciste para olvidarme... No sabes lo mucho que me dolió.
Milo.- ¡Esto es tan estúpido!- lo tomé por los hombros.- ¡Camus yo te amo a ti! ¡Lo que pasó anoche fue lo mejor que me ha pasado en mi vida!
Camus.- ¡no te creo! ¡¿y si sólo lo hiciste para que yo fuera uno más de tus acostones?!- me empujó para que me apartara de él.
Milo.- ¡Que no carajo! ¡Te amo maldita sea! Eres con quien quiero pasar el resto de mi jodida vida.
Camus.- ¡Pues yo no!
Eso... Eso había sido todo, mi corazón se fragmentó en ese instante, sentía que el mundo se me venia abajo, nada me sostenía, había sentido el peor de los dolores. Lágrimas amenazaban con salir de mis orbes, hice mis manos puños y lo miré.
Milo.- perfecto, ¡a la mierda todo Camus! Hice todo esto, el viaje, la comida, lo de tu cumpleaños... ¡Todo esto lo hice para ti! ¡para que viera que me importas! ¡pero te valió madre!
Camus.- Milo...
Milo.- ¡Me largó!
Subí las escaleras, las lágrimas que había contenido resbalaban por mis mejillas, tomé mi maleta, metí mi ropa, esto era lo peor, me sentía tan infeliz, me habían roto el corazón, era algo tan inexplicable, esto me recordó a algo que leí en un libro...
Amar es destruir y ser amado es ser destruido.
Con las pocas fuerzas y dignidad que me quedaba bajé con mi maleta en mano, Camus seguía allí parado donde lo dejé hace unos momentos.
Camus.- ¿Milo a dónde vas?
Milo.- lejos de ti...- le conteste sin mirarlo, abrí la puerta y salí de allí, no volatería hacia atrás, sabia que él estaba aun parado viéndome ir, las lágrimas volvieron a caer, una tormenta caía y tomando en cuenta que mi visón estaba borrosa por las lágrimas no podía ver con claridad, pero eso no importaba, quería irme lejos, lejos de él, ¡de todos! Estaba harto de siempre salir perdiendo con él. Tal vez hablaría con Athena y con Shion... Tal vez si les explico todo me dejen ir de nuevo a la isla Milo... Sí, necesitaba estar lejos de él, hablar con mi madre, contarle todo. Estaba destrozado, necesitaba un trago, necesitaba un buen trago, esto era doloroso, demasiado doloroso, la persona que más amo me dijo que no quería estar conmigo aun después de que le hice el amor, es decir, yo Milo de Escorpio ¿haciendole el amor alguien? Eso no pasaba con nadie, mucho menos con Kanon, pero esta vez, esta vez que lo había hecho con el hombre que me hace feliz, esta vez si había pasado, ¿por qué? Porque me había enamorado.
A como pude llegué a una carretera, la nieve caía con más intensidad, lo último que supe fue que vi dos faros acercarse, el sonido de un claxon, alguien llamándome y después... Todo se torno negro...
Para todas las que querían lemon ya lo tienen 7u7 espero les guste xD.
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