capítulo 19.
Narra Camus.
Desperté tarde con un fuerte dolor de cabeza y la luz me lastimaba los ojos, me diriji al baño y me miré en el espejo, ¡no podía creerlo! Tenía los ojos rojos, debajo de ellos tenia unas horrendas ojeras, mi cabello era un desastre, aun tenía la ropa de anoche y no mi pijama y apestaba a alcohol, ¿qué hice anoche? Y ¿por qué no recuerdo nada? Me di una ducha y trate de recordar como es que había llegado a mi cama pero nada me llegaba a la mente. Cuando salí me vestí con un pantalón de mezclilla y una camisa roja y arregle mi cabello, salí de la habitación y encontré a Hyoga sentado en el sofá sosteniendo una taza de café y en su rostro unas gafas negras cubrían sus ojos.
Hyoga.- Maestro, buenos días, ¿se le ofrece una taza de café?
Camus.- por favor Hyoga, ¿Sabes lo que pasó anoche?- pregunté mientras Hyoga iba a la cocina.
Hyoga.- La verdad es que no, hoy desperté desnudo en mi cama.- dijo mi discípulo saliendo de la cocina con una taza de café- y con un terrible dolor de cabeza.
Hyoga me dio la taza con el liquido caliente y le di un trago, él había preparado el desayuno así que me dispuse a desayunar con él.
Terminado el desayuno le dije que iría a piscis a ver si Afrodita sabía, algo.
Hyoga.- Maestro, creo que usted necesita las gafas más que yo.
Hyoga se quitó las gafas oscuras, sus ojos no se veían tan mal como los mios, me las pasó y me las puse sintiéndome algo ridículo, muchas veces había visto a Milo con gafas para el sol por la resaca que tenia un día después de ir de parranda, cuando realmente acababa ebrio, ahora yo tenia una resaca la cual no recordaba como me la provoque.
Llegué con Afrodita quien tomaba té en su jardín, pero al verme se metió al interior del templo de piscis y me ofreció un asiento delante de él en la sala.
Afrodita.- ¿Para qué soy bueno Camus?
Camus.- Afrodita, ¿me puedes contar lo que pasó anoche?
Afrodita.- Bueno, a Angelo se le ocurrió la idea de embriagarlos anoche y todos aceptamos.
Camus.- no comprendo.
Afrodita dio un suspiro largo y me comenzó a relatar todo lo que había pasado anoche, desde la idea de Death Mask hasta donde yo bailaba con él en el centro de la sala del patriarca, lo cual hizo que se me cayera la cara de la vergüenza.
Afrodita.- al final cada quien se llevó a alguien a su cama ya que no podían caminar, a mi me había tocado llevarte a ti.
Camus.- supongo que gracias Afro, por llevarme hasta mi templo.
Afrodita.- no entendiste ¿verdad?- Afrodita sonrió y enarco una ceja.- me había tocado, tiempo pasado, la verdad es que a Milo le tocaba llevarse a Hyoga pero como éste no se dejaba atrapar yo ayude a Milo y lo llevé hasta tu templo, por lo que Milo fue quien te llevó a ti.
Camus.- ¿Mi...Milo?
Afrodita.- Si, cuando yo iba saliendo de acuario Milo te llevaba en brazos hasta tu cuarto.
Mis mejillas comenzaban a arder, sinónimo de que estas se estaban tiñendo de un color escarlata.
Camus.- cuando lo vea le agradeceré.
Afrodita.- Date prisa, en dos horas se va de vacaciones con Kanon.
Camus.- ¿De vacaciones? ¿A dónde?
Afrodita.- A la Isla Milo, donde nació él, ayer nos los dijo.
Me quede en silencio, Milo se iría con ese estúpido a la Isla Milo, siempre quise ir con él, pero él siempre decía que si iría con alguien seria con alguien realmente especial para él, mi corazón se fragmento más de lo que estaba, ¿Kanon es tan especial para él como para llevarlo hasta allá? Se supone yo iría con él, digo, yo creía ser especial para él, lo suficiente como para ser el primero en ir con él a su ciudad natal.
Me despedí de Afrodita y me fui a mi templo celoso y molesto.
Milo.- Hyoga, aquí tienes las llaves del templo de Escorpio.
Me encontré nada más y nada menos que a ese tonto bicho en mi templo.
Camus.- Milo, ¿Qué haces en mi templo?- Milo ahogó una risa para después responder con una sonrisa burlona.
Milo.- Bonitas gafas.
Camus.- eso no responde a mí pregunta.
Milo.- Verás, saldré unos meses de vacaciones con Kanon, así que necesito que alguien de mi confianza cuide de mi templo, y ¿quién mejor que Hyoga?
Hyoga.- Así es maestro, yo estaré con usted aquí en el día y la tarde y noche estaré en Escorpio.
Camus.- De acuerdo y Milo... Gracias por traerme a casa.
Milo se puso rojo, lo cual me hizo pensar que tal vez hice o dije algo mientras estaba ebrio.
Milo.- si, no te preocupes y Hyoga, mi casa no es la casa de libra.
Hyoga.- ¡Ya superenlo! ¡Shun solo salvaba mi vida!
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Narra Kanon.
Llegamos a la ciudad natal de Milo, estaba soleado, las aves volaban de aquí a allá con peces en el pico, el agua de la costa en la que desembarcamos era de color zafiro como los hermosos ojos de Milo.
La ciudad era hermosa y pintoresca, Milo no quería decirme a donde íbamos pero a como íbamos adentrándonos a la ciudad él me iba contando lo que eran los locales o las experiencias que tuvo aquí, llegamos a una casa de dos pisos pintada de blanco, con un lindo jardín y una pequeña verja, la puerta de la casa estaba cerrada, era de madera y tenía tallado un escorpión, la casa tenía unos grandes ventanales, a un lado de la pequeña verja había un timbre el cual Milo tocó. Momentos después una señora un poco gordita, vestida con un bonito vestido de glores, de piel bronceada, de unos 56 años aproximadamente, cabellos negros que se estaban blanqueando por las canas y de ojos celestes como los de Afrodita miró a Milo para después sonreír.
Señora.- ¿Milo? Mi niño ¿eres tú?
Milo esbozó una gran sonrisa al escuchar a la mujer.
Milo.- Así es mamá.
La señora inmediatamente fue a abrir la verja y abrazó a Milo fuertemente, Milo le había dicho mamá, tenia entendido que Milo era huérfano como la mayoría de los caballeros.
Señora.- Mi niño, pensé que habías muerto y que no te volvería a ver.- la señora comenzó a llorar.
Milo.- Mamá, la verdad es que si morí.- Milo le secó las lágrimas.- es mi deber como caballero de Athena estar preparado para dar mi vida para que los demás estén bien, sin embargo terminada la guerra contra Hades, la señorita Athena nos revivió a todos.
Señora.- Me alegra mi niño, tenia tiempo sin verte.
Milo.- pero ya estoy aquí.-Milo tomó mi mano y me acercó a él.- mamá él es Kanon mi novio, Kanon ella es mi mamá Kallen.
Estire mi mano para tomar la mano de la señora.
Kanon.- Mucho gusto, es una sorpresa saber que Milo aún tiene a su mamá.
Kallen.- el gusto es mío, eres un chico muy apuesto Kanon, Milo se ganó la lotería.- no pude evitar sonrojarme y mire a Milo quien sonrió y me guiñó un ojo.- la verdad es que aunque me encantaría ser la verdadera madre de Milo, sólo soy su madre adoptiva. Pero pasen, te contaré lo que quieras saber adentro.
Seguimos a Kallen hasta llegar a la sala de la casa, habían tres muebles para sentarnos color marfil, en el centro se hallaba una mesita de madera con un escorpión tallado en el centro al igual que en la puerta, Milo y yo nos estamos juntos en un sofá mientras que kallen iba a la cocina.
Milo tomó mi mano.
Milo.- ¿Nervioso?
Kanon.- un poco, no sabia que tenias a alguien importante aquí.
Milo.- Soy algo reservado con respecto a estas cosas.- Milo me dio un beso en la frente. La mamá de Milo salió de la cocina con dos tazas de chocolate caliente y nos dio una a cada uno para después tomar asiento en otro sofá frente a nosotros.
Kallen.- llegan en el momento exacto, acababa de preparar chocolate caliente, el favorito de Milo.
Kanon.- muchas gracias señora.
Kallen.- por favor dime Kallen.
Milo.- Mamá, el chocolate te quedó delicioso como siempre.
Kallen sonrió, le di un sorbo al chocolate el cual estaba exquisito, mi paladar estaba más que agusto por el sabor.
Kallen.- entonces Kanon ¿quieres saber como conocí a Milo?
Kanon.- me encantaría.
Milo.- cuando apenas tenia un año, mis padres fueron asesinados, me escondí de la policía quienes habían dicho que estaba desaparecido o tal vez también muerto, vague un tiempo en las calles, robando para poder sobrevivir.
Kallen.- una tarde lluviosa encontré a Milo metido en una caja grande tratando de no mojarse, estaba despeinado, sucio y con las ropas desgastadas, lo traje a casa para que no se enfermara, lo bañe y mi esposo que en paz descanse, le dio ropa interior y una camisa que le quedaba enorme.
Milo sonrió, tal vez estaba recordando todo.
Kallen.- al día siguiente lo lleve con las autoridades quienes me dijeron que lo darían en adopción ya que ninguno de sus familiares vivían aquí.
Kanon.- entonces, decidió adoptarlo.
Kallen.- Así es, hice los tramites necesarios, nos dieron sus registros y en ellos estaba su fecha de naciemiento. Milo ya hablaba, él fue quien me dijo su nombre antes de la adopción y no quisimos cambiárselo. Y como desafortunadamente yo no pude tener hijos para mi esposo y para mi Milo fue como un regalo.
Milo.- mi padre adoptivo murió hace dos años.
Kallen.- tuve a Milo durante 6 años, a la edad de 7 conoció a un caballero de plata quien lo motivó a convertirse en caballero de athena y se fue con el al santuario.
Milo.- aun así, me tomaba un tiempo para venir a ver mis padres.
Kallen.- aunque hubo una larga temporada en la que Milo no había llegado, hasta que lo vimos aquella vez llegar con su armadura dorada, mi niño era un caballero y de los de más alto rango.
Kanon.- yo recuerdo la llegada de Milo al santuario, un niño algo egoncetrico pero muy valiente.
Milo sonrió, se levantó y abrazo a Kallen quien se veía muy feliz.
Milo.- aunque no sea mi verdadera madre, la amo como si lo fuera, gracias a ella, soy lo que soy ahora.
Nos quedamos en su casa un rato contando muchas cosas que Milo había hecho cuando era más joven, incluso Kallen había subido hasta su cuarto para bajar con un álbum repleto de fotos de Milo cuando era un niño, cosa que a Milo sonrrojaba o ponía nervioso por lo que Kallen podía contarme.
Milo.- Mamá, ¿Conoces algún hotel cerca de aquí? Es para que Kanon y para mi.
Kallen.-¡No señor! Ambos dormirán aquí, tú cuarto esta igual desde la ultima vez que estuviste aquí.
Milo.- Gracias mamá.
Después de otras horas de charla, Milo y yo subimos a su habitación para poder descansar después de un día con un viaje agotador, abrce en dorso de Milo y éste acariciaba mi cabello hasta que caí en un profundo sueño.
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