Capítulo 15: Interés.
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—Eres el papá de Clarisse —dijo Percy, se sentía furioso por alguna razón que desconocía—. Ares, el dios de la guerra.
Ares sonrió y se quitó la capa.
—Así mismo, pringado. Escuché que le rompiste la lanza a Clarisse.
—Ella se lo buscó.
—Probablemente. Pero está bien. No intervengo en las batallas de mis críos, ¿sabes? Estoy aquí para... escuché que estabas en la ciudad y tengo una proposición que hacerte.
La mesera regreso con un montón de bandejas llenas de comida, hamburguesas, papas, cebollas y malteadas de chocolate.
Ares le dió unas cuantas dracmas de oro.
Ella miro nerviosamente a las monedas.
—Pero estas no son...
Ares sacó su cuchillo y empezó a limpiarse las uñas con él.
—Algún problema, ¿corazón?
—No puedes hacer eso —empezó Percy a decirle, la ira burbujeaba en su sangre—. No puedes amenazar a la gente con un cuchillo.
Ares se rió.
—¿Estás bromeando? Amo a esta nación. Es el mejor lugar desde Esparta. ¿A caso no llevas un arma contigo, mocoso? Pues deberías. Hay un mundo peligroso allí afuera. Lo que nos regresa a mi proposición. Necesito que me hagas un favor.
—¿Qué clase de favor podría hacerle yo a un dios? —preguntó Percy con amargura.
—Algo para lo que un dios no tiene tiempo. No es nada en verdad. Dejé mi escudo abandonado en la parte acuática aquí en el pueblo. Estaba en una pequeña… cita con mi novia. Pero fuimos interrumpidos. Y dejé mi escudo atrás. Me gustaría que tu me lo trajeras de vuelta.
—¿Por qué no lo haces tu mismo?
El fuego en sus ojos brillaba más fuerte.
—¿Por qué no te convierto en perro de la pradera y corro sobre ti con mi harley? Porque no se me antoja. Un dios te esta dando la oportunidad para probarte a ti mismo, Percy Jackson. ¿Te probarás cómo un cobarde? —Se acerco a él— ¿O quizás solo peleas donde hay un río dónde bucear, para que tu papito te proteja?
—No estamos interesados —repuso—. Ya tenemos una misión.
—Sé todo sobre tu misión, mocoso. Cuando ese artefacto mortífero fue robado, Zeus mandó a sus mejores para que los buscaran: Apolo,
Atenea, Artemisa, y yo, naturalmente. Si yo no pude olfatear un arma tan poderosa… —Se lamió los labios, como si todo pensamiento sobre el rayo le diera hambre—. Bueno, si yo no pude encontrarlo, tu no tienes esperanza. Sin embargo, estoy tratando de darte el beneficio de la duda. Tu padre y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo. Después de todo, yo fui el que le comentó sobre mis sospechas sobre el viejo Aliento de Muerto.
—¿Tu le dijiste que Hades robó el rayo? —Sintió culpa al recordar a la chica de hermosos ojos violetas, quien poco después de su conversación se había marchado con expresión triste. Ella no tenía la culpa de los pecados de su padre, pero igual la había culpado.
Se sintió como una cucaracha. No merecía su amistad.
—Claro. Inculpar a alguien para empezar una guerra. El truco más viejo del libro. Lo reconocí inmediatamente. En cierto modo, tienes que agradecerme por tu patética misión. Culpar a la hija de Hades fue lo más importante de todo, es demasiado fácil creer que fue ella quien tomó el juguetito de Zeus.
Incluso Annabeth parecía impresionada.
—¿Culpar a la hija de Hades sin siquiera tener pruebas? ¿Siquiera Poseidón le creyó? —preguntó con incredulidad, parecía más impresionada con el hecho de que Poseidón se había creído sus palabras.
Ares se encogió de hombros.
—Cuando se está completamente desesperado, lo único que puedes hacer es confiar.
—Es repugnante.
—El mundo es repugnante, niña. Debes hacer cosas que los demás no están dispuestos a hacer para poder seguir con tu destino. Haces lo que debes hacer.
—Claro —murmuró Percy, se notaba el sarcasmo en cada sílaba.
—Oye, soy un hombre generoso. Solo hazme este trabajo y yo te ayudaré en tu camino. Organizaré un viaje al oeste para ti y tus amigos.
—Nos las arreglaremos nosotros solos.
—Sí, como no. No tienen dinero. No tienen coche. No tienen idea a lo que se enfrentan. Ayúdame y quizás te diga algo que necesitas saber. Algo sobre tu madre o la chica que has estado frecuentando.
—¿Mi madre? ¿Cómo supiste de ellas?
Ares sonrió.
—Eso atrajo tu atención, ¿eh? El parque acuático está a una milla al oeste de Delancy. No puedes perderte. Busca el Túnel del Amor.
—¿Qué interrumpió tu cita? —preguntó— ¿Algo te asustó?
—Considérate con suerte por haberme conocido, mocoso, y no a algunos de los otros Olímpicos. Ellos no perdonan las groserías así como yo. Nos encontraremos aquí cuando termines. Pero no me desilusiones.
Después de eso se tuvo que haber desmayado, o caído en un trance, porque cuando abrió los ojos Ares ya se había ido.
—Esto no es bueno —dijo Grover—. Ares te estaba buscando, Percy. Esto no es bueno.
Percy se preguntó como sabía de su madre, ¿cómo sabría que había desaparecido? ¿Era una clase de poder que los dioses tenían? Y lo que parecía mantenerlo aún más tenso, ¿cómo se había enterado de las conversaciones que mantenía con la hermosa chica de ojos violetas?
Annabeth pareció leer sus pensamientos, porque lo miró con una mirada cargada de molestia e irritación.
—¿Por qué mencionó a una chica, Percy?
Se encogió de hombros.
—No lo sé —dijo, ni siquiera supo porque mintió—. Tal vez se confundió.
—Los dioses no se equivocan, sesos de alga.
Quiso contraatacar, pero sus ánimos estaban por lo suelos y lo único que quería hacer era dormir en una buena cama, no tener que discutir sobre algo que no tenía ganas de contarle a la chica que solo lo había insultado desde que se habían conocido, e invocar a la misteriosa chica para pedirle una disculpa.
No haría nada de eso, pero igual deseaba hacerlo.
—No creo que supiera de lo que está hablando. Probablemente es algún tipo de truco —les dijo—. Olvidemos a Ares. Solo vámonos.
Ni siquiera Grover fue capaz de hacerlo hablar al respecto. Sabía cual sería su opinión y no deseaba que se volvieran locos cuando les contara que conocía a la hija de Hades.
Lo extraño de todo, era que deseaba volver a verla.
(…)
—¿No sientes que falta algo?
—No.
—¿Ni un poco?
—No.
Estaba mintiendo, pero había sido una gran mentirosa por años. Ni siquiera un hijo de Hermes sería capaz de darse cuenta cuando ella mentía. Era la Reina de las mentiras. Solo esperaba que no hubiera ningún dios de los engaños que deseara vengarse al ver que había robado su título.
—¿Te gustan las gomitas? Compré algunas para la ocasión.
«Las robó», pensó Jenna.
Luke sacó un paquete de gomitas azules de su bolsillo trasero, eran deliciosas. Tomó un par.
—¿Y cuándo llegaste? Nunca te había visto en el campamento.
Se encogió de hombros mientras seguían caminando entre los árboles. Ambos iban con calma, mirando los alrededores y observando como los semidioses se repelían entre sí. Poco a poco, las cabañas se separaban.
—Un par de días, no recuerdo bien. Me desmayé por un día completo, tal vez por ello no me habías visto —Luke le sonrió con dulzura, su cicatriz se contrajo y se vió aún más grotesca de lo normal.
Admitía que le gustaba la apariencia ruda que le daba la marca.
Luke Castellan era un muchacho joven, alto, apuesto, de cabello rubio arena, ojos azules, cuerpo atlético y musculoso, además de poseer una mirada furtiva al igual que todos los hijos de Hermes. Era codiciado a juzgar por las miradas furiosas que le habían estado lanzando las chicas del campamento desde que entró al anfitriato tomados de la mano, parecía que era un tipo muy deseado.
Le gustaba estar con el típico chico malo, pero Luke podía servir por algún tiempo. Parecía ser mayor que ella (físicamente), porque parecía ser un consejero universitario.
—Tal vez —dijo Luke, mientras veían a las ninfas jugar con algunos sátiros que trataban de atraparlas; siempre que estaban apunto de alcanzarlas, se convertían con un suave «plop» en árbol—, aunque hubiera notado la presencia de una chica tan hermosa.
Fingió sonrojarse. No fue difícil, solo debía pensar en algo vergonzoso que le había pasado y su piel pálida hacía todo el trabajo.
—Me alagas —dijo Jenna, con los ojos clavados en la lejanía. Esperaba que aquello pareciera timidez—, pero no soy tan hermosa.
Fingió una expresión triste.
«La típica artimaña de tener mala autoestima y no sentirse bien consigo misma, siempre funciona».
—Oye —dijo Luke con los ojos cargados de preocupación—. No es verdad. Eres muy hermosa, lo juro.
—Solo lo dices para hacerme sentir mejor —Sorbió su nariz—. Sé que no soy tan bonita. La cabaña de Afrodita siempre se burla de mí en la fogata.
Los ojos de Luke se llenaron de ira y levantó su mentón para poder ver sus ojos. Adrienna notó que pareció hipnotizado por unos cuantos minutos que parecieron eternos.
—¿Qué quieres que haga para que te sientas mejor? —preguntó, saliendo de su trance.
Adrienna negó.
—No es necesario que hagas algo por mí.
—No es molestia.
—No debes hacer nada para que me sienta mejor. No es tu culpa.
—Insisto, cariño.
Adrienna se mordió el labio inferior dudosa.
—No lo sé...
—Puedes pedir cualquier cosa —Le aclaró—. Lo que quieras.
—¿Lo qué sea?
—Lo que la bella dama desee.
«Te tengo».
En sus adentros, Jenna ya estaba riendo de manera diabólica, pero sabiendo que podría ser muy apresurado de su parte comentarle sobre el rayo robado, decidió hacer lo que cualquier chica de su edad haría con un chico guapo que le gustaba.
—Quiero que me atrapes.
Los ojos de Luke se desviaron por unos segundos, pero cuando volvieron a ella, los notó mucho más oscuros.
—¿Cómo?
Su voz sonó confundida, trataba de no malinterpretar sus palabras.
—Si me atrapas —dijo con ojos traviesos—. Te cumpliré una petición.
—¿La que sea?
—La que más desees.
En realidad, no tenía idea de que le pediría, pero sabía por la expresión de su rostro que sería algo muy especial para él.
Vería que pasaría.
Porque si no vivía ahora, ¿cuándo lo haría?
Y mientras una guerra estaba apunto de comenzar entre dos de los olímpicos más poderosos del mundo, Adrienna y Luke se permitieron deambular sin temor a que al día siguiente, tendrían que volver a sus actuales planes.
Ambos tenían las manos manchadas de sangre.
Pero ambos tenían planes completamente diferentes.
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Pregunta del día:
¿Sienten esa tensión? Wey, ya quiero acabar esta parte de la historia para entrar en lo mero bueno 👌
¿Le agradaría que cambiara a Jake Abel como Luke Castellan por el hermoso de Danny Griffin? Es que lo ví en un cast y les juro que ví a Luke en su mirada. ¡Se los juro!
Para los que no sepan quien es, déjenme les dejo algunas fotos :v
Si alguien sabe de qué serie o película es, por favor díganme 🙏
Atte.
Nix Snow.
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