¿Alguna vez has sentido ese cosquilleo en el estómago?, ¿esa alegría extraña que te hace sentir completo?

Tú me haces sentir así. Y ya sé que mis sentimientos no son correspondidos, que no piensas en mi, que no significo para ti, lo que tú significas para mi.

No voy a decirte lo que siento, porque sería como arrojarme al vacío. Hay sentimientos que se disfrutan más escondidos en los cajones del alma. Y yo a ti te quiero, o algo más. Algo que no llega a ser amor, pero que no deja de serlo del todo.

No haré un escandalo, ni lo gritaré a los cuatro vientos. Tú sabes que eso no va conmigo, en cambio escribiré para ti en secreto, si es que esto se considera un lugar secreto.

Digamos que me gusta jugar con fuego. No esconderé estas cartas, pues no hay mejor escondite que dejarlas al descubierto. Ojalá las leas y sospeches que son para ti, más te aseguro, querido: nunca llegarás a confirmarlo.

Si las lees, no me importa. Mi corazón es una tumba y estoy sergura que nunca llegaras a saber del todo mi secreto. Porque así soy yo, ésta es mi forma de amarte.

Sin necesitar tenerte, aunque añorando tu imagen. Sin necesidad de verte, aunque tu bienestar procuro. Esto que siento por ti es tan intenso e ilógico que no me atrevo a ponerle nombre.

Me atraes, eso no lo dudo. Pero mis sentimientos por ti, son una trampa. Corremos peligro de enamorarnos. No estoy diciendo que voy a evitarlo o a alejarme de ti. Solo no daré ningún paso en falso. Me basta con tu amistad. Te lo juro que me basta.

Para ti,
el chico triste
de las estrellas,
el vencedor de batallas.

—Abril.